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Cuando hablamos del programa económico de los partidos políticos, normalmente nos
referimos a sus propuestas fiscales y de gasto, es decir, cuánto dinero van a quitar
no o van a dejarnos de quitar de nuestro bolsillo y cuánto dinero nos van a dar o nos van a
dejar de dar a través del presupuesto. Suele ser la parte más bendible porque es la más
cuantificable y la que más directamente afecta a la intención de comprar y de vender el voto
por parte de los ciudadanos. Sin embargo, muchas de estas propuestas fiscales, siendo en algunos
casos interesantes o muy interesantes, están sometidas a una restricción presupuestaria.
No podemos gastar más de lo que ingresamos y, por tanto, aquellos partidos que proponen
aumentar el gasto sin subir impuestos o aquellos partidos que propunan bajar impuestos sin
recortar el gasto, normalmente se van a encontrar compromesas fallidas, compromesas frustradas
porque o bien no van a poder hacerlo en caso de llegar al poder o si lo hacen, simplemente
lo harán y perendeudándonos y, por tanto, haciendo un ejercicio de responsabilidad financiera
máximo. Sin embargo, en el programa económico de los partidos políticos hay otras medidas
que también conviene valorar, que también tienen un impacto muy relevante en nuestras
vidas y que no necesariamente tienen un coste financiero asociado o, al menos, no un coste
demasiado relevante y que, por tanto, sí son plenamente realizables en caso de que el
partido político correspondiente llegue al poder y tenga, verdaderamente, intención
de cumplir con su programa. En las pasadas elecciones generales ya
tuve ocasión de comentar que el programa económico que consideraba más acabado, más refinado,
más conveniente o preferible en definitiva para la economía española era el programa
económico The Box. Y lo decía, y lo sigo diciendo, a pesar de que no siento ningún
tipo de simpatía hacia esta formación política, muy en especial por sus posturas sobre identidad
nacional, sobre modelo de estado, sobre política migratoria o sobre determinadas libertades
civiles que, desde el programa The Box, pretenden estrecharse o, al menos, reducirse.
Sin embargo, pese a todo lo anterior, hay que reconocer el trabajo bien hecho y hay que
reconocer cuando un programa económico es un buen programa económico venga de donde
venga. Y en el caso The Box reitero, estamos ante el mejor programa económico de todos
los que se presentan a estas elecciones. Y no lo digo por sus políticas o sus propuestas
fiscales. Las propuestas fiscales The Box, como las del PP, las de ciudadanos o, en el
otro espectro, las de Podemos o las del Partido Socialista, mucho me temo que no van a poder
realizarse, dado que están haciendo unas cuentas un tanto optimistas sobre cuánto van a aumentar
los ingresos del estado como consecuencia de un crecimiento económico cada vez más
estancado y, por tanto, si cuentan con una recaudación futura que no va a llegar o recortan
el gasto para bajar impuestos, cosa que, desde The Box, de nuevo, están haciendo unas cuentas
de la vieja con respecto al gasto autonómico absolutamente inflado o, en otros casos, suben
masivamente los impuestos para aumentar el gasto. Con lo cual, abstrayéndonos de la
política fiscal, que creo que es la parte en todos los partidos más débil, procedemos
a analizar qué otras medidas dentro del programa económico The Box son no solo factibles, en
la medida en que no impliquen un coste presupuestario muy significativo, sino que, además, son
tremendamente positivas para una economía como la española.
Primero en materia de pensiones, The Box propone cinco medidas que serían positivas, que serían
beneficiosas para garantizar la sostenibilidad a largo plazo de este sistema previsional.
La primera de ellas es una medida meramente informativa, de transparencia, pero que aun
así es importante, y es que en las nóminas que reciben mes a mes todos los trabajadores
de España aparezca explícitamente cuál es la cotización empresarial de la seguridad
social. La cotización empresarial de la seguridad social es parte del salario del trabajador,
que se le detrae de su nómina, pero que no aparece normalmente en su nómina, de tal
manera que el trabajador, cuando ve salario bruto, cree que ese es el salario que realmente
está pagando por el empresario. Cuando en realidad ese salario bruto es un 30% superior,
una vez tenemos en cuenta el coste empresarial de la seguridad social, que lo paga el empresario
en nombre y a cuenta del trabajador, y por tanto forma parte de su salario.
