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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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Bodevil en la política madrileña. La líder de la izquierda de Madrid, Mónica García,
insta al número 2 de Ayuso a dimitir por hacer algo que ella misma estaba haciendo.
¿Acaso ha dimitido a continuación Mónica García? En absoluto. Lo cual nos demuestra
nuevamente que los políticos son seres profundamente inmorales.
Veámoslo.
Hace unos días descubrimos que el vicepresidente del Gobierno de la Comunidad Autónoma de Madrid,
Enrique Osorio, una persona que percibe un sueldo de la política superior a los 100.000 euros anuales
y que tiene un patrimonio reconocido de más de un millón de euros, se estaba beneficiando de una
ayuda anual de unos 200 euros que proporciona el Gobierno de España, no el Gobierno de la
Comunidad Autónoma de Madrid, para ayudar a rebajar el precio de la factura eléctrica.
Claro, si se trata de una ayuda pública y dentro del dogma de que el estado de bienestar siempre y
muy eficientemente redistribuye la renta de ricos a pobres, si eso fuera así cabría esperar que
esta ayuda va a parar a familias vulnerables, a familias de renta media baja o de renta baja.
Pero no, Enrique Osorio se beneficiaba de esa ayuda de casi 200 euros anuales, pese a cobrar
más de 100.000 euros al año como político y a pesar de tener un patrimonio superior al millón
de euros. ¿Y cómo es posible que Enrique Osorio se beneficiara de esa ayuda? Pues porque la ayuda
no era sólo para familias vulnerables, sino también para familias numerosas. Y en el caso
de las familias numerosas, Enrique Osorio tiene una familia numerosa, no había ningún tipo de
límite, ni de renta, ni de patrimonio para percibir esta ayuda. Es decir, que por mucho
dinero que tengas, por mucho dinero que gastes, si tienes más de tres hijos ya adquieres el derecho
a percibir esta ayuda otorgada por el Gobierno de España para contribuir, para ayudar a rebajar el
coste de la factura eléctrica. ¿Qué sucedió a continuación? Pues que la líder de la izquierda
madrileña, Mónica García de Mas Madrid, exigió muy indignada la dimisión inmediata de Enrique
Osorio. Escuchemos a Mónica García. Lo que queremos es que el señor Osorio dimita hoy,
por vergüenza, dimita hoy porque se ha saltado todas las líneas de la falta de ética pública.
Vergüenza, falta absoluta de ética pública, dimisión inmediata, argumentos, todos ellos,
muy rotundos, como si el asunto fuera tremendamente serio y no hubiese margen
alguno y no mereciera ningún tipo de disculpa ni de justificación. Pues bien,
¿qué ocurrió la misma tarde en la que se produjeron las declaraciones de Mónica García
que acabamos de escuchar? Pues que nos enteramos de que Mónica García, la misma que efectuaba
estas declaraciones tan indignadas, también cobra el bono social eléctrico. Concretamente,
el bono lo percibe su marido, directivo de una multinacional, pero es un bono por la unidad
familiar. Es decir, es un bono que lo ha solicitado el marido en nombre de toda la familia, incluida
por tanto Mónica García. Y de nuevo, ¿por qué Mónica García percibe este bono a pesar de que
los umbrales de renta y de patrimonio de esa unidad familiar quedan claramente muy alejados
de lo que podríamos considerar una familia vulnerable? Pues porque Mónica García es médica
y madre de familia numerosa, y esta ayuda se concede a las familias numerosas sin ningún
tipo de límite por renta o por patrimonio. Uno puede estar a favor de que las familias
numerosas reciban ayudas al margen de cuál sea su renta y su patrimonio. No es ninguna novedad,
no es ninguna sorpresa. Por ejemplo, en la Comunidad Autónoma de Madrid las familias
numerosas tienen descuentos en el abono transporte, y esos descuentos todo el mundo sabe que no están
condicionados a ningún tipo de renta o de patrimonio. Es decir, que todo el mundo sabe
que las personas de renta media alta o incluso de renta alta, o sus hijos más bien, que contraten
un abono transporte, están pagando tarifas reducidas a pesar de que no son familias
vulnerables. Si a la izquierda madrileña le preocupaba tanto esto, y hasta cierto punto es
lógico que le preocupe porque si quiere redistribuir la renta no tiene mucho sentido que estés dando
ayudas a familias de patrimonios altos y de rentas altas, pero si a la izquierda le preocupaba
tanto esto, ¿por qué no lo ha denunciado públicamente en múltiples ocasiones? ¿Por qué
no ha llevado a la Asamblea de Madrid una propuesta para reformar, por ejemplo,
el abono transporte y restringir esa ayuda solo a las familias vulnerables, no a las familias
numerosas? Pues porque en el fondo todo esto les importaba bastante poco. Lo que sucedió en esta
ocasión es que olieron a sangre, creyeron que dos meses antes de las elecciones podían golpearle
en el riñón al vicepresidente del Gobierno o de la Comunidad de Madrid, por un caso que es
