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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

Hola a todos, muy buenas noches y bienvenidos al nuevo directo del canal de YouTube.
En este caso estamos ante otro de los directos mensuales que promueve la Universidad Francisco
Marroquín, universidad que como sabéis tiene su sede principal en Guatemala pero que desde
hace un par de años también ha abierto su sede española en Madrid, sede española que
está abierta a todo el público que se quiera informar sobre los grados y másters que imparten,
que impartimos podríamos decir porque uno tiene el orgullo de ser profesor en esa casa
y es una casa donde se respira un claro ambiente de libertad y de hecho, ya digo, si os pasáis
por ella Arturo Soria 245 os recibirán con los brazos abiertos para daros cualquier
información que necesitéis.
Pues bien, en estos directos de la Universidad Francisco Marroquín siempre tratamos de entrevistar
a alguna persona que nos pueda descifrar algunas de las claves de la actualidad, hemos hablado
de temas muy diversos durante los últimos meses y bueno, uno de los temas que creo están
más de actualidad en esta semana y que por desgracia van a estar más de actualidad en
los próximos meses es el tema de la inflación y cómo la inflación nos está empobreciendo,
cómo la inflación nos está dañando y la inflación nos daña, nos empobrece desde
múltiples perspectivas pero hay una perspectiva muy en particular que es la que vamos a tratar
esta noche que es la perspectiva fiscal, la inflación alimenta los ingresos del Estado,
hace que el Estado recaude más tanto en términos nominales como en términos reales y para
hablar justamente de esto, de cómo el Estado está haciendo caja gracias a la inflación,
pues he traído yo creo que a la persona de España que mejor nos puede hablar sobre este
asunto porque es uno de los economistas que más sabe sobre fiscalidad española no ya
desde un punto de vista jurídico sino desde un punto de vista económico que es José
Félix Sanz, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid, bienvenido.
Gracias Juan Ramón.
Pues como digo es un honor que nos acompañes, es un placer que puedas charlar con nosotros,
que puedas resolver algunas de las dudas que yo te voy a plantear y que la audiencia si
lo tiene bien puede formular, podéis formular las preguntas que queráis a través de los
super chats y os serán respondidas en la medida en que sea factible y bueno el motivo
por el que te he traído es obviamente porque ya he dicho que creo que eres una de las personas
más capacitadas sobradamente para hablar de este tema pero también porque acabas de
publicar hace mucho un estudio con la Fundación Disenso en el que estimas específicamente
en cuánto se está lucrando el estado con la inflación a través de los impuestos pero
esto lo vamos a tratar más tarde.
De entrada lo primero que te querría preguntar para ir introduciendo el tema es, bueno tenemos
una inflación del 9,8% y Milton Friedman lo recordé, bueno lo recuerdas tú en el
informe de la Fundación Disenso, lo recordé también en un reciente vídeo en este canal
donde por cierto tú referenciaba a tu estudio, Milton Friedman decía que la inflación es
un impuesto sin legislación, ¿por qué la inflación es un impuesto sin legislación?
Bueno pues en primer lugar muchas gracias con Ramón por la invitación, estoy encantado
de estar aquí para hablar de impuestos que efectivamente es mi tema de investigación
y bueno pues vamos a intentar descifrar qué es lo que ocurre al respecto ¿no?
Pues efectivamente Milton Friedman sentenció esa famosa frase, la inflación es un impuesto
sin legislación porque simplemente lo que hizo fue constatar una realidad, la inflación
aparte de erosionar el valor del dinero, de laminar la capacidad económica de los agentes
como muy bien has dicho tú desde muy distintas perspectivas, la inflación también tiene
una incidencia muy significativa incluso en las políticas económicas que pueden implementar
los gobiernos ¿no?
La más evidente es la política monetaria, está claro que la inflación incide tanto
que se convierte en la variable objetivo de los gobiernos, mejor dicho de los bancos centrales
para controlarla, pero es que además como bien sabemos la inflación está muy correlacionada
con el crecimiento de los tipos de interés nominales y es algo muy evidente.
