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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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Hemos ganado. Finalmente, el Estado español no censurará Telegram. Veámoslo.
Este pasado sábado, el juez de la Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, decretó como medida
cautelar para proteger la propiedad intelectual de las grandes cadenas de televisión, de los
grandes grupos de comunicación españoles, Mediaset, A3 Media o Movistar, la suspensión
temporal de todos los servicios de Telegram en España. Pues bien, como ya explicamos en el
vídeo que dedicamos a analizar esa cuestión, se trataba de una medida absolutamente desproporcionada.
Cercenar injustificadamente las libertades y los derechos parciales de propiedad de millones
de españoles inocentes para proteger los discutibles derechos de propiedad intelectual de tres empresas
españolas. En un principio, el juez Pedraz nos intentó convencer de que la suspensión,
el cierre, el bloqueo, la censura de Telegram en España era una medida necesaria, idónea
y proporcional al fin perseguido. En el autodictado este pasado sábado podíamos leer.
Esta reiterada comisión del delito contra los derechos de la propiedad intelectual justifica
la adopción de las medidas cautelares interesadas al concurrir los principios de necesidad, idoneidad
y proporcionalidad. Las medidas cautelares solicitadas se erigen como las únicas medidas
posibles ante la falta de colaboración de las autoridades de Islas Vírgenes. No existe
otro tipo de medida que pueda detener la reiteración de los hechos denunciados. La medida es idónea
porque su ejecución pondría fin a la infracción de los derechos de propiedad intelectual denunciada
a impedir el acceso a través de la red Telegram a los contenidos de los derechos citados. La
medida es proporcional ante la gravedad de la conducta denunciada y en este análisis relacionarse
con la necesidad de la medida. Pero ante el enorme revuelo social generado por esta decisión
del juez Pedraz, el propio juez ha tenido que empezar a envainársela esta mañana pidiendo un informe
que no había solicitado originalmente a la Comisaría General de Información para que ésta le evaluara el
impacto social que tendría un cierre, una suspensión, aunque fuera temporal, de la plataforma de Telegram.
Y tras recibir ese informe parece que el juez Pedraz se ha caído del guindo, o más bien la opinión
pública lo ha tirado abajo del guindo y le ha obligado a rectificar. Le ha obligado a rectificar
desdiciéndose de los argumentos que había utilizado el sábado para decretar el cierre
temporal de Telegram. Si entonces nos decía que la medida era proporcional e idónea, ahora nos dice
todo lo contrario, que ni es proporcional ni es idónea. A raíz de la publicación en medios de todo tipo,
del acuerdo de suspensión, se constata un hecho notorio que este instructor no puede ignorar.
La posible afectación de múltiples usuarios ante una eventual suspensión y con ello, si la medida resulta
o no proporcional. Aquí lo que está diciendo es que una vez se publica en los medios de comunicación
que va a suspender, que va a cerrar temporalmente Telegram, la protesta social, el revuelo social,
es tan grande que el juez se lo tiene que pensar dos veces. Por ello, continúa el auto, se solicitó
a la Comisaría General de Información informe sobre la plataforma Telegram, características, etcétera,
así como la incidencia que pueda tener sobre los usuarios dicha suspensión temporal. Pues bien,
lo cierto es que, sin perjuicio de que es sabido que dicha plataforma es utilizada también para
actividades delictivas, son más que múltiples usuarios de todo tipo, particulares, empresas,
funcionarios, trabajadores en general, que han optado por utilizar Telegram al brindarles unos
beneficios que otras plataformas no dan, y todo ello bajo una amparada privacidad. También a que
suponga que acepten que no se lleven a cabo las garantías necesarias para la protección de derechos
de terceros con el intercambio de datos personales entre los usuarios de la aplicación. En definitiva,
cesión de derechos fundamentales a cambio de una supuesta privacidad. De esta forma,
si se acordara la suspensión, lo cierto es que supondría un claro perjuicio a aquellos millones
de usuarios que la utilizan, la gran mayoría sin vinculación alguna con actividades ilícitas. Pues,
además de haber residenciado multitud de datos a los que ya no podrían tener acceso,
en muchos casos se les impediría realizar labores de índole profesional. Además,
como se sigue del informe policial, la medida cautelar contra Telegram tendría un cierto impacto
económico para las empresas o sociedades que desarrollan gran parte de su actividad comunicativa
a través de esta plataforma de comunicación, puesto que la consideran un canal fiable y seguro
contra intervenciones no deseadas. Lo mismo podría decirse de algunos grupos, organizaciones o entidades
de distinto tipo que podrían estimar que ello afectará a sus mecanismos y procesos organizativos
al privarles de una vía o canal de comunicación rápido y de gran alcance a su mercado diana.
