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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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¿Cuáles son las razones que han llevado al Partido Demócrata de Kamala Harris a perder
de manera tan contundente estas elecciones presidenciales en los Estados Unidos? Veámoslo.
El Partido Demócrata con Kamala Harris a la cabeza ha sufrido una muy dura y contundente
derrota a manos del Partido Republicano de Donald Trump. Los demócratas no solo no han
logrado acceder a la presidencia por no haber obtenido suficientes votos electorales, sino
que también han perdido en voto popular y han cedido el Senado y probablemente la Cámara
de Representantes al Partido Republicano. Estamos ante una muy clara ola roja que se ha llevado
por delante a todo el establecimiento demócrata. ¿Pero por qué ha sucedido esto? ¿Por dónde
se está desangrando el Partido Demócrata de los Estados Unidos? Pues bien, si acudimos
a las encuestas a pie de urna que se realizaron durante la jornada electoral, podemos obtener
una radiografía de cuáles han sido las principales pérdidas de voto del Partido Demócrata
estadounidense en estas elecciones de 2024 frente a las del año 2020 en las que Joe Biden resultó
ganador, aunque por un muy estrecho margen frente a Donald Trump. Hay cinco grupos de
votantes, que en parte están solapados entre sí, que han cambiado de manera muy radical
su voto en estas elecciones de 2024 en favor del Partido Republicano de Trump frente a lo
que votaron en el año 2020, al Partido Demócrata de Joe Biden. ¿Y cuáles son esos cinco grupos
de votantes que han generado, que han provocado un vuelco tan grande en estas elecciones presidenciales?
En primer lugar, los hispanos. En el año 2020, Joe Biden sacó 33 puntos de ventaja entre el
electorado hispano frente a Donald Trump. Pues bien, en estas elecciones de 2024, Kamala Harris
únicamente le ha sacado a Trump ocho puntos de ventaja. Es decir, entre el electorado hispano,
Donald Trump ha recortado 25 puntos de voto. La reversión ha sido especialmente llamativa en el
caso de los hombres hispanos. En 2020, entre los hombres hispanos, Joe Biden logró 23 puntos de
ventaja frente a Donald Trump. Y en 2016, Clinton consiguió 31 puntos de ventaja sobre Donald Trump.
Pues bien, en estas elecciones, Trump ha logrado 10 puntos de ventaja entre los hombres hispanos
sobre Kamala Harris. Este giro tan llamativo del voto entre una parte del electorado, que ya representa
al 12% del total, parece indicarnos que el discurso del victimismo racial del Partido Demócrata cada
vez está calando menos entre el electorado hispano. Los hispanos, cada vez más, parecen estar viéndose
a sí mismos como ciudadanos estadounidenses antes que como un colectivo hispano que está siendo agraviado
por otros colectivos raciales de Estados Unidos, que, en consecuencia, necesitarían algún tipo de
protección o de redención del Partido Demócrata. Conforme se van integrando en la sociedad estadounidense,
absorben los valores de la sociedad estadounidense y votan en consecuencia. No votan en función de su
adscripción racial o étnica, sino que votan en función de sus valores y de sus intereses electorales.
