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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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Sam Backman-Fright, el nuevo Warren Buffett, uno de los hombres más ricos del mundo,
en una semana su fortuna personal ha caído de 16.000 millones de dólares a un dólar.
Porque razón, veámoslo.
Sam Backman-Fright, consejero delegado del exchange de criptoactivos FTX y del hedge
fan especializado en invertir en criptoactivos a la meta research, se convirtió a sus 29 años en
una de las personas más precoces de la historia en convertirse en mil millonario. Su fortuna a
esa edad apenas rivalizaba con la de Mark Zuckerberg cuando tenía esos mismos años.
De hecho su fortuna personal llegó a estar estimada en 26.000 millones de dólares.
La revista Fortune hace apenas dos meses, en su edición de papel de hace dos meses,
llegó a denominar a Sam Backman-Fright como el nuevo Warren Buffett. Pues bien,
durante esta última semana lo ha perdido todo. Al comienzo de la semana su fortuna todavía
se estimaba en 16.000 millones de dólares y al terminar, al concluir la semana, su fortuna
actual está estimada en un dólar. ¿Y por qué Sam Backman-Fright ha perdido absolutamente toda
su fortuna? 16.000 millones de dólares, uno de los procesos de destrucción de riqueza más
acelerados de la historia en apenas una semana. Pues por lo que explicamos en dos vídeos anteriores
que publicamos esta misma semana. Sam Backman-Fright no solo era consejero delegado de FTX y de
Alameda Research, sino que era su principal inversor, su principal dueño. Es decir, su fortuna
personal estaba inmovilizada en un exchange de criptoactivos, FTX, y en un hedge fund especializado
en invertir en criptoactivos, Alameda Research. Y el problema no es tanto que el valor de los
criptoactivos lleve un año cayendo, que también, por supuesto, el problema que se ha acelerado
esta semana, es que, como ya explicamos en vídeos anteriores, se ha descubierto que
Alameda Research estaba sobre invertida en el token emitido por FTX, token llamado FTT,
que el propio Sam Backman-Fright se había encargado de inflar de precio en los mercados
a través de Alameda Research y a través de FTX, utilizando para ello las reservas
de los clientes en FTTX. Básicamente, cogían los dólares o los criptoactivos que deberían
ser custodiados por FTTX para especular en los mercados con el valor de FTT, elevar el
precio de FTT en los mercados, y como Alameda Research estaba sobre invertido en FTT, tenía
muchísimas más unidades de FTT que las que cotizaban en el mercado, si tú consigues
incrementar el precio de mercado de FTT, también incrementas el valor contable de FTT en el
balance de Alameda Research. Esto no debería ser así, pero en este tipo de inversiones
se puede hacer un mark to mark que tiene contabilidad y, por tanto, más valor de mercado, más
valor contable y más beneficios extraordinarios que engrosaban la cuenta corriente de Sam
Backman-Fright. Pero esa riqueza siempre fue una riqueza ficticia, siempre fue una riqueza
aparente, porque era una riqueza contabilizada que se fundamentaba en unos precios absolutamente
irreales de FTT que únicamente respondían a la propia operación especulativa que Sam
Backman-Fright había orquestado a través de un dinero que no era suyo y que tampoco
le habían prestado para eso. FTT nunca valió lo que decía Valer, porque lo que decía
Valer dependía de lo que Sam Backman-Fright era capaz de inflar el precio con un dinero,
insisto, que no era suyo. Por tanto, está muy bien que el mercado haya reconocido cuál
es la realidad de la fortuna personal de Backman-Fright, que es esencialmente cero. Sin
embargo, uno también debería plantearse si, a partir de aquí, después de haber perdido
16.000 millones de dólares o incluso desde su punto más alto, 26.000 millones de dólares,
si esa es sanción suficiente para Backman-Fright. Un empresario se puede enriquecer mucho y
luego empobrecer mucho porque inicialmente tomó buenas decisiones de inversión y luego
tomó mal las decisiones de inversión. Eso es lo que tal vez les esté ocurriendo a
Mark Zuckerberg como ya explicamos en un vídeo anterior. Durante los últimos meses, Zuckerberg
ha perdido 100.000 millones de dólares, no 26.000, no 16.000, sino 100.000 millones
de dólares. Y los ha perdido porque durante los últimos meses ha tomado una serie de
malas decisiones con respecto a su empresa, a meta. En particular, ha decidido invertir
miles de millones de dólares en un proyecto cuando menos incierto que no está dando
al menos hasta el momento los resultados esperados, el desarrollo del metaverso. Si
inviertes miles de millones de dólares en un proyecto que no genera retorno, pues esa
inversión te sale rana y te empobreces. Ahora bien, en este caso creo que es bastante
