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¿Qué señalé de esto? Prínete.
Juan Ramón Rayo, muy buenos días. Juan Ramón.
¿Qué tal? Buenos días.
Bueno, como ves la situación económica,
parece que se está tensionando todo más,
aunque en los mercados, por lo menos aquí, en España,
se han cogido la jornada con un poquito menos de tensión,
que como lo están haciendo, por ejemplo, en Alemania,
donde los bancos están sufriendo mucho.
¿Cómo ves la fotografía general de lo que está sucediendo en Ucrania?
Bueno, claramente, las sanciones económicas
que se han impuesto hasta el momento
son sanciones que perjudican muchísimo a Rusia,
sin que tengan una incidencia demasiado grande
en la economía europea,
salvo en el sector financiero que esté expuesto a la economía rusa.
Pero, claro, lo que temen los mercados, entiendo,
es que haya algún tipo de contestación,
por parte del Estado ruso, en forma de contrasanciones.
Contrasanciones que previsiblemente irían de la mano
de una reducción del suministro energético
o incluso de un corte del suministro energético.
Eso sí sería un golpe muy duro para la economía europea.
Y, por tanto, tiene sentido que aquellas economías dentro de Europa
que estén más expuestas al suministro energético de Rusia,
como es todo el caso de Centro Europa,
pues sus bolsas se estén cediendo más.
Y, en cambio, la española, que tiene una dependencia menor,
bastante menor,
habrá una dependencia indirecta.
Quiere decir, si se encarece el gas en Europa,
obviamente, nos afectará de algún modo.
Pero nuestro suministro de gas no depende de Rusia
y, por tanto, estamos menos expuestos
a esas contrasanciones que podrían terminar llegando desde Rusia.
Sufre el sector bancario también por ese movimiento
de Ursula von der Leyen y de Europa y de Estados Unidos
para ese tema del suiz, pero ¿hay alguna más afección
para que el sector bancario europeo tenga caídas tan fuertes
sobre todo en el norte de Europa?
Bueno, a ver, toda la exposición en forma de activos
que tenga la banca europea a la economía rusa,
pues si los activos rusos se están hundiendo de valor,
todo eso les va a generar pérdidas.
Y, de hecho, veremos a algunos bancos
si son capaces de sobrevivir, incluso,
dependiendo de la exposición que tenga al mercado ruso.
Si la bolsa cayó la semana pasada,
la bolsa rusa un 50%, hoy no la abren,
porque no sabemos que caída se generaría,
pero, desde luego, no sería pequeña.
Si el rublo también se está hundiendo,
a pesar de la fuerte subida de tipos de interés
del Banco Central de Rusia y de la liquidación de activos
que, a lo enseguro, se está produciendo,
pues, claro, toda exposición que tengas al rublo,
toda exposición que tengas a compañías rusas,
ya sea con participaciones o con préstamos,
todo eso lo tendrás que dar de baja significativamente en balance.
Y si tu exposición, como mencionaba, es muy alta
y no tienes fondos propios suficientes,
como para cubrir esa depreciación de tu activo,
pues, o captas capital, o estás fuera.
De ahí que no sé si veremos algún tipo de normativa europea
durante los próximos días para eximir esas depreciaciones
del activo de la banca europea, en algunos casos extremos,
o veremos rescates, pero, desde luego,
para el sector financiero europeo expuesto, insisto, a Rusia.
Bueno, en general, para el conjunto del sistema financiero,
porque ya sabemos que las interrelaciones son muy grandes,
y, por tanto, aunque uno no esté directamente expuesto,
si está expuesto a un banco que está expuesto a Rusia,
pues, de rebote lo está.
Pero, bueno, sobre todo para aquellos bancos
que estén más expuestos a la economía rusa,
desde luego es un mazazo.
Unido a eso, Juan Ramón,
¿cómo puede afectar también al crecimiento?
Veíamos el dato del producto de la inflación
aquí en España disparado por encima del 7%
y la inflación subyacente ya en el 3%.
¿Puede afectar, puede ponernos en una situación
de estampalación a la economía europea?
Bueno, eso ha mencionado hoy Mario Centeno
dentro del Banco Centro Europeo,
que ya no es descartable,
tampoco es que le dé una probabilidad altísima,
pero que ya no es descartable el escenario de estampalación.
