logo

Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

¿Cuál es la peor y más anticapitalista propuesta económica de la candidata demócrata a la
presidencia de los Estados Unidos, Kamala Harris? Veámoslo.
En vídeos anteriores ya hemos hablado de algunos de los problemas del programa económico de Donald
Trump. Pero que el programa económico de Donald Trump tenga problemas no significa que el de
Kamala Harris no los tenga y en algunos casos mucho mayores. En este vídeo justamente vamos a
reflexionar sobre cuál es la peor y la más anticapitalista propuesta económica de la
candidata demócrata a la presidencia de los Estados Unidos, Kamala Harris.
De entrada, Kamala Harris propugna una enorme elevación de los impuestos sobre el ahorro y
sobre la inversión. Defiende elevar el impuesto sobre sociedades del 21 al 28% y también aboga por
elevar el tipo marginal máximo sobre las ganancias del capital y sobre los dividendos desde el actual
20% hasta el 33%. Ya de por sí, la influencia de estas dos subidas de impuestos sobre el capital
resultará devastadora para la rentabilidad de los grandes ahorradores. Imaginemos un inversor que
sea propietario de una empresa y que esa empresa obtiene una ganancia antes de impuestos de 100.
Actualmente, con un impuesto sobre sociedades del 21%, esa empresa pagaría 21 en impuestos. Es decir,
sus ganancias después de impuestos imputables al propietario de la empresa serían de 79. Pues bien,
adicionalmente, sobre esas 79, el inversor hoy debería pagar el 20% en concepto de ganancias sobre el
capital. De tal manera que de las 100 iniciales que ha ganado su empresa, el inversor conservaría 63,
un tipo impositivo efectivo, por tanto, del 37%. Pues bien, con los aumentos fiscales que planea
aprobar Kamala Harris, una empresa que gane 100 pagará 28 en impuestos sobre sociedades,
de tal manera que le quedarán después de impuestos 72 para distribuir a los inversores,
y esos inversores pagarán hasta el 33% sobre esas 72, de tal manera que retendrán el 48% de los
beneficios antes de impuestos generados por sus empresas. Por tanto, el tipo impositivo efectivo
sobre esos inversores se incrementaría desde el actual 37% hasta el 52%. El Estado, en el caso de
los grandes ahorradores e inversores, se quedaría con más de la mitad de todos los beneficios que
contribuyen a generar. Ahora bien, no penséis que cuando estoy hablando de la peor y más anticapitalista
propuesta de Kamala Harris, me estoy refiriendo a alguna de estas subidas impositivas. No. Todavía
hay algo peor en el programa económico de Kamala Harris. Porque, claro, si Kamala Harris planea
incrementar de manera muy intensa los impuestos que recaen sobre las ganancias del capital o sobre
los dividendos, uno podría imaginar que existe una forma bastante sencilla de esquivar esta brutal
subida impositiva. Y sería que las empresas no repartieran dividendos y que los inversores no
realizaran las plusvalías acumuladas sobre su cartera de inversiones. Si yo soy dueño de una
empresa y esa empresa reinvierte de manera continuada sus beneficios internamente y no me
los distribuye y yo tampoco vendo la empresa, entonces no debería pagar impuestos sobre las
ganancias del capital porque ninguna de esas ganancias del capital han sido realizadas. Pero
es que Kamala Harris, a los grandes ahorradores e inversores del país, ni siquiera quiere dejarles
esa vía de escape a la rapiña tributaria. Y así llegamos a la peor y más anticapitalista
propuesta económica de Kamala Harris. Grabar fiscalmente las ganancias no realizadas sobre
el capital. Concretamente, aquellos estadounidenses que cuenten con un patrimonio de más de 100 millones
de dólares pagarán bajo el plan fiscal de Kamala Harris como poco el 25% sobre el valor combinado de
sus ingresos corrientes y de sus ganancias patrimoniales latentes. Por ejemplo, supongamos
que Tesla se dispara en bolsa y que, en consecuencia, el valor de mercado del patrimonio de Elon Musk se
incrementa de 100.000 millones de dólares a 200.000 millones de dólares. Pues bien, en ese caso,