En segundo lugar, y como medida para viabilizar el sistema público de pensiones, The Box propone
y es el único partido político que lo propone un sistema de cuentas nacionales, es decir,
crear el modelo sueco de seguridad social en España. El modelo de cuentas nacionales
es un modelo que defiende en España los intelectuales de cariz más social demócrata, es decir,
es una idea que la aristocracia social demócrata, la intelectualidad social demócrata, considera
que es muy positiva, y desde luego lo es para garantizar la sostenibilidad de un sistema
público. Lo curioso es que de todo el arco parlamentario, el único partido político
que se haya atrevido a proponerlo, haya sido The Box, que en principio es el partido menos
favorable a la exclusividad previsional del sistema público de pensiones.
¿En qué consiste este sistema de cuentas nacionales? Básicamente que se crea una especie
de cuenta de ahorro personal ficticia, eso sí, de cada trabajador, en la que mes a
mes se le añaden virtualmente las cotizaciones individuales y empresariales que ha efectuado
la seguridad social, como si estuviese aportando efectivamente ese dinero a la cuenta nacional.
Se le añade además una cierta revalorización, una cierta rentabilidad de nuevo virtual,
por ejemplo del 1, del 2 o del 3%, y cuando llega la jubilación el trabajador sabe cuál
es el saldo de esa cuenta de jubilación. ¿Qué sucede con esa cuenta de jubilación?
Pues que es el monto a partir del cual se calcula en función de la esperanza de vida
del trabajador cuál va a ser la pensión que ha de recibir ese trabajador.
Con este sencillo mecanismo lo que se consigue es ajustar las pensiones a por un lado la cotización
efectiva y real del trabajador a lo largo de su vida laboral y por otro a unos pagos
a los que realmente puede hacer frente el sistema de seguridad social público, es decir
se consigue una mayor equidad intergeneracional con sostenibilidad del sistema. Eso no significa
que las pensiones no vayan a bajar, este sistema probablemente sea un mecanismo para ajustar
recortar las pensiones, insisto, a aquellas que efectivamente puede abonar el sistema,
pero es un mecanismo suficientemente flexible y transparente como para que los trabajadores
puedan reaccionar a tiempo ante esas pensiones declinantes en el futuro, en la medida en
que es transparente y en que el trabajador va conociendo en cada momento cuál va a ser
su pensión esperada a la futura, puede tratar de ahorrar por su cuenta en mayor medida para
complementar su expectativa de baja pensión pública futura y en la medida en que es
flexible el trabajador puede escoger retrasar su vida de jubilación para seguir aportando
a esta cuenta de ahorro personal y por tanto ir incrementando la pensión que el sistema
le puede llegar a ofrecer. De hecho la tercera de las medidas con respecto al sistema de
pensiones que plantea Vox es incentivar fiscalmente el retraso voluntario de la edad de jubilación.
