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¿Por qué hay inflación? ¿Por qué están subiendo de manera generalizada los precios?
¿Por las políticas monetarias ultra expansivas de los bancos centrales?
¿Por las políticas fiscales ultra expansivas de los gobiernos?
Pues al parecer no.
Lo primero que se nos dijo es que hay inflación por los cuello de botella de la pandemia.
Lo segundo que se nos dijo es que hay inflación por la guerra en Ucrania emprendida por Putin.
Ahora, lo tercero y último de momento es que hay inflación porque los malvados empresarios españoles
están incrementando los precios para forrarse.
¿Y quién ha tenido esta brillante idea?
Pues la vicepresidenta segunda del gobierno, Yolanda Díaz.
Veámoslo.
Ayer, Christopher Waller, miembro de la Reserva Federal del Banco Central de Estados Unidos,
entonó en parte el mea culpa por la inflación cuando reconoció que su institución, la Reserva Federal,
lo había apostado absolutamente todo a la narrativa de que la inflación iba a ser transitoria,
de que la inflación se debía a los cuello de botella internacionales.
Y como lo apostó todo a esta idea, no empezó a restringir antes la política monetaria
y como consecuencia de la pasividad de la Reserva Federal durante muchos meses,
cuando pensaban que la inflación iba a bajar por sí sola,
ahora nos encontramos con un problema mucho mayor que si la Reserva Federal hubiese actuado a tiempo.
Vemos por consiguiente que en ese lado del Atlántico, políticos y burócratas empiezan a reconocer su responsabilidad,
o al menos su parte de responsabilidad en la inflación que ahora mismo nos cargome.
No es la primera vez que esto sucede.
En un vídeo anterior ya repasamos como tanto Janet Yellen, secretaria del Tesoro de Estados Unidos,
como el mismo Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal,
ya habían reconocido que ellos tenían parte de la culpa de la inflación que ahora mismo estamos experimentando.
Eso es lo que sucede en ese lado del Atlántico,
y en este otro lado del Atlántico, en Europa, en España, ¿qué ocurre?
Pues en este lado del Atlántico, como no, seguimos buscando excusas,
seguimos buscando chivos expiatorios a los que echar la culpa de la inflación,
que en gran medida es responsabilidad de nuestro Banco Central y de nuestros políticos.
Después de haberle echado la culpa a los cuellos de botella internacionales derivados de la pandemia,
o después de haberle echado la culpa a Putin,
de quien se nos decía que toda la responsabilidad de la inflación era suya,
la inflación, los precios de la energía son única responsabilidad de Putin y de su guerra ilegal en Ucrania.
Después de todo esto, ahora, Yolanda Díaz, líder de la coalición política, suma un nuevo chivo expiatorio
a todo este ramillete de excusas autoexculpatorias del Gobierno de España. Escuchémosla.
Los datos son rigurosos y no son los salarios, sino los márgenes empresariales los que están ahora mismo
causando un fuerte impacto también en términos de inflación.
Y por si el mensaje fuera ambiguo, ella misma, Yolanda Díaz, líder de su mar, vicepresidenta segunda del Gobierno,
se encarga en su Twitter de aclararlo. Los grandes beneficios empresariales son los que están causando la inflación en nuestro país.
En momentos de crisis se debe apostar con mayor intensidad por la justicia fiscal y la mejora de la vida de la mayoría social.
El problema ya no son los cuellos de botella de la pandemia, el problema ya no es Putin.
Ahora el problema es que nuestros empresarios son muy avariciosos y como son tan avariciosos y quieren ganar tanto dinero,
están elevando mucho los precios. Los altos beneficios empresariales son los que causan la elevada inflación.
Y oye, me preguntó yo, ¿los empresarios españoles se han vuelto todos ellos avariciosos ahora de repente?
¿No eran avariciosos, no querían ganar dinero, no sé, en el año 2014, 2015, 2016, 2017, 2018, 2019 o 2020?
¿Años en los que lejos de haber inflación, incluso en algún momento llegó a haber deflación?
No solo eso, los empresarios españoles se han vuelto avariciosos ahora, a la vez, al mismo tiempo,
en que se han vuelto avariciosos los empresarios de prácticamente todo el mundo occidental, donde también están aumentando los precios,
supuestamente como consecuencia, como resultado de esa creciente avaricia empresarial.
¿Qué pasa, que se han reunido todos y se han puesto de acuerdo y han dicho, a partir de mediados del año 2021,
vamos a ser más avariciosos de lo que éramos antes y vamos a empezar a aumentar los precios?
Antes no nos queríamos forrar, pero ahora sí, y como ahora nos queremos forrar, vamos a empezar a aumentar mucho los precios de nuestros productos.
La explicación tiene bastante de absurda, obviamente los empresarios siempre quieren ganar dinero y siempre quieren ganar el mayor dinero posible.
Sin embargo, para que un empresario gane dinero, no lo tiene tan sencillo como decir,
voy a exigir, a cambio de mi mercancía, el precio más elevado posible.
Hay un refrán español muy conocido que dice contra el vicio de pedir la virtud de no dar.
