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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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Javier Milei acaba de cerrar la Agencia Tributaria Argentina. Veámoslo.
Javier Milei acaba de cerrar la Agencia Tributaria Argentina, la AFIP, la Administración Federal de Ingresos Públicos.
El gobierno les anuncia muy felizmente que hoy, o a partir de hoy, la Administración Federal de Ingresos Públicos, más conocida como AFIP, dejará de existir.
Es verdad que la AFIP, el organismo clausurado, será reemplazado a partir de ahora por otro, por la ARCA, la Agencia de Recaudación y Control Aduanero.
Pero no estamos ni mucho menos ante un mero cambio de nombre.
En esa transición desde la AFIP a la ARCA van a cambiar aspectos muy sustanciales de esta burocracia extorsionadora de los contribuyentes argentinos.
Y lo que cambia son fundamentalmente dos cosas.
Por un lado, el tamaño de la burocracia de esta Agencia Tributaria Argentina.
Y por otro lado, y sobre todo, sus muy perversos incentivos de funcionamiento.
Por un lado, y relativo a la reducción del tamaño de la burocracia de la Agencia Tributaria Argentina.
Con el cierre de la AFIP y la creación de la ARCA, el número de cargos superiores, de directivos, se reducirá en un 45%.
Y el número de cargos inferiores, el resto del personal, se reducirá en un 31%.
En total, la cifra de trabajadores de la Agencia Tributaria Argentina caerá en un 34%.
Y muchos de ellos ni siquiera serán recolocados a otros estamentos de la Administración Pública Argentina.
Porque 3.155 trabajadores de la AFIP, que fueron contratados irregularmente durante el último año de gobierno peronista-kisnerista,
directamente verán su relación laboral con el Estado terminada.
Se van a reducir 45% las autoridades superiores, casta política, y un 31% los niveles inferiores de la estructura actual.
Es decir, en total se van a eliminar el 34% de los cargos públicos.
Además, van a reubicarse y pasar a disponibilidad unos 3.100 empleados que ingresaron durante el último gobierno,
de manera, entendemos, irregular.
Pero, por otro lado, siendo importante esta reducción del tamaño de la Agencia Tributaria Argentina,
del número de agentes, de profesionales que están extorsionando a los contribuyentes argentinos
con la lupa puesta sobre su patrimonio para que se lo entreguen coactivamente al Estado,
siendo importante la reducción del número de profesionales publicanos
al servicio de la Agencia Tributaria Argentina,
aún más importante es la radical modificación de los incentivos perversos
bajo los cuales operaba hasta la fecha esta Agencia Tributaria Argentina.
Y es que el salario promedio de la AFIP, de la Agencia Tributaria Argentina,
era, con diferencia, el más elevado de todos los organismos públicos del país.
Para que nos hagamos una idea, el sueldo promedio mensual de los directivos de la AFIP
era de 34 millones de pesos, alrededor de 30.000 dólares mensuales.
Mientras que el sueldo de un ministro del gobierno argentino es de 4 millones de pesos al mes,
algo menos de 4.000 dólares mensuales.
Pues bien, con la supresión de la AFIP y la creación de la ARCA,
el gobierno de Javier Milei reducirá el salario de los directivos de la Agencia Tributaria Argentina
a 4 millones de pesos mensuales.
El sueldo de un ministro, es decir, algo menos de 4.000 dólares al mes.
Desde 30.000 dólares mensuales a menos de 4.000 dólares al mes.
Ahora van a pasar a cobrar, tanto el titular como los directores,
sueldos equivalentes o equiparables a los que cobran los ministros y los secretarios de Estado.
Precisamente estos altísimos sueldos son los que llevaban a los políticos corruptos
a intentar colocar a todos sus amigos, familiares y afines a trabajar a la AFIP,
porque era el organismo público que mejor pagaba a sus trabajadores.
Pues bien, este festín de altos salarios a costa del contribuyente ha tocado a su fin.
Pero ni siquiera esto es lo más importante.
Ni siquiera aquí encontramos el cambio radical de los incentivos de funcionamiento
de la Agencia Tributaria Argentina que pretende conseguir el gobierno de Javier Milei
con esta supresión de la AFIP.
Y es que resulta fundamental entender por qué las remuneraciones de los trabajadores de la AFIP
eran tan desproporcionadamente elevadas con respecto a cualquier otro salario de la Administración Pública Argentina.
Y la razón detrás de esta desproporción en las remuneraciones de los trabajadores de la AFIP
tiene un nombre concreto.
Cuentas de jerarquización.
¿Qué son las cuentas de jerarquización?
Pues todos los meses del conjunto de recaudación tributaria que consigue la AFIP,
la Agencia Tributaria Argentina,
se detrae el 0,65%
y se reparte entre los más de 21.000 trabajadores de la AFIP.
Es decir, que el 0,65% de toda la recaudación tributaria anual
se la reparte a modo de incentivo recaudatorio el personal de la AFIP.
De esa manera, se espera que el personal de la Agencia Tributaria Argentina
sea más diligente a la hora de extorsionar a los argentinos
y recaudar mucho más de lo que venía recaudando.
Porque cuanto más recaude el Estado a través de la AFIP,
más cobrarán los trabajadores de la AFIP.
Más dinero de la recaudación tributaria total terminará llegando a sus bolsillos.
Es un sistema de incentivos absolutamente perverso en contra del contribuyente
que, por desgracia, está presente de un modo o de otro
en prácticamente todos los ordenamientos jurídicos internacionales.
El Estado recompensa a los recaudadores de impuestos
para que maximicen la recaudación.
Y luego, entre ambos, se reparten el botín.
Si tú has conseguido levantar mucho más dinero en mi favor,
en mi beneficio, en mi lucro,
te termino recompensando con un porcentaje de ese botín.
De ahí la voracidad recaudatoria de muchas de las personas
que trabajan en esta Agencia Tributaria Argentina.
Cuanto más salvajes sean recaudando impuestos a costa del contribuyente,
contribuyente, aún pisoteando los mismísimos derechos del contribuyente,
más se enriquecen ellos.
Pues bien, el gobierno de Javier Milei va a eliminar las cuentas de jerarquización,
de tal manera que no se recompense a los trabajadores de la Agencia Tributaria Argentina
por maximizar la extorsión fiscal sobre los contribuyentes.
Se tomó la decisión de que dejen de cobrar la llamada cuenta de jerarquización.
Y este sí es un cambio fundamental.
Suprimir los incentivos a maximizar el robo en contra de los ciudadanos honestos
es una reforma que perjudica al Estado, por supuesto,
pero que beneficia a los ciudadanos.
En suma, lo que se busca es dejar de premiar la voracidad tributaria del fisco,
dejar de recompensar la gula de la bestia.
A lo largo de su existencia, este organismo funcionó como una caja política
y, como todos sabemos, han sometido a muchos argentinos a persecuciones absolutamente inmorales.
Esa Argentina de la voracidad fiscal se terminó.
Lo que es de cada argentino es suyo y de nadie más.
Ningún burócrata del Estado tiene por qué delegarse el poder de decirle a un argentino
qué hacer con su propiedad.
Ojalá tomemos nota en España de todo esto.