aun cuando Elon Musk no venda ni una sola acción de Tesla y, por tanto, no realice ni una sola de esas
ganancias latentes, aún así Elon Musk tendría que entregarle al fisco estadounidense 25.000 millones
de dólares. Grabar fiscalmente las ganancias patrimoniales latentes es una medida económica
enormemente problemática por tres razones. Primero, que una persona tenga ganancias patrimoniales latentes
no significa que disponga de esa ganancia patrimonial en líquido. Por ejemplo, si el valor de mercado de
mi casa se incrementa de 200.000 euros a 240.000 euros, eso no significa que disponga de 40.000 euros
más de liquidez. Por tanto, si como consecuencia de esa ganancia patrimonial latente he de pagar 10.000 o
15.000 euros en impuestos y no tengo 40.000 euros adicionales en liquidez simplemente porque el precio
de las casas en mi zona haya subido, pues entonces, para pagar ese impuesto, tendré que liquidar parte
de mis activos o tendré que endeudarme. En el ejemplo que hemos puesto antes, si el patrimonio de
Elon Musk sube de 100.000 a 200.000 millones de dólares y tiene que pagar 25.000 millones de dólares y no
tiene liquidez por 25.000 millones de dólares, tendrá que vender parte de sus acciones de Tesla
para pagar ese impuesto, de tal manera que su control patrimonial y, por tanto, empresarial sobre Tesla
se irá diluyendo con el paso del tiempo. Segundo, si con las ganancias patrimoniales latentes se tiene
que pagar impuestos, con las pérdidas patrimoniales latentes supuestamente se deberán recuperar los
impuestos que se hayan pagado previamente. Y eso significa que en momentos de recalentamiento y de
burbuja en los mercados financieros los ingresos del fisco aumentarán mucho, pero cuando pinche esa
burbuja y caiga, por ejemplo, la bolsa, entonces el fisco tendrá que devolverles ingentes cantidades
de dinero a todos los accionistas que estén experimentando minusvalías. Por ejemplo, si cuando
el patrimonio latente de Elon Musk pasa de 100.000 a 200.000 millones de dólares, Elon Musk tiene que
pagar 25.000 millones de dólares al fisco, si luego, el año siguiente, el valor de mercado del
patrimonio de Elon Musk baja de 200.000 millones a 90.000 millones de dólares, entonces se supone que
el fisco tendrá que devolverle esos 25.000 millones de dólares, porque en caso contrario lo que estaríamos
diciendo es que se ha obligado a Elon Musk a pagar 25.000 millones de dólares en impuestos por
experimentar unas minusvalías de 10.000 millones. De 100.000 millones a 200.000 y finalmente de 200.000
a 90.000. Saldo neto, pérdida de 10.000 millones de patrimonio. Y el tercer problema de este tipo de
impuestos es que muchas veces recaen sobre activos patrimoniales que no cotizan en los mercados y que,
en consecuencia, son muy difíciles de valorar. Por ejemplo, ¿cuánto vale el corte inglés o cuánto
vale Mercadona? No tenemos un precio de mercado para estas empresas porque no cotizan en bolsa. Y,
por tanto, si no tenemos esa referencia de un mercado profundo que nos esté dando una estimación de lo
que valen esas compañías, ¿cómo sabemos con certeza cuándo han subido de precio o cuándo han bajado de
precio? De ahí que, normalmente, este tipo de impuestos o sobrevaloren el valor real de las
compañías no cotizadas, en cuyo caso los propietarios pagarán un tipo impositivo superior
al 25%, porque si has de pagar el 25% sobre 100 de algo que vale 50, no estás pagando el 25%,
sino el 50%. O, al contrario, si se infravalora el valor de mercado de estas compañías, de estos
activos, lo que sucederá es que sus propietarios pagarán un tipo efectivo inferior al 25%. Pero,
desde luego, no es un problema sencillo de resolver. Y si cada uno de estos tres problemas, por separado,
ya es grave, cuando los combinamos son simplemente letales para el ahorro y para la inversión dentro
de una economía. Ahora bien, antes de exponer por qué la combinación de estos tres problemas resulta
letal para el ahorro y para la inversión de un país, recordemos que esta nefasta medida de
