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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

La tiranía chavista de Nicolás Maduro acaba de aprobar por ley que se pueda encarcelar hasta
con 10 años de cárcel a cualquier venezolano que promueva, que difunda ideas conservadoras
o liberales. El totalitarismo se instala definitivamente en Venezuela. Veámoslo.
Venezuela es desde hace muchos años una tiranía, un régimen estatal donde una sola persona o unas
pocas personas concentran todos los poderes del Estado y los utilizan sistemáticamente contra
todos aquellos que no defienden, que no promueven, que no sostienen ese régimen tiránico. Sin embargo,
ha habido muchos propagandistas y colaboracionistas de este régimen tiránico, tanto en Venezuela como
fuera de Venezuela, incluyendo en España, ha habido muchos propagandistas y colaboracionistas que han
intentado blanquear que Venezuela fuera una tiranía. Pues bien, durante las últimas semanas a esos
propagandistas y colaboracionistas de la tiranía venezolana se les está haciendo muy cuesta arriba
justificar, maquillar, blanquear a la tiranía venezolana porque el deterioro de las libertades
de los venezolanos va a cuesta abajo y sin frenos. Y es que, como ya comentamos en un reciente vídeo,
el régimen tiránico de Nicolás Maduro está impidiendo que candidatos de la oposición,
los principales candidatos libremente escogidos por las fuerzas de oposición en Venezuela,
se presenten a las próximas elecciones presidenciales de este mes de julio. Y eso
ha espoleado que incluso tradicionales aliados de ese régimen tiránico, como pueden ser Gustavo
Petro o Lula da Silva, hayan tenido que salir a criticar, aunque sea muy moderadamente, con la
boca pequeña a ese régimen tiránico de Nicolás Maduro en Venezuela. Pero esto, el bloqueo de candidaturas
de la oposición en Venezuela ni siquiera ha sido lo más grave para las libertades dentro del país
que ha sucedido en esa tiranía llamada Venezuela durante los últimos días. Y es que la tiranía
chavista de Venezuela acaba de aprobar una ley llamada Ley contra el Fascismo, Neofascismo y
expresiones similares. ¿Y qué implica esta ley? Pues lo vamos a ver ahora detalladamente,
pero por adelantaros lo terrorífica que es para las libertades individuales. Cualquier
persona que en Venezuela defienda en público ideas conservadoras o ideas liberales puede
llegar a ser condenada hasta a 10 años de cárcel. ¿Qué dice la ley desde la exposición
de motivos? Lo siguiente. La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela consagra
un modelo de democracia participativa y protagónica, fundamentando la existencia y actuación del
Estado en los valores de la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la
democracia, la responsabilidad social y, en general, la preeminencia de los derechos humanos,
la ética y el pluralismo político. Esto para que veáis que las constituciones, en
última instancia, se pueden convertir en papel mojado. La Constitución de Venezuela dice
todo esto y utilizan la Constitución de Venezuela, como digo, para meter en la cárcel a quienes
no loen el chavismo. Continúa la exposición de motivos.
Sin embargo, la historia de los últimos 25 años da cuenta de la existencia de sectores
de la sociedad que, recurrentemente, acuden a la violencia como forma de acción política,
contrariando abiertamente los postulados constitucionales que, entre otras cosas,
protegen el ejercicio democrático de la voluntad popular. Las consecuencias de estas conductas
han sido centenares de personas fallecidas, miles de lesionadas y cuantiosos daños a bienes
públicos y privados. Esta forma de ejercer la política, mediante el uso de la violencia,
ha estado alimentada por un pensamiento profundamente discriminatorio, basado en
motivos de superioridad racial, de origen étnico, social o nacional, que denigra de la democracia
sus instituciones y valores republicanos y o promueve la supresión de los derechos y
garantías reconocidos en la Constitución a favor de determinados sectores de la sociedad
por motivos discriminatorios. El racismo, el chovinismo, el clasismo, el conservadurismo
moral, el neoliberalismo, la misoginia y todo tipo de fobia contra el ser humano y su derecho
a la no discriminación son rasgos comunes de este pensamiento. Con esta conducta se reproducen
los ideales y modos de actuación propios del fascismo, o de nuevas manifestaciones como
el neofascismo o expresiones similares, cuyas consecuencias negativas para la convivencia
social, la democracia y los derechos humanos en el mundo están ampliamente documentadas
en la historia. En virtud de lo anterior, el presente proyecto de ley busca establecer los
medios y mecanismos para preservar la convivencia pacífica, la tranquilidad pública, el ejercicio
democrático de la voluntad popular, el reconocimiento de la diversidad, la tolerancia y el respeto
recíproco frente a expresiones de orden fascista, neofascista o de similar naturaleza que puedan
surgir en el territorio de la República Bolivariana de Venezuela. Pues bien, vamos a comprobar ya
en el articulado de la ley, la exposición de motivos en principio no tiene fuerza normativa
como mucho interpretativa del articulado de la ley. Vamos ya con el articulado de la ley
que sí tiene fuerza normativa, es decir, sí se puede aplicar coactivamente desde el Estado.
