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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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¿Qué opciones reales tiene Pedro Sánchez de salir reelegido Presidente del Gobierno
evitando así una repetición electoral? ¿Cómo piensa Pedro Sánchez seducir o coaccionar
al partido que es absolutamente indispensable para que salga reelegido?
Junts per Catalunya, la formación política de Carles Puigdemont.
Veámoslo.
Ahora mismo, las opciones de Pedro Sánchez para salir reelegido Presidente del Gobierno
son las siguientes. Pedro Sánchez necesita más votos a favor que votos en contra en
el Congreso de los Diputados. ¿Y cuántos votos a favor tiene asegurados o potencialmente
asegurados? Pues, por un lado, 122 votos a favor del Partido Socialista Obrero Español,
por otro, 31 votos a favor de Sumar, la coalición a la izquierda del PSOE que ha reemplazado
a Podemos, a su vez 7 votos a favor de Esquerra Republicana de Cataluña, también 6 votos
a favor de Bildu, 1 voto a favor del bloque nacionalista galego y, por último, 5 votos
potencialmente a favor del Partido Nacionalista Vasco. Todo ello totaliza 172 votos a favor
en el Congreso. Pero también hay que tener en cuenta que en los próximos días, cuando
se cuente el voto extranjero, esta cifra se podría reducir a 171 votos a favor. ¿Y cuántos
votos en contra tiene garantizados? Pues, por un lado, 136 votos en contra del Partido
Popular y 33 votos en contra de Vox. A esta cifra hay que añadir otro voto en contra
de Unión del Pueblo Navarro y, potencialmente, otro voto en contra de coalición canaria.
Por tanto, tendría 171 votos en contra. Además, también hay que tener en cuenta que esta
cifra se podría incrementar durante los próximos días, cuando se contabilice el voto extranjero,
hasta 172 o incluso 173 votos en contra. Por tanto, ahora mismo la situación es la siguiente.
Pedro Sánchez tiene más o menos atados 172 votos a favor y tiene más o menos enfrentados
171 votos en contra. Y durante los próximos días, podría perfectamente suceder que los
votos a favor de Pedro Sánchez cayeran a 171 y los votos en contra subieran hasta 173.
Pero aún cuando no se diera este segundo escenario, el escenario de que los votos
en contra superen claramente los votos a favor, aún cuando nos mantuvieramos en el primer escenario,
el escenario actual, Pedro Sánchez tiene más o menos 172 votos a favor y 171 en contra,
falta añadir a un partido a esta ecuación. Y me refiero a Junts per Catalunya, partido
independentista catalán cuyo líder es Carles Puigdemont, que se haya ahora mismo prófugo
de la justicia española en Bélgica, en Waterloo. Una persona, por tanto, que si pisa suelo español,
sería detenida por las autoridades españolas. Detenida, juzgada y previsiblemente condenada
por su implicación en el proceso catalán. Junts per Catalunya posee ahora mismo en el Congreso
siete diputados. Siete diputados que, por tanto, son decisivos en esta guerra entre bloques. Si
los diputados de Junts per Catalunya votan en contra de la investidura de Pedro Sánchez,
Pedro Sánchez ahora mismo tiene, como ya hemos dicho, 172 votos a favor y se enfrentaría,
en cambio, a 178 votos en contra. De modo que en ningún caso saldría elegido y, además,
recordemos que, como ya hemos dicho, esta cifra de votos en contra se podría incrementar hasta 179
diputados durante los próximos días. En cambio, si Junts per Catalunya se abstiene, ahora mismo,
con la correlación de fuerzas entre bloques, Pedro Sánchez sí saldría elegido, porque ahora
mismo Pedro Sánchez tiene 172 votos a favor versus 171 en contra. Por tanto,
si Junts per Catalunya no se moja, Pedro Sánchez seguiría teniendo más votos a favor que votos
en contra. Pero cuidado, porque ya hemos dicho que durante los próximos días esta distribución de
diputados entre bloques podría cambiar, y durante los próximos días se podría incrementar el
número de diputados en contra hasta 172 o 173, reduciéndose los diputados a favor de Pedro
Sánchez a 171. Y si eso sucede, sólo con que se incremente en un diputado el bloque de votos en
contra de Pedro Sánchez, entonces Pedro Sánchez sí o sí necesitaría el voto a favor, no la
abstención, de Junts per Catalunya. Resumiendo, en cualquier escenario, Pedro Sánchez necesita
la abstención de Junts per Catalunya. Y cabe la posibilidad de que durante los próximos días
Pedro Sánchez necesite el voto a favor de Junts per Catalunya. ¿Y cuál es ahora mismo la posición
de Junts per Catalunya respecto a una posible investidura de Pedro Sánchez o de Alberto Núñez
Eijó? Pues según ha manifestado Carles Puigdemont, el líder de Junts per Catalunya, Junts votará que
