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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

Este pasado sábado estuve en la sexta noche donde tuvimos ocasión de debatir sobre la
sostenibilidad del actual sistema de pensiones.
Parte de los contratulios defendían que el actual sistema era perfectamente sostenible
aunque en realidad ninguno de ellos era capaz de acreditar cómo debía sostenerse el actual
sistema de pensiones.
Se escucharon por tanto comentarios como que inevitablemente el sistema de pensiones iba
a ser sostenible o que el sistema había sido sostenible en el pasado y, por tanto, iba
a ser sostenible en el futuro.
Mi propósito en este vídeo es simplemente demostrar con más calma, con más detenimiento
porque el actual sistema de pensiones no se va a poder sostener en el tiempo porque va
a haber recortes, algunos de los cuales ya han sido aprobados y se van implementando
progresivamente con el paso de los años, es el caso de la reforma de las pensiones del
año 2011, y otros recortes también han sido aprobados pero de momento están suspendidos
aunque a buen seguro se reactivarán en el futuro, es el caso de la reforma de las pensiones
del año 2013.
Pero vamos a ello, porque el actual sistema de pension es tal cual lo conocemos hoy no
va a ser sostenible en el tiempo y por tanto por qué va a haber que recortarlo tanto en
términos de accesibilidad al sistema, es decir, que personas se convierten y cuándo
en pensionistas como en términos de generosidad del sistema, es decir, qué tipo de prestaciones
se están sufragando.
Bien, actualmente la población de más de 65 años se equivale a aproximadamente el
29% de la población en edad de trabajar.
En el año 2050, y este va a ser un proceso que se va a dar progresivamente, la población
de más de 65 años representará más del 60% de la población en edad de trabajar.
Por tanto, aquellas personas con capacidad para pagar las pensiones, los trabajadores,
van a mermar en relación con las personas susceptibles de cobrar una pensión, es decir,
las personas de más de 65 años o, en el caso del año 2050, de más de 66 años, porque
recordemos en el año 2050, si no cambia el panorama, la edad de jubilación estará
en los 67 años.
Que se duplique el número de personas en edad de percibir una pensión en relación
con el número de personas en capacidad de pagar esa pensión, significa que si mantenemos
los criterios de accesibilidad y de generosidad del sistema de pensiones público actual,
significa, como digo, que el gasto en pensiones se va a duplicar en el año 2050, en la actualidad
está en torno al 12% del PIB, por tanto, si lo duplicamos, se irá al 24% del PIB.
Algunas personas, sin embargo, han sostenido que no hay ninguna necesidad de recortar la
generosidad y la accesibilidad del sistema público de pensiones porque, apenas con algún
empujón a nuestra actividad económica, lograremos la autosuficiencia financiera de la seguridad
social.
Bastaría para ello con crear empleo, con aumentar los salarios o con subir los impuestos
a los ricos para financiar esos 12 puntos de PIB que, en el año 2050, se van a pagar
además con respecto a la actualidad, pero es verdad que podemos sufragar 12 puntos del
PIB con un mayor número de trabajadores, con salarios más altos o con impuestos a los
más ricos.
Bueno, empecemos por el primer argumento, es decir, que podemos financiar las pensiones
creando empleo, esto, en parte, es cierto, es decir, en la actualidad está trabajando
en España aproximadamente el 62, 63% de la población en edad de trabajar.
Si conseguimos que la población que está trabajando dentro de la bolsa de población
en edad de trabajar aumente habrá más cotizantes pagando pensiones y, por tanto, soportando
la carga financiera que supondrán los mayores, el mayor número de pensionistas.
Muy bien, ¿cuán previsible es que generemos suficiente empleo para pagar las pensiones
el aumento de la carga de las pensiones?
Pues muy poco previsible.
Como digo, actualmente está trabajando el 62%, 62, 63% de la población en edad de trabajar.
Si conseguiéramos incrementar este porcentaje, que nos va a costar Dios y ayuda a conseguirlo,
si conseguiéramos aumentarlo al entorno del 73, 74 o 75% de la población en edad de trabajar,
que es, por cierto, sería, por cierto, el mayor porcentaje de la historia de España
en cuanto a trabajo, es decir, nunca antes ha trabajado el 75% de la población en edad
de trabajar en España, ni siquiera en los mejores momentos de la burbuja inmobiliaria,
y se trata además de un porcentaje que estaría entre los más altos de todo el mundo desarrollado.
Pero bueno, si lo conseguiéramos, es verdad que lograríamos, pues, financiar en mayor
medida las pensiones, lograríamos incrementar lo suficiente el producto interior bruto para
que el gasto en pensiones no aumentara tanto y se financiara en parte mediante ecotizaciones
sociales.
Por cierto, conseguiríamos que el gasto en pensiones, en lugar de pasar del 12% del PIB
al 24% del PIB, se incrementara desde el 12% del PIB al 20% del PIB.