Por el lado de la política presupuestaria y digo presupuestaria no solamente fiscal
no es tan evidente y en cambio hay que decir que la inflación genera unos impactos muy
significativos tanto por el lado del gasto que sería otra harina de toco postal que
podríamos hablar también sobre ello, pero esencialmente por el lado de los ingresos.
¿Por qué? Porque distorsiona, la inflación distorsiona muy importantemente los sistemas
fiscales, el funcionamiento de los sistemas fiscales con un efecto inmediato muy claro
que es el incremento recaudatorio automático y ahí quiero resaltar la palabra automatismo,
el simple hecho de que estemos en un entorno inflacionista va a inducir ganancias recaudatorias,
como muy bien has apuntado dependiendo de la figura impositiva esas ganancias recaudatorias
podrán ser estrictamente nominales o próximas a ser estrictamente nominales e incluso en
otros impuestos como por ejemplo es el caso del IRPF, puede haber incluso incrementos
reales de imposición es decir que la carga fiscal y su distribución sea más elevada
con la inflación que sin ella. Bueno esto es algo que conocemos los economistas
desde hace mucho tiempo, tiene su denominación, la llamamos progresividad de frío, diferentes
nombres, rémora fiscal y la peculiaridad del automatismo se debe a que esencialmente
esos incrementos recaudatorios que genera la inflación no requieren de acciones directas
por parte del gobierno, directamente existencia de inflación, ganancias de impuestos pero
esos impuestos o esas recaudaciones generadas por la inflación no tienen el soporte de
una legislación que la vale y por eso esencialmente pues Milton Friedman magistralmente defile
la inflación como un impuesto sin legislación porque es la realidad, es un impuesto que
no requiere acción alguna por parte del gobierno, es más la inacción es la que le asegura
justamente la ganancia recaudatoria. Con una peculiaridad y es que normalmente la
inflación, mejor dicho el incremento recaudatorio social de inflación tiende a pasar relativamente
desapercibida precisamente porque no hay un parlamento que tenga que discutir ese incremento
recaudatorio, no hay un poder ejecutivo que tenga que convencer a las cámaras legislativas
de ese incremento sino que directamente se genera la ganancia recaudatoria.
De alguna manera puentean a las cortes, es decir es una forma de saltarse a las cortes
que originalmente tenían la función de aprobar o de denegar impuestos pero en el caso de
la inflación no se pasa por las cortes y se incrementa la recaudación saltándose.
De hecho, efectivamente esto es así, de hecho para poder establecer o modificar un impuesto
hay que hacerlo a través de una ley y en concreto estas ganancias recaudatorias automáticas
de la que genera la inflación no requieren de ninguna discusión, no requieren de ningún
debate legislativo de ninguna de las cámaras y tiene un añadido y es que al ser poco visible
es del agrado de los gobiernos. ¿Por qué? Porque esas ganancias recaudatorias no le
suelen generar los costes políticos que tendría tener que pasar un incremento recaudatorio
equivalente a través del debate parlamentario.
Sí, justamente ayer conocimos la noticia de que el déficit público se ha reducido
casi en un 30% con respecto al año 2020, en parte es comprensible porque el año 2020
fue un año de actividad suspendida por la pandemia, por tanto, ¿a poco que la actividad
económica remonte en términos reales y lo ha hecho más de un 5% según nos ha revisado
el INE? Pues eso también se traduce en ampliación de bases imponibles reales, pero luego no
hay que olvidar, no hay que soslayar el papel fundamental que también ha tenido la inflación
en este incremento de la recaudación para el gobierno y ha sido un incremento que le
viene muy bien para reducir esas cifras de déficit público y que no ha requerido los
célebres recortes que fueron necesarios en 2012 y que tanto descontento social generaron
tanto al subir impuestos como al bajar el gasto.
Efectivamente, de hecho la agencia tributaria ayer publicó la recaudación de los dos
primeros meses del año y el incremento recaudatorio de enero y febrero de este año 2022 respecto
a 2021 es un incremento recaudatorio del 20% y ese incremento recaudatorio en esos
dos meses en parte se debe al incremento de la inflación. De hecho, cuando veamos dentro
de unas semanas las estimaciones recaudatorias del mes de marzo por parte de la agencia tributaria
veremos que el incremento de la recaudación va a ser muy superior porque es justamente
en el mes donde el incremento de la inflación ha sido más severo.
