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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

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Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

El sector público nacional de la Argentina logra de la mano de Javier Milei superávit
presupuestario por tercer mes consecutivo, algo que no sucedía en este país desde el
año 2008. Y ahí, justamente, radica la clave para acabar con la inflación. Veámoslo.
Javier Milei llegó a la presidencia de la República Argentina el pasado 10 de diciembre.
Pues bien, ya en su primer mes completo de gobierno, es decir, en enero de 2024, logró
por primera vez desde el año 2012 superávit presupuestario. El sector público nacional,
es decir, la Administración Central del Estado Argentina, ingresó en enero más de lo que
gastó. Esa hazaña se repitió en febrero y ha vuelto a repetirse en marzo. Una racha de
tres meses de superávit presupuestario consecutivo que no se daba desde el año 2008, es decir,
desde hace más de 15 años. Escuchemos a Javier Milei anunciándolo.
Quiero anunciar que el sector público nacional registró durante el mes de marzo un superávit
financiero de más de 275 mil millones de pesos, logrando de esta manera, y luego de
más de casi 20 años, superávit financiero de 0,2% del PBI durante el primer trimestre del año.
Este es el primer trimestre con superávit financiero desde el año 2008. Un hito que
debe enorgullecernos a todos como país, en particular dada la estrepitosa herencia de
la que tuvimos que hacernos cargo. El superávit presupuestario, o al menos el equilibrio
presupuestario, es absolutamente crucial para que Argentina consiga derrotar el que ha sido
su principal desequilibrio macroeconómico durante las últimas décadas, a saber, la
inflación galopante. Esto es precisamente a lo que el equipo económico de Javier Milei
denomina ancla fiscal. El ancla para acabar con la inflación es el equilibrio fiscal. Y
esta es una idea que Javier Milei volvió a repetir ayer ante todos los argentinos cuando
anunció este hito de tres meses consecutivos de superávit presupuestario.
Este concepto, el de superávit fiscal, que parece simplemente una definición técnica que
no hace a la vida de los argentinos, no es ni más ni menos que el único punto de partida posible
para terminar de una vez y para siempre con el infierno inflacionario que fue la Argentina desde
la caída de la convertibilidad. Pero ¿por qué el superávit presupuestario es absolutamente
crucial para luchar contra la inflación? Recordemos lo elemental. El peso es un pasivo del Estado
argentino. Es una especie de deuda que emite el Estado argentino. Y la inflación se debe a que
esa deuda, a que ese pasivo que emite el Estado argentino, va perdiendo valor. Y al perder valor
frente al resto de bienes y frente al resto de activos, lo que sucede es que hay inflación,
que suben generalizadamente los precios de los bienes y de los activos. Por consiguiente,
la forma de luchar contra la inflación es estabilizar el valor de ese pasivo, del peso,
que emite el Estado argentino. ¿Y cómo se logra estabilizar el valor de un pasivo? Pues de la misma
manera que se logra estabilizar el valor de cualquier otro bien o de cualquier otro activo,
desde el lado de la oferta y desde el lado de la demanda. Si mi ley consigue dejar de incrementar
la oferta de pesos o incluso reducir la oferta de pesos al tiempo que aumenta la demanda de pesos,
evidentemente el valor del peso dejará de hundirse, se estabilizará e incluso podrá aumentar. ¿Y cómo se
logra dejar de aumentar la oferta de pesos e incentivar el incremento de la demanda privada
de pesos? Pues a través del superávit presupuestario. En primer lugar, ¿por qué la oferta de pesos ha
aumentado de manera exagerada durante las últimas décadas en la Argentina? Pues porque los políticos
argentinos gastaban más de lo que ingresaban. Y para gastar más de lo que ingresas o emites deuda,
pero nadie quiere comprar ni dentro ni fuera del país deuda del Estado argentino. O, alternativamente,
si nadie te compra en el sector privado la deuda que has de emitir para financiar tu déficit público,
alternativamente monetizas ese déficit público. Es decir, obligas al Banco Central a que te compre
la deuda a cambio de crear nuevos pesos. Y esa era una de las principales vías por la que se
incrementaba la oferta de pesos en circulación. Porque el Estado, para gastar más de lo que
ingresaba, imprimía, digámoslo así de manera muy visual, nuevos pesos que luego, cuando llegaban a la
economía real, nadie quería porque eran pesos con una oferta hipertrofiada. Y esto, nuevamente,
es algo que tiene muy claro Javier Milei.