Es una rebaja interesante, que no está mal, pero aún así, financiar ocho puntos más
de PIB solo para pensiones constituye un reto enorme de cara al futuro.
Segunda posibilidad, ¿qué pasa si aumentamos los salarios?
Si, por tanto, a mayor masa salarial, mayores cotizaciones sociales y, por tanto, más
sostenibilidad del sistema de pensiones.
Bueno, lo primero que hay que decir es que aumentar los salarios no se consigue con
apenas desearlo.
Para aumentar los salarios de manera sostenible, hay que incrementar la productividad del
trabajo.
Si la productividad del trabajo no aumenta e incrementamos los salarios por decreto,
lo que tenderá a suceder es que el número de trabajadores disminuirá.
Por tanto, podemos tener algunos trabajadores mejor pagados, pero a costa de que haya un
menor número de trabajadores y un menor número de cotizantes, que es justamente lo
que en el caso anterior decíamos que iba a paliar parte del agujero financiero de la
Seguridad Social.
¿Es realista pensar que la productividad del trabajo en España aumentará muy notablemente
durante los próximos años?
No demasiado.
La productividad en España lleva estancada durante 20 años y, por tanto, puede ser que
cambia esa trayectoria en el futuro, pero desde luego el pasado más inmediato no se
invita precisamente al optimismo.
En todo caso, imaginemos que sí, que sí conseguimos aumentar la productividad, que sí conseguimos
aumentar los salarios y, por tanto, que esta es una alternativa sostenible que sí está
abierta.
¿Bastaría con aumentar salarios para financiar al sistema público de pensiones?
Aumentar salarios es un arma de doble filo en relación con las pensiones.
¿Por qué?
Porque el aumento de los salarios de aquí al 2050 también se traduce en aumentos de
las bases de cotización y, por tanto, en aumentos de las pensiones de vengadas en el
futuro.
Por tanto, mayores salarios no solo son mayores sin ingresos a la Seguridad Social, sino también
mayores gastos de la Seguridad Social en el futuro, especialmente si no hay un deterioro
de lo que se conoce como la tasa de sustitución.
¿Qué es la tasa de sustitución?
La relación entre las pensiones actuales y los salarios actuales.
De algún modo, esta tasa de sustitución mide la generosidad del sistema de pensiones.
¿Qué porcentaje de los salarios sobre los que los trabajadores han venido cotizando
a lo largo de sus vidas laborales terminan percibiendo en forma de una pensión en el
futuro?
A mayor tasa de sustitución, mayor generosidad del sistema de pensiones, a menor tasa de
sustitución, menor generosidad.
De hecho, parte de la reforma de las pensiones que hemos visto en los últimos años, esas
que dicen que son del todo innecesarias para la sostenibilidad del sistema de pensiones,
son reformas que se dirigen a minar a reducir extraordinariamente esta tasa de sustitución,
que en España ha estado en torno al 70%, es decir, las pensiones medias suponían en torno
al 70% de los salarios que se habían cobrado por parte de los actuales pensionistas a lo
largo de sus vidas laborales y que los distintos gobiernos quieren reducir de aquí al año
2050 a en torno al 44, 45%.
Por tanto, si no tocamos la tasa de sustitución, mayores salarios presentes serán mayores
gastos en pensiones futuros, y eso no contribuirá a garantizar la sostenibilidad del sistema
de pensiones.
Distinto es el caso en el que los salarios suban y la tasa de sustitución baje.
En ese caso, sí conseguiríamos una mayor sostenibilidad del sistema público de pensiones, pero fijémonos
que un recorte en la tasa de sustitución es un recorte en la generosidad del sistema,
y por tanto significa aceptar que las actuales condiciones de jubilación no son sostenibles
de cara al futuro y que hay que recortarlas, es decir, que los futuros pensionistas han
de cobrar mucho menos de lo que hoy se les promete que van a cobrar.
Esa alternativa, subir los impuestos a los ricos.
Imaginemos que creamos un volumen de empleo como nunca hemos visto en el pasado y que la
tasa de empleo llega en torno al 75% de la población en edad de trabajar.
En ese caso, para financiar las pensiones en el año 2050, sería necesario recaudar en
torno a 8 puntos del PIB más de los que recaudamos hoy.
¿8 puntos del PIB se consiguen con facilidad? Pues en absoluto, 8 puntos del PIB para que
nos entendamos es más de todo lo que se recauda cada año por IRPF.
Por tanto, cuando se nos diga que 8 puntos del PIB lo pueden pagar únicamente los más
ricos, convendría recordar algunas cifras que a lo mejor no están suficientemente encima
de la mesa.
