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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

Este pasado sábado tuve la ocasión de participar en el programa de la sexta noche, donde nuevamente
debatimos sobre la sostenibilidad o no del sistema público de pensiones, y en él apareció
un argumento que ya había surgido en otras ocasiones que conviene refutar con algo más
de tiempo para que seamos conscientes de todas las falacias que contiene. Este argumento,
en esencia, es que la crisis del sistema público de pensiones se debe, fundamentalmente, a
la reforma laboral del año 2011. Hasta el año 2011 el sistema público de pensiones,
la seguridad social, estaba en equilibrio. A partir de 2011 y con toda la devolución
salarial subsiguiente promocionada por la reforma laboral, el sistema de pensiones entra
en crisis. Escuchemos este argumento en dos ocasiones, en dos programas distintos, por
boca de uno de los portavoces de los pensionistas que reclaman un alza en estas rentas en estos
ingresos. Primero, los que no vieron venir la crisis
en el 2008 están diciendo ahora que sí deben venir que las pensiones no son viables dentro
de 20 años. Eso lo dejo por ahí. Segundo, le digo al profesor y le reto a que me diga
un solo año que las pensiones no hayan tenido superávit hasta que en el 2011 y en el 2013
se hacen las reformas laborales y las reformas de pensiones. Que me diga un solo año en el
que no haya habido superávit. De hecho, se destapan en el 2008 la crisis, que no la supo
ver nadie y resulta que se destapó también que los ayuntamientos estaban arrasados, las
cajas de ahorros saqueadas y había una cosa que funcionaba, una sola que funcionaba como
una máquina con superávit, la seguridad social. Y las reformas, que es lo que pedimos, que
se revocen esas reformas. Un momento, porque me dicen ya aquí que va
a dar paso a uno de los especiales para comentaros también. Este argumento, que la reforma laboral
es responsable de la crisis de la seguridad social debido a la devaluación salarial que
ha provocado, tiene dos grandes problemas, tiene dos grandes agujeros, uno por el lado
de los ingresos y el otro por el lado de los gastos. Por el lado de los ingresos. Primero,
es difícil o al menos simplemente observando los números, es complicado saber cuál habría
sido la situación y la evolución de nuestro mercado laboral en ausencia de la reforma
laboral del año 2012. Es verdad que la reforma laboral facilita que se ajusten los salarios
a la baja para evitar la destrucción de empresas y la conservación de los puestos de trabajo,
pero justamente por ello no podemos simplemente suponer, no podemos simplemente asumir que
en ausencia de la reforma laboral se habría destruido y luego se habría creado la misma
cantidad de empleo que ahora, pero con salarios mayores. Podría suceder y es bastante probable
que así hubiese sucedido, que sin reforma laboral algunos salarios hubiesen caído menos,
pero en contrapartida se hubiese destruido mucho más empleo. Y si eso es así, el saldo
neto sobre las cotizaciones sociales, sobre la recaudación por cotizaciones sociales
de la reforma laboral será cuando menos incierto. Por un lado habrá trabajadores con más ingresos,
en mayores salarios y por tanto que cotizarían más, pero por otro habría muchos más parados
y por tanto menos cotizantes. Simplemente en este caso ofrecer un dato. Según el BVB
Research que ha realizado un modelo contrafactual para evaluar que habría sucedido en la economía
española en ausencia de la reforma laboral, la conclusión a la que llega es que sin reforma
laboral en el año 2012, España habría perdido un millón más de puestos de trabajo. Por
tanto, habrían sido las cotizaciones sociales mayores en ausencia de la reforma laboral,
es bastante dudoso. De hecho, el segundo problema que tiene este argumento es que si de verdad
la seguridad social estuviera en crisis debido a una merma extraordinaria de ingresos, lo
