logo

Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

¿Cómo es posible que si la mayoría de diputados se oponía a la obligatoriedad del uso de
mascarillas en exteriores, finalmente el Congreso haya convalidado el decreto ley que establece
el uso de mascarillas en exteriores?
Pues porque somos una democracia de pandereta.
Veámoslo.
La teoría democrática nos dice que los ciudadanos, al votar, escogen a sus representantes y luego
esos representantes al reunirse en el Congreso y votar.
En el Congreso consiguen expresar algo así como la voluntad general del pueblo.
Esta teoría democrática, incluso en su versión más idealizada, tiene muchísimos
problemas, pero a los efectos de este vídeo vamos a considerar que es cierta.
Es decir, que es posible traducir los votos descentralizados de millones de personas
en última instancia en una ley que gobierne a todos esos votantes y que sea la sublimación
de la voluntad de todos esos votantes.
Pues bien, aun cuando fuera posible en teoría lograr esto, que ya os digo que no lo es,
en el caso de España tendríamos una democracia absolutamente de pandereta.
Y el último ejemplo de este panderetismo lo vivimos ayer en el Congreso cuando se
convalidó el Real Decreto Ley que establece el uso obligatorio de mascarillas en exteriores.
Pongámonos en antecedentes.
El pasado 23 de diciembre el gobierno aprueba un Real Decreto Ley 30-2021 que establece
que restablece el uso obligatorio de mascarillas en exteriores.
En su momento ya tuvimos ocasión de criticar esta medida porque es una medida que no se
basa en ningún tipo de evidencia científica.
No hay ninguna evidencia de que el uso de mascarillas en exteriores, especialmente fuera
de aglomeraciones, tenga la más mínima incidencia a la hora de reducir la transmisión del virus.
En este punto ya nos encontramos con una vulneración de la más idealizada de las teorías democráticas.
Las normas deben ser aprobadas por los representantes del pueblo en el Congreso, no por el gobierno.
El gobierno ejecuta las normas que aprueba el Parlamento, pero no debe ser quien apruebe
las normas, porque si el gobierno es el encargado de aprobar normas y de ejecutar las normas
esencialmente el gobierno puede hacer con los ciudadanos lo que le dé la gana, que es
efectivamente lo que está haciendo este gobierno.
La Constitución Española es verdad, en su artículo 86 habilita al gobierno a dictar
normas provisionales para atender circunstancias extraordinarias y urgentes, dado que la aprobación
parlamentaria de una ley requiere su tiempo en caso de extraordinaria y urgente necesidad
la Constitución habilita al gobierno a dictar estas normas provisionales.
El problema es que todos los gobiernos de España, pero muy especialmente este último,
han pasado a utilizar el Real Decreto Ley como una forma de preaprobación de las normas
que posteriormente llevan al Parlamento.
No es que dicten un Decreto Ley cuando hay una extraordinaria y urgente necesidad, lo
dictan prácticamente siempre para ganar tiempo antes de que el Congreso, que además es un
Congreso normalmente a fin al gobierno, termine convalidando 30 días después ese Real Decreto
Ley.
El Congreso que nos ocupa la imposición de la obligación de mascarillas en exteriores
debería ser obvio que no existía ni extraordinaria ni urgente necesidad, básicamente porque no
existía necesidad.
Se trata de una medida sin ningún aval empírico detrás y por tanto si no había necesidad,
si es una medida estéril, más allá de demostrarnos quién manda aquí, más allá de eso la imposición
del uso de mascarillas en exteriores es inútil y si no es una necesidad no es extraordinaria
ni urgente y por tanto no cabe la utilización del Decreto Ley como forma, como vehículo
de aprobación, de preaprobación de esta obligación ciudadana.
Dicho de otro modo, si el Gobierno de PSOE Podemos tenía el capricho de obligar a los
españoles a llevar mascarillas en exteriores, debería haber llevado esa norma al Congreso
para que los supuestos representantes de los ciudadanos se pronuncien al respecto
y solo una vez se haya votado en el Congreso, esa propuesta de norma se convertiría en
ley y comenzaría a ser obligatoria para los españoles, pero no antes y eso es lo que
hizo el Gobierno, el 23 de diciembre aprobó este Decreto Ley para puentear temporalmente
al Congreso de los Diputados e imponer su capricho desde ese mismo momento a todos los
españoles.
