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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

GoFundMe ha decidido suspender la campaña de donaciones dentro de su plataforma a los
camioneros canadienses al llamado Convoy de la Libertad.
¿Por qué lo ha hecho? ¿Cuáles deberían ser las consecuencias de esta decisión?
¿Deberíamos regular desde el estado a GoFundMe para impedirle que tome este tipo de decisiones
discriminatorias?
Veámoslo.
GoFundMe es una compañía estadounidense que permite recaudar dinero de particulares
para que estos colectivamente puedan dirigirlo a alguna campaña a la que se adhieran.
Pues bien, una de esas campañas a la que se han adherido muchos ciudadanos estadounidenses
ha sido el llamado Convoy de la Libertad.
La protesta de miles de camioneros canadienses contra la vacunación obligatoria que pretende
imponerles el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.
Durante las últimas semanas, GoFundMe recaudo 10 millones de dólares en donaciones particulares
para financiar estas protestas en Canadá, y de esos 10 millones llegó a desembolsar
un millón a los camioneros que están organizando las protestas.
Sin embargo, los otros 9 millones han sido retenidos por la plataforma de financiación
colectiva.
No solo no van a transferir esos 9 millones a los camioneros, sino que además han suspendido
la campaña en su página web, es decir, ya no van a tramitar nuevas donaciones de particulares
hacia esa campaña en concreto.
¿Y cuál iba a ser el destino de esos 9 millones de dólares que habían sido donados
para financiar las protestas de los camioneros en Canadá, y que GoFundMe había retenido
porque no quería destinarlos a los camioneros de Canadá?
Pues en un principio GoFundMe abrió un formulario para que aquellas personas que habían donado
ese dinero pudiesen pedir, pudiesen solicitar la devolución.
Ahora bien, aclaró que aquel dinero, cuya devolución no se hubiese solicitado en el
plazo de dos semanas, sería distribuido entre otras campañas que la compañía considerará
pertinentes.
Esta decisión de la empresa, que todo hay que decirlo, es su protocolo habitual cuando
cancela una campaña de donación de fondos, no es que fuese una decisión ad hoc para
esta campaña en concreto, esta decisión de la compañía sustitó muchísimas críticas
entre muchos ciudadanos y entre bastantes políticos, ¿por qué razón?
Pues porque, evidentemente, quienes habían donado sus fondos los habían donado para
una causa concreta, no para otras, y a vida a cuenta del aparente sesgo de izquierdas
que caracteriza a muchas de las decisiones de esta compañía, todo apuntaba a que esos
fondos podrían terminar siendo distribuidos a campañas que fueran ideológicamente opuestas
a aquellas que querían financiar sus donantes originales. Recordemos, las protestas de los
camineros de Canadá son protestas contra la vacunación obligatoria. Imaginemos que
ese dinero termina siendo distribuido a campañas a favor de la vacunación obligatoria, pues
evidentemente se trataría de un clarísimo agravio, incluso contra aquellas personas
que no han solicitado la devolución de los fondos, porque quienes la hayan solicitado
habrán recuperado el control de esos fondos y, por tanto, ese dinero no irá a parar a
campañas que ellos no quieran financiar. En cualquier caso, tras toda esta presión
social, GoFundMe ya ha rectificado y ha anunciado que devolverá automáticamente los fondos
a todos los donantes, que estos no tendrán que hacer absolutamente nada para recuperar
su dinero. Pese a ello, siguen siendo muchos los que consideran que GoFundMe ha obrado
mal, ha obrado ilegitimamente, y que, por tanto, deberíamos articular algún tipo de
mecanismo desde el Estado para impedir que este tipo de comportamientos arbitrarios,
como suspender o bloquear una campaña de financiación, puedan volver a ocurrir en el futuro, que
el Estado tiene que ponerse a regular las grandes tecnológicas para garantizar la libertad
de los ciudadanos al utilizar esas compañías tecnológicas. Pero, personalmente, soy bastante
escéptico con este tipo de llamamientos, tanto por razones de principios como por
razones de consecuencias esperables. En cuanto a los principios, como liberal, defiendo
que cualquier persona, y también cualquier agrupación de personas, puedan autogovernarse,
es decir, que en su casa puedan establecer sus reglas. GoFundMe, aunque nos pueda desagradar,
tiene todo el derecho a no querer intermediar en las donaciones de determinadas campañas
que considere que van contra la ideología de los accionistas de esa empresa, de la misma
manera que sería verrante que un periódico estuviese obligado a publicar las columnas,
las opiniones de personas que vayan frontalmente en contra de la línea editorial de ese periódico,
y lo sería porque nadie debe estar obligado a destinar su vida, a destinar sus recursos,
a promover, por ejemplo, unas ideas con las que no coincide, si considerábamos que era
un agravio que el dinero que había sido donado para los camioneros canadienses pudiese ir
a parar a campañas contrarias a la ideología, a los valores de los donantes originales,
por ese mismo motivo, tampoco la compañía tiene por qué prestar su plataforma, sus
recursos para intermediar, para facilitar, para promover campañas que atenten contra
la ideología, contra los valores de los fundadores, de los accionistas de esa empresa.
