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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

¿Donald Trump ha prometido que eliminará por entero el IRPF estadounidense compensando
la pérdida de recaudación con una subida de aranceles? ¿Estamos ante una propuesta
fiscal seria y realista? ¡Veámoslo!
Hace unas semanas, en este canal, hablamos sobre cuál es la propuesta económica más
dañina de la candidata demócrata a la presidencia de los Estados Unidos, Kamala Harris.
Hoy vamos a hablar sobre cuál es la propuesta económica más irreal del candidato republicano
a la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump. Y es que, durante los últimos días,
el equipo económico de Donald Trump ha filtrado a los medios de comunicación que están analizando
seriamente una medida que sería, desde luego, revolucionaria en el panorama tributario de
los Estados Unidos y que, incluso, haría las delicias de muchos liberales o libertarios.
En concreto, Donald Trump estaría estudiando eliminar por entero, repito, por entero, el
tramo federal del impuesto de la renta sobre las personas físicas, el equivalente al IRPF
en los Estados Unidos, compensando la pérdida recaudatoria de eliminar este impuesto sobre
la renta de las personas físicas con los mayores ingresos procedentes de una fuerte subida
de los aranceles. Y, como digo, lo que comenzaron siendo filtraciones a la prensa del equipo
económico de Donald Trump se ha terminado convirtiendo en una propuesta o en un planteamiento
más o menos oficial después de que Donald Trump fuera entrevistado por Joe Rogan y este
le preguntara explícitamente sobre esta cuestión.
direction.
¿Puedo afloat out the idea of getting rid of income taxes and replacing it with tariffs?
Bueno, ok.
¿Were serios about that?
Yeah, sure, pero ¿por qué no?
Porque, ¿por qué?
Our country was the richest in the, relatively, in the 1880s and 1890s.
A president who was assassinated named McKinley, he was the tariff king.
He spoke beautifully of tariffs.
His language was really beautiful.
We will not allow the enemy to come in and take our jobs and take our factories and take our workers and take our families unless they pay a big price.
And the big price is tariffs.
And he'd speak like that, but he was right.
And then around in the early 1900s, they switched over stupidly to, frankly, an income tax.
And you know why?
Because countries were putting a lot of pressure on America.
We don't want to pay tariffs.
Please don't.
You know, they, believe me, they control our politicians.
De hecho, Donald Trump nos está diciendo que su modelo de fiscalidad, la ausencia completa de IRPF
y, en cambio, la existencia de aranceles mucho más altos que proporcionen al gobierno federal la recaudación
que no obtiene por la inexistencia del IRPF, que ese modelo fiscal tampoco es de ciencia ficción,
que es el que tenía los Estados Unidos de América en el siglo XIX cuando se fue convirtiendo en una potencia económica.
Y ahí Donald Trump tiene toda la razón.
En el siglo XIX, alrededor del 90% de los ingresos del gobierno federal estadounidense procedían de los aranceles.
De hecho, el impuesto federal sobre la renta, el IRPF federal, no se crea hasta el año 1913.
Por tanto, hasta el año 1913, el gobierno federal de los Estados Unidos funcionaba sin impuesto sobre la renta,
únicamente con la recaudación de los aranceles.
Y lo que nos está diciendo Donald Trump es que él quiere regresar a ese modelo.
Aranceles más altos y no confiscación de los ingresos de los trabajadores y de los empresarios estadounidenses.
Entonces, si todo esto es así, si este modelo fiscal que está proponiendo Donald Trump ya se aplicó en el siglo XIX en los Estados Unidos,
¿por qué lo califico de propuesta política irreal?
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Y dicho esto, respondamos a la cuestión que iniciaba este vídeo.
¿Por qué la propuesta de Donald Trump de que Estados Unidos regrese al modelo fiscal del siglo XIX
no es una propuesta fiscal realista?
Pues por una razón muy sencilla.
En el siglo XIX los aranceles podían cubrir el 90% o más del 90% de los ingresos públicos federales
y, por tanto, del gasto público federal, porque el tamaño del Estado en los Estados Unidos en el siglo XIX
era reducidísimo.
Como podemos ver en este gráfico, durante el siglo XVIII, el siglo XIX y la primera década del siglo XX,
el gasto público federal sobre el PIB de los Estados Unidos rondaba el 2, el 3 o, como mucho,
el 4% del PIB estadounidense.
