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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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¿Qué es el liberalismo? Bueno, pues el liberalismo es una doctrina o una filosofía política
que busca esencialmente evitar el conflicto civil, que busca esencialmente evitar una
guerra civil entre las personas. ¿Y por qué puede haber conflicto civil? Pues porque cada
individuo tiene una visión sobre cómo debe ser la sociedad y muchas de esas visiones
son incompatibles. Entonces, si dos personas tienen visiones radicalmente distintas, ya
digo incompatibles, sobre cómo debe ser el entorno que les rodea, cómo pueden esas
personas coexistir sin matarse, sin agredirse, sin que una domine, controle o prima machaque
a la otra, pues esencialmente con el liberalismo. Y el liberalismo se fundamenta en diez principios
que son los que posibilitan la coexistencia, la convivencia y en última instancia la cooperación
entre las personas. ¿Cuáles son esos diez principios? En primer lugar, el individualismo
político. ¿Qué entendemos por individualismo político? Que el sujeto de derecho son las
personas, son los individuos. Individualismo político no significa que neguemos la existencia
de grupos, de colectivos, de clases, todo eso dentro de la análisis social existe y está
muy bien. Pero ¿cuál es el foco moral en el que tenemos que concentrarnos la persona?
Y es la persona alrededor de la cual estructuraremos los derechos. Segundo principio, igualdad
jurídica, no solo la persona, es el sujeto de derecho, sino que todas las personas con
independencia de su condición particular, todas las personas tienen los mismos derechos.
Tercer principio, libertad personal. ¿Cuál es el principal derecho sobre el que se construyen
todos los demás que tienen un individuo? El derecho a perseguir su propio proyecto vital
sin que otros le impongan el suyo. Es decir, libertad. Libertad frente a la agresión de
otros, frente a la imposición de otros, frente al control de otros. Lo opuesto a la libertad
es la esclavitud. Es decir, yo no soy sujeto de derecho, yo no tengo iniciativa propia,
yo soy una propiedad, una cosa de un tercero que es el que manda y el que me dicta cómo
he de vivir mi vida. Cuarto principio, propia privada, la libertad personal no solo abarca
a tomar decisiones sobre mi cuerpo y sobre mi actividad en el vacío, sino que mi persona
interactúa con el entorno material. ¿Cómo regulamos quién tiene derecho a insertar
parte del entorno material en su proyecto de vida y por tanto quién no tiene derecho
a insertar una determinada parte del entorno material en su proyecto de vida? Porque está
en el mío a través del derecho de propiedad privada. Aquello que hemos ocupado pacíficamente
sin utilizar la violencia para excluir a otros o para robar a otros es mío y lo puedo utilizar
como quiera para perseguir, ya digo, mis proyectos personales. Quinto principio, autonomía
contractual, las personas no solo actuamos libremente, no solo nos relacionamos en una
situación de control sobre nuestro entorno material, sino que también interactuamos
con otras personas. ¿Cuál es el instrumento que permite regular los términos más esenciales
de esa interacción entre las personas? Los acuerdos o los contratos. Yo hago esto, yo
consiento en que tú me hagas esto a cambio de que tú consientas que yo te haga lo otro,
un intercambio mutuamente beneficioso entre partes de derechos y de obligaciones que
quedan reflejados en ese contrato que los dos se comprometen a cumplir hasta sus últimas
circunstancias. Sexto principio, reparación del daño causado o responsabilidad, es decir,
si yo viólo tu libertad, si yo atento contra tu propiedad, si yo incumplo los contratos
que voluntariamente hemos suscrito, yo te estoy generando un daño, estoy lesionando
tus derechos y por tanto tengo que reparar el daño que he generado.
Si nos fijamos con estas tres ideas básicas, libertad, propiedad y contratos basadas en
última instancia en la idea de que todos somos sujetos de derecho y de igual derecho,
ya podemos en cierto modo explicar o avanzar hacia una sociedad donde la gente coexista
independientemente sin agredirse e incluso interactúe circunstancialmente entre ellos
a través del instrumento de los contratos. Pero las personas aspiramos a más, aspiramos
a integrarnos en grupos, en asociaciones, en colectivos y por eso el séptimo principio
es la libertad de asociación. Cualquier persona puede integrar cualquier asociación que
quiera y de la que le dejen formar parte evidentemente y al revés, ninguna persona debe estar obligada
a integrar asociaciones que no quiera integrar, por tanto libertad de asociación y de desasociación.
