This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.
Hoy hemos conocido los datos de crecimiento económico de España correspondientes al
cuarto trimestre del año 2019 y también por extensión los datos atribuibles al conjunto
del año.
Y la verdad es que las cifras no son precisamente positivas.
En primer lugar, el crecimiento económico de España durante todo el año 2019 es de
un 2%.
Es decir, la economía española produjo en el año 2019 un 2% más de bienes y servicios
que en el año 2018.
Se trata del crecimiento, del ritmo de crecimiento más lento desde el año 2014.
Además, si en lugar de enfocarnos en el conjunto del año en lo que se produjo en los 4 trimestres
del ejercicio, nos concentramos únicamente en el último trimestre, en el cuarto trimestre
de este año, veremos que el crecimiento en términos interanuales, es decir, cuánto
produjo además la economía española en el cuarto trimestre de 2019 con respecto al cuarto
trimestre de 2018, veremos que el crecimiento ya no fue del 2%, sino del 1,8%.
De nuevo un ritmo de crecimiento que se va desacelerando trimestre tras trimestre de manera
ininterrumpida.
En segundo lugar, y si nos seguimos enfocando en el cuarto trimestre del año 2019, algunos
han querido ver un cierto optimismo a este dato debido a que en términos intertrimestrales,
si comparamos la producción del cuarto trimestre de 2019 con la producción del tercer trimestre
de 2019, la tasa de crecimiento es del 0,5%.
Una tasa de crecimiento superior a la del tercer trimestre con respecto al segundo o
a la del segundo con respecto al primero debido a que en estos dos trimestres fue del 0,4%.
Es decir, lo que tendríamos, si nos fijamos en la tasa intertrimestral, es en apariencia
una cierta reaceleración de la economía española.
Es verdad que venimos de un periodo de desaceleración continuado, pero podríamos estar viendo en
el cuarto trimestre del año un cierto empuje al alza.
Una última lectura sobre la posible reaceleración de la economía española en el cuarto trimestre
del año 2019, que es una lectura legítima, debe, sin embargo, matizarse muy seriamente
una vez desagregamos los componentes del producto interior gruto.
Es decir, una vez nos preguntamos cuáles han sido los motores que han impulsado ese
crecimiento intertrimestral del 0,5% durante este último trimestre del año.
En primer lugar, el consumo de las familias durante este cuarto trimestre del año con
respecto al tercero, crece un 0%, es decir, no hay expansión, no hay aumento en absoluto
del consumo de las familias.
Esto no había sucedido desde el inicio de la recuperación económica.
Todos los trimestres desde el año 2014, trimestre tras trimestre, el consumo de las familias
se había expandido. En el cuarto trimestre de 2019, el consumo se mantiene plano.
Segundo hecho a mi juicio todavía más relevante, la inversión empresarial se desploma.
En términos intertrimestrales, la inversión empresarial cae un 2,5%.
Si anualizáramos este dato, es decir, si este dato se repitiera trimestre tras trimestre,
tendríamos una caída anual de la inversión del 10%.
Como podemos observar en el gráfico, se trata con diferencia de la caída de la inversión
empresarial más intensa desde que ha empezado la recuperación económica.
En otras palabras, el consumo privado y la inversión privada están temblando, están
tiritando. El consumo se mantiene plano y la inversión cae. No es que crezca menos
de lo que... no, es que cae. Y, por tanto, el sector privado está en una situación
de impaz, en una situación de espera. No sabe muy bien cuál va a ser el panorama futuro
y de momento se mantiene prudente. Pero si el consumo de las familias está estancado
y la inversión empresarial se ha desplomado, que ha sido lo que ha impulsado el crecimiento
económico durante este cuarto trimestre. Lo han impulsado dos factores, uno positivo
y el otro negativo. El factor positivo, que es ajeno a nosotros, es que durante este cuarto
trimestre del año, la situación internacional ha mejorado ligeramente. El cuarto trimestre
de 2019 fue el trimestre en el que el Brexit llegó a un acuerdo y, por tanto, parte de
la incertidumbre se solventó y también el trimestre en el que Estados Unidos y China
firmaron una tregua comercial y, por tanto, también los flujos comerciales internacionales
volvieron a repuntar un poquito. Todo esto ha permitido que el sector exterior de la
economía española haya tirado del carro y haya impulsado un poco el crecimiento económico,
contrastando el enfriamiento del consumo privado interior y de la inversión privada interior.
Pero hay un segundo factor que este no es positivo y que es otro de los motores del crecimiento
económico ficticio, en todo caso, de este cuarto trimestre, que es el consumo público.
