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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

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Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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Estados Unidos ha acusado a China de ser un manipulador monetario, es decir, de
alterar el tipo de cambio de su divisa, el yuan, para favorecer artificialmente la
competitividad de su economía y así potenciar sus exportaciones. La polémica
viene de este pasado lunes, cuando el Banco Popular de China, el Banco
Central del Chino, alteró modificó el tipo de cambio objetivo, el objetivo de
tipo de cambio del yuan con respecto al dólar. Hasta el pasado lunes ese
objetivo de tipo de cambio estaba en 6,9 yuanes por dólar, desde lunes subió muy
rápidamente hasta 7 yuanes por dólar. El Banco Popular chino, desde luego,
tiene herramientas para modificar el tipo de cambio al que se intercambian el
dólar y el yuan en el mercado. Por un lado, si quiere que el tipo de cambio del
yuan se deprecie, es decir, que se den más yuanes por dólar, que el comprador
que tiene dólares pueda conseguir más yuanes por cada dólar que entrega, el
Banco Central chino solo tiene que incrementar la oferta monetaria de
yuanes, dado que puede manipular, dado que puede manejar, dado que puede imprimir a
voluntad la oferta de yuanes, es muy sencillo decir, pues bueno, vamos a dar
100 yuanes por cada dólar que se ofrezca en los intercambios internacionales, si
quisiera podría hacerlo. Y a su vez, el Banco Popular de China, dado que tiene
enormes reservas de dólares, tiene en torno a 3 billones europeos, con 12
cero, 3 billones de dólares en reservas, también puede fomentar, también puede
impulsar la apreciación del yuan. Si quiere que se entreguen menos yuanes por
dólar, es decir, que el tipo de cambio no sea 7 yuanes por dólar, sino 6, 5, 4 o
3, podría, aunque veríamos durante cuánto tiempo, pero podría quemar las
reservas que tiene el Banco Central y empezar a recomprar yuanes contra los
dólares que tiene el Banco Central de China. Dicho de otro modo, ¿es capaz el
Banco Central de China de manipular el tipo de cambio entre el yuan y el
dólar? Por supuesto, por supuesto que puede hacerlo y de hecho en el pasado lo
hizo de manera muy intensiva. Y parece claro que si un Banco Central interviene
en el mercado de divisas para alterar el tipo de cambio y especialmente para
alterarlo en la dirección de depreciarlo con el propósito de fomentar
artificialmente la competitividad de sus industrias exportadoras, os parece que
esto está mal y que por tanto es lógico que Estados Unidos acuse a China de
manipulador monetario y se planteé tomar medidas de represalia contra esa
manipulación. Sin embargo, hemos de tener presente que todos los bancos
centrales dentro de un régimen monetario fiat, es decir dentro de un
régimen monetario no convertible en oro, todos, absolutamente todos los bancos
centrales, no sólo el chino, son en su misma esencia manipuladores monetarios.
Basta con que entendamos el ABC de la determinación de los tipos de cambio en
el mercado para que nos demos cuenta de que por su misma esencia todos los bancos
centrales como decía son manipuladores monetarios. Primero, ¿de qué dependen los
tipos de cambio en el mercado? Es decir, ¿de qué depende el precio del dólar en
términos de yuanes o el precio del yuan en términos de dólares? Pues en
esencia depende de la oferta y la demanda de una divisa expresada en términos de
otra divisa. Es decir, si quien tiene dólares quiere yuanes, el tipo de cambio
del yuan se apreciará, se tenderá a incrementar. ¿Por qué? Porque se estarán
ofreciendo más dólares para comprar yuanes. Si en cambio el tenedor de
dólares, el que tiene dólares no quiere yuanes, y en cambio quien tiene yuanes si
quiere dólares, y por tanto el tenedor de yuanes demanda dólares, habrá una
tendencia a que el tipo de cambio del dólar se aprecie, es decir, a que el tipo
de cambio del yuan se deprecie. ¿Por qué? Se estarán ofreciendo más yuanes a
cambio de los dólares. Por tanto, toda la dinámica cambiaria depende, como decía,
de la oferta y la demanda de divisa, de una divisa en términos de otra divisa.
Ahora, ¿de qué depende la oferta y la demanda de una divisa en términos de otra?
Pues en esencia de dos tipos de usos que se pueden hacer con la divisa. Por un
lado, se demanda de divisa para comprar bienes y servicios que están denominados,
cuyos precios están expresados en esa divisa. Si yo quiero importar bienes
desde Estados Unidos, tengo que comprar previamente dólares. Si yo quiero
importar bienes desde China, tengo que comprar previamente yuanes. Por tanto, la
demanda global de las mercancías que produce una economía tiene una
incidencia muy clara sobre la demanda de la divisa de esa economía.