Por tanto, si un empresario pretende vender su mercancía a un precio disparatado, los consumidores no se la van a comprar.
No sólo eso, aunque estemos hablando de un empresario en régimen de monopolio,
que esté vendiendo una mercancía absolutamente indispensable y que, en consecuencia, los consumidores no tengan más remedio que comprarla.
Si hay un empresario que sube mucho los precios y consigue vender su mercancía,
lo que sucederá es que la renta disponible de las familias españolas,
después de pagar esos precios tan altos en algunos productos esenciales, se va a reducir.
Y si se te ha reducido la renta disponible, no podrás gastar, no podrás comprar tanto como comprabas antes en otros productos.
Por tanto, los otros empresarios que quieran ganar mucho dinero subiendo mucho los precios,
no conseguirán vender su mercancía porque casi toda nuestra renta nos la hemos gastado en esos empresarios
que suben los precios en bienes y servicios indispensables de los que no podemos prescindir
que tenemos que pagar, aunque se haya disparado el precio.
En consecuencia, como mucho lo que sucedería, si de repente todos los empresarios se vuelven más avariciosos
y todos ellos suben los precios, es que algunos empresarios conseguirían vender sí su mercancía más cara,
pero otros empresarios se quedarían sin vender porque los ingresos y, por tanto, el gasto de las familias no es infinito,
no es totalmente elástico. Si gastamos más en unas cosas, gastamos menos en otras.
Salvo que la capacidad de gasto en términos nominales del conjunto de la economía haya aumentado.
Y esa es la madre del cordero, es decir, porque la capacidad de gasto agregado, el gasto nominal en el conjunto de la economía,
se ha incrementado tanto durante los últimos meses.
¿De dónde ha salido ese dinero que antes no se gastaba y ahora sí se gasta
y permite que, aunque todos los precios estén aumentando, todo se siga vendiendo?
Que sí, que los beneficios empresariales pueden estar subiendo en agregado en términos nominales,
pero eso es una consecuencia de la inflación, no una causa de la inflación, porque es una consecuencia de la inflación.
Primero, si los precios en agregado suben el PIB nominal, el valor monetario de toda la producción final de una economía durante un año,
si los precios suben, el PIB nominal tenderá a subir, salvo que se haya desplomado la producción real,
cosa que no ha sucedido en España durante los últimos meses.
Más producción y más precios, mayor PIB nominal.
¿Cómo se distribuye en forma de ingresos el PIB nominal? Pues simplificando un poco, podemos decir
que el PIB nominal, el valor monetario de todo lo que se produce en términos finales en una economía durante un año,
se distribuye en forma de dos rentas, salarios y beneficios empresariales.
Si la parte de los salarios está congelada, y en parte lo está porque el propio gobierno aboga por un pacto de rentas
en el que los salarios no aumenten mucho, si el canal de los salarios está congelado,
entonces el mayor PIB nominal, si no se distribuye vía mayores salarios,
se distribuirá vía mayores beneficios empresariales.
Es que no hay otra, si el PIB nominal aumenta, repito, o aumenta la masa nominal de salarios o aumenta la masa nominal de beneficios o los dos.
Y en este caso estamos diciendo que una de esas masas, la masa salarial no está aumentando mucho
y por tanto la otra, la masa de beneficios nominales sí estará aumentando bastante.
Pero repito, eso es un resultado, un efecto, no una causa de la inflación.
La causa de la inflación hay que buscarla en el incremento del gasto nominal agregado
que permite que toda la producción final se venda a precios mayores
y que luego esa producción final que se ha vendido por el mayor gasto a precios mayores
se distribuya en forma de mayores salarios o en forma de mayores beneficios,
en este caso sobre todo de mayores beneficios.
Si quieren detener la inflación, detengan aquello que está provocando un ensanchamiento,
un incremento de los márgenes del gasto agregado dentro de la economía
¿Y qué es eso que está provocando ese incremento de los márgenes del gasto agregado dentro de la economía?
Pues la política monetaria muy expansiva y la política fiscal muy expansiva,
pero como Yolanda Díaz no quiere poner freno a la política fiscal muy expansiva
porque eso es en definitiva lo que sirve para comprar votos, aumentar el gasto público
para repartir dádivas, para repartir favores, para establecer redes clientelares,
como Yolanda Díaz no puede apostar por una política de recortes, por una política de austeridad,
por una política fiscal contractiva, necesita buscar archivos expiatorios.
Ya sea la pandemia, ya sea Putin, o ya sean ahora los malvados empresarios españoles
que de manera concertada con todos los empresarios de todo el planeta
se han puesto de acuerdo para destruir el progresista gobierno de España
multiplicando los precios dentro de la economía española.
Yo no quiero quedar bien con Dios en el diablo, yo necesito que la gente pueda vivir en paz
y que los precios bajen, ahora hay diablos que hacen a no subir los precios
y lo que hay que hacer es hacer entrar en razón a los diablos.
Dice Yolanda Díaz que ahora mismo su proyecto político Sumar está en un proceso de escucha.
Por favor, Yolanda, no escuches al peronismo argentino.