Pues bien, a finales de diciembre el Gobierno utilizando inapropiadamente el Decreto Ley
aprueba la obligatoriedad del uso de mascarillas en exteriores y ayer, 1 de febrero, el Congreso
tenía que convalidar ese Decreto Ley, si el Congreso no convalida un Decreto Ley del
Gobierno esa norma se anula, desaparece de nuestro ordenamiento, normalmente la convalidación
de los Decretos Ley suele ser un trámite sin demasiada importancia para el Gobierno
dado que si el Gobierno tiene una mayoría parlamentaria que lo respalde, pues aprueba
las normas que quiere imponer a los españoles como Decreto Ley, luego lleva el Decreto
Ley al Congreso, el Congreso lo convalida y se acabó todo el proceso legislativo, pero
en el caso de la imposición del uso de mascarillas en exteriores había ciertos problemas, ¿por
qué?
Pues porque la medida es tan improcedente, tan desajustada con la evidencia empírica
que tenemos que parte de los apoyos parlamentarios tradicionales del Gobierno amenazaron con tumbar
esa medida con votar que no, según la teoría democrática más idealizada, si los diputados
representan al pueblo y esos diputados mayoritariamente en el Congreso votan que no a una medida, en
este caso el uso obligatorio de mascarillas en exteriores, eso significa que la voluntad
general del pueblo es contraria a la imposición del uso de mascarillas en exteriores, y por
tanto que desde un punto de vista estrictamente democrático esa norma no debería entrar
en vigor, y si esa norma entra en vigor es una imposición política contra la voluntad
del pueblo, pues bien esa norma ha entrado en vigor, y ha entrado en vigor porque ha
obtenido más sies que no es en el Congreso de los Diputados, es decir, ha habido más
diputados que la han apoyado, que diputados que han votado en contra, y porque ha habido
más diputados que finalmente la han apoyado, pese a que habían dicho que no lo harían,
que diputados que han votado en contra, pues porque algunos diputados que habían dicho
que iban a votar en contra han votado a favor, concretamente PNV y Compromis, y algunos diputados
que habían anunciado que votarían en contra finalmente se han abstenido, concretamente
más país y Esquerra Republicana de Cataluña, y que ha llevado a estos socios habituales
del gobierno a cambiar el sentido de su voto de esta convalidación parlamentaria después
de que ellos mismos, insisto, habían dicho que votarían que no, pues una arbúcia por
parte del gobierno para manipular el sentido del voto de estos diputados, cual ha sido
la arbúcia, incluir en el real decreto ley objeto de convalidación parlamentaria no
sólo la medida que establece el uso obligatorio de mascarillas en exteriores, sino también
la revalorización de las pensiones en función del IPC del año 2021, de tal manera que si
los diputados votaban en contra de ese real decreto ley no sólo decaía la obligación
de usar mascarillas en exteriores, sino que también se imposibilitaba la revalorización
de las pensiones de acuerdo con el IPC, básicamente lo que el gobierno le planteó a los diputados
fue lo siguiente, si os oponéis a la obligatoriedad del uso de mascarillas en exteriores también
os tenéis que oponer simultáneamente no hay otra opción a la revalorización de las
pensiones de acuerdo con el IPC, el gobierno por tanto somete a un chantaje a los diputados
para torcer el sentido de su voto, en lugar de permitir que cada una de estas opciones
se vote por separado, establecemos el uso obligatorio de mascarillas en exteriores si
o no, revalorizamos las pensiones conforme al IPC si o no, de tal manera que algunos diputados
puedan votar que no a la primera opción y que si a la segunda opción junta ambas medidas
en el mismo texto, objeto de convalidación para que los diputados no tengan escapatoria,
en gran medida por tanto el gobierno está secuestrando la voluntad popular si es que
esa voluntad popular existe, si la voluntad popular es no queremos mascarillas pero si
queremos revalorización de las pensiones al IPC, al juntar ambas medidas en un mismo
texto legal está impidiendo, está bloqueando que esa voluntad popular se exprese a través
del Congreso, el gobierno por tanto está socavando la democracia, por tanto si nos
creyéramos la teoría idealizada de la democracia, es decir, que es posible agregar las preferencias
de millones de votantes en un texto legal que termina por tanto siendo algo así como
la voluntad orgánica del pueblo, yo eso no me lo creo en absoluto, pero si nos creyéramos
esa teoría idealizada de la democracia en la que se fundamenta la legitimidad de nuestros
sistemas políticos modernos habría que decir sin ningún género de dudas que España es
una democracia de pandereta.