Hemos comentado que el aumento de la recaudación podría ser meramente nominal, si suben los
precios y si suben las rentas se incrementa la recaudación de manera automática sin
que el ciudadano en términos reales esté pagando un mayor porcentaje de su patrimonio,
de su gasto o de sus ingresos en forma de impuestos, pero también la inflación puede
distorsionar el sistema impositivo para provocar aumentos reales de los impuestos sin pasar
por el parlamento, es decir, que el ciudadano ya no es que pague nominalmente más sino
que termina entregando un mayor porcentaje de su renta al fisco. Esto es justamente lo
que has estudiado tú, lo que has publicado hace poco para la Fundación Disenso calculando
específicamente cuál es el importe de esta mordida extraordinaria en el año 2021. Explícanos
de entrada el mecanismo a través del cual un mero incremento de los precios, de
los ingresos puede terminar provocando una subida real de los impuestos. Bien, como muy
bien has comentado la inflación cuando incide en el sistema fiscal no incide igual en todas
las figuras impositivas. La figura impositiva que más sensible es a la inflación es sin
ninguna duda el IRP, el impuesto sobre la renta de las personas físicas. ¿Por qué?
Pues porque el impuesto sobre la renta de las personas físicas es un impuesto que tiene
un diseño progresivo, es decir, lo que has apuntado tú. A más renta, mayor proporción
de impuestos es el que paga el contribuyente, es decir, no solamente es que pague más sino
que paga más en proporción a la renta, que es la propia definición de progresividad.
Eso hace que efectivamente incrementos en nominales de rentas de los contribuyentes induzcan ganancias
recaudatorias más que proporcionales en definitiva. ¿Cuáles son las vías o los mecanismos por
los que la inflación incide en el IRPF? Pues yo identificaría tres vías fundamentales.
La primera sería que distorsiona la cuantificación de la base liquidable. ¿Qué quiero decir
con esto? Pues esencialmente cuando hablamos del IRPF el contribuyente tiene unas rentas
brutas que trasvasa hasta un concepto de base liquidable que es el concepto de renta fiscal
que va a someterse a la tarifa del impuesto. En ese tránsito del concepto de renta bruta
a base liquidable hay toda una serie de normativas reguladoras, deducciones, bonificaciones,
esenciones. Estas deducciones, estas reducciones, estas esenciones, bonificaciones suelen ser
fijas, cuantías fijas. El hecho de que sean cuantías fijas significa que si yo apruebo
hoy como, digamos, razonable un conjunto de deducciones y bonificaciones que intentarían
subjetivar la carga fiscal a la capacidad económica del contribuyente, pues bien, correcto,
esto es lo que se entiende como justo. ¿Qué ocurre si esa estructura se mantiene a lo
largo de los años sin modificación alguna? Lo que está ocurriendo es que esas deducciones,
esas reducciones, esas bonificaciones reconocidas inicialmente para subjetivar el impuesto a
la capacidad económica del contribuyente van perdiendo valor. Y esto de perder valor
lo que significa esencialmente es que las bases liquidables van siendo, son más altas
en términos reales porque estamos perdiendo capacidad de deducibilidad de esas cuantías.
En la cuantificación de la base liquidable también hay que decir que la inflación distorsiona
el valor real de las rentas. Esto lo vamos a entender con un pequeño ejemplo. Supongamos
que compramos un bono de 1000 euros con una rentabilidad del 10%, es decir, después de
un año obtenemos 100 euros. Si no hay inflación, pues efectivamente esos 100 euros van a la
base imponible y soportarán la tarifa correspondiente. Imaginémonos que es el 25%, por tanto pagará
25 euros de esos 100 euros. Si hubiese una inflación, por ejemplo, del 8%, la rentabilidad
real sería del 2%, de 20 euros. Pero en el impuesto lo que se creaba es la renta nominal,
con lo cual pagaría ese 25%, esos 25 euros, aunque su rentabilidad real ha sido de 20
euros. Es decir, la inflación distorsiona mucho la cuantificación de la base liquidable.
