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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

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Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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Vamos a ver si conseguimos entrar el debate en los alquileres,
que era de lo que se trataba Juan Ramón Gonzalo.
Buenas noches.
Buenas noches, Ilario.
¿Qué tal, profesor Bernardo? ¿Qué tal, profesor Rayo?
Gonzalo, ¿qué hay que hacer con los alquileres?
¿Qué hay que hacer para que la gente pueda conseguir
un alquiler medianamente barato o no tan caro
en determinadas ciudades?
Mira, Ilario, los políticos hablan muchísimo
sobre viviendas sociales,
sobre viviendas de alquiler y de protección oficial.
Pero te voy a dar unos datos para que veas
que realmente hablan mucho y hacen poco.
En los últimos años se han hecho en promedio,
2015-2019,
5.500 viviendas de protección oficial.
Comparalas con las 84.000 de 2008,
que eran el 11% del total.
De esas, por ejemplo, 5.500 viviendas
que se han hecho en 2019,
menos del 20%, es decir, de 1.000,
han ido al alquiler.
El resto son de compras.
Por tanto, estos gobiernos,
el actual, como el anterior de Mariano Rajoy,
como todos los que ha venido desde la llegada demografía,
ninguno ha apostado por el alquiler.
Entonces, a mí me parece muy mal
que se haga una medida populista
y que se diga, señores,
ahora el que va a hacer la protección social
no es la administración con los impuestos de los ciudadanos,
sino van a ser los propietarios.
Y vamos a acoger y vamos a liquidar el mercado al alquiler,
porque en todos los países que se han puesto en marcha
medidas de control de alquileres,
en términos de precios,
lo que ha sido es una reducción de oferta
y las personas que decían vivir de alquiler
no lo han podido hacer.
Entonces, en esa situación
solo hay una política práctica,
que es hacer unos incentivos
a los propietarios para que aumente la oferta.
Los incentivos del partido socialista
se quedan muy cortos,
porque hasta ahora había una derivación fiscal
por los rendimientos alquiler del 60%.
Ahora, como mucho,
cumpliendo varios requisitos,
serán un 10 o 20% más.
Y los propietarios, que es la clave de la solución del problema,
no solo piden que le salga rentable,
piden dos cosas más que realmente no se dan.
La primera,
que la administración vaya en contra
de las mafias que ocupan viviendas.
Barcelona es testigo de esto.
Se hacen seis veces más ocupaciones que Madrid.
Y la segunda, seguridad en el pago de los alquileres.
Esto quiere decir, Hilario,
que las bonificaciones fiscales están bien,
pero que, por ejemplo,
que la administración se haga a cargo de lo que es
la seguridad del pago de los alquileres
y que, finalmente, para mejorar la calidad de las viviendas,
porque en España la vivienda de alquiler
hay que mejorarla,
es necesario que estos propietarios,
cuando las reformas
tengan una subvención por parte de la administración.
El presupuesto es muy amplio.
Y si lo gastamos en sanidad, en educación
y cobramos pocos impuestos, como se están cobrando hasta ahora,
no da para vivienda.
Y yo prefiero que la solución en la vivienda
esté en manos de los propietarios privados bien estimulados,
que realmente tengamos que subir muchísimo los impuestos,
o tengamos que reducir las partidas de sanidad, educación
y asistencia social.
Por lo tanto, el gobierno socialista va bien encaminado,
pero se queda en un seis.
Podemos, sencillamente,
lo que va a hacer es empeorar la situación del mercado de la vivienda.
Yo le daría un cero rotundo.
Y esto lo sabe.
Y lo único que hace Podemos aquí es una medida populista.
Porque aquí, y acabo con esto y elario,
no es enfrentar a propietarios contra inquilinos.
No, es enfrentar a los inquilinos actuales,
indiscutiblemente saldrían beneficiados
contra los inquilinos futuros que no podrían acceder a una vivienda,
como por ejemplo sucede en Estocolmo,
que en determinados barrios te apuntas en una lista
y, 20 años más tarde, si tienes suerte, te toca.
Entendida su postura, profesor Rayo,
apostamos por beneficiar fiscalmente a los propietarios de viviendas
o por topar el precio de los alquileres
o por ninguna de las dos cosas.
Hombre, por ninguna de las dos cosas,
pero desde luego por la que no hay que apostar
es por topar regulatoriamente los precios de los alquileres,
porque ahí sí coincido con Gonzalo,
que la consecuencia de ello es, esencialmente,
una reducción de la oferta.
