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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

La hiperinflación es la muerte del dinero y Venezuela lleva años matando su moneda.
En particular, desde que el chavismo llegó al poder en el año 98, el Bolívar ha perdido
el 99,999992%, es decir, ha perdido la práctica totalidad de su valor.
O expresado de otra manera, desde el año 98 los precios en Venezuela se han multiplicado
por más de 13.000 millones de veces. Y justamente por este motivo, las autoridades venezolanas
de tanto en tanto han tenido que aprobar reconversiones monetarias que fueran sustrayendo ceros de
los precios oficiales de los productos. El Bolívar, la moneda que había estado en
vigor en Venezuela desde el año 1879, fue abandonado en 2007 y fue reemplazado por el
llamado Bolívar fuerte. En concreto, mil bolívares, mil bolívares viejos, se intercambiaron
por un Bolívar fuerte. Sin embargo, esto no evitó que la escalada de precios continuara
y justamente por eso, en el año 2018, el Bolívar fuerte, que acaba de ser creado, fue
abandonado por el llamado Bolívar soberano. Mil bolívares fuertes fueron intercambiados
por un Bolívar soberano, o dicho de otra manera, un millón de antiguos bolívares fueron
intercambiados por un Bolívar soberano. Y de nuevo, no pensemos que nada de esto ha
contribuido a frenar la escalada de precios. Cambiar una moneda por otra no evita que los
precios sigan subiendo. Lo único que haces es quitar ceros a los precios oficiales, pero
quien tenía dinero antiguo ha experimentado el mismo empobrecimiento, quites o no quites
los ceros. Igual te da a tener mil bolívares fuertes y que los precios de algún producto,
en lugar de costar mil bolívares fuertes, cuesten un Bolívar soberano si cuando vas
a intercambiar tus mil bolívares fuertes por Bolívares soberanos te dan solo un Bolívar
soberano. Tienes el mismo poder adquisitivo que antes y si los precios siguen subiendo,
el valor de tus saldos de tesorería sigue hundiéndose. Te vas empobreciendo porque
el gobierno te está robando a través de inflación. Pues bien, justamente porque
la escalada de precios por desgracia no se ha frenado y cada vez los precios de los productos
han de incorporar más ceros, esta semana el Banco Central de Venezuela ha anunciado
la emisión de nuevos billetes de bolívares soberanos. Y uno de esos billetes tendrá
la denominación de un millón de bolívares soberanos. Un millón de bolívares soberanos
equivalen a un billón de antiguos bolívares o a mil millones de bolívares fuertes. Veamos
el vídeo en el que el propio Banco Central de Venezuela hace propaganda sobre el éxito
que supone la emisión de estos nuevos billetes de bolívares soberanos.
Los nuevos billetes serán incorporados al cono monetario vigente, las nuevas piezas
de 200 mil, 500 mil y un millón de bolívares complementarán el actual cono monetario para
cumplir con los requerimientos de la economía nacional.
Pero bien, ¿cuál es el valor a día de hoy de este billete de un millón de bolívares
soberanos? Pues aproximadamente el valor de este billete de un millón de bolívares soberanos
o de un billón de antiguos bolívares es de medio dólar de 50 céntimos de dólar.
Y creo que esta cifra expresa perfectamente la magnitud del empobrecimiento y del roboa
escala masiva que han soportado los venezolanos durante las últimas décadas. En el año
1998, aquel que tuviese un billón de bolívares en billetes, en dinero, tendría una fortuna
equivalente a unos 2 mil millones de dólares. A día de hoy, como hemos dicho, ese billón
de bolívares equivale a un millón de bolívares soberanos y, por tanto, a medio dólar de
casi 2 mil millones de dólares a 50 céntimos de dólares.
