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Capitalismo significa propiedad privada sobre los medios de producción
De este modo se contrapone al socialismo donde los medios de producción se hallan en manos estatales
La ventaja de que los medios de producción estén en manos privadas, es decir, en manos de cualquier ahorrador
que haya conseguido ocupar o que haya conseguido adquirir uno de esos medios de producción
es que cualquier propietario puede iniciar un plan empresarial
Es decir, puede tratar de estudiar cuáles son las necesidades no satisfechas del resto de ciudadanos
y organizar sus medios de producción de aquella manera en la que considere óptima para satisfacer
al menor coste posible y, con la mayor utilidad marginal posible, las necesidades de los consumidores
De este modo, aunque una persona se equivoque, otras personas pueden acertar
o aunque muchas personas se equivoquen, alguna puede acertar
Es decir, tenemos una competencia entre planes empresariales diversos
que simplemente contienen diversas formas, diversos puntos de vista
sobre cómo se satisfacen, óptimamente, las necesidades ajenas
y fruto de este proceso competitivo
descubrimos cuáles son las mejores formas, los mejores caminos para satisfacer las necesidades de las personas
Además, la competencia también tiene otro efecto muy importante
y es que si hay algún plan de negocio, algún plan empresarial
que resulta especialmente exitoso y que, por tanto, va acaparando una porción creciente del mercado
y, por tanto, va consiguiendo beneficios extraordinarios
el resto de productores, el resto de propietarios de los medios de producción
pueden tratar de emular, pueden tratar de copiar ese plan de negocio exitoso
para reducir esos beneficios extraordinarios, es decir, para abaratar los precios de la mercancía
que venden o para incrementar las remuneraciones de los factores productivos empleados
por ejemplo de los trabajadores, reduciendo, ya digo, esos beneficios extraordinarios
Si hubiese alguna empresa que, gracias a su enorme éxito, se convertiera en una empresa única
y absolutamente dominante en el mercado, se podrían dar comportamientos o monopolistas o monopsonistas
Un monopolio es cuando solo hay una empresa que vende un producto
y no se puede enfrentar y no se enfrenta a ningún tipo de competencia real o potencial
Eso lo que provoca es que para maximizar beneficios, la empresa reduzca la oferta
la cantidad producida de su producto por debajo de lo que es rentable producirlo
simplemente para elevar artificialmente su precio
Un monopolio es cuando solo hay una empresa que demanda factores productivos, por ejemplo trabajadores
y eso tiende a provocar que la empresa demande menos factores productivos de los que es rentable emplear
para maximizar sus beneficios extraordinarios, porque si demandan menos factores productivos
su precio, los salarios, por ejemplo, se reducen artificialmente
y, por tanto, eso impacta en la cuenta de beneficios de la empresa
Por tanto, la competencia es clave dentro del sistema económico-capitalista
tanto para que haya múltiples planes empresariales distintos que estén experimentando ideas distintas
cuanto para reducir el poder de mercado de aquellos productores que, siendo muy exitosos
adquieren una posición predominante, pero que, en todo caso, gracias a la competencia real o potencial
es disputable dentro del mercado
Hay algunos críticos, sin embargo, que consideran que el sistema capitalista
avanza inexorablemente hacia una creciente concentración empresarial
donde los pequeños empresarios, donde los pequeños productores
no puedan nunca llegar a batir, no puedan nunca llegar a disputar la posición predominante de las grandes empresas
Básicamente, el capital se va concentrando y cuanto más concentrado está
más poder, más competitividad tienen las empresas grandes frente a las pequeñas
de modo que las grandes se van convirtiendo naturalmente en monopolios y las pequeñas no tienen acceso al mercado
Y, desde luego, en los últimos 20-25 años hemos presenciado como la creación de nuevas empresas
La entrada de nuevos competidores en el mercado, muy en particular en el mercado estadounidense, ha caído en picado
Es decir, cada vez se crean menos empresas aún cuando haya beneficios extraordinarios que nadie está tratando de disputar
Tira, hay empresas establecidas, incumventes en el mercado que se hinchan a ganar dinero
Pero eso, a diferencia de lo que sucedía hace 50, 60 o 70 años
no constituye un incentivo suficiente para que aparezcan nuevas empresas, nuevas pequeñas empresas
que traten de arrebatarles esa tarta del pastel, abaratando precios o incrementando remuneraciones de factores productivos
a esas grandes empresas que acumulan beneficios extraordinarios
Y esto, como digo, parece dar la razón a aquellos que piensan que el capitalismo tiende a oligopolizarse o a monopolizarlo todo
Sin embargo, esta no es la única posibilidad, es verdad que a priori podría suceder que el capitalismo tienda a una concentración creciente
porque cuanto más grandes sean las empresas más competitivas se van volviendo y, por tanto, vayan dejando atrás a las que todavía son muy pequeñas
Si esto fuera así, tendríamos que asistir a una economía con rendimientos crecientes a escala
