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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

Suspensión de pagos del Silicon Valley Bank y el 97% de sus depósitos no están asegurados.
¿Cuáles serán las repercusiones de este colapso financiero para la economía real,
la economía financiera y la economía cripto?
Veámoslo.
Este pasado viernes, el Silicon Valley Bank entró en suspensión de pagos después de
haber tenido que liquidar parte de su cartera de bonos con pérdidas y no haber sido capaz de
completar la ampliación de capital con la que intentaba cubrir las pérdidas derivadas de
liquidar su cartera de bonos. En un vídeo anterior ya explicamos las razones por las
que esa cartera de bonos estaba depreciada y las razones por las que tuvo que liquidar
parte de esa cartera de bonos. Y al haber fracasado en la ampliación de capital que
necesitaba para cubrir las pérdidas realizadas la semana pasada, a Silicon Valley Bank solo le
quedaba un destino, la suspensión de pagos. Y una vez declarada la suspensión de pagos,
la Corporación Federal de Seguro de Depósitos, el FEDIC toma el control de esta entidad,
esto es lo que ocurrió el pasado viernes, y reembolsa a cada depositante 250.000 dólares.
Ese es el importe asegurado por el gobierno federal a cada depositante en cada banco
estadounidense. En el caso del Silicon Valley Bank, sin embargo, se da una circunstancia
especialmente dañina para los depositantes, y es que el 97% de los depósitos de esta entidad
financiera no están cubiertos por el FEDIC, y no lo están simplemente porque superan los 250.000
dólares. Por tanto, menos del 3% de la masa de depósitos del Silicon Valley Bank será reembolsada
a sus depositantes por el FEDIC. ¿Y con el otro 97% qué sucederá? Pues ya lo veremos. La mejor
opción para ellos sería que en los próximos días algún banco grande comprara el Silicon
Valley Bank y se hiciera cargo de la totalidad o de prácticamente la totalidad de los depósitos,
ya sea con el objetivo de garantizar la estabilidad del sistema financiero,
ya sea por presiones políticas o ya sea porque le interesa genuinamente comprar la cartera de
activos ilíquida, pero no necesariamente ruinosa, del Silicon Valley Bank. Esa sería la mejor opción
para los depositantes del Silicon Valley Bank, que llegue la caballería al rescate y les devuelva
todo o prácticamente todo lo que les adeuda este banco. Una segunda opción, que tampoco es
descartable, es que si no se produce la adquisición del Silicon Valley Bank por ninguna entidad
financiera de mayor tamaño, las autoridades federales estadounidenses, en este caso extraordinario,
amplíen por alguna vía el importe de los depósitos que se ha reembolsado por el Estado.
Y la tercera opción, si no se materializa ninguna de las anteriores, es que los depositantes
tendrán que esperar hasta la liquidación plena de esta entidad, lo cual tardará,
consumirá mucho tiempo, y una vez la entidad sea liquidada, recuperar cuanto puedan de los
depósitos. Y con esto no estoy queriendo decir que recuperarán muy poco. Probablemente los activos
del Silicon Valley Bank no son malos activos, son ilíquidos, pero no son malos activos y, por tanto,
es probable que recuperen un porcentaje alto de sus depósitos, un 60, un 70 o incluso un 80%.
Pero claro, para esto último tendrán que esperar bastante. ¿Y mientras tanto qué? Pues mientras
tanto, las reverberaciones de este terremoto bancario pueden dejarse sentir en tres frentes.