Una reducción de la oferta en el corto plazo,
propietarios que sacan las viviendas del mercado del alquiler
o bien las mantienen vacías o bien las venden
y no todos los que están alquilando tienen capacidad para comprarlas,
con lo cual esos inquilinos se quedarían fuera.
Y a medio largo plazo, la reducción de la oferta también se materializa
en que los propietarios no invierten en el mantenimiento de las viviendas,
con lo cual se van deteriorando, los inmóviles se van deteriorando,
solo hay que recordar cómo estaban los centros históricos
como consecuencia del control del alquiler franquista del año 64,
y también se invierte menos en construcción de nueva vivienda.
Y aquí el problema fundamental es que en las grandes ciudades
falta vivienda, porque muchísima gente cada vez más
quiere ir a vivir a las grandes ciudades.
Otra cuestión es si podríamos articular algún tipo de medida,
algún tipo de política para que las grandes ciudades
no fueran pocos de atracción tan grandes de población
y consiguieramos mantener un cierto equilibrio geográfico de la población.
Pero si la gente sigue queriendo ir a vivir a las grandes ciudades,
falta mucha vivienda en las grandes ciudades.
Y eso solo se consigue construyendo nueva vivienda.
Por eso los estímulos fiscales a mantener los precios bajos
si bien pueden conseguir en parte el objetivo que pretende el gobierno
para los que ya están alquilados,
para los inquilinos que ya tienen una vivienda en alquiler,
no soluciona el problema de la accesibilidad de vivienda.
Porque el problema de la accesibilidad de vivienda
es que, repito, faltan nuevas viviendas,
faltan sacar, construir y sacar nuevas viviendas
en el mercado del alquiler.
Y el Partido Socialista lo único que busca,
que no está mal, no lo estoy criticando,
pero lo único que busca es rebajar el alquiler de las viviendas
que ya tenemos, pero, insisto, eso deja fuera
a todos los que se quieren trasladar a las grandes ciudades,
se quieren emancipar y no encuentran vivienda en alquiler.
Y, en todo caso, esta bonificación fiscal, tengámoslo claro,
es una especie de subvención fiscal,
pero subvención a los propietarios de vivienda.
Y, además, es una subvención bastante regresiva, hay que decir,
porque va a beneficiar mucho más a los propietarios
que tienen alta renta y que, por tanto, se bonificarán
el tipo marginal, es más alto y, por tanto, dejarán de pagarlo,
para los propietarios con baja renta.
Entendido, buscamos otras opiniones,
hablamos de ese asunto, ¿la medida de lo posible?
Sí, por poner algunos datos que antes comentábamos,
entre 2015 y 2019 el precio ha subido un 50%.
En esos momentos está dedicando un 40% al alquiler de la vivienda
de los sueldos, en Cataluña, por ejemplo,
en nuestra tierra está dedicando incluso un 50%,
y si se tuviera que dedicar al 30%,
que es al nivel internacional, lo que se tiene que dedicar a un joven
podría vivir en un piso de 26 metros cuadrados.
Digo para ver cuál es el gran problema que tenemos actualmente.
Bueno, dicho esto,
por las propias declaraciones del ministro Ávalos
y de las que se han escuchado desde el lado de Podemos,
me parece que hay margen de acuerdo entre otras cosas,
porque cuando se debate sobre un solo factor de ese acuerdo de gobierno,
sobre vivienda, que era, por cierto, bastante detallado,
a mí me parece que se falsean las posibilidades.
El debate no puede ser entre regulación de los precios del alquiler
en base a un índice de referencia que se dice en el acuerdo de gobierno
o incentivos fiscales a los propietarios.
A lo mejor es que la solución tiene que tocar varios de los factores
y, por supuesto, el de construir más vivienda pública.
Pero pongo un ejemplo que no creo que sea sospechoso de nada.
El último informe de la propia Autoridad Fiscal Independiente
de la IREF, del año pasado, de julio de 2020, sobre 2019,
advertía que los incentivos fiscales que ya estaban en un 60%
para los propietarios no estaban consiguiendo el efecto deseado,
sino que, más bien, lo que estaban costando
eran mil millones de ingresos fiscales al año, al Estado,
y recomendaba la Autoridad Fiscal que se fuera a incentivar
a los colectivos vulnerables, no tanto a los propietarios.