Es decir, que aquellas unidades productivas que producen más van siendo capaces de producir crecientemente más
Pero, como digo, esa es una posibilidad, no es la única posibilidad que explique
porque la entrada de nuevas empresas en el mercado, la creación de nuevas empresas, ha caído pese al incremento de los beneficios extraordinarios
Otra posibilidad es que los costes de entrada en el mercado, los costes de creación de una empresa en determinados sectores de la economía
se hayan multiplicado y, por tanto, las pequeñas empresas tengan muy complicado, a diferencia de lo que sucedía antes, cuando los costes de entrada eran más bajos
tengan muy complicado entrar en el mercado
y, muy en particular, dentro de los costes de entrada que podrían haber aumentado y que podría, por tanto, explicar por qué no se crean nuevas empresas
que compitan con las grandes, uno de esos principales costes que podría explicar este fenómeno son los llamados costes regulatorios
es decir, la cantidad de normativa que debe complementar, a la que debe ajustarse una empresa para poder iniciar sus operaciones
Por tanto, por resumir, tenemos dos interpretaciones en competencia sobre por qué ha pasado, lo que ha pasado
es decir por qué en Estados Unidos cada vez se crean menos empresas en respuesta a un incremento de los beneficios extraordinarios en una industria
Una, que hay economías de escala por la concentración, cuanto más nos concentramos, más competitivos somos
la otra, que los costes de entrar a competir en esos mercados son crecientes porque las regulaciones son expansivas
Dos economistas, Germán Gutiérrez y Tomás Filippón, han testado, han tratado de comprobar cuál de estas dos hipótesis es correcta
si la, digamos, anticapitalista, la hipótesis anticapitalista, según la cual las grandes empresas cada vez son más grandes por su propia inercia
o la hipótesis estatal, es decir, que cada vez hay menos competitividad en los mercados porque el número de regulaciones es expansivo y por tanto es más difícil entrar en los mercados
Y lo que han descubierto es que la primera hipótesis, la de que hay rendimientos crecientes a escala en diversas industrias, no tiene poder explicativo alguno
y en cambio la segunda hipótesis, que la multiplicación de las regulaciones está causando un hundimiento de dinamismo empresarial
la creación de nuevas empresas en determinadas industrias, tiene un potencial explicativo tremendo
De hecho, en el siguiente gráfico podéis observar cómo a mayor cantidad de regulaciones menor está siendo la entrada de nuevas empresas en el mercado
Por tanto, la primera conclusión es el estatismo, la hiperregulación estatal está cargándose el dinamismo propio del sistema económico-capitalista
Está privando al capitalismo de una de las herramientas necesarias para que funcione bien, que es la competencia, la libre competencia
Se está cargando el estado, la libre competencia, con sus regulaciones
Podrías suceder que esta hiperregulación estatal respondiera a motivos honestos, a motivos intelectualmente aceptables
como por ejemplo corregir los fallos de mercado, hay economistas que dicen y tienen parte de razón en algunos aspectos
que el mercado no es una herramienta de coordinación perfecta y que por tanto hace falta algún tipo de regulación
algún tipo de política pública que corrija esos fallos de mercado, es decir que solvente los problemas de coordinación inerentes al mercado
y por eso hay regulaciones que van a proteger al trabajador, hay regulaciones que van a proteger al consumidor, hay regulaciones que van a proteger al inversor,
hay regulaciones que van a proteger al ahorrador, etcétera
No digo que compre al 100% esta explicación, pero bueno, al menos sería un punto de partida honesto, el capitalismo no funciona del todo bien
y por tanto vamos a aprobar regulaciones que corrijan esos fallos, aun cuando una consecuencia no deseada de esas regulaciones
sea que nos estemos cargando en cierto modo el dinamismo propio del capitalismo, pero es que si no regulamos las cosas irán todavía peor
esa sería una posibilidad, podríamos explicar el auge regulatorio por esa motivación, pero existe otra posibilidad
y es que determinados grupos empresariales, las empresas que ya están asentadas dentro del mercado, se unan para confabular y para presionar a los políticos
para que aprueben regulaciones que no van a corregir ningún tipo de fallo de mercado, sino que el único objetivo real que tienen es cargarse a los nuevos competidores potenciales
es decir, una segunda posibilidad que explique por qué está habiendo un auge regulatorio que se está cargando la competencia dentro del capitalismo
es que la actividad de los lobbies también está en auge, esos lobbies consiguen capturar a los reguladores, es decir, a los políticos
y los políticos confeccionan normas que no pretenden, ya digo, corregir ningún problema de coordinación dentro del mercado
sino que lo que en realidad buscan es proteger la posición anticompetitiva de las empresas grandes, de las empresas establecidas
evitando que aparezcan nuevas compañías que compitan contra ellas y reduzcan sus beneficios extraordinarios