De entrada, ¿qué entiende esta ley por fascismo y por neofascismo?
Artículo 4º. A los fines de esta ley se establecen las siguientes definiciones.
Fascismo. Postura ideológica o expresión basada en motivos de superioridad racial,
de origen étnico, social o nacional, que asume la violencia como método de acción política,
enarbola la cultura de la muerte, denigra de la democracia, sus instituciones y valores
republicanos y o promueve la supresión de los derechos y garantías reconocidos en la Constitución
a favor de determinados sectores de la sociedad por motivos discriminatorios.
Son rasgos comunes a esta postura el racismo, el chovinismo, el clasismo, el conservadurismo moral,
el neoliberalismo, la misoginia y todo tipo de fobia contra el ser humano y su derecho a la no discriminación
y a la diversidad. Es decir, reproduce un texto muy similar al que ya aparecía en la exposición de motivos,
pero aquí como artículo cuarto de esta ley, que por tanto sí es aplicable directamente por su valor
normativo. Dos, neofascismo y expresiones similares. Toda postura ideológica o expresión,
independientemente de su denominación, que reproduzca total o parcialmente los fundamentos,
principios, propósitos, métodos y rasgos propios del fascismo. Es decir, que si alguien tiene una
ideología socialdemócrata, pero en algunas ocasiones tiene alguna idea neoliberal o alguna
idea conservadora, a esa persona que parcialmente reproduce el pensamiento fascista, lo que esta ley
llama pensamiento fascista, que obviamente el liberalismo no tiene nada que ver con el fascismo,
es todo lo contrario al fascismo, pero da igual si una persona socialdemócrata pero tiene alguna
idea liberal o conservadora, esta ley también lo puede perseguir.
Asentadas las definiciones de aquello que pretende perseguir esta ley, ¿cómo afecta a los venezolanos
esta ley? Primero, controlando y censurando los medios de comunicación. De tal manera que todos los
mensajes que esta ley interprete como neoliberales, conservadores, misóginos, por ejemplo, criticar el
feminismo colectivista entraría, entiendo, dentro de la misoginia, etcétera, todos esos mensajes quedan
proscritos, prohibidos de los medios de comunicación. Artículo 9º. Rol de los medios de comunicación.
Los prestadores de servicio de radio, televisión, medios electrónicos y medios impresos, públicos,
privados y comunitarios, están obligados a difundir mensajes dirigidos a promover el ejercicio
democrático de la voluntad popular, la convivencia pacífica, el reconocimiento de la diversidad, la
tolerancia y el respeto recíproco. Los mensajes difundidos de conformidad con este artículo deberán
tener carácter educativo y contribuir a proteger a la sociedad de toda expresión de orden fascista,
neofascista o de similar naturaleza. Recordemos, una vez más, que lo que esta ley entiende por
fascista o neofascista son mensajes conservadores o liberales. Y asimismo, artículo undécimo.
Prohibición de mensajes fascistas. Los prestadores de servicio de radio, televisión, medios electrónicos
y medios impresos, públicos, privados y comunitarios, así como las redes sociales, es decir, que no sólo
se pretende censurar los medios de comunicación tradicionales, sino también todo mensaje de
cualquier venezolano difundido por redes sociales, deben garantizar espacios libres de todo mensaje de
índole fascista, neofascista o de similar naturaleza. Pero este no es el único ataque a la libertad de
expresión, a la libertad de conciencia, a la libertad de asociación, a la libertad en general de los
venezolanos. Artículo décimo segundo. Prohibición de reuniones o manifestaciones. Se prohíben las
reuniones públicas y manifestaciones convocadas con el objeto de promover o hacer apología del fascismo,
neofascismo y expresiones similares. Las autoridades públicas deberán tomar las medidas preventivas
tendentes a evitar o, en su caso, disolver las reuniones públicas y manifestaciones que hayan
sido convocadas en violación de lo dispuesto en esta ley, de conformidad con la legislación que
regula el desarrollo de las reuniones públicas y manifestaciones. Por tanto, no se puede convocar una
manifestación pública en contra del régimen de Maduro, porque la única ideología oficial permitida
en Venezuela es el chavismo. Y obviamente el chavismo no va a protestar contra sí mismo. Cualquier
manifestación pública convocada desde coordenadas ideológicas distintas a las del chavismo será
prohibida y reprimida en Venezuela atendiendo a esta ley. Pero la represión continúa. Artículo décimo
tercero. Prohibición de organizaciones. Se prohíbe la promoción, constitución y fundamentación de
personas jurídicas, de derecho privado, movimientos y organizaciones sociales, así como organizaciones
con fines políticos, cuyas actas constitutivas, declaraciones de principios, programas de acción
política, estatutos o actividades promuevan, hagan apología o se fundamenten en el fascismo,
neofascismo y expresiones similares. Es decir, que, por ejemplo, los partidos políticos, liberales
o conservadores acaban de ser prohibidos en Venezuela. Un ataque radical a la libertad de
asociación y a la libertad de autoorganización política. ¿Y qué sucederá con esas organizaciones
que se hayan creado atendiendo a principios liberales, conservadores, misóginos, chauvinistas,
fuerzas nacionalistas, etcétera? Pues que serán disueltas por los tribunales.