no a la investidura de Feijó y también a la investidura de Pedro Sánchez, que no. No estoy diciendo
que se abstendrá, sino que votará en contra de la investidura de cualquiera de estas dos personas,
salvo que alguna de ellas, Feijó o Sánchez, se impliquen decisivamente en la resolución del
conflicto político catalán. ¿Y esto qué significa para Carles Puigdemont y para Junts per
Catalunya? Ellos mismos lo han explicitado. Por un lado, una amnistía a todas las personas procesadas
o condenadas por el llamado Procés Català, una cifra de implicados que, según Junts per Catalunya,
superaría a las 4.000 personas. Es decir, que reclaman una amnistía, una condonación de cualquier
posible delito, para más de 4.000 personas. Y han sido muy claros en esto. Han dicho, han remarcado,
que Junts per Catalunya no busca específicamente el perdón, el indulto, la amnistía de Carles
Puigdemont. Que no se trata de un tema personal, sino de un asunto político que implica a 4.000
personas. Y que, por consiguiente, aún cuando amnistiaran específicamente a Puigdemont,
o todavía peor desde su punto de vista, aún cuando indultaran a Carles Puigdemont,
la diferencia entre la amnistía y el indulto es que el indulto, para ser concedido, primero
requiere que Carles Puigdemont sea detenido, sea juzgado y sea condenado. Y solo cuando hay
una condena en firme el gobierno puede indultar, la amnistía, en cambio, borra el delito exante,
desde un principio. Por tanto, ni sería detenido, ni juzgado, ni condenado. Pero Junts recalca,
veremos hasta qué punto es así en el futuro, Junts recalca que ellos no buscan específicamente
la condonación de los delitos de una única persona, sino de todo un pueblo. Y la segunda
condición que establece Junts per Catalunya para abstenerse o votar a favor de una posible
investidura de Pedro Sánchez o de Alberto Nuñez Fijó, Puigdemont ha recalcado que le da igual
cuál de los dos sea investido presidente. Aquel que conceda estas condiciones contará con su
apoyo. La segunda condición es un referéndum vinculante de autodeterminación en Cataluña.
Recalco lo de vinculante porque Junts per Catalunya no aceptaría, al menos por lo que dice de momento,
una consulta no vinculante sobre la independencia de Cataluña. Quiere que haya un referéndum
vinculante de autodeterminación, de manera que si él sí a esa independencia ganara el referéndum,
el Estado español estaría obligado a tramitar, a iniciar los procedimientos para la separación
política de Cataluña. Puede que estas condiciones de máximos de Junts per Catalunya sean una
estrategia negociadora para posteriormente rebajarlas a objetivos más potencialmente
asequibles, más políticamente realistas que Sánchez o Fijó, pero en este caso Sánchez,
sí les pueda conceder. Porque estos objetivos ahora mismo son inalcanzables incluso para Sánchez.
Sin reformar la Constitución no es posible celebrar un referéndum de autodeterminación vinculante
en Cataluña. Y esto lo sabe perfectamente Puigdemont y lo sabe desde luego Sánchez.
Por tanto, Sánchez no puede ofrecer un referéndum vinculante de autodeterminación
de ninguna manera. Podría, desde luego, camuflarlo como una consulta no vinculante,
pero eso no es lo que está reclamando Junts. De modo que si Junts no se apea de esa reivindicación
de máximos, es imposible que Junts termine absteniéndose o votando a favor de Pedro
Sánchez. De modo que iríamos encaminados a una repetición electoral. Otra cosa, como digo,
es que durante las próximas semanas Junts rebaje el tono de sus peticiones de máximos y diga que ya
no necesita un referéndum vinculante de autodeterminación, sino sólo una consulta
no vinculante de autodeterminación en Cataluña. Eso sí es algo que Sánchez podría llegar a
ofrecerle, aunque ahora mismo tanto Sánchez como el PSC niegan absolutamente radicalmente que vayan
a hacerlo. Pero bueno, como en tantas otras ocasiones en el pasado, que era no, no, no,
y terminó siendo que sí. Por tanto, una posibilidad, como digo, es que Junts per
Cataluña esté planteando reivindicaciones de máximos para luego ir rebajándolas en el
proceso de negociación. Pero otra posibilidad también es que Junts per Cataluña quiera
repetición electoral porque Junts per Cataluña esté más cómodo enfrentándose políticamente con
un gobierno PPVox que con un gobierno PSOE-Sumar. Pensemos que la razón principal por la que existe
Junts y por la que la gente vota a Junts es por el proceso independentista. Y ese proceso ahora
mismo está muerto. Y la única vía para reavivarlo a corto plazo es o con las cesiones que le exige
Junts a Pedro Sánchez o a Fijó, o volviendo al enfrentamiento entre las instituciones catalanas
y el Estado español del año 2017. Un enfrentamiento que desde el lado de la población catalana