La economía financiera, la economía real y la economía cripto. Empecemos con la economía
financiera. Si el Silicon Valley Bank ha caído, ¿por qué otros bancos regionales en situación
similar no pueden también caer? Los problemas del Silicon Valley Bank ya los explicamos como
he mencionado antes en un vídeo anterior. Básicamente estaba sobreinvertido en deuda
pública a largo plazo financiada con depósitos a corto plazo, sin haber cubierto su riesgo de
interés sobre esa deuda pública a largo plazo. De tal manera que si suben los tipos de interés,
el valor de mercado de la deuda pública a largo plazo se hunde. Si tienes que liquidar
tu cartera de deuda pública a largo plazo para hacer frente a una fuga de liquidez,
entonces estás muerto, que es lo que le ocurrió al Silicon Valley Bank. Pero claro,
si otros bancos regionales estadounidenses también están en esa situación, y lo están,
entonces sus depositantes se pueden poner nerviosos, pueden empezar a sacar el dinero
de sus depósitos, pueden provocar una crisis de liquidez y pueden, por tanto, forzar a más
bancos regionales a tener que liquidar su cartera de títulos de deuda pública no cubiertos contra
el riesgo de tipos de interés a través de correspondientes derivados y eso provocar también
su suspensión de pagos. Es decir, que perfectamente se puede terminar produciendo un efecto contagio al
resto del sistema bancario regional de Estados Unidos. De hecho, en el siguiente gráfico podemos
ver la evolución en bolsa que han seguido cuatro de los principales bancos regionales de Estados
Unidos durante los últimos días. Y es fácil observar que el pánico de Silicon Valley Bank
también se ha extendido a estos otros bancos. El Pack West Bank Corp, el Western Alliance Bank Corp,
el Fair Republic Bank o el Signature Bank acumulan caídas alrededor del 40% desde comienzos de año y
son caídas que sobre todo se han fraguado en la última semana y más en particular en los últimos
días. Por tanto, ya existe en los mercados financieros una clara desconfianza hacia estos
bancos y a partir del lunes, cuando se reabran las oficinas, veremos hasta qué punto sus depositantes
confían en estas entidades financieras y éstas pueden hacer frente al reembolso de esos depósitos
sin liquidar esa parte de su cartera de bonos que no esté cubierta frente a la subida de tipos de
interés. Y si no pueden hacerlo y no hay una intervención directa o indirecta del Estado,
o ya sea la Reserva Federal o ya sea el FEDIC, entonces asistiríamos a nuevas suspensiones de pagos
dentro del sistema financiero. Segundo efecto sobre la economía real. El Silicon Valley Bank era el
banco de muchas startups en Silicon Valley, startups que o bien se habían financiado pidiendo
un préstamo a esta entidad financiera o bien simplemente tenían su depósito en este banco
a partir del cual atendían sus gastos, entre ellos, por ejemplo, las nóminas de sus trabajadores.
Pues bien, en la medida en que el Silicon Valley Bank ha suspendido pagos y, por tanto, estas
empresas de Silicon Valley sólo tienen acceso a 250.000 dólares de todos sus depósitos, es decir,
la parte de los depósitos que cubre el FEDIC, muchas de estas empresas pueden tener serias
dificultades para seguir atendiendo sus pagos con normalidad. Algunas de las principales
compañías afectadas son las siguientes. Roku, el fabricante de reproductores de streaming,
poseía en el Silicon Valley Bank el 26% de toda su tesorería, casi 500 millones de dólares,
y sobre esos 500 millones de dólares tan solo podrá disponer de momento de 250.000 dólares.
Ginkgo Bioworks, por ejemplo, poseía el 6% de toda su tesorería en Silicon Valley Bank, 74 millones
de dólares. Y Rhythm Technologies poseía igualmente el 26% de toda su tesorería, casi 55 millones de
dólares. Rocket Lab USA, el 8% de toda su tesorería, 38 millones de dólares. Sangamo
Therapeutics, el 11% de toda su tesorería, 34 millones de dólares. Lending Club Corporation,
solo el 0,3% de su tesorería, pero 21 millones de dólares que podría haber perdido o sobre los
que no tendría disposición, al menos a corto plazo, etcétera, etcétera, etcétera. Algunas
de estas empresas, además, se van a encontrar en una situación bastante paradójica. Si estas
empresas pidieron un préstamo al Silicon Valley Bank, van a tener que seguir devolviendo las
cuotas, las letras de ese préstamo, aún sin tener acceso a los depósitos en el Silicon Valley Bank.
No podrán cobrar lo que les debe el banco, pero sí deberán pagar lo que ellas le deben al banco,
asfixiando todavía más su posición de liquidez. ¿Qué puede ocurrir con estas empresas? Pues,
según lo grave que sea su situación de iliquidez, se podrían también ver abocadas a la suspensión
de pagos. No digo que vaya a ocurrir, porque no conozco cuál es la posición de liquidez de
todas ellas, pero desde luego es un riesgo a considerar. Y en tercer lugar, implicaciones
sobre la criptoeconomía. Si volvemos un momento al listado anterior, al listado de empresas que
mantenían depósitos en el Silicon Valley Bank, veremos que la lista la encabeza una
compañía en particular, Circle. ¿Y qué es Circle? Pues es la empresa emisora de la stablecoin USDC.
