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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

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Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, promete que durante los próximos tres meses
abaratará el precio de los combustibles en 20 céntimos por litro para el conjunto
de los ciudadanos. A su vez, también ha planteado otra serie de medidas que, en agregado,
tienen un coste presupuestario de 6.000 millones de euros en apenas tres meses. ¿Cuáles son
estas medidas? ¿Y cuáles serán sus efectos positivos o negativos sobre la economía española?
Veámoslo.
España sufre la mayor crisis inflacionista en las últimas tres décadas, una crisis
que ya está empobreciendo a su población. Y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez,
acaba de presentar la batería de medidas con las que pretende compensar parcialmente
este empobrecimiento que están sufriendo buena parte de los ciudadanos españoles.
El plan de Sánchez, que es en definitiva el plan de PSOE Podemos, tiene fundamentalmente
dos ejes. Un eje regulatorio y un eje presupuestario. Empecemos por el eje regulatorio. ¿Qué medidas
contiene este eje? Pues, por un lado, prohibir hasta el 30 de junio de este año que los
alquileres se encarezcan por encima del 2%. A pesar de que los arrendadores están sufriendo
la misma inflación que sufrimos todos los demás, y a pesar de que pueden haber pactado
en los contratos de alquiler que estos se revaloricen conforme al IPC, como poco hasta
el 30 de junio, la revalorización máxima de los alquileres será del 2%, de tal manera
que esta medida empobrece al arrendador en la medida en que le obliga a soportar la inflación
actual de España, que a todas luces se ubicará por encima del 8% en el mes de marzo, sin
poder repercutir más del 2% a sus inquilinos. En contrapartida, claro, eso también alivia
la situación financiera de los arrendatarios en la medida en que uno de sus principales
costes, el alquiler, no se revalorizará según la inflación.
Otra medida regulatoria aprobada por el gobierno, prohibir los despidos por causas económicas
derivadas de la guerra. Hasta el próximo 30 de junio, como poco hasta el próximo 30
de junio, las empresas que vean caer su actividad por circunstancias relacionadas con la guerra
no podrán recurrir al despido por causas objetivas. Como luego comentaremos, esta imposibilidad
de recurrir al despido irá de la mano de una ampliación de los programas de los ERTE.
Es decir, que si bien el gobierno prohíbe despedir, en última instancia lo que hará
será socializar las pérdidas extraordinarias de estas empresas, vinculadas al parón de
actividad por la guerra entre todos los españoles.
Y por último, la tercera medida regulatoria que pondrá sobre la mesa el gobierno es una
limitación del precio de la electricidad. A día de hoy todavía no ha especificado
en qué consistirá esta limitación, de modo que cuando se especifique la propuesta en
un texto normativo, comentaremos las consecuencias previsibles de la misma en un futuro vídeo.
Bien, vamos ahora a detallar el segundo eje de medidas que ha planteado Sánchez para contrarrestar
los efectos económicos de la inflación, las medidas de carácter presupuestario. De acuerdo
con Sánchez, se van a poner sobre la mesa 16.000 millones de euros contra las consecuencias
económicas de la inflación, 6.000 millones de euros en forma de ayudas directas a la
población y 10.000 millones de euros en forma de crédito psico. ¿Qué recibiremos a cambio
de esos 6.000 millones en ayudas directas? Pues en primer lugar, y probablemente esta
sea la medida que más titular es acopado, el gobierno rebajará, todavía no sabemos
muy bien cómo, probablemente a través de una rebaja del impuesto especial sobre hidrocarburos,
pero todavía no lo sabemos, el gobierno rebajará en 20 céntimos por litro el precio de los
carburantes, el precio de la gasolina y del gasoil. Y será una rebaja para todos los
ciudadanos, no solo una rebaja para los transportistas, como les fue prometido hace unos días, sino
una rebaja para todos. Esta medida, como todas las anteriores, se mantendrá en vigor hasta
el 30 de junio. Es decir, que a partir del 30 de junio, en teoría, y si no hay prórroga,
se volverá a incrementar el precio de los carburantes en esos 20 céntimos que ahora
el gobierno ha decidido rebajar. En segundo lugar, se va a ampliar también hasta el 30
de junio el bono social eléctrico, una ayuda que reciben las familias de ingresos más
bajos para poder costear la factura de la luz, se va a ampliar este bono social eléctrico
a 600.000 familias, de manera que lo recibirán casi 2 millones de hogares en España.
