logo

Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

Jorge Buxade, portavoz nacional de Vox, carga contras multinacionales extranjeras de comida
rápida como McDonald's, una postura personal o una postura política e ideológica.
Veámoslo.
Durante la presentación de su libro Soberanía, el euro diputado y portavoz nacional de Vox,
Jorge Buxade, profirió unas palabras en contra de la multinacional McDonald's y más en general
en contra de las multinacionales de comida rápida.
Tales declaraciones han sido interpretadas de varias maneras, desde quienes consideran
que únicamente estaba expresando una opinión personal, no del partido, a favor de una dieta
saludable y en contra de los establecimientos de comida rápida, a quienes en cambio consideramos
que se trata de un discurso marcadamente ideológico, marcadamente nacionalista y marcadamente
antiglobalización.
Y para dilucidar si nos encontramos en un caso o en el otro, vamos a visualizar y vamos
a analizar el extracto de la entrevista donde Jorge Buxade pronuncia esas palabras en contra
de McDonald's.
Empecemos constatando que las declaraciones de Jorge Buxade contra McDonald's y en general
contra las multinacionales de comida rápida se producen dentro de unas reflexiones que
estaba articulando Jorge Buxade contra el globalismo y contra la pérdida de fibra
espiritual de Europa frente a Estados Unidos o frente a China.
Veámoslo.
Es una Europa que a su vez pierde peso político, moral y espiritual frente a los Estados
Unidos, China o Rusia, ¿no?
Esta es la realidad y esto es el globalismo, esto es que tú pases esto en Roma este fin
de semana y me ha dado mucha envidia a Roma con respecto a Barcelona o Madrid en un detalle
muy tonto.
Ese detalle tonto, que como ahora vamos a ver, es la preponderancia de multinacionales
de comida rápida en Madrid o Barcelona, ese detalle tonto es un síntoma de la decadencia
nacional de España en grandes ciudades como Madrid o Barcelona frente al globalismo.
Por tanto, no es que Buxade esté reflexionando sobre si es mejor una dieta o otra, está
utilizando la presencia de multinacionales de comida rápida en España como un síntoma
tonto, es verdad, no es el único, ni quizás sea el más grave, pero como un síntoma,
como una ilustración de la decadencia moral de España.
Y me ha dado mucha envidia a Roma con respecto a Barcelona o Madrid en un detalle muy tonto
y es la mayor parte de los bares, pizzerías, etcétera, siguen siendo italianos, hay una
voluntad clara en Roma ahí, en el que están de seguir definiendo el suyo.
Por desgracia además por los calles de Barcelona de Madrid podría decir el nombre de 26 multinacionales
que tienen ahí sus puestos de comida rápida.
Sólo como acotación y aunque las fuentes varían, la proporción de restaurantes McDonald's
en España y en Italia es prácticamente la misma.
En España tenemos alrededor de 500 establecimientos de McDonald's, en Italia algo más de 600,
estamos hablando de una proporción de un establecimiento cada 90.000 habitantes en
España y de uno cada 100.000 en Italia.
Pero en Roma, por ejemplo, la ciudad que visitó Buxa de hay 20 establecimientos de McDonald's,
más que en Madrid o en Barcelona.
Por tanto, estas reflexiones contienen bastante evidencia anécdotica, como yo he paseado
por algunas calles de Roma en las que no he visto McDonald's, infiero que no hay McDonald's
en Roma.
En cambio, como paseo por algunas calles de Madrid o Barcelona donde sí veo McDonald's,
entonces infiero que todo son McDonald's, ni tanto ni tan calvo.
Pues a mí me da pena, en realidad lo digo en serio, es nacionalista, sí soy nacionalista,
no me gusta ver determinados logos de las multinacionales de la alimentación.
No le gusta ver logos de multinacionales de alimentación porque es nacionalista, eso
es un posicionamiento político, un posicionamiento ideológico, no es una mera opinión personal
sobre preferencias estéticas o sobre preferencias dietéticas, no es una posición política
e ideológica frente a los extranjeros, incluyendo la inversión empresarial extranjera.
