logo

Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

Los eventamientos de Podemos están promoviendo el impago a la quita, el repudio de la llamada
deuda odiosa, pero ¿qué se entiende por deuda odiosa? ¿Qué incluye este significado
y qué implicaciones tiene? Bueno, por deuda odiosa se suele entender todas aquellas deudas
contraídas contra los intereses de la población de un país y con el completo conocimiento
de la credo. Generalmente se quiere aplicar esta definición de deuda odiosa, de deuda
y legítima a aquellas que contrae el Estado gracias a que algún ahorrador le presta su
capital para acometer gastos que son contraños a los intereses de la ciudadanía. Pero tomando
esta definición de deuda odiosa uno bien puede plantearse qué otro tipo de deudas
pueden ser odiosas o qué otro tipo de deuda se encajan desde luego en esta definición.
Y quiero en concreto reflexionar sobre si un tipo de deuda encaja en esta definición
y son las deudas fiscales, es decir, las obligaciones tributarias que unilateralmente los gobernantes
nos imponen a la población, a los ciudadanos con completo conocimiento de que no están
beneficiando a la población sino de que son un expolio para la población. Claramente,
los impuestos, la obligación que no hemos aceptado voluntariamente sino que nos la impone
el poder político por la fuerza de las armas y por la fuerza de la propaganda estatal no
es una deuda que cada ciudadano asuma voluntariamente porque considera que promueve su propio interés,
es una deuda que le genera el Estado, ya decimos, en contra de su voluntad a través de la fuerza
porque sabe que no hay otra forma de que la mayoría de ciudadanos acepten pagar impuestos
si no es por la fuerza, por la imposición coactiva de los mismos. Por tanto, es difícil
hablar siquidades de la máxima de las ingenuidades y de la máxima de las candideces sobre la
concepción angelical del Estado, que es difícil decir que los impuestos promueven el bienestar
de la población cuando la propia población no los pagaría voluntariamente, sino que
se la tiene que obligar a que los pague en contra de la voluntad manifiesta de cada una
de las personas que si no estuviese obligada a pagarlos no los pagaría. Y esto además
lo sabe el Estado, precisamente por eso nos obliga a pagarlos, por eso no nos deja libertad
de elección para decidir si queremos pagar o no los impuestos a cambio de recibir las
supuestamente maravillosas prestaciones del mal llamado Estado de bienestar. Por tanto,
si los impuestos van en contra de los intereses de muchos ciudadanos de un país y esto es
algo que los propios políticos que imponen esos tributos conocen, los impuestos entrarían
perfectamente en la definición de deuda odiosa. La deuda que tienen los ciudadanos con la agencia
tributaria, con el tesoro, sería una deuda odiosa que según los teóricos de la misma
entre los que se incluyen los consistorios de Podemos, los ciudadanos tendrían pleno
derecho a aquellos ciudadanos que consideren que los impuestos atentan contra sus intereses
y contra los intereses del resto de las personas obligados a pagarlos, tendrían pleno derecho
a repudiar, a impagar, a aplicar quitas sobre esa deuda fiscal odiosa. Por tanto, abracemos
el principio de la deuda odiosa, pero abracemoslo para todas sus consecuencias, no solo para
las que les interesan circunstancialmente a determinados políticos en el cargo para poder
gastar más de lo que deberían gastar. Si de verdad nos creemos la teoría de la deuda
odiosa, entonces los impuestos, las deudas tributarias deberían ser la primera de las
deudas odiosas a repudiar.