En primer lugar, dijimos que la causa de todos los males en la Argentina era el déficit fiscal,
ya que producto de la obsesión de los políticos argentinos por gastar lo que no tenemos y agotando
las fuentes de endeudamiento y la suba de impuestos, recurrían a la emisión monetaria,
que es la única y probada causa de la inflación. Tomamos el toro por las astas y anunciamos desde
el primer día que con nosotros se acababa el déficit y en consecuencia se acababa la
emisión monetaria y la inflación. Sabemos que todavía queda mucho camino por andar,
pero no hay ningún secreto si el Estado gasta más de lo que recauda y financia a este faltante
con emisión monetaria, entonces habrá inflación. Esto es ley de la historia. Si el Estado no gasta
más de lo que recauda y no recurre a la emisión, no hay inflación, no es magia. Estos son conceptos
que ya han sido largamente demostrados a lo largo de la historia de la humanidad y que
la Argentina se rechazan por una razón muy simple. Los políticos quieren gastar mucho
porque son los principales beneficiarios de ese gasto. Eso con nosotros se ha terminado.
Pero es que, en segundo lugar, el superávit presupuestario no solo incide en la oferta futura
esperada de pesos. Si no hay déficit público, no habrá nueva emisión de pesos para financiar
ese déficit público. No solo incide en la expectativa de oferta futura de pesos, sino
también en la demanda presente de pasivos, de deuda del Estado, incluyendo la demanda
de pesos. Y es que, si el Estado argentino acumula un superávit presupuestario, el Estado
argentino se vuelve más solvente. Su capacidad de repago, de repago de sus bonos y también
de estabilización del valor de su moneda, de esa deuda que es la moneda, se incrementa.
Y si la solvencia de un deudor se incrementa, ¿qué sucede con la demanda de su deuda? Pues
que la demanda de su deuda aumenta. Eso es, de hecho, lo que clarísimamente sucede con
los bonos argentinos, cuyo precio ha ido aumentando durante las últimas semanas y,
por tanto, el tipo de interés de esos bonos ha ido bajando. Y es también lo que está
sucediendo, en gran medida, con los pesos. De ahí la estabilización de su tipo de cambio
frente al dólar. Si la expectativa es que el Estado va a dejar de emitir pesos, porque
ya no necesita emitir para financiar su déficit, e incluso, si se mantuviera el superávit en
el tiempo, la expectativa es que la oferta neta de pesos se va a reducir, porque el superávit
significa que el Estado argentino recauda más pesos que los que vuelve a poner en circulación
a través del gasto. Y si recaudo, si retiro de circulación más pesos de los que añado,
el stock, la oferta monetaria de pesos, se reduce, se contrae. Es que la oferta de pesos
va a dejar de inflarse y que, por tanto, su valor se va a estabilizar en el futuro, su
demanda aumenta y contribuye ya desde el presente a esa estabilización.
Menor expectativa de oferta futura de pasivos del Estado argentino, de bonos y de pesos, unido
a una mayor demanda presente de esos pasivos del Estado argentino, de bonos y de pesos,
significa una revaluación de los pasivos del Estado argentino, de los bonos, menores tipos
de interés, y también de los pesos, menor inflación. Y, precisamente, porque Javier
Milei entiende esto, que es tan crucial y tan importante, es por lo que dice lo siguiente.
El superávit fiscal es la piedra angular desde la cual construimos la nueva era de prosperidad
de la Argentina. Pero cuidado, siendo muy importante el superávit presupuestario que
se ha alcanzado en los primeros tres meses del año, lo verdaderamente relevante no es
el pasado, sino el futuro. Lo que de verdad cuenta para estabilizar en el futuro el valor
del peso no son los logros ya conseguidos, sino los logros que se esperan mantener en el
futuro. Es decir, lo que cuenta no es el superávit ya alcanzado, sino los superávits,
o al menos el equilibrio presupuestario, que los agentes económicos esperan, o no esperan,
que se mantenga en el futuro. De ahí que sea del todo determinante convencer a los agentes
económicos de que el superávit presupuestario es irreversible, y de ahí que sea absolutamente
determinante no decepcionar en el futuro a esos agentes económicos que hoy empiezan a creerse
que de verdad el superávit, o al menos el equilibrio presupuestario, ha llegado para quedarse. Y anoche,
Javier Milei también intentó influir en estas expectativas de los agentes económicos, reiterando
su irrenunciable compromiso a mantener el superávit público desde el lado del recorte
de los gastos.
Por eso, quiero aprovechar para decirles a todos aquellos que esperan que la salida venga
de la mano del gasto público, a todos aquellos, tanto en el mundo de la política como del
establishment económico, que creen que estos éxitos son coyunturales y que eventualmente
tendremos que empezar a aumentar el gasto, quiero decirles que eso nunca va a ocurrir en nuestro
gobierno. Porque para nosotros la inflación es un robo, y el déficit fiscal es la causa
de la inflación. Por lo tanto, el déficit cero no es solo una consigna de marketing para
este gobierno, sino que es un mandamiento.