En tercer lugar, las rebajas fiscales extraordinarias, que en este momento están vigentes en el
precio de la electricidad, recordemos, iba del 10% en lugar del 21% y suspensión del
impuesto especial a la electricidad, estas rebajas fiscales de carácter extraordinarios
se van a prorrogar hasta el 30 de junio. En cuarto lugar, se va a incrementar en un 15%
el ingreso mínimo vital que reciben las familias con menos recursos. En quinto lugar, y ya
como ayudas no para familias sino para empresas, se van a otorgar una serie de ayudas subsidios
directos a diversos colectivos afectados. Por ejemplo, al sector del transporte se
le van a entregar más de 1.000 millones de euros en ayudas directas. Si bien, recordemos
que dentro de estos 1.000 millones de euros ya está computada la rebaja de los carburantes
en 20 centimos por litro que va a recibir el conjunto de la población, a su vez a la industria
se le entregarán ayudas por valor de 500 millones de euros, al sector agrario 362 millones
de euros y al sector pesquero 68 millones de euros. ¿En qué conceptos y para qué
finalidades todavía está por definir? En sexto lugar, se van a ampliar las causas por
las que las empresas se pueden acoger a un ERTE. En particular, se incluirá dentro
de los ERTE las circunstancias económicas que motiven una suspensión de la producción
dentro de una empresa como consecuencia de la guerra. De manera que, como decíamos,
si bien se va a prohibir a las empresas de despedir, ese coste salarial que no tiene
repercusión en ingresos, porque si una empresa paraliza su actividad sigue pagando nóminas
pero no ingresa nada para cubrir esas nóminas, ese coste salarial que no irá de la mano
de ingresos se le transferirá al conjunto de los contribuyentes mediante el esquema
de los ERTE. Y, por último, y como ya hemos dicho, nueva línea de crédito psico para
las empresas que estén experimentando dificultades financieras a causa de la guerra y, a su vez,
también se proroga el vencimiento de las anteriores líneas de crédito psico que estaban
vinculadas con la pandemia. Es decir, y de momento los créditos psicos siguen sin devolverse,
salvo que el deudor quiera devolverlo por buena fe y por buena voluntad.
¿Qué valoración merece todo este paquete de ayudas presupuestarias que acaba de anunciar
el gobierno? Pues la valoración que creo que deberíamos hacer todos es que este paquete
de ayudas exhibe el extremo cortoplacismo bajo el cual está trabajando no solo este
gobierno, sino, en general, la inmensa mayoría de gobiernos occidentales. ¿Y por qué hablo
de extremo cortoplacismo? Pues, en esencia, por dos motivos. El primero, como ya hemos
dicho, es que el coste de estas ayudas es de 6.000 millones de euros en un trimestre.
Esta cuantificación no la he hecho yo, la ha ofrecido el propio gobierno. Estas medidas
tienen una incidencia presupuestaria directa de 6.000 millones de euros trimestrales. ¿Qué
significa esto? Pues significa, esencialmente, que si la guerra en Ucrania o la inflación
en general, porque no olvidemos que la inflación es previa a la guerra de Ucrania, la guerra
de Ucrania la podrá agravar, la podrá empeorar, pero ya antes de la guerra de Ucrania teníamos
una inflación interanual del 7,6%. Si la inflación persiste en el tiempo, más allá
del 30 de junio, una de dos o el gobierno retire este paquete y, por tanto, la inflación
sigue golpeando a los españoles sin ningún tipo de contramedida o el gobierno proroga
este paquete. El problema es que prorogarlo durante, por ejemplo, un año tendría un
coste presupuestario de 24.000 millones de euros, alrededor del 2% del PIB. Un coste
presupuestario que, durante los años anteriores, financiamos con cargo a la emisión de deuda,
pero ahora mismo no tenemos la holgura financiera que teníamos para emitir deuda, porque el
banco central europeo, precisamente para combatir la inflación, ha anunciado que va a dejar
de comprar deuda pública de los países europeos. Y, por tanto, si no nos compra nuestra deuda
al banco central europeo, ya no hay tantos inversores interesados en comprarnosla. De
ahí que en las últimas semanas el tipo de interés de la deuda pública española ya
se haya elevado hasta el 1,4%, que no es un tipo de interés muy alto, pero es que partíamos
de prácticamente el 0%. En pocas semanas hemos pasado del 0 al 1,4% y ese 1,4% está
cerca de ser el tipo de interés más elevado desde el año 2015. Así que, mucho cuidado
conseguir emitiendo deuda pública de manera descontrolada, porque el mercado de deuda
podría empezar a penalizarnos de manera bastante grabosa. Y si eso es así y va a ser así,
el gobierno no va a tener capacidad de progar de manera indefinida este programa de ayudas.