Las administraciones públicas siguen gastando por encima de sus posibilidades, siguen endeudándose
y este endeudamiento, cuasi estructural, porque no estamos haciendo los esfuerzos necesarios
para corregirlo, es el que está manteniendo un nivel de actividad artificialmente alto.
E insisto en lo de artificialmente alto, porque, a pesar de que no hemos hecho muchos esfuerzos
hasta la fecha, en los últimos dos años, Bruselas, la Comisión Europea, sí nos está
exigiendo que ajustemos mucho más el déficit que dejemos de endeudar a las generaciones
futuras para impulsar artificialmente la actividad en la generación presente. Y, obviamente,
hay dos formas de lograr este ajuste del déficit, una con menor gasto público, de manera que
el consumo público dejará de crecer tanto como lo ha hecho hasta la fecha, y no impulsará
artificialmente el crecimiento económico, o, si el gobierno no quiere gastar menos,
si quiere mantener su nivel de gasto, lo que tendrá que hacer es subir impuestos al sector
privado, impuestos que pagarán familias y empresas, unas familias que están dejando
de consumir y unas empresas que están reduciendo sus inversiones. Por tanto, si aprobamos una
batería de nuevos impuestos sobre familias y empresas para financiar el gasto público,
lo que sucederá es que el consumo se contraerá y la inversión se contraerá todavía más,
lo comido, el gasto público, por lo servido, la contracción del consumo y de la inversión
privada. Por tanto, estamos ante un panorama cuando menos inquietante. Por un lado, el
sector privado no está tirando del carro, el sector privado está esperando a ver qué
sucede en la economía española. Por otro, el sector exterior, de momento, tira del carro
y seguirá tirando si no hay un rearme proteccionista, si no hay nuevas tensiones proteccionistas
y nuevas guerras comerciales en 2020. Pero, el otro componente que está impulsando nuestro
crecimiento es un gasto público que no se va a mantener como hasta ahora durante los
próximos años. Por tanto, si el sector privado no vuelva a tirar del carro y el sector público
deja de endeudarse para tirar artificialmente del carro, podemos asistir a tasas de crecimiento
económico bastante menores que las que hemos visto en este trimestre. Salvo que estemos
ante una anomalía y, en los próximos trimestres, familias y empresas vuelvan a confiar en la
economía española, que tampoco es algo que quepa descartar de plano, pero salvo que estemos
ante esa anomalía, el crecimiento económico previsible para los próximos trimestres es
un crecimiento menor incluso del que hemos experimentado en el cuarto trimestre del año
2019. Y menor crecimiento económico, es menor creación de empleo, es menor aumento de
salarios, es menor bienestar en general para el conjunto de la sociedad. Si a esta economía
que está mucho más debilitada le añadimos una voluntad decidida del gobierno de contrarreformar
muchas de las medidas que han permitido que esa economía ganara impulso en los años anteriores
y le añadimos también la voluntad declarada del gobierno de subir masivamente impuesto
sobre todo a los ciudadanos, tenemos un mix como poco preocupante para la próxima legislatura.
Este no es el momento para hacer experimentos ni siquiera congaseosa, debería ser el momento
de acometer reformas estructurales, liberalizaciones de mercados que llevan aparcadas desde el año
2013 que permitan impulsar nuestro crecimiento potencial y que, por tanto, le den nuevo vigor
a la economía ahora que está frenándose y en lugar de subir impuestos y desincentivar
que las familias gasten y sobre todo, que este es el motor real del crecimiento a largo
plazo, que las empresas inviertan, en lugar de desincentivar todavía más esto deberíamos
estar incentivándolo con menores impuestos que incrementen la rentabilidad de las inversiones
y que incrementen la renta disponible de las familias. Pero no parece que vaya a ser así,
lo que va a suceder parece ser que se les van a subir todavía más los impuestos, se les
va a desincentivar todavía más que inviertan y que gasten y que consuman y en contrapartida
quien va a consumir y quien va a invertir de una manera probablemente discutible, va
a ser el sector público con el dinero que les haya rebatado a los anteriores.
Este es el panorama en el que estamos, muy probablemente estemos ante el peor trimestre
en materia de crecimiento económico desde que comenzó la recuperación.
Este es el panorama en el que estamos, muy probablemente estemos ante el peor trimestre
en materia de crecimiento económico desde que empezó la recuperación de las inversiones
y que se les va a desincentivar todavía más.
Este es el panorama en el que estamos, muy probablemente estemos ante el peor trimestre
en materia de crecimiento económico desde que empezó la recuperación de las inversiones
y que empezó la recuperación de las inversiones y que empezó la recuperación de las inversiones