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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

Joe Biden ya es presidente de los Estados Unidos y además va a tener todo el poder
del Congreso, tanto de la Cámara de Representantes como del Senado, para poder sacar adelante
las propuestas fiscales que expuso en campaña electoral.
En este vídeo justamente vamos a analizar cuál es el plan fiscal, la política fiscal,
que planea desarrollar Biden en Estados Unidos durante los cuatro próximos años.
Empecemos con sus propuestas de subidas de impuestos.
En primer lugar, Biden quiere revertir prácticamente en su totalidad la rebaja de impuestos que
aprobó Trump en la pasada legislatura.
En particular, quiere incrementar el tipo marginal en el IRPF de Estados Unidos desde
el 37 al 39,6%, es una propuesta desde luego agresiva, pero también tengamos en cuenta
por comparación cómo está España.
Biden quiere establecer un tipo marginal máximo del 39,6% a partir de unos ingresos de 525.000
dólares anuales y en España tenemos un tipo marginal del IRPF del 45% a partir de 60.000
euros y del 47% a partir de 300.000 euros.
A su vez, y dentro de esta reversión de la rebaja fiscal que impulsó Trump, Biden también
quiere subir los impuestos a las rentas del capital, quiere incrementar el impuesto sobre
sociedades del 21 al 28%, es decir, lo colocaría incluso por encima del nivel en el que se
encuentra en España y también pretende restablecer el impuesto de sucesiones y donaciones a los
niveles previos a que lo rebajara Trump, a los niveles que estaban con Obama.
Ese es su primer bloque de propuestas de subidas de impuestos, revertir la rebaja fiscal de
Trump.
El segundo bloque consiste en subir los impuestos por encima de donde estaban cuando los encontró
Trump.
En concreto, quiere incrementar en 14 puntos las cotizaciones a la seguridad social de
aquellos trabajadores cualificados que ingresen más de 400.000 euros y también quiere limitar
muchas deducciones fiscales dentro del IRPF, lo cual supondrá una subida generalizada
de impuestos para la mayor parte de la población.
Cuales serán las consecuencias de esta subida impositiva en dos fases, revertir la rebaja
fiscal de Trump y aumentar todavía más los impuestos con respecto a la era pretrump.
De acuerdo con la Tax Condition, esta subida impositiva conseguirá recaudar 2,7 billones
europeos de dólares en impuestos durante la próxima década, es decir, una media de
270.000 millones de dólares al año.
Supondrá una subida impositiva para todos los contribuyentes, es verdad que perjudicará
especialmente a los más ricos, al top 1%, pero todos los tramos de renta desde los
más pobres a los más ricos verán cómo se les incrementan los impuestos, provocará
esta subida impositiva, según la Tax Foundation, una destrucción de 500.000 empleos a lo
largo de los próximos años y reducirá el crecimiento potencial de Estados Unidos en
1,6 puntos a lo largo de la próxima década.
Y uno podría pensar, bueno, al menos con este importante incremento de impuestos, 2,7
billones de recaudación adicional a lo largo de los próximos 10 años, si bien Joe Biden
perjudicará notablemente a la economía estadounidense, limitará su capacidad de crecimiento, limitará
su capacidad de creación de empleo, al menos conseguirá corregir otro desequilibrio que
viene arrastrando Estados Unidos ya desde antes de Trump, pero que se ha grabado muy
notablemente bajo la presidencia de Trump, que es la acumulación de deuda pública.
Estados Unidos tiene hoy en día más de 125% de deuda pública federal sobre el PIB, con
lo cual, bueno, que aumenten los ingresos puede servir para reducir el déficit y, por
tanto, para empezar a reducir también ese exceso de deuda pública.
Pues no, los planes de gasto de Biden son muchísimo más ambiciosos que sus planes de
aumento de la recaudación.
Hemos dicho que Biden, su programa fiscal, espera recaudar 2,7 billones de dólares
a lo largo de la próxima década.
Los planes de gasto que pretende implementar Joe Biden a lo largo de esta legislatura y
para los próximos 10 años implican un incremento de los desembolsos estatales de 11 billones
de dólares.
Es decir, que la deuda pública estadounidense aumentaría en más de 8 billones de dólares
a lo largo de la próxima década.
¿Y en qué pretende gastar Biden tantísimo dinero?
