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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

¿Son las ciudades de 15 minutos que en España están defendiendo partidos como el PSOE o más
país guetos similares a los distritos de los Juegos del Hambre? Veámoslo.
Una de las propuestas estrellas de la izquierda para las próximas elecciones municipales en
España es el modelo de Ciudad a 15 minutos. ¿Qué significa esto? Pues básicamente diseñar
una ciudad, modificar los planes urbanos de la ciudad para que todo ciudadano tenga a 15
minutos andando o en bici los servicios fundamentales que integran su vida, su lugar
de trabajo, su centro de compras, su centro de educación, su centro de salud o su centro
de ocio. La idea, como tantas otras, surgió en Estados Unidos, cuyas grandes ciudades giran
en torno alrededor del uso del automóvil y también, como tantas otras ideas nacidas en
Estados Unidos, se ha terminado importando a España aún cuando el diseño urbano de las
ciudades españolas o de las ciudades europeas no sea similar al de las ciudades estadounidenses.
En cualquier caso, la idea que todos aquellos lugares a los que debas acudir con cierta frecuencia
en tu vida los tengas cerca de tu casa no es una mala idea per se, no es algo que la mayoría de
la gente reuse instintivamente. Al contrario, aquellas personas con suficiente capacidad
económica para ello suelen seleccionar viviendas que estén cerca de aquellos lugares a los que
quieran acudir frecuentemente, cerca de su lugar de trabajo, centro de la escuela a la que quieren
llevar a sus hijos, cerca de buenos hospitales, etcétera. Es decir, la cercanía es un bien
económico y ahorrarte tiempo innecesario en los desplazamientos es un bien económico. Por tanto,
si todas estas ideas se pudiesen materializar sin coste económico alguno, es decir, pulsando una
tecla o pidiendo un deseo al genio de la lámpara diciéndole, quiero tener todo lo que voy a
necesitar cerca de casa, está claro que muchísima gente, por no decir toda la gente, escogería casi
fuera. Cuestión distinta es ¿qué debemos hacer para conseguir ese objetivo, qué coste tiene,
cómo va a repercutir en otros aspectos de mi vida? Porque si para conseguir todo esto hay que
establecer limitaciones muy rígidas al urbanismo de las ciudades, por ejemplo, en esta zona de la
ciudad no hay un centro de ocio, por tanto, esta parte de esta zona de la ciudad necesariamente
tiene que dedicarse al ocio. Y si nadie quiere montar un centro de ocio aquí, pues no se establece
nada. Aunque haya gente que quiera construir un inmueble para viviendas y para abaratar,
por tanto, el precio de la vivienda, como hemos de reservar esta zona para el ocio,
porque si no, no hay ocio a 15 minutos del resto de viviendas adyacentes, entonces no
construimos más viviendas y el precio de la vivienda se mantiene elevado. Ese es un
coste económico. Para tenerlo todo a nuestra disposición, a lo mejor lo que sucede es que
tenemos otras carencias o hay que renunciar a otras cosas. Y a su vez también nos tenemos
que plantear cuáles pueden ser las repercusiones, las consecuencias no previstas a medio largo plazo
de esta propuesta de ciudad a 15 minutos. Y sobre este asunto, sobre cuáles podrían llegar a ser
sus consecuencias en el medio largo plazo, es sobre el que quiero reflexionar en este vídeo.