Segundo grupo de votantes donde se ha producido un cambio muy significativo, los votantes jóvenes,
los votantes entre 18 y 29 años. En el año 2020, Biden le sacó a Donald Trump 24 puntos de ventaja
en este grupo de electores. Pues bien, en 2024, Harris solo le ha sacado, solo entre comillas,
13 puntos de ventaja. Es decir, que Donald Trump ha recortado 11 puntos porcentuales en la intención
de voto entre los más jóvenes. Y los más jóvenes representan el 14% del electorado. Por tanto,
aquí ha habido un importante trasvase de voto que estaba en 2020 en el Partido Demócrata y ha pasado
al Partido Republicano. ¿Qué nos podría indicar esta tendencia? Pues que los estadounidenses más jóvenes,
a pesar de haber sido adoctrinados desde la escuela y desde muchos medios de comunicación con la
perspectiva UOC, cada vez son más resilientes a ese discurso y se están, hasta cierto punto,
en términos relativos, claro, derechizando. Y esto podría deberse. Sería necesario un análisis,
obviamente, mucho más exhaustivo. Pero, como conjetura, podría deberse a la compra de Twitter
por parte de Elon Musk y, por tanto, al cambio de las reglas de moderación de Twitter, que con la
antigua directiva estaban sesgadas hacia la izquierda. Si los jóvenes se informan mucho más y beben mucho
más de las redes sociales, el hecho de que una de esas redes sociales deje de estar escorada
sistemáticamente hacia la izquierda y hacia el UOC puede haber hecho que una proporción importante de
jóvenes se replanteen sus ideas y cambien el sentido de su voto. De ahí, por cierto, que Kamala Harris y
su vicepresidente Tim Wolf estuvieran obsesionados con el control de las redes sociales, porque
probablemente detectarían algo de esta tendencia. Tercer grupo que ha cambiado significativamente el
sentido de su voto. El electorado no universitario. En 2020, Donald Trump obtuvo una ventaja de dos puntos
porcentuales sobre Biden entre el electorado no universitario. Ahora han sido 10 puntos de
ventaja sobre Kamala Harris. Y este ensanchamiento del porcentaje de apoyo a Donald Trump entre el
electorado no universitario no pensemos que se debe a que los blancos sin título universitario han votado
de manera más enfervorizada a Donald Trump. No es así. De hecho, los demócratas han mejorado su
porcentaje de voto entre los blancos no universitarios. En 2020, Trump le sacó a Biden 35 puntos
porcentuales entre este electorado y ahora sólo han sido 31. Es decir, que los demócratas han mejorado
en cuatro puntos porcentuales. No. Si se ha movido en favor del Partido Republicano, el porcentaje de
voto de este colectivo ha sido sobre todo por los electores no blancos y no universitarios. En 2020,
Biden ganó por 46 puntos de diferencia entre estos electores y ahora sólo ha ganado Harris por 32 puntos
de diferencia. Es decir, que Donald Trump, entre los no blancos y no universitarios, ha mejorado en 14
puntos porcentuales. En parte, esta mejoría puede que sólo refleje otro dato que ya hemos dado antes. Y es
el dato de que Donald Trump ha mejorado muy sustancialmente su apoyo entre los hispanos. Si
muchos hispanos no tienen título universitario, el hecho de que haya un vuelco de votantes entre los
hispanos necesariamente provocará un vuelco de votantes también entre los electores no blancos y
no universitarios. Pero, en otra parte, puede que esté reflejando también otro cambio del sentido
de voto entre otro colectivo electoral. El cuarto que vamos a analizar. Y me estoy
refiriendo a las familias de ingresos medios y bajos. En 2020, los demócratas obtuvieron 11 puntos
de ventaja entre aquellos votantes que integran hogares con ingresos anuales inferiores a 50.000
dólares. Y a su vez lograron 15 puntos de ventaja entre los electores que integran hogares con unos
ingresos anuales entre 50.000 y 100.000 dólares. Pues bien, en esta ocasión, Donald Trump ha sido
más votado en ambos colectivos. Le ha sacado un punto porcentual de voto a Kamala Harris entre los
electores que ingresan menos de 50.000 dólares anuales y dos puntos porcentuales entre los que
ingresan 50.000 y 100.000 dólares anuales. Y, de hecho, tan llamativo como esto es la reversión que
se ha producido en el sentido del voto entre los hogares con ingresos elevados. En 2020,
los hogares que ingresan más de 100.000 dólares anuales, alrededor del 40% de los hogares
estadounidenses, votaron masivamente a Donald Trump. Trump sacó 12 puntos de ventaja a Joe Biden entre
este colectivo de votantes. Ahora han sido los demócratas los que han conseguido 8 puntos de
ventaja entre este colectivo de familias más adineradas respecto a Donald Trump. Es decir,
que aquí los demócratas han recortado 20 puntos con respecto a Donald Trump, lo que en parte ha
compensado la sangría que han experimentado entre los hogares que ingresan menos de 100.000 dólares
anuales. ¿Qué nos está indicando este dato? Pues que la economía durante los últimos años puede haber
ido muy bien para los hogares de renta media alta o de renta alta, pero no habrá ido también entre los
hogares de renta media o de renta baja. Y probablemente ahí la inflación tenga mucho que ver.