Bueno, pues, en lo siguiente, 1,4 billones de dólares en ampliar el Obamacare, 2 billones
de dólares en su Green New Deal, en la transición energética, 1 billón de dólares en aumentar
las pensiones, 1,5 billones de dólares en reforzar la red de escuelas públicas, 3,3
billones de dólares en un nuevo plan de estímulo, parte de esto ya se ha efectuado, y 1,8
billones de dólares en otras partidas muy variopintas y diversas.
Un incremento del gasto público con respecto a los niveles de gasto público actuales y
con respecto a los niveles de déficit actuales de 11 billones de dólares con un aumento
de la recaudación, que ya de por sí es dañino para la economía estadounidense, que no alcanza
los 3 billones de dólares.
Por resumir, por tanto, la situación fiscal en la que se da en contra de Estados Unidos
bajo la presidencia de Biden, Estados Unidos tiene una deuda pública federal de 27 billones
de dólares, el déficit público anual antes del coronavirus y bajo la presidencia de Trump
era de 1 billón de dólares al año, y además Biden quiere incrementar el endeudamiento
público en 8 billones de dólares, es decir, que sumando el déficit público y sumando
la deuda pública que quiere crear Biden a lo largo de esta legislatura, nos podríamos
encontrar si los planes de Biden se cumplen, luego a lo mejor incumple, pero si aplica la
totalidad de los planes, con un incremento del endeudamiento público durante esta legislatura
de 12 billones de dólares, 27 billones más 12 billones, nos vamos prácticamente a 40
billones de dólares de deuda pública.
Eso equivaldría al 180% de deuda sobre el PIB, previo a la crisis del coronavirus, al
PIB de 2019, un auténtico despropósito que podría tensionar los mercados de deuda pública,
porque sí, los mercados de deuda pública, los inversores tienen apetito de deuda pública
estadounidense, porque supuestamente es una deuda libre de riesgo y ahora mismo los inversores
buscan activos seguros en los que refugiarse frente a la incertidumbre del mercado, y la
deuda pública permite a quienes se invierten en ella para citar la generación de riqueza
que otros miembros de la sociedad efectúan, porque el Estado cobra impuestos y paga la
deuda pública con los impuestos que cobra, es decir, con la riqueza que extrae a otros
que no compran deuda pública, sino que se arriesgan en invertir dentro de la economía.
Pero ese apetito de deuda pública va a ser ilimitado, claramente no, hay límites ¿Cuáles
son esos límites?
Quizá el 180% de deuda sobre PIB no sea un límite, quizá los mercados existen dispuestos
a absorber toda esa deuda pública, pero y si no lo están, y si los mercados de deuda
pública empiezan a ponerse más nerviosos, y si los mercados de deuda pública empiezan
a comprar deuda estadounidense solo con tipos de interés progresivamente crecientes, entonces
la factura de intereses para Estados Unidos puede ser también creciente y por tanto su
solvencia podría sentirse de manera significativa.
La política fiscal de Biden, por tanto, es muy arriesgada, es una política fiscal que
se despreocupa de la sostenibilidad de la deuda y que apuesta a que ahora mismo esa deuda
se vende con mucha facilidad en los mercados y que se va a seguir vendiendo de manera recurrente
con esa facilidad, pero los mercados de deuda pública pueden cambiar de la noche a la mañana,
si la percepción de la deuda pública estadounidense cambia de ser una deuda muy segura a una deuda
no tan segura, la huida de la deuda pública estadounidense podría producirse, y esa huida
no la frenará a la Reserva Federal, porque si la Reserva Federal siguiera monetizando
deuda pública y deuda pública y deuda pública, cuando esa deuda pública no tiene demanda
en el mercado, lo que se generará es una huida no de la deuda pública que no llegaría
al mercado, sino una huida del dólar, es decir, depreciación e inflación interna,
y la FED tiene el mandato de controlar la inflación, con lo cual tendría que subir los tipos
de interés, y eso terminaría también impactando negativamente sobre la sostenibilidad de la
deuda privada y de la deuda pública estadounidense.
Como digo, ese escenario se va a producir sí o sí, no lo sabemos porque no sabemos cuál
es el límite de absorción de deuda pública que están dispuestos a tolerar los inversores,
pero sí es desde luego jugar con fuego, es jugar con la estabilidad financiera del conjunto
del planeta, porque hoy el activo financiero que actúa como ancla de la estabilidad del
sistema financiero es la deuda pública estadounidense, y tanto Trump, durante su legislatura como
ahora Biden, durante la suya, abusan, están abusando irresponsablemente de la emisión
de esa deuda pública, y su responsabilidad la podríamos terminar pagando absolutamente
todos.
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