Y en ese caso, en el ejemplo que has puesto, tendría una rentabilidad negativa. Negativa
después de impuestos, de unos 5 euros. Porque paga 25 y ha ganado 20, o sea que ganaría
menos 5. Exacto. Hay otro concepto de renta que es especialmente sensible también a la
inflación, son las ganancias de capital. Cuando yo compro un activo, empecemos en un inmueble
hoy y lo enajeno dentro de 20 años, cuando pasan los 20 años y lo enajeno entra en la
base imponible. La base imponible ¿cómo se calcula? Como diferencia entre el valor de
enajenación, que son los precios corrientes, menos el valor de adquisición, que es un
precio histórico. Si no corregimos ese cómputo, estamos grabando plusvalía, que es nominal
no real. Entonces, hay mecanismos, hay que decir que en el sistema actual español no
existe ningún mecanismo, se soporta con toda la dureza de la tarifa la carga fiscal, pero
ha habido momentos históricos pasados en donde sí había ajustes al valor de adquisición
o se aplicaban coeficientes reductores en función del periodo de indemnización. Actualmente
no. Esto es otro concepto de renta muy afectado por la inflación. Luego, el segundo elemento,
o sea, la segunda vía que yo creo que es muy importante resaltar es el impacto que
tiene la inflación sobre la progresividad efectiva del impuesto. El impuesto sobre la
renta, como hemos dicho, es un impuesto progresivo que se suele articular a través de una tarifa
que tiene tipos marginales crecientes. ¿Qué ocurre con esto? Pues que si estamos en entornos
inflacionistas, los agentes económicos de manera razonable van a pretender obtener ganancias
en sus retribuciones, en sus salarios, en sus rendimientos, si tienen algo alquilado,
sus rendimientos en general, sus rentas en general, para compensar esa pérdida de valor.
Lo que ocurre es que como estamos enfrentándonos a una tarifa con tipos discriminados por nivel
de renta, aunque tu renta nominal crece, pero tu renta real no ha crecido, puede ocurrir
que se produzca un salto de tramo. Es lo que llaman los ingleses el bracket creep, un salto
en el tramo que te induzca a soportar tipos marginales más altos y medios más altos
de los que soportarías de haber tenido tu renta real estable. Y esto es un efecto muy
importante porque este efecto lo que hace es alterar la distribución de la carga fiscal
entre los contribuyentes. Y luego hay una tercera vía que yo la considero marginal,
que son los desfases temporales, pero la apunto porque creo que es importante. El proceso
liquidatorio del impuesto sobre la renta es un proceso que tiene desfases temporales relativamente
significativos. Imaginémonos, en marzo acabamos de cobrar nuestra nómina, pero la renta obtenida
en marzo 2022 no se liquidará hasta primavera de 2023, puede haber pasado un año y pico.
Significa esto que si estamos en entornos muy inflacionistas, esta parte jugaría a
favor del contribuyente. Lo que haría es que nuestra carga fiscal generada hoy, pero
que pagaremos dentro de un año y pico, pues es que en términos reales menor. ¿Por qué
digo que es más marginal? Primero porque está limitada a un periodo relativamente
estrecho, pero es que además los sistemas fiscales modernos tienen mecanismos para paliar
este efecto de los desfases temporales. Sistemas de retenciones en origen. Retenciones en origen,
pagos fraccionados, pagos a cuenta del impuesto de actividades económicas, profesionales,
empresariales. Esto lamina ese efecto de los desfases temporales.
Comentabas sobre el segundo efecto que tenía la inflación sobre la recogida, que es básicamente
incrementar la progresividad real que sufre el contribuyente, que si yo intento incrementar
mis salarios nominales para compensar parte de la pérdida de poder adquisitivo que he
sufrido, puedo sufrir un salto de tramo, parte de mi renta pasará a un tramo superior y
por tanto tributará a un tipo marginal más alto.