Y también libertad para que la asociación pacte entre sus miembros las normas estatutarias
que consideren pertinentes para que la asociación ya sea una familia, una empresa, una fundación
consiga el objetivo compartido por todos sus miembros.
Octavo principio, libre mercado. Las personas no solo se asocian para perseguir fines espirituales,
religiosos, sociales, cívicos, sino también para perseguir fines económicos. Las personas
se agrupan para producir bienes y servicios que puedan consumir ellas mismas o intercambiar
con otras personas. ¿Cómo regular los términos de esa interacción de tipo económico? Pues
aplicando los principios anteriores al ámbito económico, es decir, libertad personal, libertad
para entrar en cualquier oficio o profesión en la que quieras entrar, propia privada sobre
los medios de producción, autonomía contractual para que una persona pueda suscribir cualquier
acuerdo comercial con cualquier otra y libertad de asociación, es decir, libertad de empresa
para poder emprender, para poder perseguir el proyecto económico productivo que las
personas consideren oportuno. Por tanto, el libre mercado es simplemente la aplicación
al ámbito económico de los principios liberales anteriores.
Noveno principio, gobierno limitado, para que todos estos principios sean efectivos,
no sean medas declaraciones de buenas intenciones, sino que en la práctica se respeten, suele
ser necesario la existencia de una comunidad política organizada que se encargue de velar
por el respeto escrupuloso de esos principios y por imponerlos a aquellos que quieran violentarlos.
Si hay que reparar el daño causado que ha generado una persona y esa persona no lo quiere
reparar, obviamente ha de ser obligada a que deje de hacer daño y a reparar el daño
que previamente haya generado.
Ahora bien, el problema del gobierno de esa comunidad política organizada para hacer
cumplir el derecho es que tiene mucho poder y que, por tanto, puede convertirse en una
gente que conculque el derecho o los derechos de los demás y, por eso, para el liberalismo
el gobierno ha de estar estrictamente limitado, es decir, solo se debe ocupar de proteger
los derechos individuales y, de nada más, el gobierno no está legitimado para crear
derechos aparte de los que tienen los individuos, no está legitimado a colocarse por encima
de los individuos, es un servidor de las personas que quieren ver protegido sus derechos,
pero no es el amo de las personas para tutelarlas como de seca, brichosa o arbitrariamente el
poder político.
Y, por último, décimo principio, globalización ¿Qué entendemos por globalización?
Hoy en día, por globalización se entiende una globalización de tipo económico, que
también, pero no solo eso, por globalización lo que quiero decir es que los principios
anteriores son universales, es decir, se aplican a todo el mundo y no solo a grupos
nacionales o étnicos concretos, todas las personas, todo el género humano, con independencia
de la comunidad política que estén integrando circunstancialmente, tienen exactamente esos
mismos derechos, es decir, los derechos del liberalismo son derechos humanos, universales
y globales para el conjunto de las personas y, por tanto, también en el ámbito global,
no solo dentro de una comunidad política, sino entre comunidades políticas, los derechos
anteriores, la libertad personal, la propia privada, la igualdad jurídica, la reparación
del daño, la libertad de asociación o el libre mercado, han de ser escrupulosamente
respetados por todos.
Estos son los principios básicos del liberalismo, que los expongo en mi último libro, Liberalismo
y los 10 principios del orden político-liberal, y bueno, espero que a través de este libro
y de muchas otras obras que afortunadamente se siguen publicando en favor para impulsar
esta filosofía política el liberalismo, que fue lo que en definitiva convirtió a
Occidente en una sociedad tolerante donde se pueda convivir con otras personas y próspera,
nos volva a abasarse, a fundamentarse en esos principios y, en el siglo XXI, vayamos hacia
una era de mayor tolerancia entre las personas y de mayor prosperidad para todos.