Ahora bien, muchos economistas de inspiración keynesiana consideran que la economía argentina
no será capaz de superar la recesión, salvo que el gobierno de Javier Milei acabe hincando
la rodilla y, por tanto, acabe incrementando el gasto público para estimular el crecimiento
económico. Y aquí lo que dice Javier Milei, de nuevo para anclar las expectativas y, por
tanto, para dejar bien claro a todo el mundo que su intención es que el déficit público
no regrese bajo su gobierno, aquí lo que dice Javier Milei es que la recuperación económica
en Argentina no procederá desde el lado del gasto público. El gasto público no va a volver
a cebarse para estimular artificialmente la economía. La recuperación de la economía
del crecimiento económico de la Argentina vendrá desde el lado de la inversión y del
crédito privado respaldado por ahorro, es decir, desde el lado del sector privado.
Por lo tanto, no esperen la salida de la mano del gasto público. La era del supuesto Estado
presente ha terminado. Ha sido un fracaso estrepitoso que ha sumergido al 60% de la población
en la pobreza y nunca más vamos a volver a eso. La salida vendrá de la mano de la inversión
del sector privado y del crédito, financiado genuinamente por el ahorro, porque esa es la única
manera sostenible de crecer.
Pero para que esto verdaderamente sea así, resultaría muy importante que el poder legislativo
argentino convalidara el decreto de necesidad y urgencia que aprobó en diciembre el gobierno
de Javier Milei y que contenía muchas medidas liberalizadoras de la economía, como ya tuvimos
ocasión de comentar, y también que aprobara la ley de bases y puntos de partida para la libertad
de los argentinos que amplía el proceso de regulador y liberalizador de la economía,
iniciado por el decreto de necesidad y urgencia. Porque de esa manera, rebajando muy sustancialmente
los costes regulatorios de invertir en la Argentina, se impulsaría la inversión privada y se relanzaría
el crecimiento económico, contribuyendo todo ello, además, a afianzar ese superávit presupuestario,
que es la verdadera clave para anclar a corto plazo las expectativas de inflación y, por tanto,
para derrotar a corto plazo la inflación.
Ahora bien, para derrotar definitivamente a largo plazo la inflación, no bastará este
superávit presupuestario, porque este superávit presupuestario es algo que, en el mejor de los
casos, mantendrá el gobierno de Javier Milei. ¿Pero qué sucede si en el futuro Javier Milei
deja de gobernar la Argentina y regresa al kirchnerismo? ¿O regresan los radicales que son
adictos al endeudamiento público? Pues que la Argentina volverá a las andadas de crear pesos
para financiar, para monetizar el déficit público del gobierno, para permitir que los gobiernos gasten
más de lo que ingresan. Y por eso, a medio plazo, es básico que haya una reforma institucional
monetaria en la Argentina que maniate las manos a los políticos, sea el que sea, no
sólo a los políticos del entorno de Javier Milei y al propio Javier Milei, sino a toda
la clase política argentina, que les maniate las manos a la hora de impedirles monetizar
el endeudamiento público para financiar su déficit. Y la mejor reforma institucional monetaria
posible para ello es cerrar el Banco Central de la República Argentina e instaurar la libertad
de elección de monedas, de tal manera que un político no tenga la capacidad de robar a
los ciudadanos a través de la inflación de aquella moneda que ese político les mandata,
les obliga a utilizar en contra de su voluntad. Desde luego, es muy pronto todavía para saber
si todos estos hitos del programa económico de Javier Milei, consolidación presupuestaria,
liberalización de la economía y reforma institucional del país, van a poder completarse
con éxito. La oposición a Javier Milei está deseosa de que fracase porque sólo provocando
el fracaso de toda esta racional política económica de Javier Milei, esta oposición,
los kirchneristas y los radicales, tendrán opción de regresar al poder en el corto o
medio plazo. Y por eso, ellos son los principales interesados en sabotear todo este programa de
reformas fundamentales de la economía argentina que conseguirían acabar con la inflación, restablecer
el crecimiento económico y mejorar el marco institucional del país. Y por tanto, el resultado
de ese choque político, de un programa político-económico de carácter reformista y liberalizador,
desde el lado de Javier Milei, frente a un programa político obstruccionista, intervencionista y
estatalizador, representado sobre todo por los kirchneristas, el choque de estas dos perspectivas
políticas no sabemos cómo va a concluir. Si los kirchneristas tienen éxito a la hora de torpedear
y sabotear el programa de reformas de Javier Milei, pues entonces, este no será capaz de
completar todos estos hitos que son tan importantes para que Argentina sea capaz de crecer y de
desarrollarse sostenidamente durante las próximas décadas. Pero al menos, de momento, y durante
estos primeros tres meses, sí cabe decir que el gobierno de Javier Milei está haciendo lo que
tenía que hacer. Es decir, alcanzar y mantener el superávit presupuestario como ancla fiscal para
acabar derrotando a la inflación.