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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

La tasa de inflación se ubicó en el 7% a cierre de 2021 en Estados Unidos, el dato
más elevado de los últimos 40 años.
Sin embargo, en medio de este dato, algunos analistas parecen encontrar motivos para el
optimismo, motivos para pensar que este estallido inflacionista podría estar llegando a su
fin.
¿Es realmente así? ¿Hay motivos para el optimismo? ¿Hay motivos para pensar que la inflación
está a punto de concluir? Veámoslo.
La tasa de inflación en Estados Unidos ha cerrado 2021 en el 7%, el nivel más elevado
en los últimos 40 años.
Sin embargo, algunos analistas observan motivos para el optimismo en estos datos de inflación,
motivos que indicarían que la alza en los precios podría estar llegando a su fin y que,
por tanto, en los próximos meses asistiríamos a una moderación importante de la tasa de
inflación.
¿Cuáles son esos motivos para el optimismo? En primer lugar, que la inflación sea comportado
a final de año, según las expectativas mayoritarias dentro del mercado. La mayoría de analistas
esperaba que el año cerrara la inflación con una tasa del 7% y, efectivamente, hemos
cerrado el año en el 7%. A diferencia de lo que sucedió en meses anteriores, no ha
habido una sorpresa negativa con respecto a la inflación. En meses anteriores, la inflación
se ubicaba por encima de lo que esperaban los analistas. En esta ocasión, los analistas
han acertado, se ha ajustado la inflación a sus expectativas.
En segundo lugar, otro motivo aparente para el optimismo es que la tasa de inflación
se está empezando a frenar. Sigue aumentando, ha pasado del 6,8% en noviembre al 7% en
diciembre, pero es un incremento de únicamente dos décimas. En noviembre, la tasa interanual
se había incrementado en alrededor de medio punto con respecto a la tasa interanual de
octubre y, en octubre, la tasa interanual de inflación se había incrementado en alrededor
de un punto con respecto a la tasa interanual de septiembre. Por consiguiente, parecería
que esta tasa interanual de inflación ya está llegando a su máximo, a su techo, que
no tiene mucho más recorrido al alza.
En tercer lugar, si en lugar de fijarnos en la tasa de inflación interanual, que mide
cuánto han aumentado los precios en diciembre de 2021 con respecto a diciembre de 2020,
nos fijamos en la tasa de inflación intermenso que mide cuánto han aumentado los precios
en diciembre de 2021 con respecto a noviembre de 2021, veremos que también aquí hay una
importante moderación de la inflación. La tasa de inflación intermenso es del 0,5%.
Esto en octubre era de prácticamente el 1%. Por tanto, en dos meses ha habido una caída
a la mitad de la tasa de inflación intermenso. De hecho, uno de los componentes más importantes
de cualquier dinámica inflacionista, los precios de la energía en el mes de diciembre,
con respecto a noviembre, se han abaratado. Los precios de la energía en diciembre cayeron
intermenso en Estados Unidos. Y, por último, los datos disponibles hasta el mes de noviembre
de evolución de los salarios en Estados Unidos también nos indican que los salarios nominales
no están creciendo ni mucho menos tanto como lo que está aumentando la inflación, los
precios. En particular, los salarios, la media de los salarios hasta el mes de noviembre
de 2021, se estaban incrementando a un ritmo del 4,3%, cuando la inflación en noviembre
estaba en el 6,8%. Por consiguiente, no se termina de apreciar aquí una tan temida
espiral precios salarios, suben los precios, los salarios suben tanto como los precios,
es necesario volver a subir los precios para compensar el alza salarial, que termine desembocando
en unas expectativas de inflación explosivas, todo lo cual parecería componer la narrativa
de que, efectivamente, la inflación está tocando a su fin.
Sin embargo, permitanme añadir unos contrapuntos que no hacen que esta narrativa, con respecto
a la evolución próxima de los precios, sea ni mucho menos tan optimista.