De manera, repito, que si la guerra o la inflación más en general no termina en un trimestre,
el gobierno simplemente no va a tener otra alternativa que dejar que la inflación de
hebore, sin ningún tipo de contraprestación, las finanzas de los ciudadanos.
Y en segundo lugar, ¿por qué estas medidas nos muestran el extremo cortoplacismo del
gobierno? Pues porque todas estas medidas van a cebar todavía más la inflación. Actualmente
la inflación se debe a que hay un exceso de gasto agregado en relación con la capacidad
que tiene la economía para producir bienes y servicios. Mucho gasto y oferta inelástica
se traduce en elevaciones de precios. Pues bien, estamos hablando que el gobierno, como
forma de combatir los efectos más dañinos de la inflación, está proponiendo elevar
todavía más el gasto agregado y, por tanto, elevar todavía más la inflación. Pero,
claro, esto al gobierno le da igual. Y le da igual o bien, porque considera que en 3 meses
el problema de la inflación se habrá solucionado, cosa bastante improbable, o le da igual porque
lo que busca es salvar ahora mismo la papeleta que tiene entre manos. Y dentro de 3 meses
ya veremos qué nueva papeleta tenemos entre manos para tratar de salvarla de nuevo en
el corto plazo por otros 3 meses. Estos dos efectos negativos de las medidas presupuestarias
que acaba de anunciar el gobierno, su insostenibilidad financiera y su realimentación positiva sobre
la inflación, se podrían evitar si al mismo tiempo que el gobierno está aumentando el
gasto en 6.000 millones de euros anuales, o recortara otras partidas de gasto público,
que es lo que tendría sentido desde una perspectiva más bien liberal, o incrementara los impuestos
en 6.000 millones de euros sobre el conjunto de la economía, que es lo que podría tener
sentido desde una perspectiva socialdemócrata. Sin embargo, el gobierno prácticamente no
ha anunciado ninguna subida de impuestos para financiar estos 6.000 millones de euros
trimestrales. Sabemos que una parte de la rebaja del coste del combustible lo pagarán
en teoría las distribuidoras y comercializadoras de combustible. Pero ya está, todo lo demás
no se financiará con nuevas subidas de impuestos. En parte podemos pensar que se financiará
con el incremento nominal de la recaudación que está experimentando del que está disfrutando
ahora mismo el gobierno. Pero es muy dudoso que en un trimestre se vayan a recaudar 6.000
millones de euros más únicamente por efecto de la inflación. Por ejemplo, en un vídeo
anterior estimamos que la subida del precio de los carburantes proporcionaría por IVA
2.000 millones de euros adicionales en el conjunto del año, es decir, 500 millones
por trimestre. De ahí hasta 6.000 millones por trimestre hay una diferencia muy sustancial.
Con lo cual, si no hay una dotación en forma de ingresos que permita sufragar este gasto
extraordinario, lo que está haciendo el gobierno es, por un lado, emitir más deuda
pública, insostenibilidad financiera y, por otro, incrementar el gasto agregado neto dentro
de la economía, es decir, cébar la inflación. ¿Que la inflación remite por su cuenta
a lo largo de los próximos meses? Pues entonces, el gobierno habrá adoptado unas medidas con
carácter extraordinario que en parte habrán paliado algunos de sus efectos y que tendrán
unas implicaciones presupuestarias limitadas. El problema se habrá arreglado por sí solo
y el gobierno habrá puesto un parche mientras tanto. ¿Que la inflación, como es previsible,
no se arregla, no remite por sí sola durante los próximos meses? Pues entonces, o este
gobierno reconoce su impotencia para hacer frente a la inflación con medidas del tipo
de las que ha presentado hoy o lo pagaremos muy caro.