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Por primera vez en la historia, el valor en bolsa de una compañía europea, del grupo LVMH,
ha superado la marca de 500.000 millones de dólares.
¿Estamos ante una buena o ante una mala noticia?
¡Veámoslo!
Por primera vez en la historia, la capitalización bursátil de una
compañía europea ha superado el valor de medio billón de dólares, de 500.000 millones de dólares.
Y el grupo empresarial que lo ha conseguido ha sido el grupo LVMH, Louis Vuitton Moet-Gennessy,
cuyo propietario, Bernard Arnault, es a su vez el hombre más rico del planeta.
La riqueza de Arnault, según la lista de Forbes, supera los 165.000 millones de dólares.
Por encima, por tanto, del patrimonio neto de personas tan conocidas como Elon Musk o Jeff Bezos.
¿Y por qué motivo el grupo LVMH ha superado el valor de 500.000 millones de dólares en bolsa?
Recordemos algo que ya hemos explicado en otras ocasiones en este canal.
El valor de una compañía, el valor bursátil de una empresa,
no es más que el valor equivalente a presente y descontando los riesgos de los beneficios futuros
que se espera que esa compañía vaya a tener. Por tanto, la capitalización bursátil de una
empresa puede aumentar por dos razones. Por un lado, porque se anticipe un incremento de
los beneficios futuros de esa compañía. Por otro, porque el tipo de interés al cual se
actualizan, al cual se descuentan, al cual se convierten a su equivalente presente y cierto
esos beneficios futuros, ese tipo de interés es más bajo y por tanto esos beneficios futuros
se descuentan en menor medida. En este caso en concreto, y dado el clima de tipos de interés
crecientes que estamos experimentando, la razón fundamental que justifica la revalorización,
la fuerte revalorización bursátil que ha experimentado este grupo durante los últimos
meses no es otro que sus mejores perspectivas económicas. Es decir, el mercado, los inversores,
confían en que sus beneficios futuros van a ser mayores de lo que anticipaban hace unos meses.
Es verdad que el hecho de que se trate de una empresa de bienes de consumo, que por tanto ya
tiene muchos beneficios esperados en el corto o medio plazo, no son beneficios que tengan que
realizarse en el muy largo plazo después de que algunas inversiones muy arriesgadas que están
empezando a ejecutar hoy terminen dando sus frutos, sino que año tras año esta compañía,
este grupo, ya está recibiendo beneficios muy cuantiosos, es verdad que este hecho le beneficia
o le perjudica menos dentro de un contexto de subidas de tipos de interés. No es una empresa
de tipo growth, de tipo crecimiento, que son muy penalizadas por las subidas de tipos porque la
mayor porción de sus beneficios futuros están muy alejados en el tiempo y por tanto las subidas de
tipos provocan descuentos muy agresivos de esos beneficios muy alejados en el tiempo. En este caso,
el grupo LVMH va a recibir muchos beneficios en el corto-medio plazo, también en el largo plazo,
pero muchos de ellos en el corto-medio plazo y por tanto sale menos perjudicada por una subida
de tipos de interés. No obstante, el factor fundamental que explica la revalorización es,
como decía, que sus perspectivas de beneficios futuros han mejorado. ¿Y por qué han mejorado
sus perspectivas de beneficios futuros? Porque estamos hablando de un grupo especializado en
marcas de lujo cuyo crecimiento se está concentrando en un tramo muy concreto del
mercado y es China. El consumidor chino cada vez demanda más productos de lujo y por tanto más
productos de esta marca, dado que el año pasado fue un año económicamente malo para China,
no desastroso, no es que la economía colapsara, pero sí creció mucho menos de lo que se esperaba
y además fue un año de confinamientos bastante duros, equiparable hasta cierto punto a 2020.
