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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

El número de parados durante el mes de septiembre descendió en más de 26.000 personas
y el número de afiliados en la seguridad social aumentó en más de 84.000 personas.
Se trata de los mejores datos de la serie histórica
y han sido, por tanto, unos datos que, desde el gobierno y desde el partido socialista,
han interpretado de una manera extraordinariamente triunfalista.
Escuchemos, por ejemplo, a Rafael Simancas.
Bueno, parece que, al menos, en materia de empleo, el tiempo es bueno y sale el sol,
a diferencia de lo que nos ocurre hoy aquí frente a los leones del Congreso de los Diputados.
Estamos hablando de los mejores datos de la serie histórica.
Nunca había crecido tanto la afiliación un mes de septiembre,
nunca había bajado tanto el paro un mes de septiembre
y hay que hacer al menos dos lecturas.
Las medidas que está adoptando el gobierno para reactivar la economía
y generar empleo están funcionando
y, segunda lectura, hay que tener confianza en la sociedad y en la economía española.
Y si se aprueban unos buenos presupuestos generales del Estado cuanto antes,
podemos reactivar la economía, podemos generar empleo,
podemos establecer un escudo social y podemos salir de esta crisis mucho mejor,
más rápido, de lo que salimos del anterior.
Sin embargo, mucho me temo que este dato viene con trampa,
no solo porque, durante el mes de septiembre, se han contratado a muchos profesores,
cuyo contrato laboral había cesado cuando había terminado el anterior curso académico
y, por tanto, no es que estemos ante una creación de empleo neta
en el conjunto del año para los profesores,
sino simplemente que, por precariedad contractual, su contrato había cesado,
había terminado durante los meses de vacaciones escolares
y ahora se vuelve a contratar a los que previamente se despidieron.
Por tanto, si evitaramos este bajón vacacional, en realidad, en cuanto a los profesores,
no habría creación de empleo.
Pero este no es el único motivo por el cual los datos de afiliación y de paro
del mes de septiembre son históricamente buenos.
La realidad es que los datos de septiembre parecen ser muy buenos
porque los datos de antes de septiembre fueron tremendamente malos.
¿Y a qué me estoy refiriendo en concreto?
Bueno, los datos del mes de septiembre suelen ser datos no muy buenos, no muy positivos,
porque las bajas contractuales, los despidos, los ceses de los contratos,
suelen ser muy altos debido a que concluye la temporada turística.
Y, por tanto, como en septiembre se despide a todos los que se contrataron
por la temporada turística, aunque se contrate a bastante gente en septiembre,
también se despide a mucha más gente y el saldo neto,
tanto en términos de paro como en términos de afiliación de la seguridad social,
es un resultado más bien mediocre, incluso, en algunos casos,
las bajas superan a las altas.
Sin embargo, este año no hemos tenido temporada turística,
es decir, en agosto, en julio, no se contrató a prácticamente nadie
para actividades como la hostelería, la restauración, etcétera.
Y eso significa que tampoco ha habido que despedir a nadie de estos sectores en septiembre
porque, como digo, no se contrató a nadie.
Evidentemente, cuando estoy diciendo a nadie, es una exageración
para que nos entendamos, pero se contrató mucho menos que otros años
y, por tanto, también se despide mucho menos que otros años.
Por tanto, aún cuando mantuvieramos el ritmo bruto de contratación,
el ritmo bruto de creación de empleo de años anteriores durante el mes de septiembre,
aunque no se hubiese creado en términos brutos más empleo durante el mes de septiembre,
como se ha destruido menos empleo, porque antes no se creó el saldo neto,
es un saldo que aparentemente resulta muy positivo.
De hecho, esto lo podemos observar en el siguiente gráfico.
En septiembre de 2019, el número de altas a la seguridad social que se produjeron,
el número de nuevos contratos de duración variable,
pero de nuevos contratos que se formalizaron durante el mes de septiembre,
fue de 3,1 millones de contratos de altas a la seguridad social.
En cambio, en septiembre de 2020, el número de altas a la seguridad social
durante el mes de septiembre ha sido de 2,4 millones,
es decir, estamos hablando de que las altas han caído en 700.000.
Por tanto, en términos de altas, desde luego no estamos ante un mes histórico,
pero si las altas han caído en 700.000,
¿cómo es posible que la afiliación a la seguridad social haya subido en 84.000 personas,
que es una cifra récord dentro de toda la serie histórica?
Pues porque las bajas, como decíamos, han caído mucho más.
En septiembre de 2019, las bajas fueron de 3,1 millones de personas,
es decir, prácticamente hubo las mismas altas que bajas en septiembre del año pasado.
Sin embargo, en este año, en septiembre de 2020, ha habido 2,1 millones de bajas.
Es decir, que las bajas han caído, se han reducido en casi un millón de personas.
Por tanto, 700.000 altas menos, pero un millón de bajas menos.
El saldo neto, al finalizar el mes, ha sido que la afiliación ha aumentado más que otros años,
pero no porque el ritmo de contratación, no porque el dinamismo del mercado laboral haya sido muy intenso,
sino porque, como fue muy mediocre el comportamiento del mercado laboral durante meses anteriores,
pues durante este mes, en el que se solía despedir a las contrataciones extraordinarias de meses anteriores,
no ha habido que despedir a prácticamente nadie y, por tanto, el saldo neto ha resultado positivo.