Artículo décimo cuarto. Los tribunales de primera instancia con competencias en materia
civil son competentes para acordar la disolución de las personas jurídicas de derecho privado,
movimientos y organizaciones sociales que promuevan, hagan apología o se fundamenten en el fascismo,
neofascismo y expresiones similares de conformidad con lo establecido en esta ley. Y, por supuesto,
como decía, aquellos partidos que tengan estas ideas serán no sólo disueltos, sino que su existencia
será cancelada del registro de organizaciones políticas. Artículo décimo quinto. Cancelación
del registro. El Consejo Nacional Electoral cancelará el registro de las organizaciones
con fines políticos cuyas actas constitutivas, declaraciones de principios, programas de acción
política, estatutos o actividades promuevan, hagan apología o se fundamenten en el fascismo,
neofascismo y expresiones similares de conformidad con la ley que regula la constitución y funcionamiento
de las organizaciones con fines políticos. Pero ni siquiera esto termina aquí. En el artículo
décimo séptimo también se prohíbe que cualquier persona que haya exhibido públicamente ideas liberales
o conservadoras tenga prohibido, tenga vetado el acceso a cargos públicos. Artículo décimo séptimo.
Prohibición de acceso a cargos públicos. No podrán optar a los cargos de elección popular previstos en
la Constitución y en la ley ni ejercer cargos públicos las personas que, en cualquier momento antes de la
elección o el acceso al cargo público, es decir, antes incluso de la aprobación de esta ley, si alguien
en el pasado fue conservador y hoy ya no lo es, da igual. En el pasado fue conservador y, por tanto,
en cualquier momento antes de la elección o el acceso al cargo público, hayan adoptado conductas
que directamente promuevan o hagan apología del fascismo, neofascismo y expresiones similares.
Y, además, y por último, cualquier persona que promueva estas ideas que la ley llama fascistas
o neofascistas, incluyendo, como digo en la ley, ideas liberales o conservadoras, podrá ser condenada,
como he mencionado al principio, hasta con 10 años de cárcel. Artículo vigésimo tercero.
Toda persona que haga apología o promueva los principios, hechos y métodos propios del fascismo,
neofascismo y expresiones similares, será sancionada con prisión de 6 a 10 años e inhabilitación
política por el tiempo de la condena. Con la misma pena será sancionada toda persona que
promueva la constitución de organizaciones que exalten, hagan apología o se fundamenten en el
fascismo, neofascismo y expresiones similares. Y dos, convoque u organice reuniones públicas o
manifestaciones con el objeto de promover o hacer apología del fascismo, neofascismo y expresiones
similares. Y aquellos medios de comunicación que divulguen mensajes fascistas o neofascistas,
liberales o conservadores, serán sancionados con la disolución.
Divulgación de mensajes prohibidos. Artículo vigésimo octavo. Los prestadores de servicios
de radio y televisión que difundan publicidad, propaganda o mensajes que vulneren la prohibición
prevista en el artículo undécimo de esta ley, es decir, de mensajes fascistas o neofascistas,
serán sancionados con la revocación de la concesión de conformidad con lo previsto en
la ley especial que regula la materia. Es decir, que en Venezuela ya no existe ninguna libertad
de expresión, de pensamiento, de asociación, de manifestación o de participación política.
Venezuela es una tiranía totalitaria, donde la ideología oficial del régimen, que es el propio
régimen parasitario de los venezolanos, lo ocupa absolutamente todo. Y más allá de denunciar en
público a aquellos que todavía disfrutamos, fuera de Venezuela, claro está, de libertad de expresión,
más allá de denunciar en público esta ominosa ley que padecen los venezolanos, creo que también
debemos reflexionar y extraer conclusiones muy relevantes para el régimen de libertades en otros
países distintos de Venezuela. La primera reflexión, como ya he mencionado antes, es que las constituciones
se pueden convertir absolutamente en textos mojados. Las constituciones, en última instancia,
no son garantía de nada. La Constitución de Venezuela promueve la libertad y el pluralismo
político y es compatible con esta ley que anula por entero la libertad y el pluralismo político.