O dicho de otra manera, si la demanda global de las mercancías chinas tiende
a incrementarse en relación con la demanda global de las mercancías
fabricadas en otros países, el yuan, por este lado, lo veremos otro determinante,
pero por este lado, tenderá a apreciarse, tenderá a revalorizarse frente al
resto de las divisas. Dicho de otra manera, aquellos gobiernos que tiendan a
mermar, tiendan a socavar la demanda de las mercancías chinas en el conjunto del
planeta, lo que estarán fomentando indirectamente, es una depreciación del
yuan. Sí, por diversas vías, por ejemplo, la política proteccionista de Trump, la
demanda global de mercancías desde China cae, se reduce, el resto del planeta
querrá menos yuanes, y como quiere menos yuanes para comprar menos mercancías
desde China, el yuan se tenderá a depreciar. Es por este motivo que algunos
economistas, por ejemplo Larry Summers, han dicho que el fenómeno de depreciación
del yuan que vimos a comienzos de esta semana no era una manipulación de
liberada del Banco Popular de China, sino que era el resultado de la política
proteccionista de Trump. Trump acababa de anunciar que iba a subir los
aranceles a 300.000 millones de dólares de importaciones chinas, por tanto, menor
importación esperada de mercancías debido a la subida arancelaria, supone
también menor demanda esperada de yuanes y, por tanto, una depreciación del tipo de
cambio. Vemos, por tanto, cómo, si esto es así, la subida arancelaria de Trump se
ha autocancelado, porque subo los aranceles para ganar la... para que mis
empresas, las empresas estadounidenses se ganen competitividad frente a las
chinas, pero como la subida de aranceles provoca la depreciación del yuan y, por
tanto, provoca que los estadounidenses puedan comprar yuanes y, por tanto,
mercancías chinas más baratas que antes, lo comido por lo servido. Me toca
pagar más en aranceles, pero puedo comprar las mercancías más baratas porque la
subida arancelaria ha depreciado el yuan. Esa es una de las vías, una de las formas
en las que uno de los canales de la demanda de divisas y, por tanto, de la
determinación del tipo de cambio. Pero existe otro que es bastante más
importante en los mercados cambiarios. ¿Para qué demandamos? ¿Para qué queremos
divisa extranjera? Además de para importar bienes y servicios de esas
economías. Demandamos divisa también para comprar activos reales o financieros de
esas otras economías extranjeras. Por tanto, si yo quiero invertir en activos
chinos, tengo que comprar yuanes y que reinvertir en activos chinos o en activos
estadounidenses o en activos británicos o en activos japoneses, según la rentabilidad
y el riesgo de cada uno de esos activos. Si la rentabilidad de los activos
japoneses aumenta y su riesgo no lo hace, la demanda inversora de esos activos
tendrá a aumentar y como para comprar esos activos necesito yuanes, divisa
japonesa, la demanda de yuanes también tendrá a aumentar y, por tanto, el yen
tendrá a apreciarse en los mercados. Bien, los gobiernos no controlan,
afortunadamente, la rentabilidad y el riesgo de cada uno de los activos que
cotizan en su economía. Afortunadamente, insisto, porque si no estaríamos en una
economía socialista o cercana al socialismo. Pero, si hay una rentabilidad
crucial, muy importante, que los gobiernos, a través de los bancos
centrales controlan, que es la rentabilidad o el coste financiero, depende
desde el lado en el que lo leamos, la rentabilidad o el coste financiero de la
liquidez de la financiación a corto plazo expresada en la divisa nacional.