Por tanto, creo que GoFundMe ha de tener derecho a establecer unas condiciones de uso que excluyan,
por ejemplo, la financiación de aquellas campañas que atenten contra la ideología
de sus accionistas, de la misma manera que un periódico tiene derecho a no publicar
los artículos de columnistas a los que no quiera publicar, aunque sea por motivos ideológicos.
En este punto, sin embargo, es verdad que se podría criticar que las condiciones de
uso de GoFundMe abren la puerta a la arbitraridad de la propia compañía.
En las propias condiciones de uso podemos leer, GoFundMe se reserva el derecho a rechazar
o suspender cualquier donación o transacción que creamos a nuestra sola discreción que
podría violar los términos de uso o dañar los intereses de otros usuarios, parnes empresariales,
el público en general o a la propia GoFundMe o que te expongan a ti, a GoFundMe o a otros
a riesgos que consideramos inaceptables. Es cierto que esta cláusula en gran medida es
un cajón desastre porque todos los contratos son por fuerza incompletos, es decir, no puede
haber un listado absolutamente exhaustivo de todo lo que podría llegar a motivar en
algún momento una suspensión de una campaña.
Y por tanto, para evitar judicializar cualquier discrepancia que pueda existir entre la compañía
y los usuarios, se puede incluir esta cláusula genérica para que en una primera instancia
sea la propia compañía la que resuelva.
Sin embargo, si la compañía usa de manera sistemática esta cláusula de cajón desastre
para suspender campañas por un motivo muy específico y determinado que no está incluido
en las condiciones de uso, por ejemplo, por motivos ideológicos, entonces sí creo que
podría argumentarse que por buena fe, contractual y también para evitar una posible publicidad
engañosa esa causa oficiosa que no oficial de suspensión de una campaña debería incluirse
en las condiciones de uso, dado que en caso contrario puede invitar a engaño a los usuarios.
Si por ejemplo GoFundMe no quisiera intermediar en la financiación de campañas que vayan
en contra de la política sanitaria que en cada momento determinen los estados, si esa
fuera la posición ideológica de GoFundMe en este asunto, debería explicitarlo en las
condiciones de uso, debería añadir un epígrafe que dijera no vamos a intermediar en campañas
de financiación que atenten que vayan en contra de la política sanitaria que en cada
momento determinen los distintos estados, para mí sería legítimo que GoFundMe tomara
esa posición pero desde luego debería advertirlo e incluirlo de manera transparente en sus
condiciones de uso.
Esta es la razón desde los principios por lo que creo que la regulación estatal de
este tipo de compañías tecnológicas sería un error, pero como también he mencionado
hay otra razón desde las consecuencias esperables que me lleva a oponerme a este tipo de regulación.
Y es que quién serían los encargados de redactar las regulaciones a las que se sometería
no solo esta empresa sino cualquier otra empresa que se dedique a una actividad similar, en
el caso que nos ocupa la intermediación de donaciones, pues quienes redactarían esas
regulaciones, esas normativas, bajo las cuales se sometería a todas las compañías del
ramo, serían los políticos que en cada momento controlen el estado, actualmente por ejemplo
en Estados Unidos sería el partido demócrata que tiene el control de ambas cámaras y
también que ocupa la presidencia de Estados Unidos.
Realmente alguien se cree que si los políticos se ponen a regular a este tipo de compañías
no será para hacer cenar por entero su libertad y para someterlas de un modo todavía más
escandaloso a su agenda política.
Realmente alguien se cree que disfrutaremos de más libertad ideológica si el estado
regula a estas compañías cuando los políticos a lo que aspiran es a controlar nuestra ideología
para que les entreguemos en bandeja el poder o es que de hecho muchas de estas compañías
no están adoptando un determinado posicionamiento ideológico para no enemistarse con el estado.
Si a día de hoy incluso sin regulación muchas de estas compañías se tienen que someter
ideológicamente al dictad extraoficial de los políticos, imaginémonos si se tuviesen
que someter al dictad oficial de las regulaciones.
