This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.
¿Javier Milei ya es oficialmente presidente de la Argentina? ¿Cuáles han sido las claves
y las principales ideas que ha transmitido en su primer discurso presidencial? Veámoslo.
Javier Milei ya es oficialmente el nuevo presidente de Argentina y en su primer discurso presidencial
ha dejado muy claro cómo pretende que cambie el país a lo largo de estos próximos 4 años.
En primer lugar, aboga por abandonar el Estado intervencionista y clientelizador que ha arruinado
a la Argentina durante las últimas décadas.
Durante más de 100 años los políticos han insistido en defender un modelo que lo único
que genera es pobreza, estancamiento y miseria. Un modelo que considera que los ciudadanos
estamos para servir a la política y no que la política existe para servir a los ciudadanos.
Un modelo que considera que la tarea de un político es dirigir la vida de los individuos
en todos los ámbitos y esferas posibles. Un modelo que considera al Estado como un
botín de guerra que hay que repartir entre los amigos. Señores, ese modelo ha fracasado,
ha fracasado en todo el mundo, pero en especial ha fracasado en nuestro país.
Y frente a este modelo de Estado gigantesco, paternalista, intervencionista, parasitario y
clientelizador, Javier Milei aboga por un modelo de Estado mínimo, por un modelo de Estado liberal,
cuya única justificación posible para ese Estado sea la protección y la defensa de los derechos
más básicos y fundamentales de las personas, su vida, su libertad y su propiedad.
Hoy volvemos a abrazar las ideas de la libertad, esas ideas que se resumen en la definición del
liberalismo de nuestro máximo prócer de las ideas de la libertad, el profesor Alberto Venegas
Lynch, hijo que dice, el liberalismo es el respeto irrestricto del proyecto de vida del prójimo,
basado en el principio de no agresión, en defensa del derecho a la vida, a la libertad y a la
propiedad, cuyas instituciones fundamentales son la propiedad privada, los mercados libres de
intervención estatal, la libre competencia, la división del trabajo y la cooperación social,
en esa frase de 57 palabras está resumida la esencia del nuevo contrato social que eligieron
los argentinos, este nuevo contrato social nos propone un país distinto, un país en el que el
Estado no dirija nuestras vidas, sino que vele por nuestros derechos.
Pero ahora mismo, en estos momentos, el Estado paternalista, intervencionista, parasitario y
clientelizador que ha gobernado la Argentina durante las últimas décadas, ha dejado al
país al borde de la bancarrota. De hecho, la altísima inflación que sufre la Argentina no
es más que un síntoma de esa situación de pre bancarrota. Ni los nacionales ni los extranjeros
confían en la solvencia del Estado argentino como para defender el valor de sus pasivos,
incluyendo el valor de su moneda, y por eso huyen de sus bonos y huyen de su moneda,
generando altísimos tipos de interés y altísima inflación. Y en su discurso presidencial,
Javier Milei no quiso ocultar la realidad de pre bancarrota en la que se halla el Estado
argentino, porque a diferencia de lo que suele ser habitual en política, dice Javier Milei que
prefiere decirle la verdad a los ciudadanos antes que continuar mintiéndoles.
Porque ustedes saben que prefiero decirles una verdad incómoda antes que una mentira confortable.
¿Y cuál es esa verdad incómoda? Pues que la herencia recibida es terrible y que
Argentina está al borde de la hiperinflación. Dejen que sea muy claro en esto. Ningún gobierno
ha recibido una herencia peor que la que estamos recibiendo nosotros. Dada la situación de
los pasivos remunerados del Banco Central, la cual es peor que la que había en la previa
de la hiperinflación de Alfonsín, en muy poco tiempo se podría cuadruplicar la cantidad
de dinero y con ello llevar a la inflación a niveles del 15.000% anual. Esta es la herencia
que nos deja. Una inflación plantada del 15.000% anual, la cual vamos a luchar contra
uñas y dientes para erradicarla.
¿Y qué piensa hacer Javier Milei para intentar evitar que esta hiperinflación, generada
por el peronismo saliente, se llegue a materializar en la economía y en la vida de los argentinos?
Pues aquí también, Javier Milei, es muy claro y sincero. Lo que pretende hacer es
un shock de ajuste fiscal. En el muy corto plazo pretende cuadrar las cuentas, pretende
cuadrar el desequilibrio presupuestario de golpe. Porque el equilibrio presupuestario
es condición imprescindible para restablecer la solvencia del Estado argentino. Y solo
restableciendo la solvencia del Estado argentino hay opción de que se restablezca la credibilidad
en su moneda y de que por tanto se evite la hiperinflación. Por tanto, shock de ajuste
fiscal. En primer lugar, shock. No un ajuste gradual, sino un ajuste de golpe.
Tampoco hay lugar a la discusión entre shock y gradualismo. En primer lugar, porque desde
el punto de vista empírico, todos los programas gradualistas terminaron mal, mientras que
todos los programas de shock, salvo el de 1959, fueron exitosos. En segundo lugar,
porque desde el punto de vista teórico, si un país carece de reputación, como lamentablemente
es el caso de Argentina, los empresarios no invertirán hasta que vean el ajuste fiscal
haciendo que el mismo sea recesivo. En tercer lugar, y no por ello menos importante, para
hacer gradualismo es necesario que haya financiamiento. Y lamentablemente tengo que decírselos de
nuevo. No hay plata.