fácilmente aprovechable desde un punto de vista político, fíjate, estos ricos que encima se
benefician de las ayudas del estado de bienestar y, por tanto, pretendían calentar la precampaña
electoral desgastando al número 2 de Ayuso y, al final, lo que ha sucedido es que esa estrategia
política se ha vuelto contra ellos. Insisto en esto porque es importante. Si Mas Madrid saca
originalmente este tema, no es porque le preocupe de verdad si las ayudas públicas que se están
otorgando son progresivas o son regresivas. Si le hubiese preocupado ese asunto, lo hubiese sacado
hace meses o hace años. No, si Mas Madrid saca este asunto es para cargar personalmente contra
Enrique Osorio tratando de arañar algunos votos de cara a las elecciones. En el fondo, por tanto,
no están pensando en redistribuir la renta de una manera más eficiente. En el fondo, en lo que están
pensando, en lo que están realmente obsesionados, es en capturar el poder. Y para tratar de capturar
el poder están dispuestos a utilizar lo que sea. Incluso cuando ese lo que sea es una tacha que
estás perpetrando tú mismo. Porque si acabas de exponer muy solemnemente en público que, desde tu
punto de vista, cobrar ese bono sin necesitarlo supone saltarse todas las líneas de la ética pública
y, por tanto, quien lo cobre tiene que dimitir. Por vergüenza, dimita hoy porque se ha saltado
todas las líneas de la falta de ética pública. Si de verdad crees en eso, si de verdad crees en
lo que estás diciendo y tú has cobrado ese bono sin necesitarlo económicamente y, por tanto,
has traspasado todas las líneas de la ética pública, si de verdad crees en eso, quien debería
dimitir eres tú. Pero, obviamente, Mónica García no ha dimitido porque Mónica García no cree en todo
eso. Mónica García y el resto de políticos tampoco quiero personalizar en Mónica García,
aunque sí lo estoy ilustrando con ella. Mónica García en lo que cree es en el poder, por lo que
está obsesionada es por el poder y todo lo demás es instrumental para alcanzar ese poder. Por tanto,
¿cómo va a dimitir? Si dimitiendo se quedaría sin el poder. De hecho, lo que hay que hacer es tratar
de justificar lo que considerabas injustificable con tal de conservar el asiento. Por ejemplo,
esto es lo que dijo Mónica García sobre su caso en la Asamblea de Madrid.
Señora Ayuso, le digo una cosa. Todo es más fácil cuando se es un cínico. Ustedes no tienen nunca
ningún problema ético porque ustedes son incapaces de reconocer un error y de pedir perdón. Yo me
niego a ser como ustedes. Siento vergüenza cuando me equivoco, sí. Demonos cuenta. Mónica García
empieza el día diciendo que cobrar un bono social sin necesitarlo es tremendamente indigno y supone
traspasar todas las líneas de la ética pública. Luego se descubre que ella también lo estaba
cobrando sin necesitarlo y, en lugar de actuar en consecuencia y dimitir, se aferra al sillón
acusando de cínicos al Partido Popular, que probablemente lo sean. Pero en este caso desde
luego la cínica está siendo ella. Lo que era del todo injustificable por la mañana cuando afectaba
a los rivales políticos a los que te querías cargar, se vuelve del todo justificable un
errorcillo por la tarde cuando te afecta a ti y a tus posibilidades de acceder al poder. Y eso es
cinismo. Y es cinismo porque demuestra que lo que decías por la mañana, que es intolerable,
que se cobre ese bono social sin necesitarlo, que eso supone traspasar todas las líneas de la ética
pública y que, por tanto, quien lo hace tiene que dimitir, demuestra que no creías en nada de todo
eso, que simplemente estabas teatralizando tu indignación para utilizarlo como arma arrojadiza
contra tu rival. Y no porque odies a tu rival, sino porque quieres ocupar su lugar. Es decir,
solo demuestra que eres una cínica que únicamente se preocupa por el poder, como el resto de
políticos, insisto. Todavía peor, con tal de salvar tu cargo político, con tal de seguir en la
carrera por conquistar el poder político, Mónica García decidió traspasar una línea de ética
pública, que es mentir. La misma política que por la mañana nos decía que otro político tenía
que dimitir porque era inaceptable que fuera más allá de las líneas de la ética pública,
esa misma política que hace una reivindicación de la ética pública en la vida política,
esa misma política por la noche no tiene ningún tipo de reserva moral para mentir con absoluto
descaro. ¿Y por qué digo que Mónica García mintió por la noche para tratar de salvar su
cargo político? Porque argumentó en una entrevista radiofónica que ese bono social
se percibe de manera automática, que a ella se lo habían ingresado en el banco sin ser consciente
de ello. De modo que en realidad ella o su marido no tendrían ninguna culpa, porque el gobierno se
lo ingresó de manera automática, no se dieron cuenta y ahora que lo han descubierto, lo que
harán es devolver ese dinero. Pero ellos no promovieron activamente recibir ese dinero.