contaría con mayor apoyo, con mayor empuje, si en Moncloa estuviesen PPVox. Dado que le sería
mucho más fácil a Junts jugar la carta de el centralismo español opresor está en la Moncloa,
y nosotros tenemos que rebelarnos contra él, independizándonos de una vez por todas. Todo lo
cual haría crecer electoralmente a Junts e incluso le permitiría reconquistar quizá la
Generalitat catalana que ahora mismo ha perdido en favor de Esquerra Republicana de Cataluña,
el socio prioritario en Cataluña del PSOE. Con todo esto simplemente quiero ilustrar que
no está necesariamente claro que Junts para Cataluña esté yendo de farol cuando exige a
Pedro Sánchez una ley de amnistía y un referéndum vinculante de autodeterminación para conseguir su
abstención o su voto a favor en una investidura. Porque quizá a Junts le interese que haya nuevas
elecciones y que no gobierne Pedro Sánchez en España. En resumen, o Junts va de farol y en
realidad no busca esos objetivos de máximos, sino objetivos más políticamente factibles,
como podría ser un indulto o una amnistía a Puigdemont, o bien Junts no va de farol porque
Junts en el fondo quiere una repetición electoral, salvo que se lo den todo, que no se lo pueden dar
ahora mismo, y por tanto está utilizando estas exigencias de máximos como narrativa para justificar
por qué va a tumbar la investidura de Pedro Sánchez y por qué va a abocar a España a unas
nuevas elecciones generales. Pero sea una posibilidad o sea la otra, es en este contexto en el que hay
que interpretar la noticia que conocimos ayer. La noticia de que la Fiscalía del Tribunal Supremo
le pide al juez Llanera que reactive la euroorden para detener a Puigdemont en Bélgica y repatriarlo
a España, donde sería juzgado y previsiblemente condenado. Recordemos de quién depende la Fiscalía
en España. Es decir, que ha sido el gobierno quien le ha indicado al fiscal que le pida al juez Llanera
que expida una nueva euroorden para capturar y traer a España a Carles Puigdemont. Y ya es
casualidad que se reactive todo esto el día siguiente de las elecciones generales en el
que resulta que Junts per Catalunya, el partido de Carles Puigdemont, es decisivo, es indispensable
para que el actual gobierno del que depende la Fiscalía siga en el poder. ¿Cuál es la lógica de
todo esto? Pues por un lado, si Junts per Catalunya va de farol, es decir, si Junts per Catalunya se
conforma con concesiones menores que las que está planteando en público ahora mismo, por ejemplo,
el indulto de Carles Puigdemont, pues para que el gobierno pueda terminar indultando a Carles
Puigdemont, primero hay que detenerlo, hay que traerlo a España, hay que juzgarlo y hay que
condenarlo. Y sólo una vez esté condenado, el gobierno le puede conceder el indulto. Por tanto,
aquí estaríamos ante una teatralización del proceso necesario para concederle finalmente
que, bajo este supuesto, valdría para que Junts per Catalunya votara a favor o se abstuviera en
una investidura de Pedro Sánchez. Sin embargo, existe una segunda posible interpretación más
compatible con la naturaleza mafiosa de todo estado. Imaginemos que Junts per Catalunya no va de farol,
es decir, que Junts per Catalunya quiere o una ley de amnistía para más de 4.000 catalanes y
un referéndum vinculante de autodeterminación o nuevas elecciones en España. ¿Qué puede hacer
el gobierno para que Junts per Catalunya repiense esta posición maximalista? Pues detenemos a
Carles Puigdemont, lo metemos preso en España y le decimos, ahora que estás preso o que en
perspectiva vas a estar preso, decide ¿qué quieres, pudrirte en prisión o apoyar una
investidura de Pedro Sánchez y que posteriormente te concedamos el indulto? Pues si no quieres
pudrirte en prisión, ya estás rebajando tus exigencias de máximos y te contentas con el
indulto, porque una vez te hayamos capturado y el gobierno ya ha reactivado la orden internacional
de captura de Carles Puigdemont, ni tendrás exilio, como lo que sucede ahora mismo, Carles
Puigdemont está en Bélgica en libertad, se haya prófugo de la justicia española pero no está
detenido, no estarás ni en libertad exiliado, ni tampoco estarás indultado en España,
sino que estarás en prisión hasta que te bajes de la burra y aceptes otorgarle tu apoyo político
a una investidura de Pedro Sánchez. Y en esas estamos ahora mismo, un gobierno instrumentalizando
de nuevo las instituciones del Estado para comprar el voto o para extorsionar a un partido político
para que le otorgue el voto de cara a la reelección en el parlamento del actual presidente del
gobierno. A vida cuenta de lo que hemos experimentado durante los últimos cuatro años,
nada de lo que debamos sorprendernos.