Y es que durante los últimos días ha habido bastante polémica entre las izquierdas y las
derechas porque desde una cadena de televisión de derechas, el Toro Televisión, describieron la
propuesta de la ciudad en 15 minutos de Mas Madrid o del PSOE del siguiente modo. Uno de los pilares
fundamentales del globalismo es el ecologismo ultranza. Ejemplo de ello es el modelo de ciudad
de 15 minutos impulsado por el Foro Económico Mundial y también por la Agenda 2030. Proponen
un sistema parecido al de la saga de los juegos del hambre. La población vive encerrada en barrios
y el objetivo es que no se desplacen para reducir las emisiones. La motivación de todo esto es la
emergencia climática, una alerta que justifica todo. Hemos pasado de un modelo de ciudad donde
tienes todo lo que necesitas a un radio de 15 minutos andando, que es una aspiración bastante
razonable, a un modelo de ciudad donde te encierran en guetos. Y claro, si uno escucha todo esto,
que Mas Madrid o el PSOE quieren encerrar a los madrileños en guetos dentro de sus ciudades y
en los cuales solo van a poder desplazarse en radios de 15 minutos andando, pues todo esto,
claro, suena tremendamente conspiranoico. Y en parte lo es por dos razones. La primera y
fundamental, porque Mas Madrid y el PSOE no han propuesto nada similar a crear guetos dentro de
las ciudades. Con lo cual, atribuirles a estos partidos que quieran crear guetos, pues estaremos
leyendo intenciones ocultas, pero desde luego no revelando propuestas explícitas. Y esto, claro,
a la izquierda le viene muy bien para rasgarse las vestiduras en parte con razón. ¿Cómo me ha
acusas a mí de querer crear guetos si yo no llevo absolutamente nada de esto en mi programa? Y es
cierto que no lo llevan en su programa. Y en segundo lugar, porque muchas de las descripciones
que se hacen de las ciudades a 15 minutos son descripciones incompletas sobre cómo se organizan
las ciudades a 15 minutos. Sin embargo, lo anterior no significa que estas críticas,
aparentemente conspiranoicas, contra las ciudades a 15 minutos no tengan suposo de verdad que desde
la izquierda rápidamente están descartando. ¿Cuál es ese poso de verdad? Pues que, aun siendo cierto
que hoy por hoy la izquierda no lleva en sus programas ningún tipo de restricciones a la
movilidad vinculadas con las ciudades a 15 minutos, si las ciudades a 15 minutos llegaran a materializarse
de verdad, llegaran a ser efectivas de verdad, los partidos de izquierdas, o al menos los partidos
con sensibilidad más ecologista, tendrían fortísimos incentivos a defender restricciones
a la movilidad de los ciudadanos ejercidas a través de transporte privado contaminante.
No es que la izquierda esté buscando encerrarnos físicamente dentro de un gueto, en una ciudad del
que no vamos a poder escapar por ningún medio. No es eso. De lo que se trata es de que, aprovechando
que todos los servicios esenciales los tienes cerca, en ese contexto es bastante probable que
la izquierda proponga restricciones fortísimas a la movilidad mediante el uso de transporte privado
contaminante. Porque si ya lo tienes todo cerca, si está todo a tiro de piedra, si puedes ir a todas
partes andando en 15 minutos, ¿para qué vas a utilizar el automóvil, especialmente un automóvil
que sea contaminante? Que sí, que a lo mejor quieres desplazarte a otra zona de tu ciudad,
y para eso no vas a ir andando si estamos hablando de ciudades muy grandes como pueda ser Madrid.
Pero en ese caso también tendrás alternativas de transporte público. O aún cuando quieras utilizar
tu vehículo privado contaminante para desplazarte a largas distancias dentro de Madrid, como esos
desplazamientos en gran medida son innecesarios, porque tienes tu trabajo, tu centro de salud,
tu centro de estudios, tu centro de ocio, todo a 15 minutos andando, como en gran medida esos
desplazamientos son innecesarios, se podrían terminar limitando el número de esos desplazamientos.
Repito, no porque quieran encerrarte físicamente en ningún lado, que te desplaces por la ciudad a
ellos les da absolutamente igual, sino porque no quieren que utilices el coche con motor de
combustión. Y precisamente para que no uses el coche con motor de combustión, están diseñando
un tipo de ciudad en el que se vuelva innecesario utilizar el vehículo para llegar a la mayoría de
sitios a los que tienes que llegar normalmente. Con lo cual, si la izquierda ecologista ve el
coche con motor de combustión como un peligro existencial para la humanidad, y además ha
conseguido diseñar ciudades en las que ellos consideran que el uso habitual del coche es
del todo innecesario, 1 más 1 suman 2. Me parece sumamente improbable que en ese contexto la izquierda
ecologista no plantee restricciones fortísimas adicionales al desplazamiento privado a través
de automóvil con motor de combustión. Pero si aún con las ciudades actuales, que no son
ciudades a 15 minutos, en el año 2050 ya quieren prohibir el uso del automóvil con motor de
combustión, por tanto, si eso es así para el año 2050, si antes del año 2050 hay ciudades a 15
minutos, parece previsible, perfectamente previsible, sin caer en ninguna conspiranoia de ningún tipo,
que los partidos de izquierdas y probablemente también los de derechas argumenten que, dado que
todo ya lo tienes cerca de casa, ¿para qué vas a utilizar el coche privado emisor de CO2? De hecho,
cabe incluso la posibilidad de que muchos de los que estén defendiendo este modelo de ciudades de
15 minutos ni siquiera se hayan llegado a plantear que ellos, con el tiempo, si este modelo sale
adelante, terminarán defendiendo las restricciones muy intensas al uso del coche privado. Por
que la transición desde estamos en una ciudad de 15 minutos a no hay que utilizar el vehículo es
una transición muy sencilla y prácticamente automática. De hecho, escuchemos a Mónica
García cómo defiende las ciudades a 15 minutos mofándose de los conspiranoicos que dicen que
quieren encerrar a los ciudadanos en un gueto. Ya digo que hasta cierto punto es razonable mofarse
de esto porque no es del todo así, no te quieren encerrar en un gueto, quieren que no uses el coche
privado, pero su argumentación casi invita naturalmente a prohibir el uso del coche privado.