No me gusta ver determinados logos de las multinacionales de la alimentación inundando
nuestras ciudades cuando tenemos una alimentación y una capacidad en España y una cálida brutal.
Y efectivamente Buxadesi hace una referencia a la calidad, a la superioridad de la comida
española frente a la comida rápida extranjera, pero este no es el argumento decisivo, este
solo es un argumento adicional por lo que le molesta la invasión de multinacionales
extranjeras dentro de las grandes ciudades españolas.
Si la comida española no solo es española, sino que además es dietéticamente superior
de mayor calidad que la comida extranjera, pues más motivo para que le moleste que en
esa competencia entre distintos tipos de ofertas alimentarias, la oferta alimentaria de cultura
tradicional española esté siendo desplazada.
Pero a Buxadee, cuando caminaba por las calles de Roma, no le preocupaba si la comida italiana
que se ofrecía en esos restaurantes era de calidad o no era de calidad, era saludable
o no era saludable, lo que en ese caso le gustaba es que era comida italiana y que no
se había dejado invadir por la comida extranjera, al margen de si la comida italiana es saludable
o no.
Repito, Buxadee hace una crítica nacionalista que vincula además con el proceso globalista
contra las cadenas de comida rápida extranjeras.
Nos están invadiendo, nos están imponiendo una cultura alimenticia que no es la nuestra,
que no es la propia, además la propia podrá ser superior, podrá tener mayor calidad,
lo cual todavía vuelve más grave el asunto, pero lo originalmente grave es que los de
fuera, la cultura de fuera desplace a los de dentro, a la cultura autóctona.
Yo lo critico porque me digo, vengo de este fin de semana y los niños, mis hijos se han
al final he tenido que decir la marca, aquí no hay, ¿es verdad?
Pero el problema cuál es, que esos letreros son muy grandes y rompen la estética urbana,
la estética de la ciudad, pues eso en todo caso se resolvería con algún tipo de ordenanza
municipal que limite el tamaño de los letreros, pero no solo para las multinacionales extranjeras,
sino para todas las empresas, porque entiendo yo que tanto desentonará un cartel gigantesco
de una multinacional extranjera que un cartel gigantesco de una empresa española.
El problema es ese, que si es ese no tiene nada que ver con el nacionalismo, no tiene
nada que ver con la invasión globalista de nuestras ciudades, o el problema es que esos
carteles gigantescos son carteles que remiten a mensajes, a identidades, a signos culturales
extranjeros y que por tanto están copando espacios de la ciudad para transmitir unas
ideas, unas identidades, unas costumbres, una cultura que es la que Abuxade no le gusta,
porque si este es el problema, ese es un problema para el nacionalista, es decir, para aquel
que ve cómo los extranjeros están teniendo una mayor capacidad de difundir su mensaje,
el que sea, entre los connacionales y por tanto esos connacionales son presa de la manipulación
cultural de esos extranjeros, ahora si esa misma manipulación cultural la desarrollaran
empresas nacionales para reforzar la identidad nacional que Abuxade le gusta, entonces es
de suponer que ahí Abuxade no tendría nada que decir.