Una de las estadísticas del IRPF que elaboró al Ministerio de Hacienda, si el Gobierno estableciera
un tipo impositivo marginal del 100% por encima de las rentas de 60.000 euros, es decir, incluso
en el caso de que el Gobierno dijera, voy a quedarme con la totalidad del dinero de aquellas
personas que ingresan por encima de 60.000 euros, dicho de otra manera, y en este país
nadie va a ingresar más de 60.000 euros porque todo el exceso de 60.000 euros me lo voy a
quedar en forma de impuestos.
Pues bien, aunque se estableciera esta figura impositiva, la mayor recaudación a la que
podríamos optar, sin necesidad de presumir que habría un gran fraude fiscal, que muchos
españoles irían del país, no, no, consideremos que la gente va a trabajar lo mismo, va a
ingresar lo mismo y que mansamente le va a entregar al Gobierno el 100% de sus ingresos
por encima de 60.000 euros.
Pues bien, incluso en este caso apenas recaudaríamos poco más de 30.000 millones de euros, es
decir, alrededor del 3% del PIB.
Recordemos que para mantener las pensiones públicas con la actual generosidad y accesibilidad
al sistema, es necesario, o será necesario en el año 2050, recaudar 8 puntos del PIB.
Y estoy diciendo que con un tipo marginal del 100% para las rentas superior a 60.000 euros
apenas recaudaríamos un 3% más de PIB de lo que recaudamos ahora.
¿Y qué sucedería si en cambio estableciéramos el tipo marginal máximo del 100% a partir
de 30.000 euros, es decir, que nadie pudiese ingresar más de 30.000 euros en este país?
Pues que apenas recaudaríamos unos 6 puntos del PIB más de lo que se recauda en la actualidad.
Es decir, ni siquiera en ese caso llegaríamos a costear la totalidad del gasto en pensiones.
E insisto, eso suponiendo que, ante impuestos tan salvajes, los españoles no redujeran
su horario laboral, es decir, no decidieran trabajar menos horas, no se marcharán del
país, no buscarán mecanismos para escaquearse de pagar impuestos, simplemente es un calculo
para poner de manifiesto que la magnitud de los ingresos que necesitamos es de tal
desproporción que no lo vamos a conseguir financiar con impuestos sobre los más ricos,
incluso extendiendo la definición de los más ricos a las personas que ingresan más
de 30.000 euros e incluso arrebatándoles todo lo que ganan por encima de 30.000 euros.
La única forma de financiar tal gasto exagerado en pensiones sería con impuestos de base muy
amplia, es decir, subiendo el IRPF, subiendo el IVA, no a las rentas más altas, sino
al conjunto de la ciudadanía.
De hecho, esto es lo que ha hecho Francia.
Francia tiene un impuesto que se llama contribución social generalizada, por la cual establece
un tributo extraordinario del 10% sobre todos los salarios, es decir, aparte de las cotizaciones
sociales, los franceses pagan un 10% de su salario para costear las pensiones y los pensionistas
pagan ese mismo impuesto pero del entorno del 6,5%.
Por tanto, se les impone un tributo extraordinario de los pensionistas del 6,5% para costear
el gasto de las pensiones, que en última instancia no deja de ser una forma de bajarles las pensiones
un 6,5%.
Pues bien, incluso con este impuestazo extraordinario, que sería muy difícil de implantar en España,
imaginemos que mañana se les dice a todos los trabajadores, me quedo con el 10% de
vuestra nómina para pagar las pensiones y además este 10% a diferencia de las cotizaciones
sociales no significa que vayáis a cobrar más pensiones en el futuro, vayáis a cobrar
la misma pero os quito un 10% de los salarios todos los años, pues bien, los franceses
con este impuestazo que sería muy difícil de implantar en España, tienen pensiones que
son menos generosas que las españolas, por tanto, ellos han tenido que implantar este
sistema para hacer sostenible un sistema con una casa de sustitución más baja que
la de España, creo que es evidente que vamos encaminados a un recorte de las pensiones,
recorte que se materializará tanto vía reforma 2011, alargamiento de la desjubilación hasta
los 67 años y cambio del método de cálculo de la pensión, contabilizando los últimos
25 años de vida laboral, sino en el futuro ya lo veremos toda la vida laboral y requiriendo
37 años para cobrar el 100% de la pensión a la que el sistema me ha derecho y también
veremos re-implantar la reforma de 2013 de las pensiones, que básicamente es que las
pensiones mientras tengan déficit, mientras la seguridad social tenga déficit, que básicamente
se da para los próximos 30, 40 años, como mucho las pensiones revalorizarán cada año
un 0,25%, de modo que la inflación irá mermando el poder adquisitivo de las pensiones, las
irá recortando en términos reales, aunque no en términos nominales, y además se restablecerá
el factor de equidad intergeneracional, que en esencia significa que por cada año que
aumente la esperanza de vida con respecto a la esperanza de vida actual, la pensión
a la que tenemos derecho, la pensión de entrada en el sistema, no las pensiones de los que
ya están en el sistema, sino las pensiones de los nuevos pensionistas, de los que entren
de nuevo en el sistema, se recortará un 5%, es decir, 5% por cada año que aumente la
esperanza de vida, si en el año 2050 la esperanza de vida es 5 años mayor que la actual, las
pensiones de esas personas sean un 25% menores de lo que habrían sido sino el factor de
equidad intergeneracional.