Y, además, se combinan siempre los datos como si estuviera aquí
planteando, digamos, poco menos que con fiscal
descargo obligara un precio del alquiler, escuchaban algún debate,
la segunda vivienda de un propietario.
No se está hablando de eso, se está hablando de grandes propietarios
y de facilitar, efectivamente, que jóvenes de 30 años
tengan posibilidades de pagar un alquiler e independizarse.
Y en eso, yo creo que hay margen para llegar a un acuerdo en la cualicen.
Sí, porque aquí todo el mundo está haciendo el relato
de Barcelona y Madrid, y España es mucho más que Barcelona y Madrid.
Y Barcelona y Madrid tienen unas características muy diferentes
que la inmensa mayoría de las otras ciudades.
Y las características son que Barcelona y Madrid
tienen ejecutivos desplazados, tienen muchos estudiantes,
tienen muchos extranjeros que vienen a emprender,
y todos estos colectivos tienen un poder aquisitivo
bastante superior a los nacionales, a los residentes históricos
en estas ciudades o a las proximidades.
Por lo tanto, la dificultad de tener una vivienda en Barcelona y Madrid
a un precio asequible es muy importante.
Entonces, solo hay una posibilidad de conseguirlo.
Y es que muchos impresores compren vivienda
y les dan de rentable ponerla de alquiler.
Y el incremento a la oferta pueda contener los precios.
Ahora bien, yo a todo el mundo me gustaría decirle
que en mostoles se vive muy bien, que en aranjo es tan bien,
que en mollet tan bien, y estamos en los alrededores de Barcelona
o de Madrid. Son ciudades que están muy bien
y uno no tiene por qué necesariamente vivir
en el centro de Madrid o de Barcelona.
A mí, que pongan un control de precios al alquiler
o que el alquiler sea muy barato en el barrio Salamanca
de Chamberí o en el eixample de San Gervasi,
me parece que no toca.
Lo que me parece es que, sobre todo, en los alrededores,
en las grandes ciudades, hay que construir mucho
para que esas viviendas alquiler salgan al mercado.
Y aquí, la cosa es muy sencilla, es que hay mucho suelo público.
Ese suelo público no se venda, sino que se permita construir.
Sobre él, el mercado se ha regulado por parte de la administración
y se asegure una rentabilidad.
Sólo con eso ya vale entre el cuatro y el cinco y medio
y tendremos en un escenario de tipos de interés bajos
una barbaridad de fondos.
Es así de sencillo.
Ahora bien, lo que a mí me gustaría indicar
es que hay que diferenciar los precios de los portales
de la realidad.
En los portales inmobiliarios lo dicen muy claro,
son precios de oferta.
Entendido Gonzalo, disculpame, tenemos que cortarnos.
Nos espera la publicidad, pero volvemos enseguida.
Contigo, hasta ahora.
Vamos a preguntar a los economistas, a los profesores,
a ver qué es lo que les parece, de profesor rayo,
salvando la Semana Santa o, digamos,
hundiendo la Semana Santa salvamos el verano,
o eso tampoco está garantizado?
No, no está garantizado, porque lo que va a permitir salvar el verano
es que hayamos derrotado a la pandemia,
ya sea porque no vuelve una cuarta o una quinta ola,
o porque la vacunación ya está muy avanzada
y justamente por eso nos inmunizamos.
Efectivamente, el desplome del sector turístico
ha sido un desplome en el año 2020
absolutamente brutal, absolutamente devastador.
Se perdieron 70.000 millones de euros en ingresos por turismo.
Y pensemos que las ayudas directas
que ahora mismo está planteando el gobierno
alcanzan a 8.000 millones.
Difícilmente vamos a cubrir una parte significativa
de esos ingresos perdidos con las escasas ayudas
que se plantean.
Ahora, obviamente el problema es cómo se distribuyen esas ayudas
y aquí ya lo hemos debatido muchas veces.
El gobierno no suele ser un buen selector de ganadores y perdedores
y, por tanto, tiende a distribuir esas ayudas
de manera más o menos aleatoria
y de manera más o menos arbitraria.
Y justamente por eso, un mecanismo que sería rápido
para inyectar ese capital,
que además no haría que la inyección de capital
dependiera de que el gobierno seleccionara
a quienes hay que dar ayudas o a quienes no hay que darlas.