Cuanto más regulado desde el estado esté un sector, cuanto más justifiquemos que un
sector deba ser naturalmente regulado por el estado en prácticamente todos sus aspectos,
más instrumental al estado será ese sector.
Por ejemplo hay algunos que abogan por convertir a las grandes tecnológicas en public utilities,
algo así como infraestructuras públicas.
Las públicas puede ser el sector eléctrico o puede ser el sector de las telecomunicaciones,
son sectores que tienen una regulación especial por parte del estado.
Regulación especial supuestamente dirigida a garantizar que todo el mundo pueda tener
acceso a esas infraestructuras básicas, que esas compañías no puedan denegar el uso
del teléfono o el uso de la electricidad a determinadas personas.
Pues bien, esos sectores, las telecomunicaciones o las eléctricas son los sectores que están
más encamados con el poder político, es decir, hay algo en España que sea más establezment
que las eléctricas o telefónica, evidentemente no.
Y por tanto aquellos que están reclamando que el estado regule a estas compañías para
garantizar la libertad de los usuarios en su interacción con estas compañías en realidad
y en última instancia simplemente estarían cogiendo la bota del estado y colocándose
la encima.
La intención podría ser buena, cuidado, aunque también hay que tener en cuenta los
principios que he mencionado antes, muchas veces reclamamos libertad ideológica para
nosotros denegándosela a los demás, en el sentido de tú no coincides con mi ideología,
pero estás obligado a relacionarte conmigo, estás obligado a proporcionarme recursos
para promover mi ideología, pero incluso dejando esto de lado, como digo, la intención
podría ser buena, pero mucho cuidado con las consecuencias de las políticas que se proponen.
Y en este caso concreto, más que abogar por soluciones centralizadas, es decir, que el
estado apruebe una determinada regulación que garantice que absolutamente nadie sea
discriminado en ninguna de estas plataformas, creo que puede resultar bastante más exitoso
a abogar por la descentralización y la competencia.
Por ejemplo, otra compañía de intermediación de donaciones, GIFS and GO, ha visto rápidamente
la oportunidad y se ha lanzado a intermediar los fondos para financiar las protestas de
los camioneros canadienses, y de momento ya ha canalizado 2 millones de dólares en donaciones.
Recordemos, GoFundMe había dejado de entregar 9 millones, pues bien, solo a través de esta
otra plataforma alternativa ya se han dirigido 2 millones de momento.
Pero es cierto que puede costarnos confiar en este tipo de plataformas centralizadas
de intermediación de donaciones, de la misma manera que GIFS and GO de momento está intermediando
entre donantes y donatarios en esta campaña, quizá en el futuro decide dejar de hacerlo
como ha dejado de hacerlo GoFundMe, o quizá si sigue haciéndolo en algún momento el
estado le corte las alas porque no quiere que se financien este tipo de campañas.
Pues bien, si no confiamos en la competencia entre plataformas centralizadas, entre plataformas
de intermediación centralizadas, siempre podemos recurrir a mecanismos descentralizados
de donar financiación.
¿Cuál es uno de esos mecanismos descentralizados que ya se está utilizando también para financiar
las protestas de los camioneros canadienses?
Bitcoin.
Los camioneros canadienses han empezado a aceptar donaciones en Bitcoin y de momento
ya llevan recaudados más de 200.000 dólares, es verdad que todavía es poco comparado con
el dinero que han dejado de recaudar via GoFundMe, pero es que Bitcoin no es ahora mismo la única
vía a través de la cual se les puede donar dinero.
Si fuera la única vía, si todas las demás se cerraran, evidentemente la recaudación
que podrían obtener a través de Bitcoin, evidentemente la recaudación que obtendrían
a través de Bitcoin crecería, porque todos los que les quieran donar utilizarían Bitcoin,
que sí sería una vía abierta y que no puede cerrarse para efectuar esas donaciones.
En definitiva, si uno se opone a la decisión que ha tomado GoFundMe de suspender la campaña
de financiación a los camioneros canadienses, puede criticar privada y públicamente esa
decisión, incluso hasta el punto de organizar un boycott contra GoFundMe por tomar decisiones
que consideren discriminatorias o puede también buscar mecanismos alternativos a través de
los cuales canalizar la financiación hacia aquellos donatarios finales a los que les
quiere entregar una determinada cantidad de dinero.
Pero de la misma manera que GoFundMe puede estar pegándose un tiro en el pie con este
tipo de decisiones, creo que todos aquellos que critican a GoFundMe reclamando nuevas regulaciones
estatales que restringan la libertad dentro del sector tecnológico, esos también se están
pegando un tiro en el pie.