Juan Ramón, eso mismo puede ocurrir, el bracket creep, el salto de tramo puede ocurrir sin
necesidad de que tu renta nominal se modifique. Claro, eso es lo que te quería decir, que
aun cuando mantengas tu renta nominal en términos reales te has empobrecido, con lo cual tendrías
que bajar de tramo y si se mantienen las tarifas te colocan en un tramo más alto que aquel
que te correspondería cuando se diseñó el impuesto para una supuesta capacidad económica
que ahora es menor que la que era.
Especialmente además cuando tenemos en cuenta que el tránsito de renta bruta a base liquidable
hay unas deducciones que si no se han modificado están impulsando la base liquidable hacia
arriba también.
Bien, tú acabas de publicar como decía con la Fundación Disenso una estimación de cuál
ha sido el efecto de la inflación en el año 2021, probablemente tengas que repetirlo para
el año 2022 tal como va la cosa, pero al menos para el año 2021 que cerramos con una inflación
del 6,5% a diciembre interanual, ¿cuál ha sido el efecto de la inflación sobre la recaudación
extra para el fisco, cuánto ha supuesto todo esto?
Sí, te comento en primer lugar, más que estimar he computado porque he utilizado técnicas
de microsimulación a partir de los datos que tenemos de la administración tributaria
a través del Instituto de Estudios Fiscales, tenemos una muestra de tres millones y pico
de declarantes, vienen a ser básicamente uno de cada ocho declaraciones presentadas, es
muy representativa, entonces lo que hago es replicar el proceso de cálculo ajustando
o no ajustando tarifa.
Y efectivamente esta pregunta que me haces la quiero matizar porque si recuerdas en los
trabajos que he publicado en Disenso son dos, primero calculé el impacto estrictamente
asociado a la inflación de 2021, ese 6,5% y luego incorporé lo que se paga en 2021
por no haber ajustado los años previos desde 2000.
Concentrándonos en el coste, el sobreimpuesto generado por la inflación en 2021 debido
al 6,5% de inflación de 2021, mis cálculos establecen que vamos a pagar ahora en primavera
de 2022 4100 millones de euros más, en términos per cápita vienen a ser 200 euros por declaración
y aquí sí que quiero matizarte una cosa, se tiende a hablar cuando se habla de inflación
e IRPF a deflactación de las tarifas, no olvidemos que las tarifas son solamente de los elementos
estructurales del IRPF, el resto de elementos como son los mínimos personales y familiares,
las deducciones, la reducción por declaración conjunta, una serie de cuantías que son fijas
y que no se han modificado desde que se aprobó la ley 35-2006, es decir, desde mucho tiempo,
eso tiene un impacto incluso más importante, de hecho, de esos 4100 millones de euros el
40% se debe al no haber deflactado las tarifas, 1700 millones, el 60% restante, 2400 millones,
se debe al no haber ajustado todas esas deducciones, bonificaciones que se quedaron fijas con valores
de 2007.
Entonces estamos hablando de 200 euros por contribuyente, ese sería el sobreimpuesto
sin legislación que nos han cobrado solo en el año 2021, pero claro, si hablamos en
términos per cápita, uno podría pensar que esos 200 euros por contribuyente, pues lo
típico, lo que se suele decir, si yo me como dos pollos y tú no te comes ninguno, cada
uno nos hemos comido un pollo, dando a entender, por tanto, que el grueso de esos 4100 millones
de euros de extra recaudación se concentrarían en las rentas más altas, ¿esto es así?
¿Quién paga una mayor porción de esa media de 200 euros por contribuyente?
Sin ninguna duda, las rentas más altas, esto se debe a la propia naturaliza del impuesto,
para ser un impuesto progresivo, tus saltos del bucket creep y tus efectos sobre tu base
liquidable son más severos cuanto más alta es tu renta.
De hecho, si recuerdas, hay un registro del cálculo per cápita por comunidades autónomas,
las tres comunidades autónomas más ricas son Madrid, Cataluña y Baleares, pues pagan
de media dentro de esa comunidad, Madrid 240 euros, Cataluña 224 y Baleares 215.