Uno podría pensar que, a lo mejor, estoy tratando de exagerar la magnitud del frenazo
que está experimentando el mercado laboral español y que, al fin y al cabo, los datos son buenos.
Los afiliados han aumentado en 84.000, el paro ha caído en 26.000,
por tanto, aunque se deba a que se ha despedido a menos gente, porque antes también se contrató a menos gente,
en todo caso, estamos hablando de un incremento neto de las contrataciones, de la afiliación de la Seguridad Social,
de las cifras de parados. Sin embargo, hay otro dato que creo que es muy ilustrativo
para manifestar, para poner de manifiesto el intenso frenazo que se está produciendo en el mercado laboral español
y es la cantidad de personas que siguen acogidas al régimen de un ERTE.
A finales de septiembre había 728.000 personas en un ERTE y, a comienzo de septiembre, a finales de agosto,
había 812.000 personas. Por tanto, estamos diciendo que el número de personas en un ERTE
se ha reducido, es decir, estos trabajadores se han reincorporado, en alrededor de 84.000 personas.
Aunque la cifra coincida, hay que aclarar que estas 84.000 personas no son los que se han dado de alta
a la Seguridad Social, porque los trabajadores en ERTE siguen de alta a la Seguridad Social.
84.000 personas, 83.000, 84.000 personas que se han reincorporado sus empleos desde los ERTE
podrán parecer una cifra muy significativa, pero, por desgracia, no lo es si la comparamos con esta misma cifra
en meses anteriores. Lo podemos observar en este gráfico cortesía del ministro de Seguridad Social, José Luis Escribá.
Como vemos, la reducción del número de trabajadores en ERTE se está frenando a un ritmo vertiginoso.
Si en el mes de septiembre, como decíamos, unas 83.000, 84.000 personas han abandonado los ERTE,
en agosto lo hicieron 190.000 personas, es decir, más del doble, pero es que en el mes de julio
lo hicieron 830.000 personas, y en el mes de junio más de 1,1 millones de personas.
Por tanto, hemos pasado de que cada mes estábamos reduciendo el número de individuos de trabajadores en un ERTE
a un ritmo, ya digo, de 1.800.000, incluso 200.000 personas al mes, a apenas 83.000.
Lo que es peor todavía, si nos fijamos, prácticamente toda esta reducción de 83.000, 84.000 personas
en régimen de ERTE durante el mes de septiembre se concentra durante la primera mitad.
Es decir, el ritmo de reducción diaria de trabajadores en ERTE durante la segunda mitad de septiembre,
y excluyendo los fines de semana, porque no se tramitan altas a la seguridad social, es de 1.500 personas.
En el mes de agosto, de nuevo excluyendo los fines de semana, era de 90.000 personas, pero es que en julio o en junio
este ritmo era de 33.000 personas diarias en julio y de 40.000 personas diarias en junio.
Por tanto, hemos pasado de 40.000, 33.000, o incluso 9.000 en agosto a 1.500 personas diarias en la segunda mitad de septiembre.
A este ritmo, y suponiendo que no se frene más y la tendencia a que vaya a seguir frenándose más, tardaríamos 500 días
en reabsorber todos los trabajadores que hoy están acogidos a un ERTE.
Por tanto, tendríamos que prorrogar durante año y medio adicional lo ERTE por el bajísimo ritmo al que se está creando empleo.
Y tengamos presente que los ERTE son solo el síntoma de un parón más generalizado,
parón que responde esencialmente a que se ha reactivado la pandemia, a que ha vuelto la segunda ola y eso está afectando gravemente a la actividad económica.
Pero si eso es así, desde luego este no es el momento de triunfalismos propagandísticos como aquellos que está vendiendo el gobierno socialista de manera totalmente irresponsable.
Es el momento de empezar a hablar con claridad a la población para explicarle cuáles pueden ser las medidas necesarias
para hacer frente a la situación a la que nos enfrentamos.
Los ERTE no se van a poder prorrogar indefinidamente.
La creación de empleo, si queremos acelerarla, vamos a necesitar una profundización de la reforma laboral, no una reversión de la reforma laboral como pretende este gobierno.
Y si no hacemos esto, si no aceleramos la creación de empleo, pues probablemente vamos a tener que subir los impuestos para cubrir el enorme agujero presupuestario
que nos va a dejar el que haya más de un millón de personas que no esté trabajando y en cambio esté percibiendo algún tipo de prestación de desempleo
con respecto a las personas que había no trabajando en paro antes de la actual crisis económica.
Por tanto, en lugar de estar trasladando a la población un mensaje de advertencia sobre lo que va a venir, el gobierno sigue empeñado en su propaganda para ocultarnos cómo estamos y cómo vamos a estar en el futuro.
Y si la propaganda ya es mala, que desde luego lo es, tanto peor sería que el propio gobierno se creyera sus propias mentiras, porque la sensación que transmiten,
todo buen mentiroso ha de transmitir esa sensación, es verdad, pero la sensación que transmiten es que se están creyendo su propio relato tergiversado.
Y si ellos mismos se autongañan, ni siquiera ellos mismos serán conscientes del rumbo que hay que seguir para poder atajar la situación actual con la máxima rapidez posible.
Y eso sí sería una condena absoluta para la economía y la sociedad española.
Subtítulos realizados por la comunidad de Amara.org