cámara Harris todavía no ha sido aprobada y que, en todo caso, no afectaría a los pequeños y medianos
ahorradores. Y eso significa que, mientras la creciente voracidad parasitaria de nuestros
políticos nos lo permita, deberíamos aprovechar para capitalizar nuestro ahorro. Una forma de
hacerlo es justamente a través de la plataforma que apadrina este vídeo, Trade Republic. Trade
Republic es uno de los brokers más completos e intuitivos que existen ahora mismo en el mercado,
de manera que, a través de él, podrás acceder de manera sencilla y a muy bajo coste a una amplísima
variedad de activos en los que poder invertir nuestro ahorro. Por ejemplo, ya que estábamos
hablando de la economía estadounidense, uno puede invertir su ahorro, de manera periódica,
en un ETF que replique la bolsa estadounidense. Una bolsa que, históricamente, ha proporcionado
una rentabilidad anual después de inflación superior al 7%. Además, el ETF que os estoy mostrando
en pantalla y que está referenciado al Standard & Poor's 500 es un ETF de acumulación, es
decir, los dividendos que paguen las compañías estadounidenses se reinvierten en el propio
ETF y, por tanto, el inversor es capaz de aprovechar al máximo la revalorización del
índice. Por ejemplo, sin reinversión de dividendos, 10.000 dólares invertidos en 1993 en el Standard & Poor's
500 serían, a mediados de 2023, 98.700 dólares. Sin embargo, esos 10.000 dólares invertidos en el año
93 con reinversión de dividendos serían, a mediados de 2023, 176.000 dólares. Y además, dado que los ETFs
de acumulación no pagan dividendos sino que los reinvierten internamente, el inversor no tributa por
las ganancias acumuladas en ese fondo hasta que la realiza, hasta que liquida su participación en el
fondo. Salvo, claro está, que Kamala Harris cambie de opinión. Y si, en cambio, queremos mantenernos en
liquidez porque no encontramos ningún activo, ningún tipo de inversión que a los precios actuales nos
parezca especialmente atractivo, Trade Republic está remunerando la liquidez mantenida dentro de su
broker a un tipo de interés anual del 3,56%. Si quieres obtener más información sobre Trade Republic,
sobre su broker y sobre su cuenta remunerada al 3,56%, puedes obtenerla pinchando en el enlace que
aparece en la caja de descripción de este vídeo o en el comentario destacado. ¿Y por qué los tres
problemas anteriores que hemos destacado en este impuesto son letales para el ahorro y para la
inversión de un país? Pues porque destruyen la base de la creación de empresas dentro de ese país.
Tomemos el caso de una startup. Un empresario o un grupo de empresarios crean una startup y ese
embrionario proyecto empresarial va creciendo, se va desarrollando, se va mostrando exitoso y,
precisamente por eso y para que pueda seguir creciendo, esa startup comienza a abrir diversas
rondas de financiación para que inversores externos aporten capital a la compañía que le
permita seguir expandiéndose. E imaginemos que la última ronda de financiación se efectúa a unos
precios que, extrapolados al conjunto de la empresa, le dan a esa empresa un valor estimado en el mercado
de mil millones de dólares, lo que viene a llamarse un unicornio. Y supongamos que el fundador o el
equipo fundador todavía retiene el 50% de las acciones de esa startup, cuyo valor estimado ahora
mismo es de mil millones de dólares. Pues bien, ese fundador o ese grupo de fundadores experimentarán
unas plusvalías latentes de 500 millones de dólares. Porque si la empresa vale mil millones de dólares y
tú tienes el 50%, tu patrimonio estimado es de 500 millones de dólares. Y como has creado la startup
desde cero, el valor inicial de la misma era cero. Has pasado de un activo tuyo que valía cero, has pasado
de tener un activo que valía cero dólares a tener un activo que vale 500 millones de dólares. Y,
en consecuencia, como tienes una plusvalía latente de 500 millones de dólares, tendrías que pagar con
el plan de Kamala Harris el 25%. Es decir, tendrías que entregarle al fisco 125 millones de dólares.