La inflación en general y la hiperinflación muy en particular son esquemas mediante los
cuales el gobierno sustrae la propia de los ciudadanos. El gobierno induce a su ciudadanía
a que utilice la moneda que el propio gobierno está emitiendo y luego les arrebatan el valor
de esa moneda. Los ciudadanos entregan sus bienes a cambio de unos billetes que luego
se deprecian en relación con los bienes que han entregado. Por tanto, el emisor de la
moneda, en este caso el gobierno, el Estado venezolano, se apropia de los bienes a cambio
de nada o a cambio de prácticamente nada porque eso es lo que terminan valiendo los
bolívares. La única forma de remediar un movimiento hiperinflacionista tan acusado
como el que está viviendo Venezuela no pasa ni mucho menos por ir convirtiendo una moneda
en otra para ir retirando ceros de los precios que se marcan en los supermercados, en las
tiendas o por internet. No, la forma de contener una hiperinflación es poner en orden las
cuentas públicas del Estado, es decir, evitar la gestación de décies públicos masivos
que justamente porque solo se pueden financiar a través de la emisión de deuda y justamente
porque nadie quiere comprar la deuda del gobierno de Venezuela, porque se sabe que es un gobierno
insolvente, que no tiene capacidad para pagar en una unidad monetaria de valor estable
las deudas que está emitiendo. La única forma que le queda al gobierno de financiar
ese déficit es a través de su monetización, es decir, creando nueva moneda para sufragar
el endeudamiento. El gobierno gasta 100, ingresa 20 y como cubre la diferencia, como
cubre esa diferencia de 80, imprimiendo, creando nuevos bolívares por valor de 80.
Y una vez los ciudadanos, una vez los inversores, son conscientes de que ese gobierno es insolvente,
de que ese gobierno nunca va a poder tener más ingresos que gastos y que por tanto nunca
va a ser capaz de retirar todo el exceso de moneda que está emitiendo, porque la única
forma de retirar el exceso de moneda es con más ingresos cada vez que el gobierno ingresa,
retira moneda de circulación, que gastos cada vez que el gobierno gasta creando nueva moneda,
añade moneda en circulación, pues bien, si nunca vas a tener más ingresos que gastos,
eso significa que siempre vas a estar incrementando el stock monetario, el stock de bolívares.
Y una vez los ciudadanos, los inversores, son conscientes de esto, evidentemente lo que
hacen es huir de la moneda y si la aceptan, porque en ocasiones la tienen que aceptar,
porque por ejemplo han de pagar impuestos en bolívares o porque la ley les puede obligar
a aceptarlos, la única forma en la que están dispuestos a aceptarlos es con descuentos
muy grandes, es decir, que si algo valía 100 bolívares hace un día, ahora van a pedir
1.000 o 10.000 porque están descontando que ese bolívar que van a recibir va a valer
muchísimo menos en el futuro cercano. Pero claro, para estabilizar el saldo presupuestario
de Venezuela para cuadrar las cuentas del estado venezolano, en esta coyuntura tan absolutamente
crítica y delicada, porque el chavismo ha destrozado de raíz la economía venezolana,
la única forma de hacerlo es recortando los gastos, es gastando muchísimo menos, pero
cuando el poder de un estado se sostiene, se sustenta sobre las redes clientelares,
que ese estado ha sido capaz de generar a través de sus partidas de gasto, recortar
ese gasto es recortar las redes clientelares y por tanto socavar los fundamentos de su
poder. Si el estado venezolano, si el gobierno chavista,
pudiera empezar a recortar gastos, todos aquellos que todavía hoy viven de las transferencias
gubernamentales, todos aquellos que parasitan al resto de la población venezolana a través
de la hiperinflación y que se lucran de esa hiperinflación con las transferencias forzosas
que en su favor acomete el gobierno venezolano, todos eso se revelarían contra el chavismo
y el régimen caería y como el régimen no quiere caer necesita mantener esas redes clientelares
y para mantener esas redes clientelares es imprescindible seguir gastando más de lo
que se ingresa y para poder gastar más de lo que se ingresa, cuando nadie te quiere
comprar tu deuda, la única forma que tienes es monetizar esa deuda, es imprimir, es crear
más bolívares y mientras sigas creando más bolívares a mansalva, evidentemente la hiperinflación
seguirá erosionando el valor de esa divisa, porque al final la hiperinflación es ese
impuesto oculto extraordinario que pesa sobre la mayoría de la población venezolana para
sufragar el gasto de las redes clientelares del gobierno bolivariano, un robo a gran
escala que es consustancial al régimen autocrático chavista y que no va a desaparecer hasta que
ese régimen autocrático desaparezca.