Es decir, ¿cuál es la rentabilidad que obtiene un inversor que compra un
depósito en dólares en Estados Unidos? ¿Cuál es la rentabilidad que logra un
inversor internacional si compra un depósito en yenes en Japón? Ese precio,
la rentabilidad a corto plazo de activos financieros muy líquidos como los
depósitos bancarios, si es un precio, si es una rentabilidad que los gobiernos
controlan a través de los bancos centrales. Porque los bancos centrales
son justamente las agencias que crean dólares, que crean euros, que crean yenes,
que crean yuanes y que, por tanto, determinan cuál es el coste al que yo
puedo obtener financiación a corto plazo en cada una de esas divisas que estos
bancos centrales pueden crear. Por tanto, como estos bancos centrales a través de
sus intervenciones continuadas en los mercados monetarios alteran los tipos de
interés a corto plazo, según su conveniencia, estos bancos centrales
indirectamente también están influyendo sobre la demanda de sus divisas y, por
tanto, sobre el tipo de cambio que se forma en los mercados cambiarios
derivado de la demanda de sus divisas o expresado de otra manera. Imaginemos que
la Reseda Federal sube el tipo de interés a corto plazo de los depósitos en
dólares, que es algo que puede hacer perfectamente y que ha venido haciendo
durante los últimos meses hasta hace apenas unas semanas. ¿Qué sucederá si el
resto de bancos centrales no hacen lo propio? Es decir, si el resto de bancos
centrales no incrementan sus tipos de interés, que habrá una tendencia a que
el dólar se aprecie, porque los inversores compararán el tipo de
interés que se paga por los depósitos denominados en dólares, con el menor
tipo de interés que se paga por los depósitos denominados en euros, y si no
hay una expectativa previa de que el dólar se vaya a depreciar frente al
euro, lo que harán será demandar más depósitos en dólares, es decir, demandar
más dólares y menos euros, y eso provocará, como decía, la apreciación del
dólar. Y al revés, si el dólar lo que hace es reducir los tipos de interés que
se pagan sobre los depósitos en dólares y el resto de bancos centrales no
modifican los suyos, lo que tenderá a suceder es que el dólar se deprecie.
Por tanto, en la medida en que todos los bancos centrales fijan los tipos de
interés que tienen como objetivos en el mercado de liquidez a corto plazo, en el
mercado monetario a corto plazo, todos los bancos centrales influyen
decisivamente sobre los tipos de cambio, porque están determinando directamente
un elemento que condiciona buena parte de la demanda de divisa y, por tanto, del
tipo de cambio. De este modo, cuando Estados Unidos acusa a China de manipular
su divisa por el hecho de establecer un tipo de cambio oficial alrededor del
cual puede oscilar en el mercado su tipo de cambio, no olvidemos que Estados Unidos
y la Grozona y el Reino Unido y Japón hacen lo propio aunque sea
indirectamente. Es verdad que no tienen un objetivo oficial de tipo de cambio, pero
sí tienen un objetivo oficial de tipo de interés, y ese objetivo oficial de tipo
de interés es el que, en conjunción con el objetivo de tipo de interés del
resto de bancos centrales, determina los tipos de cambio en el mercado.
Sería muy ingenuo no entender gran parte de las motivaciones detrás de
las flexibilizaciones cuantitativas que ha experimentado la economía mundial
desde 2009, es decir, la compra masiva de bonos por parte primero de la
Reserva Federal, después del Banco de Inglaterra, después del Banco de Japón y
después del Banco Central Europeo, decía sería muy ingenuo no entender todo
esto como un proceso masivo de depreciación de la divisa nacional, del
dólar, de la libra, del lleno, del euro para intentar ganar competitividad dentro
de esas economías y potenciar así la recuperación sobre esa base artificial.
Por tanto, China solo está haciendo lo mismo que han hecho otros en el pasado, es
más, lo mismo que ahora mismo Donald Trump está reclamando que haga a la
Reserva Federal, porque después de acusar a China de manipulador monetario, lo
que inmediatamente ha hecho Trump es pedirle a la Reserva Federal que baje tres
veces los tipos de interés para qué, para debilitar el dólar, es decir, depreciar
el dólar y con esa fórmula ganar competitividad en los mercados
internacionales. Por consiguiente, si todos los bancos centrales son
manipuladores monetarios y no estoy quitando importancia a este hecho, es
un defecto muy grave de nuestro sistema financiero, de nuestro sistema
monetario, es lo que Hayek denominó ya hace varias décadas nacionalismo
monetario, la ruptura de la división internacional del trabajo debido a la
manipulación dentro de áreas monetarias manejadas por bancos centrales a la
manipulación de los tipos de cambio de esas divisas. Digo, si todos los bancos
centrales son manipuladores monetarios y esto es grave, pero no se va a solucionar
salvo que volvamos a un sistema de patrón oro, lo que no deberíamos es
utilizar la excusa de que un banco central manipula el tipo de cambio cuando
todos los demás también lo hacen, como excusa para cargarse el comercio
internacional imponiendo, creando, estableciendo nuevos aranceles o nuevas
restricciones proteccionistas sobre la economía. Sí, es un problema que los
bancos centrales manipulan los tipos de cambio, pero la solución a ese problema
no pasa por aranceles, no pasa por bloqueos, no pasa por restricciones
comerciales, sino que en todo caso pasaría por regresar a un sistema de
tipos de cambio fijos, idealmente en torno al patrón oro.