En primer lugar, ya ha habido otros momentos en los últimos meses donde parecía que la
inflación estaba tocando a su máximo, que no iba a seguir incrementándose. En particular
me refiero al periodo que medía entre junio del año 2021 y agosto de 2021. Durante estos
tres meses, la tasa de inflación intermenso cayó del 0,9% al 0,3%. Es decir, en agosto
la elevación de los precios estaba moderando de manera muy significativa, tan es así que
la tasa de inflación interanual durante esos meses llegó a caer, a caer no a frenarse,
sino a caer del 5,3% al 5,2%. Si uno se ubicaba, por tanto, en el mes de agosto de 2021 parecía
que, efectivamente, ya la tasa de inflación había llegado a su máximo y que estaba empezando
a retroceder. Y, sin embargo, desde agosto, como ya hemos comentado, la tasa de inflación
ha crecido del 5,2% al 7%. El hecho de que se esté apreciando ahora mismo una ralentización
en el ritmo de incremento de los precios no significa necesariamente que ese ritmo se
vaya a frenar. Puede repetirse un episodio similar al del mes de agosto del año 2021.
En segundo lugar, aunque es cierto que la tasa de inflación intermenso ha caído desde
prácticamente el 1% en octubre al 0,5% en diciembre y ese es un dato muy positivo, recordemos
que también eso sucedió en agosto de este año 2021. Y, en todo caso, una tasa de inflación
intermenso del 0,5% se mantiene en ese nivel durante todo el año, durante 12 meses, equivale
a una tasa de inflación interanual del 5,6%. Por consiguiente, tampoco es algo por lo
que quepa echar campanas al vuelo. Es verdad que bajamos del 7% al 5,6%, pero es que una
tasa de inflación del 5,6% sigue siendo una tasa de inflación anormalmente alta que
es susceptible de descontrolarse de manera adicional en cualquier momento.
Tercero, aunque es verdad que la tasa de inflación interanual evolucionó en diciembre según
las expectativas y apenas se aceleró en dos décimas, la tasa de inflación subyacente,
que es aquella que no incluye los elementos más volátiles de los precios, la energía
o los alimentos elaborados, no es solo que va a tirar las expectativas, no es solo que
aumentara más de lo que los analistas, los inversores, preveían en el mes de diciembre,
sino que se incrementó en 6 décimas, desde el 4,9% al 5,5%. Es decir, la tasa de inflación
subyacente terminó el año en Estados Unidos en el 5,5%.
En este caso se trata de la tasa de inflación interanual subyacente más elevada no de los
últimos 40 años, sino de los últimos 30 años, aunque muy cerca de los máximos de
los últimos 30 años y si esos máximos se baten estaremos ante la tasa interanual de
inflación subyacente más alta de nuevo de los últimos 40 años.
En cuarto lugar, la tasa de inflación subyacente intermensual, la que media entre diciembre
y noviembre de 2021 no cayó, tal como lo hizo la tasa de inflación general intermensual,
sino que subió del 0,5% en noviembre al 0,6% en diciembre.
Y atención, si esa tasa intermensual de inflación subyacente se mantuviera durante 12 meses,
la tasa de inflación interanual subyacente sería del 6,8%. Es decir, prácticamente
el mismo nivel al que está ahora mismo la tasa de inflación general interanual del
7%, pero huelga a decir que es muchísimo peor tener una tasa de inflación subyacente
en el entorno del 7% que tener una tasa de inflación general en torno al 7%. ¿Por
qué? Porque la tasa de inflación general puede deberse a precios especialmente volátiles
que hoy están muy arriba, pero mañana están muy abajo y una vez estén abajo esa tasa
de inflación general tan alta se podría teóricamente corregir. Ahora bien, una tasa
de inflación subyacente en el 7% o en el 5,5%, que es el nivel en el que está ahora
mismo, no hace falta especular con qué vaya a suceder en el futuro. Una tasa de inflación
subyacente del 5,5% indica que la inflación está muy enquistada en la economía, que
la inflación es un fenómeno muy generalizado en la mayoría de precios, que no se concentra
en los alimentos o en la energía, sino que ya es un fenómeno general. E insisto, esa
inflación subyacente de momento no se está frenando, incluso la tasa intermensoal de
inflación subyacente está aumentando. Quinto, aunque ya hemos visto que los salarios
nominales están aumentando por debajo de lo que se incrementan los precios, en particular
los salarios nominales están creciendo en términos promedio un 4,3%, al menos así
era hasta el mes de noviembre, no hay datos todavía de diciembre, un incremento salarial
nominal del 4,3% añade presiones sobre la inflación, porque fija de alguna manera un
suelo para la inflación subyacente. Si los salarios nominales se seguirán incrementando
interanualmente en torno al 4,5% o 5%, por mucho que esto suponga de momento una contracción
de los salarios reales, la inflación subyacente no podría caer muy por debajo de esos niveles,
porque si los salarios están creciendo al 4,5% y la inflación del conjunto de la economía
crece al 4 o crece al 3, eso significa que el margen de beneficios de las empresas estaría
contrayendo. Y en consecuencia, repito, aunque sí, los salarios reales están bajando y
aunque eso pueda moderar el aumento del gasto privado, que se consolide un aumento del salario
nominal del 4 o del 5%, no es ni mucho menos una buena noticia para conseguir revertir
la tasa de inflación a niveles más normales del 2 o del 1%.