Desde luego, creo que se están combinando dos circunstancias
que son propicias a esa estampalación.
Por un lado, tenemos una indudable crisis de oferta,
un indudable shock negativo de oferta
que representa o que viene representado por la guerra
o la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
En la medida en que esto corte el suministro
de insumos energéticos o incluso agrícolas,
sobre todo en el caso de Ucrania,
pues eso eleva los costes de materias primas,
de nuestros inputs y, por tanto, encarece en nuestra producción.
Y ahí tenemos presión a los precios
y tenemos también presiones sobre el suministro,
nuevos cuello de botella que estrangulan
la capacidad de generación de nuevo valor por parte de las empresas.
Eso es una crisis de oferta clásica.
Pero es que, además, esa crisis de oferta clásica
se produce en medio de la mayor expansión monetaria
y la mayor expansión fiscal a raíz,
a cuenta de la pandemia del coronavirus,
que se ha producido de manera concertada en la historia de la humanidad.
Esa expansión monetaria y fiscal
que mantuvo aflota la economía en 2020,
que generó una muy alta inflación en 2021
y en lo que llevamos de 2022 no se ha retirado.
Es verdad que combatices, porque la política fiscal
no es tan intensa este año como en 2020 o como en 2021.
Pero, desde luego, la política monetaria
no se ha normalizado en absoluto.
Y la expectativa era que se fueran normalizando
durante los próximos meses a un ritmo mayor en Estados Unidos,
a un ritmo menor en la eurozona,
pero, en todo caso, se fueran dando pasos en esa dirección.
Y la guerra puede retrasar los planes de normalización,
con lo cual mantenemos la laxitud monetaria y fiscal
en un contexto de crisis de oferta.
Y ese es un escenario tremendamente proclive
a tensiones inflacionarias, incluso superiores a las que hemos visto.
Pues, muchísimas gracias, Juan Ramón Rayo,
por acompañarnos, por hacernos un hueco.
Buen día y buen negocio, Juan Ramón.
Muchas gracias, hasta otra.
Estamos mirando mucho el código SWIFT
y cuáles son las consecuencias que puede tener,
visto que también la banca europea
durante toda la mañana es la gran castigada,
con caídas superiores incluso al 10%,
gran parte del centro de Europa, Alemania, Holanda,
muy afectados por también ese cambio.
Estamos intentando analizar cuáles son las claves, las consecuencias
y, sobre todo, qué puede hacer Rusia,
que tiene una alternativa propia que podría poner en marcha
un nuevo ejemplo de que ese telón de acero,
también en lo económico, podría empezar a levantarse,
de tal manera que, tal y como estaba diciendo,
el primer ministro ruso,
ellos ya se estaban preparando para esas sanciones
que se han puesto encima de la mesa.
Pero, como consecuencia, lo que se estaría levantando
es un telón de acero económico
en el que, incluso para las transacciones financieras,
China, Rusia y quienes no están en la OTAN,
podrían estar teniendo un protocolo de transferencias distinto.
Y habría que ver cuál sería la manera de poder alinear
para hacer transferencias, por ejemplo,
en la compra de petróleo o de gas natural de determinados países,
o de determinados tonos, como la Unión Europea,
por ejemplo, en tornos rusos.
Esa llegada de los dos bloques,
parece que empieza a coger cada vez más cuerpo,
una vez que las sanciones de la Unión Europea,
en lugar de poner nervioso a Rusia,
como hemos visto en el inicio o la una,
lo que hace es dar Rusia pasos
hacia su propio sistema en distintas áreas,
en este caso en el Suiz.
Gonzalo Garcianieto, cuéntanos qué importancia tiene
y, sobre todo, qué podría estar preparando Rusia.
Hemos conocido que tanto la Unión Europea como Estados Unidos
han decidido excluir a Rusia
del sistema internacional de pagos conocido como Suiz.
Ahora la pregunta es cómo afectará esto a Rusia
y en qué medida podrá afectar también al resto de los mercados.
Bueno, hemos conocido una noticia en la que,
además por boca del primer ministro de Rusia,
hemos sabido que Rusia lleva preparándose desde hace tiempo
para estas sanciones.
De hecho, desde 2014 lleva preparando en paralelo
un sistema interbancario que se conectaría entre los mercados.