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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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La inflación se sigue desacelerando en Argentina. Los precios aumentaron en el mes de octubre un
2,7%, la tasa intermensual más baja desde noviembre de 2021. ¡Veámoslo!
La tasa de inflación intermensual de la Argentina ha caído prácticamente de manera ininterrumpida
desde diciembre de 2023, desde el mes en el que Javier Milei llegó a la presidencia de la República.
Un mes antes, en noviembre de 2023, la tasa de inflación intermensual se ubicaba en el 12,8%
y con una tendencia claramente al alza. La inflación no se estaba frenando con el peronismo, sino que
se estaba acelerando y corría el riesgo de convertirse en una hiperinflación. Las condiciones
para ello estaban todas encima de la mesa. Un déficit público desbocado y, sobre todo,
un déficit cuasi-fiscal en el Banco Central que multiplicaba la base monetaria del país cada
pocos meses. Pues bien, desde un principio Javier Milei se puso manos a la obra para remediar estos
dos problemas estructurales de las finanzas públicas argentinas, el enorme déficit público
de la Administración Central y el gigantesco déficit cuasi-fiscal del Banco Central, y conforme
fue remediándolos, el primero, el déficit presupuestario transformado en superávit presupuestario,
y el segundo, el déficit cuasi-fiscal del Banco Central, rebajando su coste de refinanciación
sin que ello depreciara el peso y trasladando los pasivos remunerados remanentes a las espaldas
del Tesoro para que sean amortizados poco a poco, con el paso del tiempo, a través del
superávit presupuestario, conforme Javier Milei fue remediando estos dos problemas financieros
estructurales del Estado argentino, la tasa de inflación fue cayendo mes tras mes de manera
sostenida. Y este martes conocimos el dato de inflación correspondiente al mes de octubre
de 2024. Un dato que rebaja la tasa de inflación intermensual al 2,7%, muy por debajo del 12,8%
de noviembre de 2023, último mes con el peronismo al mando, y sobre todo muy inferior al dato de
inflación que tendría en estos momentos la Argentina si el peronismo hubiese continuado
otro año con sus políticas pauperizadoras y destructoras de la solvencia del Estado argentino,
endeudamiento público creciente y monetización del mismo en el Banco Central. El éxito de la
política desinflacionaria, reductora radicalmente de la tasa de inflación en el país de Javier Milei,
es a estas alturas muy poco cuestionable, porque la comparativa entre el último mes del peronismo,
12,8%, y el último mes, de momento, de la presidencia de Javier Milei, 2,7%, todavía resulta
más elocuente si tenemos presente, primero, que en noviembre de 2023 la mayoría de los precios de la
economía argentina estaban controlados, directa o indirectamente, por el Estado argentino. Es decir,
había una enorme inflación reprimida dentro del país. Es algo así como intentar retener el vapor
dentro de una olla sin válvula de escape, apretando fuertemente la tapa en contra de la olla. En algún
momento eso terminará estallando, pero mientras evitas que salga el vapor, puedes engañar a los que
hay alrededor de ti diciendo que no, que el agua no esté hirviendo, que los precios no se están
disparando. Pues eso es lo que sucedía en noviembre del año 2023. De hecho, el primero de los precios
pisados dentro de la economía argentina era, sin ningún género de dudas, el tipo de cambio.
La brecha cambiaria dentro del país en noviembre de 2023, es decir, la diferencia entre el tipo de
cambio de mercado, el tipo de cambio paralelo y el tipo de cambio oficial entre el peso y el dólar
alcanzaba el 180%. Es decir, que el tipo de cambio de verdad entre estas dos divisas, que tanto
condiciona posteriormente los precios internos del país, el tipo de cambio de verdad entre estas dos
divisas, era casi tres veces el tipo de cambio oficial. Hoy esa brecha cambiaria apenas ronda el
10%. La diferencia entre el tipo de cambio oficial y el tipo de cambio paralelo es prácticamente
inexistente. Y segunda razón por la cual este buen dato de inflación correspondiente a octubre de 2024
se compara aún más favorablemente con respecto a los datos de inflación de hace un año, de octubre de
2023 o de noviembre de 2023, con el peronismo. Pues que en el cuarto trimestre de 2023, cuando el
peronismo registraba, aún controlando precios, pésimos datos de inflación, el 12,8% intermensual del mes de
noviembre de 2023, la actividad económica en el país se hallaba en recesión, se hallaba en contracción.
En términos desestacionalizados, el PIB argentino durante el cuarto trimestre de 2023 se contrajo un
2,3%. Más incluso de lo que se contrajo también desestacionalizadamente, el PIB durante el primer
trimestre de 2024 o durante el segundo trimestre de 2024, para que os imaginéis la magnitud de la
recesión que le legó también el peronismo a Javier Milei. No sólo le legó una inflación galopante que
amenazaba con convertirse en hiperinflación, sino además una economía en caída libre. Pues bien, en estos
momentos, aunque no disponemos todavía de datos oficiales sobre actividad en el cuarto trimestre de
2024, a través de diversos indicadores adelantados, sí podemos constatar, casi más allá de toda duda
razonable, que la economía argentina ya está volviendo a crecer. Algunos dirán que está rebotando,
pero en cualquier caso está creciendo. Y está creciendo, a diferencia de lo que sucedía hace un año,
con inflación en retroceso. Hace un año la inflación estaba en ascenso, con la economía
cayendo, y ahora la inflación está desacelerándose con la economía acelerándose. En definitiva, las
políticas de estabilización presupuestaria, especialmente a través del recorte del gasto
público y de saneamiento del Banco Central, proporcionan resultados rápidos a la hora de
frenar una hiperinflación y lograr un descenso sostenido y también veloz de la tasa de inflación.
A estas alturas ya es incuestionable que 2024 terminará con una tasa de inflación interanual
muy inferior a la última tasa de inflación interanual del peronismo en noviembre de 2023.
En apenas un año, las políticas económicas liberales de Javier Milei han conseguido estabilizar
de una manera muy clara y contundente el valor de una divisa que hasta noviembre de 2023 era la
peor divisa del mundo. Un ejemplo muy claro e ilustrativo de cómo el culto al estatismo destruye
y el liberalismo sanea y reconstruye.