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Yolanda Díaz, nueva lideresa de la izquierda, tras apuñalar por la espalda y pisotear sin
escrúpulos a su antiguo amigo Pablo Iglesias. Veámoslo.
Una de las frases más célebres de la película El Padrino es la siguiente.
No es personal, Sony. Solo negocio.
No es personal, solo negocio. Aunque bien podrían haber dicho no es personal, solo política.
Y es que en política las puñaladas por la espalda están a la orden del día,
especialmente entre compañeros de partido e incluso amigos.
La última y más sonada traición que hemos vivido en política, sin ningún género de dudas,
ha sido la traición del actual vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, contra su
antecesor, contra el anterior vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias.
Como es sabido, Yolanda Díaz ha creado su propia coalición electoral en la que no ha
integrado al menos de momento al Podemos de Pablo Iglesias, y en cambio se ha integrado
a antiguos socios de Pablo Iglesias, como Izquierda Unida, Izquierda Unida y Podemos
conformaban Unidas Podemos, y sobre todo se ha integrado y se ha mostrado muy cariñosa
con enemigos de Pablo Iglesias. Me estoy refiriendo al partido de Íñigo Berrejón más país.
Por tanto, Yolanda Díaz ha ninguneado absolutamente, no ya solo a Pablo Iglesias,
sino a la formación política que creó Pablo Iglesias, Podemos, a pesar de que Yolanda Díaz
es quien es y está donde está, única y exclusivamente por Pablo Iglesias.
No solo eso, Yolanda Díaz jamás habría alcanzado la posición política que ha alcanzado de haber
hecho caso a sus actuales aliados errejonistas. Primero, Yolanda Díaz jamás habría sido ministra
de trabajo sin Pablo Iglesias, por un doble motivo. Por un lado, en 2015 Yolanda Díaz militaba en
Izquierda Unida y fue Pablo Iglesias quien presionó hasta la saciedad para que Podemos se coaligara
con Izquierda Unida conformando Unidas Podemos. En cambio, recordémoslo, Íñigo Erejón en ese
momento se oponía, quizá con buen criterio electoral, se oponía a la coalición entre Podemos
e Izquierda Unida. Por tanto, si la estrategia de Íñigo Erejón hubiese vencido en Podemos frente
a la estrategia electoral de Pablo Iglesias, Podemos e Izquierda Unida jamás se hubiesen coaligado y,
por tanto, el futuro gobierno de coalición habría sido PSOE Podemos, no PSOE Unidas Podemos y,
por consiguiente, Izquierda Unida no habría aportado ministros a ese gobierno de coalición.
Y entre los ministros que no habría aportado Izquierda Unida se habría hallado Yolanda Díaz,
que era, repito, militante de Izquierda Unida, que fue ministra de trabajo porque era militante de
Izquierda Unida dentro de Unidas Podemos. No solo eso. Y, por otro lado, si Yolanda Díaz es
también es porque en el año 2019, Pablo Iglesias se empeñó en que se repitieran
las elecciones generales, porque Pablo Iglesias no quiso que el PSOE gobernara en solitario.
Y, precisamente, por forzar una repetición electoral, hubo gobierno de coalición y,
en ese gobierno de coalición, entró como ministra de trabajo Yolanda Díaz. Y, en segundo lugar,
fue Pablo Iglesias quien, al dimitir como vicepresidenta segundo del gobierno,
nombró sucesora como vicepresidenta segunda del gobierno y como lideresa del espacio político
a la izquierda del PSOE a Yolanda Díaz. Fue Pablo Iglesias quien, dedocráticamente,
nominó a Yolanda Díaz como futura candidata a la presidencia del gobierno por parte de Unidas
Podemos. Lo que ocurre es que Yolanda Díaz le ha pegado de momento un puntapié a Podemos,
se ha quedado con la parte de Unidas, ha juntado la parte de Unidas con más país y ha conformado
la coalición de sumar, que en realidad es restar a Podemos. Por tanto, Yolanda Díaz se lo debe
políticamente todo a Pablo Iglesias. Y, a pesar de que se lo debe políticamente todo a Pablo Iglesias,
no ha dudado ni un segundo en traicionarlo, en clavarle cuantas puñaladas por la espalda
sean necesarias. Diría más, precisamente porque se lo debe todo a Pablo Iglesias,
Yolanda Díaz ha tenido que apuñalar a Pablo Iglesias. Y esto es algo que muchas veces no se
entiende. Si Yolanda Díaz quiere ser, de verdad, la lideresa independiente del proyecto político,
sumar, Unidas Podemos bis o como lo queramos llamar, necesariamente tiene que matar políticamente
a aquella persona a la que se lo debe todo, en este caso a Pablo Iglesias. Porque si se lo
debes todo a Pablo Iglesias y dejas que Pablo Iglesias siga políticamente vivo, lo que hará
Pablo Iglesias será tutelarte, cobrarse las deudas que tú has de vengado frente a él.
Por tanto, la manera que tiene Yolanda Díaz de liberarse las manos frente a Pablo Iglesias es
destruyendo políticamente a Pablo Iglesias, es divorciándose políticamente de Pablo Iglesias.
¿Y cómo consumas el divorcio máximo frente a Pablo Iglesias? Pues aliándote con sus antiguos
aliados, es decir, forzando un divorcio entre aliados, y aliándote con sus presentes enemigos,
es decir, diciéndole a Pablo Iglesias y a los suyos, estoy más cerca de aquellas personas a las
que odiáis y que os odian que de vosotros. No solo eso, Yolanda Díaz también está repitiendo
a todo aquel que la quiere escuchar que ella, por un lado, no aspiraba, no quería ser ministra de
trabajo, y por otro, que tampoco quería ser candidata a la presidencia del gobierno,
que no aspiraba a suceder a Pablo Iglesias. Vamos, que en el fondo, Yolanda Díaz no le debe nada a
Pablo Iglesias porque la hizo ministra de trabajo sin querer ser ministra de trabajo y la designó
candidata de Unidas Podemos o de su mar o del espacio a la izquierda del PSOE sin querer ser
candidata de ese espacio político. Pero vaya casualidad que la persona que no quería ser
ministra de trabajo y que no quería ser candidata a la presidenta del gobierno, ahora, en un alarde
de abnegación y de autosacrificio, aspira a ser la primera mujer en la historia de España que
llegue a la presidencia del gobierno.
¡Vaya giro os queda la historia!
De no querer ser ministra de trabajo o candidata a la presidencia del gobierno a querer ser la
primera mujer presidente del gobierno de España. ¡Qué cosas, eh! En fin, que la esencia de la
política es esta. Es la mentira, es la trampa, es la traición, es la deshonestidad, es la ambición
desmesurada por el poder, recubierta de un falso desinterés por el poder, y es, en última instancia,
pisotear a todos los que tengas que pisotear para que todos te rindan pleitesía. Y quienes
llegan a lo más alto son aquellos que están dispuestos a pagar todos estos peajes, son aquellos
que tienen tan pocos escrúpulos morales como para atravesar este curso del deshonor. Como decía
Hayek, son los peores, la estofa más inmoral de la sociedad, quienes terminan llegando a lo más alto
en política, quienes terminan conquistando el poder. Y por eso Yolanda Díaz, como política
profesional que es, y como persona tremendamente ambiciosa por el poder que es, no ha tenido ningún
tipo de reparo moral a la hora de apuñalar a su antiguo amigo Pablo Iglesias. Porque Yolanda
Díaz le podría decir simplemente a Pablo Iglesias, querido Pablo, no es personal, es política.
Yolanda Díaz y Pablo Iglesias