Si nos vamos al otro extremo de la distribución, Ceuta y Melilla pagarían 80 euros, La Rioja
99 y Extremadura 156 euros.
Vamos a ver, la inflación no es...
Pero cuando te refieres a más ricos, acláremoslo porque te refieres a muy muy muy muy ricos
o a rentas medias altas.
Rentas medias altas, bueno, tendríamos que definir que renta media es monótona creciente,
es una distribución monótona creciente, la inflación es mucho más severa cuanto mayor
es el nivel de renta, por tanto, las rentas más más altas, yo creo que los tenía calculados
por algún sitio, si no recuerdo mal, en el último tramo de la tarifa, que es más de
300.000 euros, la media de los contribuyentes en ese sentido yo creo que eran 1200 y pico
euros.
Es decir que en media está claro que la inflación es mucho más severa cuanto más alto es el
nivel de renta y también tampoco se distribuye igual por tamaño familiar, date cuenta que
si estamos hablando de mínimos personales y familiares, si tú tienes hijos y cuantos
más hijos tengas, más afectados estás por la inflación.
Si tú haces un estudio, que también lo hice, de ver cómo afecta la inflación por tamaño
de hogar, claramente también hay una monotonía clara creciente de la carga, de hecho, por
eso las comunidades son distintas en términos de coste, porque ni la renta, ni las peculiaridades
de las unidades contribuyentes se distribuyen homogéneamente por región, ¿sabes?
Y hemos hablado de 200 euros por contribuyente, pero has dicho que también has publicado
un segundo estudio en el que no solo calculas cuál es el sobreimpuesto, ya vemoslo así
que estamos pagando por contribuyente como consecuencia de no haber deflactado en 2021
la estructura en general del impuesto, no solo las tarifas, sino también las bonificaciones
y deducciones y demás, pero que has hecho otro donde estimas cuánto se recaude, además,
por no haber deflactado eso mismo, pero desde que se aprobó el impuesto, que ya llevamos
15 años y no lo ha modificado ni Zapatero, ni Rajoy, ni Pedro Sánchez, entonces ahora
podemos debatir por qué esto ha sucedido, pero ¿cuál es tu estimación de cuánto
pagaremos de más en 2021 por no haber actualizado el impuesto desde hace 15 años?
Exacto, es un matiz muy importante el que acabas de hacer. ¿Cuánto pagaremos más
en 2021 por no haber ajustado los años previos? Porque este ejercicio que yo voy a comentar
ahora habría que hacerlo para 2020, 2019, o sea, la factura se expandiría de forma
muy significativa. Bueno, pues haciendo ese ejercicio respecto a la no indexación del
impuesto desde 2008 a 2020, justamente antes del 21, que es el cálculo que he hecho, hasta
el 21 son 14.400 millones de euros. Eso es lo que vamos a pagar de más en 2021 por
el impacto de la inflación en realidad. De esos 14.400 millones de euros que vienen
a ser en media nacional 700 euros más por declaración, los 4.100 millones son debidos
a la inflación del 6.5% de 2021 y los 10.300 millones restantes a la inflación que ha
habido desde 2008 a 2020. Es decir, que si tú a mí me preguntas cuánto vamos a pagar
más en 2021 por no haber ajustado el impuesto a la inflación, te tengo que decir que son
14.400 millones de euros, vamos a pagar de más. Pero claro, ¿cuánto es la recaudación
total del IRPF? Quiero decir, para poner en perspectiva lo que estamos…
Creo que el último año ha sido de 100.000 millones.
Es decir, que alrededor de un 15% de lo que estamos pagando en IRPF sería ese impuesto
sin legislación. Exactamente. Y aunque la respuesta puede ser…
De hecho, cuenta que este incremento a rondar a los 100.000 millones de euros, hasta hace
dos años eran 84.000. ¿Por qué se produce esto? Pues esencialmente
por todo lo que estamos comentando. Efectivamente hay unos incrementos de actividad, pero esencialmente
porque ahora, sobre todo en los últimos momentos, la inflación está disparando la recaudación.