Y en este 4%, tened en cuenta que se incluyen los gastos militares extraordinarios
de la guerra de secesión estadounidense.
Pero a partir de la segunda década del siglo XX,
el tamaño del gobierno federal estadounidense comienza a crecer de manera continuada,
hasta llegar al entorno del 20, 21, 22% del PIB.
Estoy hablando del gasto público federal.
Si incluimos el gasto público estatal y municipal, el gasto público total de los Estados Unidos
rondará el 40% del PIB.
Pero estamos hablando únicamente del gasto público federal.
Como digo, en el entorno del 20, 21, 22% del PIB, salvo en momentos extraordinarios,
como la Segunda Guerra Mundial o como la reciente pandemia del coronavirus,
donde esos porcentajes se elevan extraordinariamente al 30 o al 40% del PIB.
Entonces, claro, si el tamaño del gobierno se incrementa,
para financiar ese gobierno muchísimo más voluminoso,
vas a necesitar incrementar mucho los ingresos fiscales.
Y precisamente para eso se crea, a partir de la segunda década del siglo XX,
el IRPF en los Estados Unidos, para que el gobierno federal pueda absorber
muchos más recursos de la economía y financiar su tamaño expansivo.
En la actualidad, de hecho, los ingresos federales del gobierno estadounidense
ascienden a 4,4 billones de dólares.
Billones con 12 ceros.
Y prácticamente la mitad de toda esa recaudación tributaria,
en concreto 2,17 billones de dólares,
es recaudación que procede del IRPF federal de los Estados Unidos.
Y en cambio, hoy por hoy, los ingresos por aranceles
apenas llegan a 80.000 millones de dólares.
Es decir que, hoy por hoy, los ingresos por aranceles son
27 veces inferiores a los ingresos por IRPF.
Por eso, si Trump quiere eliminar el IRPF federal y reemplazarlo por aranceles,
debería ser capaz de recaudar alrededor de 2,17 billones de dólares
grabando con aranceles las importaciones de bienes a los Estados Unidos.
¿Y esto qué implicaría?
Pues de entrada, y haciendo un análisis tremendamente simplista,
si las importaciones de bienes a los Estados Unidos ascendieron a 3,1 billones de dólares
en el año 2023, para recaudar 2,17 billones de dólares grabando estos bienes importados,
sería necesario establecer un arancel promedio,
sobre todo bien importado a los Estados Unidos, del 70%.
Hoy, el arancel medio sobre las importaciones en los Estados Unidos es del 2,5%.
Por supuesto, hay bienes que tienen aranceles muchísimo más altos
y otros bienes que no tienen aranceles, o que son aranceles prácticamente testimoniales.
Pues bien, para poder recaudar 2,17 billones de dólares con aranceles,
haría falta incrementar el arancel promedio sobre todas las importaciones de bienes a los Estados Unidos
desde el 2,5% al 70%.
Y esto, claro, suponiendo que después de elevar el arancel promedio sobre las importaciones
del 2,5% al 70%, las importaciones de bienes no se desplomen.
Bien, es muy llamativo cómo los republicanos, y especialmente Donald Trump,
creen casi ciegamente en la curva de Laffer.
De hecho, Donald Trump, en su primer mandato,
otorgó la medalla de la libertad a Arthur Laffer por su curva de Laffer.
Es decir, es curioso que los republicanos, y sobre todo Donald Trump,
confíen en que bajando impuestos se aumenta la recaudación
y en que, por tanto, subiendo impuestos cae la recaudación,
salvo cuando han de aplicarlo al caso de los aranceles.
Y es que si suponemos una elasticidad del 1%
entre la cantidad importada de bienes y los precios,
que es la elasticidad que parece regir en el caso de las importaciones estadounidenses,
un aumento de los aranceles hasta el 70%
llevaría a una caída de las importaciones de bienes a los Estados Unidos
de casi el 70%.
De tal manera que, aún con ese gravamen,
la recaudación apenas llegaría a 600.000 o 650.000 millones de dólares.
Muy por debajo de los 2,17 billones de dólares
que recauda hoy por hoy el IRPF federal.
Vamos, que no parece haber ninguna forma ni remotamente cercana
de recaudar 2,17 billones de dólares
únicamente a través de aranceles sobre las importaciones estadounidenses.