Las stablecoins no dejan de ser pasivos pagaderos en dólares en el blockchain y un pasivo pagadero
en dólares puede pagar dólares si detrás tiene activos cobrables en dólares que lo respaldan.
Pues bien, Circle respaldaba sus stablecoins USDC en parte a través de sus depósitos
en el Silicon Valley Bank. Concretamente, el 8% de todos los activos líquidos de USDC,
3.300 millones de dólares, están atrapados en el Silicon Valley Bank. De modo que ahora mismo USDC,
que se consideraba la stablecoin más sólida que había en el mercado, mejor respaldada,
mejor garantizada con activos que había en el mercado, está sufriendo el equivalente a un
pánico bancario. Los tenedores de USDC le están diciendo a Circle, dame mis dólares porque no
me fío de que los puedas devolver todos. Y por eso, USDC está cotizando con un importante descuento.
Recordemos que las stablecoins deberían cotizar siempre a un dólar. Dado que prometen pagar un
dólar cuando se les reclame, su valor de mercado debería ser de un dólar. Y vemos que USDC no
está cotizando ahora mismo a un dólar, sino por debajo. De modo que existe un incentivo muy
poderoso a que los tenedores de esta stablecoin le reclamen a Circle los dólares que les adeuda.
Si tu activo financiero vale 0.95 dólares y puede reclamarle a Circle un dólar, pues en lugar de
quedarte con tu activo financiero que cotiza con un descuento del 5%, le dices a Circle que te de
el 100%. Ahora bien, Circle tiene suficientes activos en dólares liquidables como para pagar
todos los reembolsos que le reclamen los tenedores de USDC. Está por ver. Pero si no lo consigue,
podríamos estar a las puertas de la mayor crisis dentro del ecosistema cripto. Podríamos estar a
las puertas de la caída de la primera gran stablecoin dentro del ecosistema cripto,
con reverberaciones sobre la cotización de todos los otros criptoactivos. De hecho,
hay un segundo criptoactivo que ya se está viendo fuertemente afectado. Y me estoy refiriendo a otra
stablecoin, en este caso una stablecoin algorítmica, como es DAI. Y es que parte de los
activos que respaldan el valor de mercado de DAI son unidades de USDC, de la stablecoin emitida
por Circle. De manera que si esta stablecoin se deprecia, DAI en consecuencia también lo hará.
De modo que tenemos dos stablecoins afectadas no por su propia imprudencia financiera,
no porque las stablecoins y todo lo cripto, cualquier cosa que suene a cripto,
sea una estafa. Lo paradójico en este caso es que una stablecoin está sufriendo por el
colapso de un banco tradicional, de esa economía vieja que nos decían que era mucho más segura que
la nueva economía cripto. Y puede que en términos generales sea cierto, pero démonos cuenta de que,
en este caso, quien está hundiendo lo cripto, quien está hundiendo las stablecoins, es la
banca tradicional. En definitiva, el colapso del Silicon Valley Bank abre muchos frentes de
incertidumbre. Incertidumbre en la economía financiera, incertidumbre en la economía real,
incertidumbre en la economía cripto. Y sobre todo pone en solfa la estrategia de subidas de tipos
de interés de la Reserva Federal para luchar contra la inflación. Si esas subidas de tipos
de interés ya están empezando a romper cosas muy serias dentro de la economía estadounidense,
¿qué sucederá si los tipos de interés suben todavía más y se mantienen durante bastante
tiempo en estos niveles tan elevados? De ahí que acaso la Reserva Federal empiece a dar marcha
atrás en su estrategia de subir tipos de interés antes de haber derrotado a la inflación. Podríamos
decir que la Reserva Federal está entre la espada y la pared, después de haber cebado
extraordinariamente con crédito barato toda la economía estadounidense, ahora que tiene que
normalizar la situación monetaria dentro del país a de optar o por inflación o por destrucción
financiera.