que debería suceder es que los ingresos fueran más bajos que cuando la seguridad social
estaba saneada, pero no es así. Los ingresos por cotizaciones sociales antes de la crisis
en el año 2007 ascendían a 103.000 millones de euros. En el año 2011, apenas antes de
aprobarse la reforma laboral, estos ingresos ascendían a 105.000 millones de euros. Y eso
sí, tengamos en cuenta que parte de estos ingresos se mantenían debido a las cotizaciones
que efectuaba la Administración General del Estado con cargo a las prestaciones por
desempleo que pagaban. Es decir, los ingresos por cotizaciones sociales en el año 2011
superaban los del año 2007, es decir, los del año 2011 en plena crisis económica después
de haberse destruido más de 2 millones de empleos eran superiores a los ingresos por
cotizaciones sociales del año 2007 antes de la crisis económica debido a que la Administración
General del Estado seguía aportando recaudación, fondos a la seguridad social, porque los
parados que perciben una prestación de desempleo cotizan, la Administración Central cotiza
en nombre de esos parados. Por tanto, los ingresos del año 2011 eran ingresos en parte
inflados por una recaudación transitoria que es la cotización por prestaciones de desempleo,
cotización que se fue acabando en los años subsiguientes conforme esos parados dejaron
de percibir la prestación por desempleo. Pues bien, en 2007 103.000 millones de euros,
en 2011 105.000 millones de euros, recaudación por cotizaciones sociales en el año 2018
115.000 millones de euros, por tanto 10.000 millones de euros más que antes de la reforma
laboral y 12.000 millones de euros más que antes de empezar la crisis. La recaudación
por cotizaciones sociales no ha bajado, ha subido, de hecho, está en máximos históricos.
¿Cómo podemos atribuir, por tanto, el déficit de la seguridad social actual a una partida
los ingresos que no han hecho más que aumentar desde el inicio de la crisis? Desde luego,
el agujero financiero de la seguridad social no se debe en absoluto a la merma de ingresos,
se debe fundamentalmente al gasto. Y este es, de hecho, el otro problema que tiene este
argumento que suelen utilizar algunos lobbies de pensionistas. No se puede comparar la situación
actual del sistema de pensiones con la del año 2011 o con la del año 2007. Actualmente,
el sistema de pensiones paga muchísimas más pensiones y mucho más altas que en el año
2011. Más en particular, en el año 2011, concretamente en diciembre del 2011, había
8,86 millones de pensiones pagadas por la seguridad social. En el año 2018, concretamente
en diciembre del 2018, el número de pensiones abonadas por la seguridad social eran de
9,76 millones. Es decir, casi en estos últimos siete años, el número de pensiones pagadas
sufragadas por la seguridad social ha aumentado en un millón. Pero no solo eso, la pensión
media del sistema en diciembre de 2011, es decir, la pensión media que abonaba la seguridad
social en diciembre de 2011 era de 810 euros al mes, recordemos, en 14 pagas. Hoy en día,
la pensión media del sistema es de 993 euros al mes, casi 200 euros más que en el año
2011, antes de la reforma laboral. Y justamente por esto, los gastos totales del sistema de
la seguridad social han pasado de 113.000 millones de euros en el año 2011, a finales
a cierre del año 2011, a 143.000 millones de euros a cierre del año 2018.
Por tanto, es aquí donde encontramos el motivo fundamental de por qué el sistema de pensiones
se ha desequilibrado durante los últimos años. No es por la reforma laboral, no es
porque los salarios se hayan devaluado extraordinariamente y, por tanto, los ingresos se hayan desplomado.
La razón que explica por qué la seguridad social hoy tiene un déficit gigantesco es
porque el gasto en pensiones ha aumentado en 30.000 millones de euros, de manera que
aunque los ingresos se hayan aumentado en 10.000 millones de euros, tenemos un déficit
de entorno a los 20.000 millones de euros que es el que experimentamos a día de hoy.