Una nueva amenaza se cierne sobre la humanidad. Las élites globalistas quieren encerrarle a usted
en su barrio. Proponen un sistema parecido al de los juegos del hambre en el que la población no
se desplace para reducir emisiones. La alerta climática lo justifica todo. Con esta introducción
apocalíptica se resume la nueva cruzada paranoica de la derecha en contra de la iniciativa de las
ciudades de los 15 minutos. Por tomarlo con un poquito de humor, porque si no no se puede tomar,
y fraseando un poco la vida de Brian, podríamos preguntarnos qué ha hecho, qué podría hacer la
ciudad de los 15 minutos por nosotros. Pues podría hacer, por ejemplo, que no tengamos que coger el
coche para ir al centro de salud o para llevar alcohol a nuestros hijos. Existe una línea muy
fina entre no tener que coger el coche y tener que no coger el coche. Es decir, existe una línea
muy delgada entre tener la opción de no coger el coche si no queremos cogerlo y tener la obligación
de no coger el coche. Y se puede dar fácilmente el salto de la una a la otra, porque si no
tienes la necesidad de coger el coche, coger el coche es un capricho, y si tu capricho daña
a terceros, te voy a impedir que hagas uso de un capricho para dañar a terceros. Y nada de esto
es conspiranoia, simplemente es una implicación natural de las ideas de la izquierda ecologista.
De hecho, la ciudad de Oxford, en Inglaterra, ya se está diseñando, ya se está concibiendo como
una ciudad en 15 minutos. Y en esa ciudad ya se están planteando restricciones muy serias al
uso del coche privado. Leamos qué nos dice el propio Ayuntamiento de Oxford. ¿Qué son los filtros
de tráfico? Los filtros de tráfico están destinados a reducir los niveles de tráfico en Oxford,
centrándose en los viajes innecesarios en coche. Todos los demás vehículos, incluidos taxis,
autobuses, autocares, furgonetas, ciclomotores, motocicletas y vehículos pesados, pueden pasar
a través de estos filtros de tráfico en todo momento. Por esto decía que la obsesión no es
a impedir que te desplaces. No tienen ningún problema en que una persona pase de un lado a
otro de la ciudad. Lo que les preocupa es que utilices el vehículo y lo que quieren es inmovilizar
el vehículo. Los filtros no son barreras físicas, sino restricciones de tiempo en seis carreteras de
la ciudad destinadas a reducir la cantidad de automóviles en Oxford. De hecho, y esta es otra
de las cosas que no se suele enfatizar cuando se describe a las ciudades en 15 minutos como
prácticamente ghettos del juego del hambre, es que si no utilizas esas seis vías principales la ciudad
de Oxford sí permite que te desplaces donde quieras. ¿Que tendrás que dar rodeos mucho mayores? Sí,
pero no te impiden salir. Lo que te impiden es utilizar las seis vías principales de la ciudad.
Los automóviles no deben pasar por los filtros de tráfico sin un permiso mientras la restricción
del filtro de tráfico esté en funcionamiento. Las cámaras de reconocimiento automático de
matrículas controlarán y harán cumplir las restricciones. Será físicamente posible conducir
a través de los filtros de tráfico durante horas restringidas sin un permiso, pero será multado si
lo hace. Los residentes de Oxford y algunas áreas en las afueras de la ciudad podrán solicitar un
permiso que les permita conducir a través de los filtros de tráfico hasta 100 días al año. Otros
residentes de Oxfordshire podrán solicitar un permiso que les permita atravesar los filtros de
tráfico hasta 25 días al año. Es decir, que si vives en el condado pero no en la ciudad solo
podrás superar los filtros de tráfico durante 25 días al año. ¿Y por qué se hace todo esto? No
porque tengan el objetivo de encerrarte en casa. Esa puede ser una consecuencia de sus medidas que
les dará igual, pero no es el propósito principal de su medida. El propósito principal de su medida
es que no se utilice el coche. La propia página del Ayuntamiento de Oxford lo explica. ¿Por qué
proponemos filtros de tráfico? Queremos reducir los viajes innecesarios en automóviles privados y
hacer que caminar, andar en bicicleta, el transporte público y compartido sea la primera opción natural.