Escuchemos a Mónica García. Yo no lo sabía. Es más, no solo no lo sabía,
sino que me ha costado unas horas enterarme, porque lo que yo tengo, el señor Osorio y
seguramente mucha más gente, es una tarifa eléctrica por familia numerosa, que la tenemos desde hace
mucho tiempo. Y la primera sorprendida soy yo en enterarme que el gobierno aprobó que se
hacía extensivo a un bono social térmico de 195 euros en una paga única y que se llega a través
de un recibo a nombre de la Comunidad de Madrid que no dice nada de que sea un recibo de bono
térmico ni nada. Es automático, nadie lo ha pedido, por lo menos las familias numerosas
no lo hemos pedido. Este argumento lo ha seguido repitiendo Mónica García en diversos medios de
comunicación y es una mentira. ¿Por qué es una mentira? Porque si bien es cierto que para recibir
ese bono social térmico no hace falta ninguna solicitud, lo podemos leer en la propia página
de la Comunidad Autónoma de Madrid, se beneficiarán del bono social térmico todos los consumidores que
estén acogidos al bono social de la electricidad a 31 de diciembre del año anterior para recibir
esta ayuda no es necesario realizar ninguna solicitud, aunque es cierto que para recibir
el bono social térmico no hace falta ninguna solicitud, para recibir el bono social eléctrico
sí hace falta solicitud. Es decir, que recibes el bono social térmico porque previamente has
solicitado el bono social eléctrico. Lo podemos observar en la propia página que ha habilitado
el Gobierno de España a tal efecto. Bono social de electricidad, punto número 1 ¿qué es? Punto
número 2 ¿cuáles son los requisitos para solicitarlo? Punto número 3 ¿cómo solicitarlo?
Por tanto, para recibir el bono social eléctrico y por tanto y de rebote el bono social térmico,
sí hay que solicitarlo. Si tienes que tener interés y reclamar que te apliquen estos descuentos o que
te proporcionen estas ayudas, que en teoría son descuentos y ayudas para familias vulnerables,
pero de las que también se benefician todas las familias numerosas, que de nuevo nos podrá parecer
bien o mal que se beneficien todas las familias numerosas, pero a Mónica García, según dijo por
la mañana, le parecía mal que las familias numerosas de alta renta y alto patrimonio se
beneficiaran, olvidándose de que ella misma forma parte de ese grupo de familias de alta
renta y de alto patrimonio que se estaban beneficiando tanto del bono social eléctrico
como del bono social térmico. Con lo cual, si por la mañana decías que cobrar una ayuda sin
necesitarlo económicamente suponía traspasar todas las líneas de la ética pública y tú
estabas cobrando esa ayuda, lo que deberías hacer es dimitir. Todavía peor, si para tratar
de aferrarte al cargo político decides mentir, y dado que mentir supone sin duda traspasar
todas las líneas de la ética pública, todavía más motivo para dimitir. Pero aquí, como no,
no dimite nadie, porque la ética pública en el fondo les trae sin cuidado. Son seres profundamente
inmorales. Solo hacen exhibición de su moralidad para tratar de conseguir votos, para tratar de
engañar a la gente y alcanzar el poder. Y cuando la moralidad se interpone en el camino de su poder,
le pegan una patada a la moralidad. Esa es la auténtica fibra moral de nuestros políticos,
la más profunda amoralidad.