Y si es esta la interpretación, que lo que Abuxade como nacionalista, autodeclarado,
le molesta, es que las multinacionales tengan más espacio dentro de nuestras sociedades,
más espacio de influencia cultural dentro de nuestras sociedades del que Abuxade le
parece aceptable, entonces también le molesta a Abuxade que, por ejemplo, las series más
vistas en nuestro país no sean series españolas que transmitan valores identitarios españoles,
sino series extranjeras, también le molesta que los españoles lean literatura extranjera
en lugar de literatura únicamente nacional, le desagrada que los españoles sigan de portes
extranjeros, como por ejemplo la NBA, o hasta qué punto un deporte es nacional o extranjero,
porque el fútbol, el balompié, un deporte tan autóctonamente español en realidad es un deporte
importado de Inglaterra, que deportes deberían conformar la identidad española originaria que
habría que reforzar internamente y que no deberíamos dejar que sea invadida por influencias
culturales extranjeras. Sea como fuere, fijémonos en que los nacionalistas, todos los nacionalistas,
no solo los nacionalistas españoles, también los nacionalistas catalanes, los nacionalistas
vascos, o si llegara a existir un nacionalismo europeo, también el nacionalismo europeo,
pretenden modelar la identidad y por tanto la vida de cada persona, según los parámetros que
esas personas nacionalistas consideran que conforman la esencia de la identidad nacional que debe
ser preservada entre generaciones. En cambio, el restaurante o el bar de toda la vida tenía un
letrerito amable, normalmente coherente con el propio edificio, con una unidad estética enriquecía
la ciudad, eso es lo clásico frente a la barbaría. Lo clásico frente a la barbaria, los carteles de
McDonald's, son la barbaria. Es verdad que Buxade en esta entrevista no ha planteado ningún tipo de
medida represiva, ningún tipo de medida coercitiva contra las libertades de los españoles, de ahí
que muchos hayan interpretado que Buxade tan solo estaba expresando su visión, su opinión personal
sobre asuntos tan diversos como una dieta saludable o la estética de las ciudades. Y hemos visto en
primer lugar que esto no es así. Hay un hilo ideológico que conecta la crítica que está haciendo
Buxade contra la comida rápida extranjera y también contra los grandes rótulos de empresas
multinacionales extranjeras. Y ese hilo que conecta ambas críticas es la ideología política del
nacionalismo. El propio Buxade, al comienzo de este extracto, dice, a mí como nacionalista me
molesta que venga la comida rápida extranjera, que las multinacionales extranjeras copen con sus
rótulos extravagantes nuestras ciudades clásicas tradicionales. Le molesta todo esto en la medida
en que perturba la identidad tradicional española tal como el propio Buxade la entiende y le gustaría
que preponderara. Y en segundo lugar, si bien es cierto que Buxade en la entrevista no plantea
ninguna medida política que cercene la libertad de las personas, no perdamos de vista que primero
Buxade es político, segundo que está haciendo una crítica política e ideológica y tercero que
esa crítica política e ideológica llega al extremo de calificar como barbarie el hecho de que las
multinacionales coloquen rótulos muy visibles dentro de nuestras ciudades. Aunque algunos quieran
excusar a Buxade diciendo que no ha planteado ninguna medida política anti-liberal en este
discurso, creo que es muy obvio que si un político desarrolla un discurso político en el que califica
un determinado comportamiento, unas determinadas actividades como barbarie, si ese político
llega a tener poder al frente del Estado, tomará medidas que limiten la libertad de los extranjeros
o la libertad de los nacionales o la libertad de todos ellos para promover su propia visión de la
identidad nacional dentro de España. Es decir, que Buxade utilizaría el aparato represivo del
Estado para fomentar estilos de vida españoles y para ahuyentar, desincentivar, obstaculizar estilos
de vida extranjeros. Y eso también es interferir frontalmente con el proyecto de vida de las personas.
Ya lo he dicho en otras ocasiones. Vox es un partido que está constituido por una coalición de
ideologías muy diversas, en ocasiones incluso enfrentadas. Tenemos conservadores clásicos,
tenemos democristianos, tenemos liberales clásicos y tenemos también nacionalistas
exacerbados como Jorge Buxade, que no lo olvidemos. Hace 15 años fue candidato en dos
ocasiones, primero de Falange Española de las Hons y posteriormente de Falange Española auténtica.
Y mientras en Vox siga habiendo familias políticas tan antiliberales como la que
representa a Buxade, familias políticas que pueden tomar el control de la formación y marcar
su línea ideológica y programática, entonces Vox o al menos esa parte de Vox no será un aliado de
las libertades individuales, sino otro riesgo político para nuestras libertades individuales.