Eso es como está montado el sistema para ajustar los gastos futuros del sistema de
pensiones a los ingresos previsibles del sistema de pensiones, y no va a haber otra vuelta
de hoja, os podéis dejar engañar por tertulianos o por políticos que dicen que el sistema
es perfectamente sostenible y que el sistema se va a pagar, pero no hay recursos para
pagarlo, por tanto los políticos ya han aprobado de hecho dos reformas para ir recortando
progresivamente el importe de las pensiones, y esto va a ser absolutamente inevitable
de una manera por una vía o de otra, el recorte va a llegar.
Lo terrible no es tanto que el recorte vaya a ir llegando progresivamente a lo largo de
los próximos 30 o 40 años, que insisto, va a suceder y no hay alternativa, lo terrible
es la negación, el negacionismo de la realidad en el que estamos instalados.
En lugar de alertar a los españoles que su pensión, la pensión que esperan que van
a cobrar en el futuro se va a ir reduciendo progresivamente para garantizar la suficiencia
financiera de la seguridad social, porque no hay otra vía de hacerlo, se está engañando
a los ciudadanos diciéndoles que la pensión no se va a recortar y que el sistema va a
ser tan generoso en el futuro como lo es hoy, y que por tanto si hoy la tasa de sustitución
es el 70%, si un pensionista cobre el 70% de sus últimos salarios, dentro de 30 años
seguirá cobrando el 70% y su calidad de vida no se desplomará después de jubilarse, pero
no es así, la tasa de sustitución se va a recortar de modo que los pensionistas del
futuro en lugar de cobrar un 70% de sus últimos salarios cobrarán un 50, un 45 o un 40%,
que eso no significa que la pensión, el poder adquisitivo de la pensión vaya a ser menor
en el futuro que en la actualidad, eso no es algo que necesariamente vaya a suceder,
pero sí sucederá que la calidad de vida, el ritmo de vida, el poder adquisitivo efectivo
que tendrán los pensionistas al jubilarse será muy inferior al que tenían cuando estaban
trabajando en el mercado laboral, por tanto si las personas y los españoles no quieren
experimentar a la jubilación una caída muy fuerte en su nivel de renta y por tanto en
la calidad de vida de la que disfrutan sería necesario que los españoles fueran ahorrando
de cara al futuro para complementar las menores pensiones que van a cobrar, pero si hoy se
les dice que no va a haber ningún problema en el sistema de pensiones, aún cuando todos
los políticos son conscientes de que sí va a haberlo porque en las previsiones de gasto
o futuro de pensiones que envían a Bruselas reconocen que en el año 2050 habrán conseguido
recortar la tasa de sustitución desde el 70 al 45%, si se engañan los ciudadanos diciendo
que no hay ningún problema no van a ahorrar de ahora hasta el futuro y cuando llegue
el momento de su jubilación aquellas personas que se jubilen en 2040, 2045 o 2050 y no hayan
ahorrado se van a encontrar con que la pensión que cobran es muy inferior a la que esperaban
y por tanto su calidad de vida, su nivel de vida también se va a deteriorar mucho no
con respecto al actual, puede que sea mejor que el actual, pero sí con respecto al que
experimentaban como trabajadores en 2045 o en 2050 y que por tanto esperaban proseguir
como pensionistas, esta es la tragedia que padece el sistema público de pensiones español,
es un sistema piramidal, un sistema donde si el número de trabajadores se reduce en
relación con el número de pensionistas y por demografía vamos a ello, el sistema tiene
que recortar sustancialmente las condiciones de jubilación y la tragedia no es solo que
nos hayan metido forzosamente a todos en este esquema piramidal, la tragedia también es
que aquellos que nos han forzado a entrar en este sistema público piramidal, que son
además aquellos que lo defienden por razones ideológicas, también son hoy los que están
negando la realidad deficitaria de ese sistema de jubilación y por tanto los que están
induciendo a los españoles a tomar decisiones financieras nefastas, los que les están diciendo
no hace falta que ahorrais, no hace falta que busqueis formas alternativas de invertir
vuestros ahorros porque la seguridad social va a apagaros las pensiones que esperáis
que os vaya a pagar y no es así, las pensiones se van a recortar y por tanto si queremos
protegernos frente a ese evento de dentro de 10, 15, 20 o 25 años no queda otro remedio
que empezar a ahorrar desde ya mismo.