Esto nos ayudará a ofrecer un sistema de transporte asequible, sostenible e inclusivo que
permita que el condado prospere mientras protege el medio ambiente y hace de Oxfordshire un mejor
lugar para vivir para todos los residentes. Los filtros de tráfico son una forma importante de
lograr esto en Oxford. Los filtros de tráfico propuesto hacen que caminar y andar en bicicleta
sean más seguros y atractivos, hacen que los viajes en autobús sean más rápidos y confiables,
habilitan rutas de autobús nuevas y mejoradas, apoyan la inversión en autobuses modernos y ayudan
a abordar el cambio climático, reducir la contaminación del aire local y mejorar la
salud y el bienestar de nuestras comunidades. Como ya hemos leído, estos filtros de tráfico no estarán
operativos en Oxford durante todo el día. Las restricciones a la movilidad en coche privado en
las seis principales avenidas de la ciudad solo se ejecutará durante algunas horas del día,
no durante todo el día. Lo que pasa es que es durante la mayor parte del día. Como podemos ver
en este cuadro, las restricciones son normalmente de 7 de la mañana a 7 de la tarde. Durante toda
esa franja horaria no se puede utilizar el coche para atravesar los llamados filtros de tráfico.
En definitiva, las ciudades a 15 minutos no tienen como objetivo encerrar a nadie en ningún lado,
tienen como objetivo acabar con el coche privado y específicamente con el coche con motor de
combustión. Una consecuencia indeseada, pero que a lo mejor no les importa demasiado a quienes
promueven las ciudades a 15 minutos, es que eso reduzca mucho el desplazamiento efectivo de las
personas dentro de una gran ciudad. De tal manera que, a efectos prácticos, muchas personas si se
queden, si no quieren utilizar el transporte público u otros medios de transporte alternativos,
si se queden dentro de su barrio porque no puedan desplazarse más allá, insisto, si no contemplan
otra alternativa a desplazarse fuera de su barrio que no sea el coche privado. Y el problema no es
solo que una parte de la derecha pueda ser conspiranoica cuando describe las ciudades
de 15 minutos como guetos de los que nadie podrá escapar. El problema también es que
la izquierda que defiende las ciudades a 15 minutos no le están contando a los ciudadanos
cuáles son sus objetivos reales respecto a esas ciudades de 15 minutos a medio largo plazo. Venden
la idea muy bonita de tenerlo todo a nuestro alcance, algo a lo que nadie se va a oponer
de entrada, pero sin tener en cuenta los costes económicos y sociales de lograr ese objetivo,
porque no sale gratis, y sobre todo sin decirnos que hacen todo esto en gran medida para terminar
prohibiendo tan pronto como le sea posible el coche privado de motor de combustión. Claro,
porque si tú a la gente le dices, oye, que voy a hacer esto que suena muy bien para que tú no
puedas utilizar tu coche, pues a lo mejor a la gente ya no le suena tan bien. Con lo cual,
lo que hace la izquierda, consciente o inconscientemente, es engañar al electorado.
Le está planteando una propuesta sin explicitar cuáles son todos los contras que puede entrañar
esa propuesta. Se quejan de que unos conspirativamente lo pintan todo de negro, cuando ellos,
conspirativamente también, lo pintan todo de rosa. Y digo que conspirativamente porque
están conspirando para que la población no sepa todo lo que entraña su proyecto de ciudad de 15
minutos. Quieren secuestrar esa parte de sus propuestas, de sus ideas, de su visión a largo
plazo de ciudad del debate público, porque a lo mejor creen que los ciudadanos no lo entenderían
y que, aunque les beneficia en última instancia, como son tontos y no lo entienden,
terminan votando en contra de esta idea maravillosa. Y como de lo que se tratas de
ganar elecciones para imponer tu agenda ideológica, mejor no les contamos a los
ciudadanos todo lo que implica la ciudad de 15 minutos. Pero tanta distorsión es inventarse
lo que implica la ciudad de 15 minutos, ¿cómo no contar todo lo que sí implica o muy probablemente
sí implicaría la ciudad de 15 minutos? Desde luego, las ciudades de 15 minutos no son un
gueto, pero tampoco son un paraíso exento de limitaciones muy importantes a las libertades
de los individuos, tal como la izquierda nos está vendiendo. Porque eso, que las ciudades de 15
minutos forman parte de un proyecto para expulsar al coche privado de nuestras ciudades, es justamente
lo que la izquierda no quiere que sepamos.