Durante ese mal año 2022, las perspectivas de crecimiento de este grupo que comercializa
marcas de lujo se vieron negativamente impactadas o al menos frenadas o desaceleradas. Sin embargo,
desde que a finales de 2022 el estado chino dio un giro muy radical a su política de COVID-0,
hasta el punto de abandonarla y por tanto desde finales de 2022 se empezó a constatar,
se empezó a oler, se empezó a sospechar que la economía china iría mejor de lo que en todo
caso habría ido. En caso de perpetuar las políticas de COVID-0, las perspectivas de
gasto de los consumidores chinos en bienes de lujo se han incrementado y se han incrementado
no ya en términos hipotéticos, sino que el grupo LVMH ha publicado que sus ingresos en el primer
trimestre de este año 2023 se han incrementado en un 17%. Solo en este primer trimestre de 2023
sus ingresos, que no sus beneficios, sus ingresos fueron de 21.000 millones de euros, como digo,
un 17% más que en el mismo periodo del año anterior y este crecimiento se debió esencialmente
al fuerte repunte de la demanda de bienes de lujo, de productos desde China. Si cabía esperar que
China comprara mucho más y efectivamente está comprando mucho más, incluso más de lo que
esperaba después de las revisiones una vez anunciado el fin de la política de COVID-0,
pues entonces si el grupo LVMH va a tener todavía más beneficios de los que creíamos,
eso significa que la compañía vale más de lo que inicialmente habíamos anticipado. Y por
tanto, su capitalización bursátil aumenta y hoy ha aumentado superando la cifra de 500.000 millones
de dólares. Es, como digo, la primera empresa europea cuya capitalización bursátil ha superado
en toda la historia el valor de 500.000 millones de dólares. Ahora bien, ¿deberíamos sentirnos
orgullosos de esto? O más bien observarlo con cierta preocupación. Al fin y al cabo,
el hecho de que una empresa adquiera tal capitalización bursátil son buenas noticias,
porque pone de manifiesto que, si no hay privilegios estatales de por medio,
esta compañía está generando mucho valor para los consumidores y se espera que lo siga generando
en el futuro. Pero claro, el hecho de que sea la primera y por tanto única empresa hasta el momento
en haber superado la capitalización bursátil de 500.000 millones de dólares, lo que pone de
manifiesto es un cierto desierto empresarial dentro de Europa. Y es que claro, las dos siguientes
compañías europeas más valiosas, el Grupo Alimenticio Suizo, Nesle o la farmacéutica danesa
Novo Nordisk, tienen una capitalización bursátil inferior a los 400.000 millones de dólares. Es
decir, que ambas empresas están a bastante distancia del Grupo LVMH. Y claro, la comparación de este
ecosistema empresarial en Europa con lo que ocurre en Estados Unidos no deja de ser deplorable.
Por ejemplo, ¿cuál es el valor de Apple?, ¿cuál es la capitalización bursátil de Apple? 2,6
billones de dólares. Más de 5 veces el valor del Grupo LVMH, que como ya hemos dicho es la
primera y única empresa europea en alcanzar la cota del medio billón de dólares. Por tanto,
la empresa estadounidense más valiosa es 5 veces, más de 5 veces más valiosa que la
compañía europea más valiosa. Pero es que claro, además Estados Unidos tiene muchas otras empresas
más valiosas que la compañía europea más valiosa. Por ejemplo, la capitalización bursátil de
Microsoft es de 2,1 billones de dólares. La capitalización bursátil de Alphabet,
de Google, es de 1,3 billones de dólares. La capitalización bursátil de Amazon es de
1,1 billones de dólares. Todas estas empresas valen el doble, el triple o cuatro veces más que la
empresa europea más valiosa. Y a su vez también podemos mencionar a Nvidia, que tiene un valor
de casi 700.000 millones de dólares, o a Tesla, que después de un periodo complicado en bolsa
todavía tiene un valor hoy de medio billón de dólares. Es decir, lo mismo que vale el Grupo LVMH.
En definitiva, que Europa tenga por primera vez en su historia una empresa con una capitalización
bursátil de más de 500.000 millones de dólares es más un síntoma de un fracaso que de un éxito.
Porque el éxito o el fracaso en gran medida se miden en términos comparativos. Y si nos comparamos
con una economía como la estadounidense, que tampoco es una economía como para tirar absolutamente
cohetes, no es una economía tan libre como lo fue en el pasado, tan innovadora como lo fue en el
pasado, pero aún así es una economía más libre y más innovadora que Europa, si nos comparamos
con Estados Unidos, la situación del ecosistema empresarial europeo es ciertamente lamentable.
Y es lamentable porque los políticos europeos, no ya los actuales, sino los que hemos sufrido
durante las últimas décadas, han terminado esclerotizando la que fue la zona, la región
económica más próspera de todo el planeta, la zona donde surgió la revolución industrial y la
zona que, por tanto, contagió de prosperidad al resto del planeta. Pero esa prosperidad terminó
engendrando políticos liberticidas, intervencionistas y regulacionistas que, en última instancia,
han acabado asfixiando esa prosperidad. Y por eso hoy vivimos de glorias del pasado y de nuestra
capacidad por colocar esas glorias del pasado a los nuevos mercados emergentes. Pero cada vez
pintamos menos en el mundo porque políticamente hemos optado por asfixiar nuestra creatividad,
nuestra innovación, nuestra empresarialidad. En definitiva, nuestra capacidad para generar
no solo riqueza, sino más riqueza que el resto. Hoy Europa es un geriátrico empresarial.