Y ya sabemos, además, no olvidemos que ese reparto de ayudas
por parte de este gobierno,
pues durante las últimas semanas hemos visto que está ligada
a casos que huelen bastante mal,
como las inyecciones de capital a Plus Ultra
o a otras empresas que la CEPI ha conseguido ayudas
o está estudiando conceder ayudas
y que no tienen nada que ver ni con empresas estratégicas
ni con empresas afectadas por la pandemia.
Por tanto, mejor que el gobierno no seleccione a quién da ayudas
y a quién no da ayudas,
incluso que lo haga con criterios objetivos
como ha planteado la ministra de Economía,
y que procedamos a una rebaja extraordinaria
del impuesto sobre sociedades para aquellos sectores
y aquellas geografías que han sido más afectadas por la pandemia.
Eso permitiría, a través de activos fiscales diferidos,
recapitalizar y so facto a las empresas afectadas,
porque estamos hablando de un problema de solvencia,
no tanto de un problema de liquidez.
La liquidez, si hay solvencia, se puede conseguir
en este mercado lleno de liquidez.
Lo que no se puede conseguir tan fácilmente
es la solvencia, especialmente entre pequeñas y medianas empresas.
A las grandes empresas no habría que darles ni un solo euro
de ayudas públicas, ni fiscales, ni con ayudas directas,
porque ellas tienen los mercados de capitales
sin necesitan recapitalizarse.
Pero a las pequeñas y medianas empresas
que tienen reducción extraordinaria del impuesto sobre sociedades
para que aquellas que vayan a ser viables en el futuro
obtengan ya una inyección de capital
vía activos fiscales diferidos.
Profesor Bernardoz.
Sí, Higario, la Semana Santa está perdida.
Les irá muy bien a los alojamientos rurales
principalmente de la Comunidad de Madrid,
porque no podrán ir más que a la Comunidad de Madrid,
posiblemente también en Cataluña
con las partes del sector turístico,
pero la inmensa mayoría del resto del país,
los alojamientos turísticos,
yo creo que ni van a abrir en Semana Santa.
Y lo que nos encontramos es que sobre la campaña de verano
tenemos grandísimas dudas,
porque hemos aprendido lo que pasó el año pasado.
Y el año pasado es que se abrió muy rápido
y a finales de julio el virus comenzó a propagarse mucho más
y prácticamente fue un desastre la temporada turística.
Yo debo unos datos diferentes que arrallo,
voy a explicar la procedencia.
Son datos de la Universidad de Nebrija
en lo que es caída del PIB
y son de 93.000 millones
y el PIB, el 93.000 millones, el sector turístico.
124.000 millones el PIB.
Lo cual para que todo el mundo se dé cuenta, sobre todo aquellos
que tanto maldicen al sector turismo
y que no lo valoran suficientemente,
el año pasado nosotros fuimos el país de la OCDE
que más bajó el PIB por el impacto del sector turístico.
De la total bajada del PIB,
el sector turístico representa el 74,4%.
Lo digo esto porque me parece muy mal que el gobierno,
en la fecha actual,
aún no haya dado a ese sector esencial para nuestra economía
las ayudas directas, ni tampoco a los relacionados.
Y aquí no es cuestión de bajar impuestos,
ya sé que es la cantinela de siempre del rayo
y que yo se lo vuelvo a explicar.
Si uno no ingresa, no le vale nada de nada bajar impuestos.
Por lo tanto, en este momento, desgraciadamente,
las compañías hoteleras españolas se diferencian de las estragajeras
en que tienen muchos hoteles en propiedad.
Hay un montón de hoteles que se están vendiendo.
Esos hoteles van a pasar a manos extranjeras
y esa es la manera de conseguir liquidez.
Pero si España quiere remontar y hacerlo rápido,
se necesita que a los sectores tractores se les dé ayudas
y principalmente al turismo.
Y sobre todo, poner todos los medios
para que la estancia en España sea segura
y para que nos puedan venir los extranjeros.
Yo solo espero, Hilario, y con eso me conformaría
que lo que ingresemos en España en 2021
sea la mitad de aportación de turistas extranjeros
de lo que fue 2019.
Si es así, el 2021 aún puede ser un muy, muy buen año.
Ahora sí, nos tenemos que despedir, profesores, en rayo.
Buenas noches y gracias por haber estado con nosotros un día más.
Buenas noches.