Normalmente la inflación golpea más duramente a los pobres, que tienen poco margen para adaptarse a
ella, que a los ricos. Y, por tanto, la inflación, que ha sido altísima durante este mandato demócrata
de Joe Biden, habrá erosionado los ingresos reales de las familias más pobres, que habrán cambiado el
sentido de su voto hacia los republicanos. Lo llamativo es que en estas elecciones el Partido
Republicano ha sido el partido mayoritario entre las clases humildes de los Estados Unidos,
mientras que el Partido Demócrata ha sido el partido votado mayoritariamente por las élites
económicas del país. Y, por último, el quinto grupo electoral que ha girado de manera importante
hacia el republicano, que se ha alejado del Partido Demócrata y se ha acercado al Partido
Republicano, han sido los votantes independientes o de centro, votantes no adscritos ni a la izquierda,
ni a la derecha, ni al Partido Demócrata, ni al Partido Republicano. En 2020, Biden sacó 13 puntos
de ventaja a Donald Trump entre este colectivo de electores, que representa aproximadamente un
tercio del total de votantes. En esta ocasión, Kamala Harris solo ha logrado 5 puntos de ventaja
sobre Trump. Por tanto, Trump le ha comido 8 puntos de intención de voto entre este electorado
centrista. A pesar de que se nos indica que durante los últimos años Trump se ha derechizado y cada
vez es percibido como alguien de más extrema derecha, lo cierto es que los electores que se
autoperciben como de centro se han posicionado ahora más a favor de Donald Trump que en el año 2020.
En definitiva, y atendiendo a estas encuestas a pie de urna, ¿por qué el Partido Demócrata ha perdido
las elecciones? Pues porque la ubicación ideológica y las políticas aplicadas por el Partido Demócrata
cada vez seducen a un porcentaje menor del electorado estadounidense. El Partido Demócrata
se ha escorado demasiado a la izquierda como para atraer el voto de los votantes de centro en la misma
proporción que en el año 2020. El Partido Demócrata está aplicando una política económica que no ha
beneficiado en absoluto, sino que ha empobrecido, o ellos perciben que se han empobrecido, a las familias
de ingresos medios y bajos. El Partido Demócrata articula un discurso victimizador respecto a la
raza o la etnia y respecto a otras cuestiones que suponen incluir a la población en colectivos
minoritarios enfrentados los unos con los otros. Y ese discurso victimista cada vez resulta menos
atractivo para sectores amplios de la población que se perciben cada vez más integrados en la
ciudadanía estadounidense, no en función de su etnia, sino en función de su nacionalidad. Y, por último,
el Partido Demócrata parece no estar captando tanto la atención de los nuevos votantes, del electorado
joven, donde el Partido Republicano ha conseguido penetrar más. El Partido Demócrata se está
gerontocratizando. Por consiguiente, si el Partido Demócrata quiere revertir estos resultados
electorales, debería moderarse, debería cambiar el rumbo de sus políticas económicas, debería
convertirse en un partido de ciudadanos y no un partido de colectivos victimizados, y debería
conseguir reenganchar a los jóvenes que perciben todo lo anterior como algo obsoleto, caduco y
desnortado. O aplican la censura para que los jóvenes no se puedan informar fuera de los canales
oficiales y controlados por el establishment demócrata, o tendrán que cambiar de ideología
y de políticas frente a los jóvenes. Esperemos que el baño que le ha dado Donald Trump al
Partido Demócrata de los Estados Unidos lo fuerce a recapacitar y no a atrincherarse,
sino a revertir las dilutivas tendencias en las que ha estado inmerso durante los últimos años.
¡Gracias!
¡Gracias!
¡Gracias!
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