Este déficit, por cierto, porque este es otro de los argumentos que se suele emplear, no
es un déficit que se haya generado ex novo a partir de la reforma laboral, a veces parece
que antes de la reforma laboral el sistema tuviera un super hábit que era permanente,
que estaba garantizado a prueba de bombas y que, sin embargo, después de la reforma
laboral arrancó un déficit gigantesco. No, ese déficit se fue gestando desde el año
2007 a año tras año. Como podemos observar en este gráfico, el super hábit de la seguridad
social en el año 2007 antes de la crisis era de casi 15.000 millones de euros, pero
en el año 2011, es decir, antes de la reforma laboral, ese super hábit ya había desaparecido
y de hecho en 2011 tenemos un pequeño déficit de 500 millones de euros. En apenas 4 años
pasamos de un super hábit de casi 15.000 a un déficit de 500 millones, por consiguiente
el déficit adicional que se genera a partir del año 2011 no es por la reforma laboral,
es por las mismas dinámicas que ya estaban en marcha antes de la reforma laboral. Y esas
dinámicas, por cierto, que son dinámicas de aumento del número de pensionistas y de
aumento de la pensión media y, por tanto, de aumento del gasto total en pensiones que
crecen más rápido que los ingresos, esas dinámicas, por cierto, siguen en marcha hoy
en día. Por eso el sistema de pensiones es insostenible tal cual está configurado en
la actualidad, no porque carguemos con un déficit cercano a 20.000 millones de euros. Un déficit
cercano a 20.000 millones de euros se podría más o menos solucionar si, durante los próximos
años, seguimos generando empleo y si bajamos a una tasa de paro razonable. El problema
no es el déficit actual, que sí, obviamente es problemático, pero no es lo que pone absolutamente
en jaque el sistema de seguridad social. El problema es que el número de pensionistas
sigue creciendo y, de aquí, al año 2050 pasaremos de 10 millones de pensionistas a 15 millones
de pensionistas. La población activa y la población ocupada se va a seguir reduciendo,
se va a seguir al menos estancando hasta el año 2050. Y para más Inri, la pensión media
del sistema va a continuar subiendo porque los nuevos pensionistas, las nuevas cortes
de pensionistas que van a jubilarse han devengado, a lo largo de su vida laboral, un derecho
a una pensión superior al que están cobrando de media a los pensionistas actuales, todo
lo cual genera una bomba de relojería en el gasto de la seguridad social que no vamos
a poder cubrir de ninguna manera con los ingresos, de ahí que sean necesarias reformas recortes
de la seguridad social que, si bien trasladen a las distintas generaciones de pensionistas
una menor pensión que aquella que el sistema fraudulento que tenemos les había prometido
al menos garanticen la viabilidad, la sostenibilidad financiera de este sistema. Porque, de lo
contrario, si no se aprueban estas reformas recortes que se vayan distribuyendo entre
todas las generaciones presentes y futuras de pensionistas, lo que tendremos es que los
pensionistas actuales no van a experimentar ninguna merma en sus pensiones y, sin embargo,
los pensionistas futuros, dado que el sistema va a ser absolutamente insostenible y absolutamente
infinanciable, van a concentrar absolutamente todos los recortes. De ahí que el discurso
tramposo que algunos lobis de pensionistas están empleando hoy acerca de que la seguridad
social es perfectamente sostenible, sin explicar nunca cómo la sostendrían, sea un discurso
totalmente insolidario desde un punto de vista intergeneracional. Lo que están diciendo
es, a mí no me recortes la pensión y a los pensionistas futuros ya veremos lo que les
da, ya veremos lo que les toca, pero es en todo caso se da su problema y, si quieren
hacer frente a ese problema, que protesten en el futuro. El problema es que, por mucho
que protesten en el futuro, no va a haber dinero para pagar pensiones futuras que sean
más altas que las pensiones presentes. Y, por eso, la contención del gasto en la seguridad
social tiene que empezar desde ya mismo, desde hoy, y una de las medidas que, por tanto,
no se debería adoptar por muy electoralista que sea y por muchos votos que les sirva a
nuestros políticos para comprar es indexar las pensiones al IPC. Es decir, las pensiones,
como ya explicamos en otro vídeo, tienen que estar vinculadas al índice de revalorización
de las pensiones. De tal manera que, mientras el déficit de la seguridad social siga vigente
y va a seguir vigente durante muchos años, las pensiones apenas se revaloricen un 0,25%
para que los gastos no se sigan disparando de una manera absolutamente insostenible.