Sexto, la gran esperanza que tenían todos aquellos que afirmaban que esta inflación
era meramente transitoria, la gran esperanza que tenían esos economistas para que efectivamente
los precios empezaran a moderarse durante los próximos meses era que los cuellos internacionales
de botella, que eran supuestamente los responsables de esta inflación, sin que terminaran de
explicar por qué se daban esos cuellos internacionales de botella más allá de una disrupción transitoria
provocada por la pandemia, la esperanza era que esos cuellos de botella se empezaran a
solucionar, los precios de determinados productos, de determinados inputs críticos se empezaran
a abaratar y en consecuencia los precios internos también comenzaran a caer o al menos
a moderarse. ¿Qué sucede? Pues que muchos de esos cuellos de botella no se están solucionando.
Por un lado hemos visto que el tiempo medio de entrega de chips en el mes de diciembre
de 2021 está en máximos históricos. Es decir, no solo es que el cuello de botella
de los chips vaya a menos, sino que está yendo a más.
Y en segundo lugar, si miramos los índices globales de precios de materias primas que
también habían empezado a mostrar una cierta contención en el mes de noviembre y por tanto
parecía indicar que el boom de las materias primas que tanto está impulsando, tanto
está contribuyendo a impulsar la alza a los precios, había tocado a su fin, lo que hemos
visto en el mes de diciembre es que ese índice global de precios de materias primas está
en máximos desde el año 2015, es decir, ha batido sus marcas previas de este último
año. En ningún momento de los últimos 12 meses las materias primas en general, por
supuesto hay excepciones, pero en general han estado tan caras como lo han estado a
finales del año 2021. Es más, ahora mismo el precio del petróleo está muy cerca de
batir sus máximos de los últimos 12 meses, por tanto la moderación del precio del petróleo
que habíamos visto en noviembre también se ha esfumado.
Y por último, todo este cuadro de inflación se produce en un contexto en el que el mercado
ya está descontando prácticamente 4 subidas de tipos de interés por parte de la Reserva
Federal durante los próximos meses, y es que el tipo de interés del bono a dos años,
de la deuda pública a dos años, se ubica cerca del 1%, cuando ahora mismo la Reserva
Federal marca un tipo de interés del 0%. Estamos hablando por tanto de cerca de 4 subidas
de 25 puntos básicos en los tipos de interés que ya están o ya deberían estar limitando
la oferta de crédito en los mercados financieros y que o bien no lo están haciendo, o si lo
está haciendo, si la oferta de crédito ya se está limitando, esa oferta de crédito
limitada, encarecida, está arrojando todas estas subidas de precios que estamos viendo.
Por consiguiente, todo esto lo que indicaría es que el endurecimiento que prevé efectuar
la Reserva Federal no tiene por qué ser suficiente para contener la inflación, no digamos ya
si la Reserva Federal no termina subiendo los tipos de interés tanto como el mercado
espera que se suban. En definitiva, aunque en diciembre, si hubo ciertos signos de moderación
del ritmo de incremento de la inflación general, no deberíamos pensar que esos signos de
moderación del ritmo de incremento de la inflación general auguran necesariamente
una muy intensa ralentización del aumento de los precios durante los próximos meses.
Por supuesto, nada es descartable que suceda, pero la lectura conjunta de la evolución
de los precios de las materias primas, de los salarios y en general de la inflación
subyacente no invita al optimismo en un momento en el que además los inversores ya están
esperando una subida de los tipos de interés de hasta 100 puntos básicos durante los próximos
meses.
Más bien parece que para controlar la inflación, para conseguir que la inflación regrese
a tasas normales de entorno al 2%, que son las tasas a las que los bancos centrales
están obligados a mantener maniatada la inflación, todo parece indicar que para lograr esa normalización
de las tasas de inflación, serán necesarias medidas mucho más contundentes de las anunciadas
hasta la fecha.