Porque basta con que quienes controlan el Estado, todos los poderes del Estado, reinterpreten la
Constitución a su gusto para que diga lo que ellos quieren que diga. Segunda reflexión, precisamente por
eso es tan peligroso la colonización de los diversos poderes del Estado por un mismo partido político.
Porque cuando un partido político o una figura política concentra en sus mismas manos todos los
poderes del Estado, ya no existe ningún peso ni contrapeso interno que permita ejecutar una
mutación constitucional de este calibre para cercenar de raíz las libertades de los ciudadanos y convertir
el régimen político en un régimen totalitario sin que encuentre ninguna oposición ni siquiera formal en
el texto constitucional. Tercero, mucho cuidado con el caballo de Troya que supone prohibir,
perseguir o sancionar las ideologías fascistas. No porque debamos sentir ningún apego por el
fascismo, me parece una de las ideologías más detestables y más totalitarias que pueden existir.
Pero la estrategia censora del Estado o de ciertos partidos políticos que quieren controlar de manera
tiránica del Estado está muy clara y lo vemos en esta ley. Dentro de esa etiqueta vacía que es el
fascismo, dentro de ese cajón desastre que es la categoría fascista, incluyen todas aquellas
ideologías o todos aquellos principios ideológicos que quieren perseguir. Porque, claro, perseguir desde
el Estado el fascismo es algo que parece perfectamente legítimo. ¿Quién va a defender que no se persiga
al fascismo, que el fascismo pueda llegar al poder? ¿Es que acaso no hemos escuchado aquello de la
paradoja de la tolerancia de Popper por la cual no hemos de tolerar a los intolerantes y el fascismo
es una de las ideologías más intolerantes que existe? Una vez se inyecta esta retórica en el
subconsciente colectivo, basta con incluir dentro de la etiqueta fascista todo lo que no nos guste,
aunque sea radicalmente antifascista, como el liberalismo o incluso muchos principios
conservadores. Y como ya has legitimado socialmente que el Estado sí ha de perseguir, sí ha de encarcelar
incluso a los fascistas, a quienes hagan apología del fascismo, pues entonces se termina persiguiendo
a todos los que sean enemigos ideológicos de ese régimen tiránico. Y cuarto, y ya desde la
perspectiva estrictamente española, dentro de España hay intelectuales, hay organizaciones
políticas que defienden abiertamente el totalitarismo de Venezuela. Intelectuales que
son propagandistas del chavismo y partidos políticos que están hermanados ideológicamente
con el chavismo. Esos intelectuales y esos partidos políticos son un auténtico peligro
público, porque están en sintonía con la literalidad de esta ley. Esta ley no les chirría
en el fondo, más allá de que destapa ante el público español cuáles son sus totalitarias
ideas. Que esos partidos políticos y esos intelectuales sean un peligro público porque
aspiran a algo muy similar a esto, no de inmediato, porque no tienen ni el poder ni la legitimidad
social para hacerlo. En Venezuela han tardado casi 30 años en conseguirlo, pero a medio largo
plazo sí querrían ver aprobado en nuestro país algo similar a esto. Y precisamente por
eso son un peligro público, porque son un peligro para el régimen de libertades de cualquier
sociedad. Que sean un peligro público no significa que haya que perseguirlos con la ley, porque
eso es justamente lo que hace la tiranía chavista. Perseguir a través de la ley, a través de la
coacción estatal, a aquellos individuos u organizaciones políticas que la propia ley
califica de peligro público. Pero sí significa que hay que quitarles la careta y criticarlos
públicamente, para que todo el mundo sea consciente de cuáles son sus ideas, de cuáles son sus
afinidades y de qué proyecto político promueven para España. Y esos partidos políticos que coquetean
abiertamente con el chavismo, que son cómplices del establecimiento de un régimen totalitario
en Venezuela, son PSOE, SUMAR y Podemos. Salvo que en las próximas horas salgan a desmarcarse
pública, contundente y radicalmente de todo esto, si durante las próximas horas o los próximos
días guardan un silencio cómplice frente a todo esto, se estarán retratando ideológicamente
con absoluta claridad, con absoluta nitidez y entre todos debemos contribuir a que el resto
de ciudadanos sean conscientes de las ideas y medidas totalitarias que en última instancia
suscriben, para que no lleguen nunca a tener poder político suficiente para aplicar este
tipo de leyes totalitarias y liberticidas. Venezuela nos muestra ya con claridad el camino
tiránico por el que nos quieren hacer transitar muchos intelectuales y muchos políticos españoles.
Y debemos evitarlo.