Porque cuanto más subas el arancel promedio,
más se desploma la cantidad importada de bienes
y, por tanto, no te vas acercando ni mucho menos a esa cifra de 2,17 billones.
Por ello, si Donald Trump de verdad quisiera eliminar el IRPF federal
y reemplazarlo por aranceles,
lo que tendría que hacer, además de esa operación fiscal,
es recortar de manera extraordinaria
alrededor de dos tercios como poco
el tamaño del gobierno federal estadounidense.
Pasar de un peso del 21 o 22% del PIB
a uno del 7 o del 8% del PIB.
¿Piensa hacerlo Donald Trump?
Pues sinceramente no creo.
Como vemos, en 2023 el gasto público federal de los Estados Unidos
ascendía al 23% del PIB.
¿Y cómo se distribuía ese 23% de PIB de gasto público federal?
Pues el 5% iba a parar al pago de pensiones públicas.
El 3,1% iba a parar al Medicare,
es decir, a pagar la sanidad desde el Estado a los mayores de 65 años.
El 2,3% del PIB iba a parar al Medicaid,
es decir, a pagar desde el Estado la sanidad para aquellas personas sin recursos.
El 3% del PIB era gasto en defensa
y el 2,4% del PIB era gasto en intereses sobre la deuda.
Sólo estas partidas que he mencionado
ya ascienden al 16% del PIB.
Por tanto, aunque Donald Trump eliminara por entero
el gasto público en todas las demás partidas,
el tamaño del sector público estadounidense
rondaría el 16% del PIB.
El doble de lo que hemos dicho que sería sostenible
eliminando el IRPF y subiendo de manera brutal
los aranceles sobre las importaciones.
Y dado que Donald Trump no ha prometido recortar
ni las pensiones públicas, ni el Medicare, ni el Medicaid,
ni el gasto militar,
no sólo eso, dado que Donald Trump no recortó en absoluto
el gasto federal durante su primer mandato,
como vemos en este gráfico,
el gasto federal del gobierno estadounidense
se mantuvo estable en torno al 20% del PIB durante su mandato,
resulta muy poco verosímil
que no habiéndolo prometido
y no habiéndolo ejecutado en su primer mandato,
ahora vayamos a ver
un extraordinario recorte del gasto público
desde el 22% o 23% del PIB al 8% del PIB.
Y si Donald Trump no acomete este enérgico recorte del gasto público,
entonces su promesa, su compromiso, su aspiración
de eliminar el IRPF federal y reemplazarlo por aranceles
sólo conduciría a una explosión del endeudamiento público,
de la emisión de deuda pública por parte del gobierno federal.
Algo que a medio plazo no es en absoluto sostenible.
Y, por tanto, lo que no es en absoluto sostenible
es este tamaño del Estado estadounidense
con el modelo fiscal que está defendiendo Donald Trump.
Si Donald Trump quiere regresar al modelo fiscal del siglo XIX,
tendrá que regresar al tamaño del Estado del siglo XIX.
Y lo primero puede que le seduzca,
pero lo segundo, desde luego, no lo hace.
Por tanto, aún dejando de lado la cuestión del enorme daño
que una subida arancelaria tan acusada
ejercería sobre la economía estadounidense,
aún dejando de lado esa cuestión,
porque es verdad que eliminar el IRPF
también supondría un estímulo a la economía estadounidense,
y, por tanto, el saldo neto puede estar más o menos indeterminado,
pero aún dejando de lado el enorme daño
que sí o sí haría a la economía estadounidense
elevar el arancel promedio del 2,5% al 70%,
aún obviando eso, las cuentas de Trump no cuadran en absoluto.
Y si las cuentas no cuadran en absoluto,
pues entonces esta promesa
solo es una forma de engañar
a potenciales votantes incautos.
Potenciales votantes a quienes les suene bien
eso de dejar de pagar el IRPF
a cambio de que suban los aranceles.
Pero es que el resultado final más probable
es que no deje de pagar el IRPF
y, en cambio, sí se suban los aranceles,
los cuales se traducirán en costes más elevados
de aquellas mercancías que compra.
En suma que, por desgracia,
no veremos desaparecer el IRPF estadounidense
bajo la presidencia de Donald Trump,
porque para poder lograr esta gesta,
y sería una gesta lograrlo,
hacen falta unas convicciones
de reducir de manera radical y contundente
el gasto público federal en los Estados Unidos
que Donald Trump simplemente no tiene.