Esto tiene pleno sentido porque cuando una persona se jubila se convierte en inactiva,
es decir deja de generar riqueza sobre la que se pagan impuestos y al contrario empieza
a consumir la riqueza a través de transferencias públicas que producen otros. Es verdad que
también paga impuestos sobre esas transferencias que recibe pero fijémonos que en este caso
los impuestos son en realidad un menor importe neto de las transferencias que recibe, no es
que produzca y una parte de su producción es la que del estado es que el estado después
de impuestos le transfiere netamente una menor cantidad de riqueza. Por tanto si por ejemplo
Vox planteara una exención completa del IRPF para todas aquellas personas que llegados
los 67 años deciden seguir trabajando y no accediendo al sistema público de pensiones,
esto sería una ganancia neta para el estado. ¿Por qué? Porque si la persona se jubila
deja de pagar IRPF sobre su nueva producción, al contrario lo que hace es recibir una pensión
sobre la que sí paga IRPF pero que es simplemente una menor pensión neta que recibe. Por tanto
si esa persona se acoge al retraso voluntario de la edad de jubilación no es que el estado
vaya a ingresar menos porque insisto esos ingresos por IRPF si una persona se jubila
se pierden, lo que va a suceder es que el estado en términos netos se va a ahorrar una pensión
y por tanto va a descargar de gastos al sistema público de pensiones. Por tanto facilitar
fiscalmente el retraso voluntario de la edad de jubilación es una buena medida para volver
el sistema más sostenible. Pero y ya en último lugar las dos últimas medidas que
plantea Vox no se refieren a cómo volver el sistema público más sostenible sino a cómo
complementarlo con ahorro privado. En primer lugar Vox plantea una ampliación de las
desgravaciones fiscales por aportaciones a planes de pensiones desde los 8.000 euros
actuales a cifras que podrían superar los 47.000 euros. Por tanto se trata de una medida
dirigida a facilitar mucho el ahorro. Ahora bien, ya he comentado en otras ocasiones
que los planes de pensiones son un pésimo en general en España al menos un pésimo
instrumento para ahorrar y por eso Vox no solo plantea una ampliación de las desgravaciones
a planes de pensiones sino también una ampliación del tipo de activos en los que podemos invertir
y que estén fiscalmente bonificados. De lo que se debería tratar, y esto es una medida
que también plantea el Partido Popular y que es tremendamente beneficiosa para la economía
y para el sistema de pensiones, de lo que se debería tratar es de que todo el ahorro
a largo plazo que amase una persona no esté penalizado fiscalmente, que no nos obliguen
a pagar impuestos sobre los rendimientos que obtenemos por nuestro ahorro y que reinvertimos
para seguir capitalizándolos de cara a la jubilación y que una vez retiramos ese ahorro a largo
plazo de nuestra cuenta de ahorro personal para acceder a la jubilación que no hagan
como sucede ahora, que nos metan un tremendo sablazo sobre todo el ahorro que hemos capitalizado
hasta ese momento. Por tanto, si Vox plantea esto y en parte así aparece en su programa
que haya muchos otros instrumentos, vivienda, fondos de inversión, acciones escogidas
de título individual, buenos corporativos, negocios particulares que se pudieran beneficiar
de esa desgravación fiscal por ahorro a largo plazo para preparar la jubilación, sería
una magnífica noticia porque por un lado facilitaríamos el ahorro de los ciudadanos
y por otro romperíamos ese monopolio público privado privilegiado que hoy tienen los planes
de pensiones en relación a las bonificaciones fiscales que hacen que los ciudadanos compren
casi cautivamente un producto financiero, planes de pensiones que a día de hoy en España
es un producto financiero pésimo y dominado oligopolísticamente por la banca.
En materia fiscal ya hemos dicho que el programa de Vox contiene buenas ideas en cuanto a rebajas
de impuestos pero que nos explican muy bien cómo se van a financiar en un contexto en
el que los ingresos fiscales futuros del estado parece que no van a aumentar tanto como se
esperaba porque el crecimiento ha pinchado.
Sin embargo, incluso en estas rúbricas encontramos propuestas que no tienen un coste presupuestario
muy grande que por tanto sí se pueden aplicar y que serían de nuevo beneficiosas para la
economía.
La primera de estas medidas fiscales con un impacto presupuestario no demasiado grande
pero con un impacto económico notable es hacer tributar a las plusvalías del ahorro
no en función de su rentabilidad nominal sino en función de su rentabilidad real.
Dentro del IRPF los ahorradores pagan impuestos por sus ganancias.
Ahora bien, esas ganancias hoy en día son ganancias nominales, es decir ganancias que
incluyen la inflación y sobre la inflación no habría que pagar impuestos.