No se trata de libertad de expresión o información, sino si la medida es o no proporcional. Y lo que se
constata por lo dicho y después de dictar el auto es que la medida sería excesiva y no proporcional.
A ello se une que incluso la medida no pudiera ser idónea por cuanto los usuarios podrían utilizar
una red VPN o un proxy para acceder a Telegram y seguir consumiendo o publicando tales contenidos,
como señala la Comisaría General de Información. Procede dejar sin efecto la suspensión acordada.
Así que finalmente no se va a suspender ni siquiera temporalmente el servicio de Telegram en España.
Y esta ha sido una batalla que, a tenor del auto, del último auto que ha dictado el juez Pedraz,
ha ganado la opinión pública contra el Estado mafioso y censor. En ocasiones tendemos a pensar
que la batalla cultural, el debate público, la discusión pública no afecta, no importa para nada.
Que si el Estado tiene el poder y quiere hacer algo, lo va a terminar haciendo. De lo que no
somos conscientes es de que el Estado no tiene absolutamente todo el poder. La sociedad también
tiene su propio poder para resistirse, para rebelarse contra el Estado. Y lo que en ocasiones
llamamos batea cultural, el debate y la discusión pública, influye en cuál es la percepción mayoritaria
de esa sociedad sobre un determinado asunto y, por tanto, sobre la probabilidad de que
esa sociedad termine enfrentándose, termine resistiéndose frente a la apisonadora estatal.
Y en ese sentido, cuanto más movilizada y organizada esté una sociedad en contra de
una determinada injerencia liberticida del Estado, más se le encarece al Estado el coste
de ejecutar esa injerencia liberticida. En este caso, por ejemplo, no se ha tratado sólo
de que el ambiente estuviera muy caldeado, sino que, además, los propios usuarios se
organizaron para anular la efectividad de la medida cautelar del juez. Desde las redes
sociales y desde la propia plataforma de Telegram, se empezó a comunicar a los distintos usuarios
cómo podían burlar la censura que pretendía implantar el juez Pedrad. Utilizando un proxy
o un VPN, se podía seguir utilizando Telegram, por mucho que Pedrad dictara en España la
suspensión temporal de sus servicios. Y eso es lo que le ha terminado bajando del burro
a Pedrad. Los beneficios que esperaba conseguir con esta medida liberticida eran cada vez menores,
porque cada vez más usuarios encontraban formas de burlar la censura. Y, al mismo tiempo,
los costes eran cada vez más altos porque un creciente número de personas estaban cada vez
más enfadadas. Y esa doble vía, buscar formas de eludir la coacción estatal y movilizarnos activamente
en contra de ella, esa doble vía es la que tenemos que seguir para resistirnos a todo tipo de opresión
estatal. Conseguir, por un lado, que nuestra libertad, nuestra propiedad, sea indemne a los ataques
del Estado y, por otro lado, persuadir a un número cada vez más amplio de personas de que esas extorsiones
estatales son ilegítimas de raíz. Si conseguimos que la violencia estatal contra la libertad o la
propiedad individual sea cada vez más inútil, más ineficaz y, al mismo tiempo, también más costosa
desde un punto de vista social, más inaceptable dentro de una comunidad política, entonces el
estatismo liberticida acabará siendo derrotado.
Gracias por ver el video.