obvio que Mark Zuckerberg está recibiendo la medicina que merece. Cuando se invierte
bien se gana dinero, cuando se invierte mal se pierde dinero. Y eso es todo. En el caso
de S&M, sin embargo la situación es distinta. La situación es distinta por un doble motivo,
en primer lugar porque S&M no estaba utilizando su dinero para invertir, sino que estaba utilizando
el dinero o la financiación, mejor dicho, que estaba recibiendo de los clientes de
FTX sin que estos le dieran el consentimiento para que utilizara en sus propios negocios
esa financiación que estaban otorgando a FTX con un mandato muy claro, cómprame criptoactivos,
pero no utilices mis criptoactivos para lo que tú quieras o no utilices los dólares
que te estoy dando para comprar criptoactivos para lo que tú quieras a cambio de prometerme
que en el futuro me entregarás, si yo te lo pido, un determinado criptoactivo. Eso por
un lado. Y en segundo lugar porque el tipo de inversiones que estaba haciendo S&M con
ese dinero que estaba recibiendo y que estaba utilizando sin que sus financiadores lo hubiesen
dado un consentimiento explícito a ese tipo de utilización, el tipo de inversiones que
estaba haciendo BN con ese dinero eran inversiones puramente especulativas rozando lo que podríamos
llamar un esquema Ponzi. Estaba inflando artificialmente el precio de un token que él mismo sabía
que no tenía ese precio de mercado porque básicamente quien movía el precio era él mismo con un
dinero que no era suyo con un propósito muy claro y era anotarse beneficios, ficticios,
derivados del recalentamiento del precio que él mismo había ejecutado en otra de sus empresas,
en Alameda Research. Y en este caso por tanto ya nos encontramos en una situación que roza el
fraude. El código de comercio español del año 1885 contenía una institución que probablemente
sea muy aplicable en este caso, que es el de quiebra culpable. Un empresario no tiene ningún
tipo de responsabilidad personal cuando conduce una sociedad anónima a la quiebra si las decisiones
que ha tomado para gestionar esa empresa han sido decisiones más o menos diligentes pero que han
terminado arrojando un mal resultado. Ahora bien, cuando una persona gestiona a una empresa y toma
decisiones que inevitablemente la van a llevar a la quiebra y por tanto va a perjudicar a los
acreedores, pues entonces ese individuo sí tiene responsabilidad personal no limitada en esa quiebra.
La quiebra culpable quedaba definida entre otros motivos por el siguiente. Si las pérdidas hubieran
sobrevenido a consecuencia de apuestas imprudentes y cuantiosas, y este es el caso de FTX. FTX quiebra
no porque los clientes hayan dejado de valorar su negocio o porque Sam Bankman Freight haya
decidido hacer unas inversiones en el negocio que hayan salido mal. No, FTX quiebra por transferirle
la financiación de sus clientes a un hedge fan del propio Bankman Freight para manipular el precio
de mercado de un activo con el objetivo de a su vez manipular los libros contables del hedge fan
de Sam Bankman Freight para anotarse beneficios extraordinarios que eran meramente ficticios.
Por tanto estaba exponiendo la financiación de los clientes de FTX a riesgos extraordinarios
por una apuesta personal no consentida por esos clientes del consejero delegado de FTX para
beneficiar a la Meda Research, de la cual ese consejero delegado era el principal inversor.
Dicho otra manera, y si verdaderamente estuviésemos ante un caso análogo a una quiebra culpable,
que parece bastante claro que sí, pero bueno, en cualquier caso eso lo debería determinar la
justicia. Si se fuera el caso, Bankman Freight no solo debería ser sancionado por el mercado con la
pérdida de toda su fortuna personal presente, sino que también debería ser sancionado por
los tribunales con la pérdida de su fortuna personal futura hasta resarcir las deudas que
FTX ha asumido con sus clientes y que ahora no puede devolver porque Bankman Freight decidió
metersen un esquema ponci con la financiación de esos clientes para inflar artificialmente
su fortuna personal. Aquí claramente hay más damnificados que el propio Bankman Freight y son
damnificados que además no habían dado ningún tipo de consentimiento cuando habían extendido
financiación a FTX para que hiciera algo muy específico, que era comprarles criptoactivos,
no especular en el token de FTX para mayor gloria y mayor beneficio del CEO del consejero
delegado de FTX a través de su vehículo de inversión particular a la meta research.
De ahí que la fortuna personal de Bankman Freight no debería haberse reducido solo
de 16.000 millones de dólares a cero, sino de 16.000 millones de dólares a terreno
negativo, tan negativo como las deudas que FTX va a dejar de pagar a sus clientes como
consecuencia de la quiebra culpable a la que la ha llevado Bankman Freight.