Si yo compro unas acciones a 100 y las vendo a 110, pero entre tanto los precios han aumentado
un 10% yo en realidad no he ganado nada, tengo una rentabilidad nominal sobre mis acciones
del 10% pero el dinero vale un 10% menos, por tanto tengo el mismo poder adquisitivo que
al principio.
Sin embargo, nuestro código fiscal actual hará pagar impuestos a ese ahorrador sobre
su ganancia de 10 unidades nominales en las acciones.
Esto es algo que Vox plantea corregir, que se tribute solo por ganancias reales y no
nominales, que desde luego fomentaría el ahorro de nuestro país y sabemos que aquellos
países que ahorran más son países que se capitalizan más, por tanto países que crecen
más y que pueden pagar mayores salarios.
Otra medida fiscal interesante que plantea Vox es permitir a los profesionales que se
compensen sus bases imponibles negativas dentro del IRPF.
Otra medida fiscal interesante que plantea Vox es la creación de una cuenta corriente
fiscal donde mis saldos acreedores y deudores con hacienda se compensen.
¿Qué es esto?
Bueno, actualmente hay muchos profesionales a los que la administración pública les
debe dinero porque la administración pública se retrasa mucho al pagar sus deudas pero
sin embargo la administración pública cobra puntualmente los impuestos que le adeudan
estos profesionales.
Bueno, lo que plantea Vox es algo tan sencillo y tan desentido como que si la administración
pública me debe 1.000 euros y yo le debo en concepto de impuestos 1.200 euros a la administración
pública que yo no tenga que pagarle 1.200 euros y seguir esperando a que la administración
me pague cuando a ella le dé la gana a los 1.000 euros que me adeuda, sino que compensemos
lo que le debo con lo que me debe y por tanto en el ejemplo anterior yo simplemente le pague
a hacienda 200 euros y no 1.200 esperando que en algún momento futuro la administración
pública si lo tiene bien me pague los 1.000 euros que me debe, por tanto de nuevo sencillez,
transparencia, flexibilidad a la hora de organizar los cobros y los pagos en nuestras relaciones
con el fisco.
Y la tercera medida interesante que plantea Vox en materia fiscal aunque en realidad está
a caballo entre fiscalidad y libertad de elección de servicios públicos por parte del usuario
es la de introducir una deducción por gastos de asistencia en el hogar y de personal sanitario
es decir que si yo utilizo la sanidad privada porque prefiero acudir a un hospital privado
antes que a un hospital público yo me pueda deducir, entiendo que con determinados límites
eso no lo especifica Vox pero que yo me pueda deducir el gasto sanitario privado que he
efectuado y porque esto tiene pleno sentido, porque si yo utilizar a un hospital público
estaría obligando a la administración a que gastara una cantidad de dinero en mí.
Si yo decido no utilizar el hospital público y utilizo el hospital privado, la administración
se está ahorrando un dinero que, alternativamente, insisto, se tendría que haber gastado en
mí.
Por tanto, tiene de nuevo pleno sentido que permitamos que las personas que voluntariamente
hacen uso de un hospital privado y que descargan al sistema público se puedan compensar parte
de ese ahorro que estamos o están generando a la administración pública.
De esa manera, además, también se fuerza a los hospitales públicos a que compitan en
calidad y en coste con los hospitales privados, porque si no lo hacen, la gente irá migrando
hacia los hospitales privados y los hospitales públicos seguirán quedando vacíos.
Lo importante, por tanto, será mantener los estándares de calidad de los públicos,
tener, además, no sólo la calidad en la prestación de servicios sanitarios, sino
la rapidez a la hora de atender al personal, a los pacientes y no acumular enormes listas
de espera, y en la medida en que eso se haga, pues la gente tendrá menos incentivos a ir
al hospital privado.
En la medida en que no se haga, pues se irá a la gente migrando hacia el hospital privado
y el sector público se tendrá que reestructurar por su ineficiencia estructural.
Una de las medidas que plantea Vox, conectada con esta libertad de elección del usuario,
es algo que debería estar presente en todos los programas electorales de todos los partidos
políticos, o al menos en aquellos que dicen tener ciertas simpatías con la libertad
de las personas y más en concreto con la libertad de los padres para educar a sus hijos,
que es el cheque escolar.