No hay plata. Por tanto, el ajuste tiene que ser de golpe. Y tiene que ser un ajuste fiscal
contundente, que Javier Millet cifra en 5 puntos del PIB. 5 puntos del PIB de ajuste presupuestario,
que además se concentrarían mayoritariamente en el lado del gasto público.
Por un lado, un ajuste fiscal en el sector público nacional de 5 puntos del PBI,
que a diferencia del pasado caerá casi totalmente sobre el Estado y no sobre el sector privado.
Y a su vez también será necesario solventar el grave problema de las LELICs y de los PASES,
de los pasivos financieros del Banco Central, que amenazan con hacer explotar la base monetaria,
la cantidad de dinero en la Argentina y, por tanto, alimentar esa hiperinflación. Y para
solventar ese problema habrá que refinanciar esos pasivos financieros a muy corto plazo del
Banco Central, que están devengando intereses anuales superiores al 100%. Será necesario
refinanciarlos a largo plazo a tipos de interés más bajos, previsiblemente utilizando activos del
Estado argentino como colateral, como garantía de repago frente a los inversores nacionales
o extranjeros que acepten esa refinanciación. Por el otro, es necesario limpiar los pasivos
remunerados del Banco Central, los cuales son responsables de los 10 puntos de déficit del
mismo. De esta manera se pondría fin a la emisión de dinero y, con ello, a la única causa de la
inflación empíricamente cierta y válida en términos teóricos. Este contundente ajuste
presupuestario, en un momento en el que el país sigue teniendo tanto para su sector público como
para su sector privado cerrado el acceso a los mercados financieros y, por tanto, este contundente
ajuste presupuestario, en un momento en el que el país no está creciendo sino que está estancado,
muy previsiblemente generará, provocará una contracción de la actividad económica,
una contracción de su PIB, que unido a los últimos coletazos de la altísima inflación que va a seguir
experimentando Argentina durante los próximos meses, abocará al país tal como ya ha advertido
Javier Millet a un escenario de estanflación, un escenario de estanflación que no es demasiado
distinto a lo que ha experimentado la Argentina durante los últimos 20 años y que Millet
describe como el último mal trago a experimentar antes de vivir la recuperación.
Hace más de una década que vivimos en esta inflación,
por lo tanto este es el último mal trago para comenzar la reconstrucción de Argentina.
Es decir, que sin ocultar lo que viene, sin seguir mintiéndoles a la cara,
Javier Millet les pide a los ciudadanos capacidad de sacrificio y de aguante para superar el próximo
año, que será duro, pero que es inevitable para comenzar a levantar cabeza.
Por eso quiero también traerles una frase sobresaliente de uno de los mejores presidentes
de la historia argentina, que fue Julio Argentino Roca.
Nada grande, nada estable y duradero se conquista en el mundo cuando se trata de la libertad de
los hombres y del agradecimiento de los pueblos, sino esa costa de supremos esfuerzos y dolorosos
sacrificios. Pero tras esos sacrificios, que son la consecuencia inevitable de los desajustes,
de los desequilibrios, de las irresponsabilidades políticas legadas por el peronismo durante los
últimos años, Javier Millet también coloca un horizonte de esperanza y de prosperidad en el futuro.
Sabemos que de corto plazo la situación empeorará, pero luego veremos los frutos
de nuestro esfuerzo habiendo creado las bases de un crecimiento sólido y sostenible en el tiempo.
También sabemos que no todo está perdido. Los desafíos que tenemos son enormes,
pero también lo es nuestra capacidad para superarlos. No va a ser fácil si en años
de fracaso no se deshacen en un día. Pero un día empieza. Y hoy es ese día.
Ese día, el día de comenzar a revertir la decadencia de la Argentina, comienza hoy.
Pero la altura del desafío es tan gigantesca que Javier Millet necesitará de todas las fuerzas,
de todo el arrojo, de todo el ímpetu, de todo el entusiasmo del que sea capaz para superarlo.
Estoy convencido de que vamos a salir adelante. Recuerdo cuando hace dos años,
junto a la doctora Villarreal, hoy vicepresidente de la nación,
ingresamos a esta casa como diputados. Recuerdo que en una entrevista
me habían dicho, pero si ustedes son dos en 257, no van a poder hacer nada.
Y también recuerdo que ese día la respuesta fue una cita del libro de Macabeos 319,
que dice que la victoria en la batalla no depende de la cantidad de soldados,
sino de las fuerzas que viene del cielo.
Por lo tanto, Dios bendiga a los argentinos y que las fuerzas del cielo nos acompañen
en este desafío. Muchas gracias. Será difícil, pero lo vamos a lograr. ¡Viva la libertad, carajo!
¡Viva la libertad, carajo! ¡A ponerse de pie que vamos a salir!
En definitiva, que ojalá las ideas y las políticas liberales sean la luz que ilumine
el futuro de la Argentina dentro de la oscuridad que ha traído el hiperestatismo.
¡Viva la libertad, carajo!