Ahora bien, ¿alguien se cree que un joven empresario o un grupo de jóvenes empresarios que hayan conseguido
crear una compañía con un valor de mercado estimado en mil millones de dólares disponen de 125 millones de
dólares en liquidez? Es muy dudoso que eso sea así. Porque, de hecho, los fundadores en una startup suelen
tener que reinvertir todos sus ingresos dentro de la propia startup para minimizar el grado de dilución
de su participación accionarial a lo largo de las diversas rondas de financiación. Con lo cual,
si ese joven empresario o ese grupo de jóvenes empresarios que han conseguido sacar adelante una
startup valorada en mil millones de dólares en la última ronda de financiación carecen de 125 millones
de dólares para pagar impuestos, una de dos. O se endeudan por 125 millones de dólares para pagar
impuestos, y esta es una alternativa que no suele estar disponible porque los bancos no te van a
adelantar 125 millones de dólares respaldado por unos activos de una valoración bastante incierta,
como es la propia startup. O, si no puedes conseguir esa financiación, tendrás que vender parte de las
acciones que tienes sobre la startup para poder pagar al fisco. En concreto, ese empresario o ese
grupo de empresarios tendrían que desprenderse del 25% de su paquete accionarial, que representaría
el 12,5% del total de acciones. Pero claro, estamos diciendo que tendrían que vender el 25% de su paquete
accionarial, valorado supuestamente en 125 millones de dólares, si la última ronda de financiación valoró
adecuadamente a la startup. Si la última ronda de financiación se produjo a precios muy inflados,
y perfectamente pudo suceder, porque en una ronda de financiación se vende una pequeña parte de la
compañía y se puede terminar sobrepujando por ella, y luego, como la startup no cotiza en bolsa,
no tenemos otras referencias de precios más actualizadas del valor del capital social de
esa empresa, y por tanto la startup está infladamente valorada en mil millones de dólares, ese equipo
fundador no podrá vender el 25% de sus acciones por 125 millones de dólares, porque no habrá otros
inversores que quieran pagarles ese precio. Para conseguir recolectar 125 millones de dólares,
tendrán que vender más del 25% de su paquete accionarial. Y eso, en muchos casos, supondría
diluir por entero su capacidad de control sobre la empresa que ellos mismos han creado. Y eso
supondría, en muchos casos, que esa empresa que ellos mismos han creado no prospere. ¿O qué habría
sido Apple sin el regreso de Steve Jobs en 1997? ¿O qué habría sido Tesla sin Elon Musk? Pues
probablemente proyectos empresariales fracasados. Por eso, como digo, este impuesto de Kamala Harris
sobre las plusvalías latentes del capital es una medida económica nefasta y, sobre todo,
profundamente anticapitalista, porque es una medida que ataca de lleno la base del capitalismo y de la
prosperidad que el capitalismo genera. Es decir, la acumulación de capital en proyectos empresariales
altamente productivos. Kamala Harris pretende fagocitar desde el Estado ese capital y, por tanto,
sustraer financiación y dirección empresarial a esos proyectos empresariales altamente productivos.
Y si una economía no tiene proyectos empresariales altamente productivos, lo que tiene es pobreza.
¡Gracias!