El cheque escolar consiste en que en lugar de que el sector público nos pague una plaza
en un colegio público y nos diga, tienes que ir a este colegio público, el estado,
ese dinero que se habría gastado en nosotros para dotar la plaza en la escuela pública,
se lo da en cheque a los padres.
Y son los padres los que con ese cheque, pues de 3.000, 4.000, 5.000, 6.000, 7.000 euros,
el equivalente al coste de una plaza pública, con ese cheque los padres escogen.
Si quieren ir al colegio público, si quieren ir al colegio privado, y por tanto se establece
una competencia entre los distintos tentos de enseñanza y mucho más importante.
Se respeta la libertad de elección de los padres para seleccionar en qué colegio, con
qué currículum, con qué plan de estudios, quieren que se formen que estudien sus hijos.
Y ya por último, una declaración genérica, pero no así procedente y necesaria, Vox también
plantea la necesidad de regular enormemente la economía española.
Es verdad que no especifica qué regulaciones concretas se quiere cargar, incluso se han
propuesto aprobar una regla de, por cada nueva regulación que aprobemos, habrá que eliminar
otras 10 regulaciones, tal vez sea una regla demasiado rígida, pero no obstante la intención
de deregular, es decir, de liberalizar, de quitar coste regulatorios a familias y empresas,
es una medida muy procedente, muy necesaria y muy positiva, en la medida en que abren
nuevas oportunidades de generación de riqueza dentro de nuestro país.
Entiendo que es aquí, aunque no lo mencionan y son omisiones importantes, pero entiendo
que es aquí donde Vox incluye algunas de sus ideas en el anterior programa electoral,
el programa electoral de las elecciones de abril de este año, en concreto liberalizar
el mercado de trabajo y casi más importante, atendiendo a cuál está siendo la situación
del mercado inmobiliario, liberalizar el mercado inmobiliario para que pueda aumentar la oferta
de vivienda y se abaraten los precios de la vivienda y aumente, por tanto y en definitiva
la accesibilidad de nuestros jóvenes a nuevas viviendas.
En definitiva, estos son los principales puntos del programa económico de Vox, más allá
de sus propuestas de rebaja de impuestos, que por desgracia, temo que sean bastante
irrealizables, atendiendo a la situación económica actual del país, pero todas las
que he mencionado no tienen una implicación financiera demasiado elevada, no es que vayan
a costar mucho y muchas de ellas no cuestan absolutamente nada, y son medidas que contribuirían
a incrementar el crecimiento potencial de nuestra economía y a aumentar la libertad
de familias y empresas a la hora de cómo dirigir sus vidas, por tanto se trata de
un programa económico bastante, al menos lo que está publicado, bastante coherente,
bastante razonable y el programa económico bastante liberal.
Otra cosa es el programa no económico de Vox, donde el liberalismo por desgracia brilla
por su ausencia, es un programa de corte nacionalista español, de corte centralista en cuanto
a modelo de estado y de corte conservador no liberal en muchas materias de libertades
civiles, y por eso, como ya dije en las anteriores elecciones, yo personalmente nunca podría
votar a un partido como Vox, aun así las medidas económicas del programa de Vox ojalá
se pusieran en marcha en nuestro país, ojalá se aplicaran, las aplique Vox o las aplique
cualquier otro partido político, esto no va de etiquetas políticas, esto va de cuales
son buenas medidas económicas para nuestro país y las mejores medidas económicas para
nuestro país, más allá de rebajas fiscales difícilmente implementables, las tiene hoy
por hoy Vox, si no quieren los otros partidos políticos que Vox tenga este monopolio de
las buenas ideas económicas, lo que tienen que hacer es simplemente emular estas muy
razonables y muy positivas medidas económicas del programa de Vox, si fuera así y avanzáramos
hacia esa liberalización de nuestra economía, nuestro país podría dar un salto cualitativo
muy importante en su calidad de vida.