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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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La Unión Europea dejará de comprarle petróleo a Rusia, uno de nuestros principales suministradores
a finales de 2022.
¿Y a quién se lo vamos a comprar?
¿Existe riesgo de desabastecimiento?
¿Se va a encarecer el petróleo en Europa?
Veámoslo.
Más de la mitad de las exportaciones rusas de petróleo van a parar a Europa, 2,2 millones
de barriles diarios de petróleo crudo y 1,2 millones de barriles diarios de petróleo
refinado.
Estas cantidades equivalen al 25% de todas las importaciones europeas de petróleo en
crudo y al 20% de todas las importaciones europeas de petróleo refinado.
Pues bien, como sabemos, Europa pretende embargar las importaciones rusas de petróleo
a finales de año, de tal manera que todos los países de la Unión Europea dejen de importar
petróleo en crudo o petróleo refinado desde Rusia.
Esto supone un reto, tanto para Rusia, que tendrá que buscar nuevos mercados a los que
venderle la mitad de sus exportaciones anuales de petróleo en crudo y refinado, pero también
constituye un reto para Europa, que tendrá que encontrar nuevos suministradores para
suplir el 25% de todas sus importaciones anuales de crudo y de petróleo refinado.
En el vídeo anterior ya expusimos las posibles dificultades que podría tener Rusia a la
hora de buscar nuevos compradores de petróleo, aunque en general vimos que podía haber bastante
buena predisposición entre China y, sobre todo, la India para reemplazar a Europa como
compradores de petróleo ruso a cambio de un importante descuento en el precio del barril
de petróleo de los rurales, del barril de petróleo ruso.
Pero como hemos dicho, los problemas no sean exclusivos de Rusia, Europa también tendrá
un problema a la hora de buscar nuevos suministradores de petróleo.
¿Y dónde espera encontrarlos Europa? Pues en parte entre aquellos productores de petróleo
a los que los nuevos compradores del petróleo ruso dejen de demandarles, dejen de comprarles
petróleo. Por ejemplo, si la India y China empiezan a comprar mucho más petróleo ruso,
será que comprarán al menos a corto plazo menos petróleo a oriente medio. Y, por tanto,
si se les compra menos petróleo a los países de oriente medio, los europeos podrán reemplazar
el petróleo de los rurales por el petróleo de oriente medio.
De esta manera podemos decir que existen cuatro zonas geográficas que tienen todas las papeletas
para convertirse en los nuevos suministradores del petróleo europeo. Oriente medio, Noruega,
África Occidental y Estados Unidos. Si esas zonas venden menos petróleo a Asia, porque
Asia empieza a comprar más petróleo del que compraba a Rusia, esas zonas tendrán capacidad
ociosa para suministrar petróleo a Europa que dejará de comprar el petróleo ruso. Al final
estamos ante un intercambio de cromos. Pero no pensemos que va a ser un intercambio de cromos
que nos saldrá gratis a los europeos. Vamos a intercambiar un cromo que nos resultaba bastante
ventajoso para nuestra colección, por otro cromo que chirría bastante dentro de esa colección.
Y es que existen dos importantes problemas técnico-económicos para poder reemplazar el
petróleo de los rurales, el petróleo ruso, por cualquiera de los otros petróleos que he mencionado
con anterioridad. El primero de esos problemas es un problema logístico, es decir, cómo transportamos
el petróleo desde los países que lo producen hasta los países que lo consumen. En el caso de
Rusia ya tenemos toda la infraestructura para transportar diariamente ese petróleo creada
y en funcionamiento. Concretamente, el oleoducto de Druzva transporta diariamente a Europa
entre 0,8 y 1,5 millones de barriles diarios. Y recordemos que las importaciones totales
diarias de petróleo en crudo o de petróleo refinado desde Rusia ascienden a 3,4 millones.
Por tanto, en algunos momentos el oleoducto de Druzva transporta hasta casi la mitad del
petróleo que Europa importa desde Rusia. Y esa modalidad de transporte de petróleo transporta
a gran escala por oleoducto no va a estar disponible en buena medida desde ninguna de
las otras áreas suministradoras de petróleo. Por tanto, habrá un importante reto logístico
a resolver, como transportamos el nuevo petróleo desde África Occidental o desde Oriente Medio
hasta Europa. Opciones que se varajan. Pues la más clara para aquellos países que tengan
puertos, como por ejemplo Alemania o como por ejemplo Polonia, aunque no sean puertos
especializados, puertos adaptados para la descarga masiva de barriles de petróleo cada
día, la opción más clara para estos países es transporte de petróleo vía marítima.
Pero ¿qué pasa con otros países del centro o del este de Europa que no tienen acceso
al mar? Por ejemplo, Eslovaquia, República Checa o Austria. ¿Cómo transportamos el petróleo
que dejan de importar desde Rusia hasta esos países? Pues ahí no hay muchas opciones.
O tren o camión o incluso transporte vía fluvial. Pero cualquiera de todas estas opciones
encarece notablemente no el coste de adquisición del petróleo, sino el coste del transporte
del petróleo hasta su destino. Por ahí en consecuencia ya tenemos un factor que encarecerá
estructuralmente los costes del petróleo y de los derivados del petróleo que consumamos
en Europa. Segundo problema de reemplazar el petróleo ruso por el petróleo de Oriente
Medio, Noruega, Estados Unidos o África Occidental, que las refinerías europeas están en gran
medida adaptadas a refinar el petróleo ruso. No el petróleo desde estos otros orígenes.
¿Qué se puede hacer? Pues una opción es mezclar estos otros tipos de petróleo para
simular una densidad media similar a la del petróleo ruso, a la del petróleo de los
urales, de tal manera que se pueda seguir refinando en las refinerías europeas que están adaptadas
para el refino del petróleo ruso, o la segunda opción es aprovechar los próximos siete meses
para hacer importantes inversiones en las refinerías europeas adaptadas a refinar el
petróleo ruso para que pasen a estar adaptadas al refino de los nuevos tipos de petróleo
que reemplazarán al ruso dentro del mercado europeo. Cualquiera de estas opciones implica
menor eficiencia a la hora de producir petróleo y mayores costes por unidad de petróleo
producida. Es decir, que por aquí nuevamente tenemos otro factor que, al margen de que
consigamos adquirir en los mercados internacionales el barril de petróleo a un precio similar
al que se lo podíamos comprar a Rusia, que estará por ver, al margen de cual sea el
precio internacional del petróleo, es este otro factor junto con los costes de desplazamiento
que encarecerán estructuralmente el petróleo y los derivados del petróleo que consumamos
en Europa. En definitiva, al embargar las importaciones de petróleo ruso a finales
de 2022, Europa no está ni mucho menos abocada a un desabastecimiento de petróleo porque
existen opciones internacionales alternativas a Rusia con las que reemplazar la adquisición
de su petróleo. Ahora bien, a lo que sí estamos abocados es a sufrir un encarecimiento estructural
del barril de petróleo con respecto al precio que pagábamos con anterioridad. Al margen
de cual sea la cotización internacional de este barril de petróleo, al margen de que
suba o de que baje, lo cierto es que Europa va a añadir estructuralmente dos costes muy
significativos a la disponibilidad efectiva de petróleo dentro del mercado europeo, el
transporte más caro transportarlo desde otros orígenes que desde Rusia y el refino, inversiones
para readaptar las refinerías europeas a los nuevos tipos de petróleo. La guerra,
por tanto, no solo va a empobrecer a Rusia, también a Europa.