pues bien, lo que encuentran, lo que descubren Gutiérrez y Filipón es que esta segunda explicación es la correcta
es decir, no sólo hay un problema de hiperregulación de todas las actividades económicas
que está, por tanto, mermando la competencia en el mercado, sino que además esa hiperregulación está sesgada a un objetivo muy particular
que es perjudicar a las pequeñas empresas y a las empresas nacientes y privilegiar y consolidar, ya digo, la posición anticompetitiva de las grandes empresas
en definitiva, es verdad que hay menor dinamismo competitivo en Estados Unidos
pero ese menor dinamismo competitivo no se debe a las dinámicas económicas propias del sistema capitalista
sino a las dinámicas políticas propias del Estado y de los lobbies, más regulación que es capturada, que es instrumentada
por los grupos organizados para satisfacer sus demandas, para satisfacer sus intereses, sus preferencias a costa del resto de la población
es decir, para citar a una parte de la población y beneficiarse a su costa
La cuestión, claro, es qué hacer con respecto a la hiperregulación lobística
y aquí de nuevo nos encontramos con dos posibilidades
Una posibilidad es decir que necesitamos mejores regulaciones, mayores controles, mayor burocracia estatal, políticos más honestos
que de algún modo sean capaces de imponer las regulaciones que necesita la economía pero sin dejarse influir por los lobbies
y evidentemente en general es muy preferible que las regulaciones que se aprueben no sean regulaciones confeccionadas
por una determinada industria o por un determinado lobby para citar al resto de la población
La cuestión es ¿cuán realista es este escenario? Si multiplicamos el número de políticos, el número de burocratas, el número de reguladores
lo único que estamos haciendo es multiplicar el número de eslabones que pueden ser corrompidos por el lobismo empresarial
Por tanto, al final el problema sigue siendo el mismo, ¿quién vigila el vigilante?
Si creamos un nuevo vigilante para vigilar que el antiguo vigilante no se corrompa, el nuevo vigilante también es perfectamente corrompible
y por tanto lo único que estamos dando son más herramientas a los lobbies para que puedan colar más agujeros por ende colar sus intereses regulatorios
Hay una segunda posibilidad que es desarmar regulatoriamente el estado, es decir, adelgazar el boletino oficial del estado
Si hoy el BOE tiene 200 páginas, pues dejarlo en una página, en dos páginas
Es decir, que la cantidad de normas que como media se aprueben cada día sean ínfimas
que tengamos un marco normativo estable, un marco normativo transparente, un marco normativo simple
y que dentro de ese marco normativo las personas actuemos en función de los derechos contenidos en ese marco normativo
Para muchos, esa retirada del sector público de la actividad regulatoria, lo único que haría sería dar todavía más poder a los lobbies
Si el estado no actúa como contrapeso de la mafia lo vista, pues la mafia lo vista ya tendrá ahora rienda suelta a hacer lo que le dé la gana
Sin embargo, hay que tener presente que los lobbies no están socialmente legitimados a imponer sus intereses por la fuerza
Imaginemos una gran empresa que fuera puerta por puerta a cobrar impuestos o que contratara a una banda de matones
e impidiera que una pequeña empresa abriera sus puertas
Rápidamente, la sociedad que no acepta este tipo de prácticas, que ve este tipo de prácticas como totalmente ilegítimas
se movilizaría y, no sé, quemaría, probablemente en las oficinas de esa gran empresa o detendría a su propietario
y lo colocaría ante la justicia por haber quebrantado el código penal más elemental
Imaginemos que esta gran empresa quiere hacer lo mismo, quiere cobrar impuestos a sus ciudadanos y quiere impedir que una pequeña empresa abra
Si esta reivindicación es la escuela en el BOE, es decir, si el Estado le otorga una subvención
o si el Estado crea una normativa por la cual impide que otras empresas entren en un mercado
Socialmente, como legitimamos que el Estado se dedique a este tipo de actividades, no nos vamos a sorprender, no nos vamos a escandalizar
La gran empresa, a través del BOE, conseguirá el impuesto que quería cobrar o conseguirá reducir la actividad competitiva del resto del mercado
pero todos lo aceptaremos. Por tanto, lo que hay que hacer es deslegitimar al Estado para, digamos, confeccionar, para manipular, para tejer
para especificar arbitrariamente cuáles son nuestros derechos
El Estado tiene que proporcionar como mucho un marco muy general de normas, como decía, simples, transparentes, igualitarias para todos
y el resto operar dentro de ese marco. Los lobbies dentro de ese marco no tienen oportunidad para imponer su agenda política o su agenda mercantil
porque su agenda es incompatible con ese marco y no están legitimados a saltarse ese marco
El único legitimado hoy para saltarse ese marco para manipularlo a su conveniencia es el Estado
y, por tanto, cuando los lobbies capturan el Estado, lo que hacen es manipular ese marco ya no a conveniencia del Estado
que simplemente es el instrumento con el que legitimamos la conculcación de los derechos ajenos, sino manipularlo en su propio beneficio
y eso se está cargando el sistema capitalista