Además, es interesante el desglose que has hecho. Si no recuerdo mal, eran 10.000 millones
hasta 4.100. Eso es. Para poner en perspectiva que en un año, prácticamente, eso ha dado
un salto del 50% de los 12-13 años anteriores. Con lo cual, claro, si la inflación sigue
a los ritmos de 2021, este efecto va a ser expansivo a unas velocidades muy preocupantes.
Esplosivo. Va a ser explosivo. Es más, si mantenemos estas tasas de inflación, va a
ser inevitable hacer ajustes al IRPF. Eso te quería preguntar. Si crees que van
a venir porque, claro, al final vas a recaudar más por lo que no has legislado que por lo
que has legislado. Efectivamente. El impacto, sobre todo en el IRPF, es bestial. Es un impacto
muy importante. Y como muy bien has dicho tú, es que en un solo año, claro, hay que
tener en cuenta que la inflación ha sido del 6,5%. Ha habido años, desde 2008 a 2020,
ha habido años, el propio 2020 tuvo una deflación de 0,5. En el 2014 hubo una deflación de
un 1%. Es decir, que de 2008 a 2020 hemos tenido, digamos, una cierta tranquilidad
inflacionista. Y esa tranquilidad inflacionista es lo que ha inducido esos 10.300 millones.
Pero si desde luego pasamos a mantener como persistentes tasas de inflación de estos
niveles, algo hay que hacer. Inevitablemente.
¿Históricamente ha sido habitual que en España se deflacten con cierta regularidad
la estructura del impuesto? No, la verdad que no. La verdad es que aquí, básicamente,
los mecanismos de corrección se pueden hacer de dos maneras. De manera automática o discrecionalmente.
Los gobiernos tienden a utilizar la discreción. Es decir, a mi voluntad determino cuánto
y cómo. Date cuenta que si yo establezco de manera automática un ajuste muy cerrado,
estoy comprometiendo recursos muy importantes. Solamente ha habido algunos países que han
utilizado esa indexación automática en momentos críticos como fueron los primeros años 70,
la década de los 70. Países como Dinamarca, el propio Japón, ajustaron automáticamente
Dinamarca, Japón. Creo que te hemos perdido. Sí, decía que Canadá también, Japón, Dinamarca,
algunos países puntualmente, pero muy puntualmente. Siempre se acude a la discreción. Los mecanismos
son relativamente fáciles, son muy fáciles. Una deducción que hoy entiendo que es justa,
si hay inflación, lo que tengo que hacer es que esa cantidad la tengo que indexar.
La tarifa, hablar de ajustar o de deflactar la tarifa no es otra cosa que modificar la
amplitud de los tramos teniendo en cuenta la inflación. No es que se requiera ingeniería
cuantitativa de alto nivel, es aplicar unas multiplicaciones. Se requiere lo mismo que
hacen para las pensiones. En las pensiones parece que es una necesidad nacional que se
haga pero extrañamente para el contribuyente que es el que tiene que pagar y el que sostiene
el Estado no hay mucha comprensión con él. Pero justamente te quería preguntar por esto,
¿por qué crees que los políticos en España, y también fuera de España por lo que has
comentado, no es un caso exclusivo de nuestro país, son tan reacios a deflactar el impuesto
con el IPC, especialmente en los últimos años? ¿Por qué no lo ha hecho ni Zapatero, ni Rajoy
ni ahora Pedro Sánchez? ¿Es mera dejadez que no se dan cuenta de que tiene que hacerlo
o realmente son conscientes de que se están nutriendo gracias a la inflación de una recaudación
extraordinaria? Claro que son conscientes, nada más hay que ver las cifras de recaudación
y las que va a haber en los próximos meses. La agencia tributaria publica mensualmente
la recaudación mes a mes. Podemos buscar el testeo, lo tienen totalmente cuantificado
a, diríamos que a la semana, en realidad dentro de la agencia, lo publican al mes,
todos los meses, los 12 meses, tiene su publicación de estimación de la recaudación o de cómputo
de la recaudación y son conscientes absolutamente, pero la explicación desde mi punto de vista
está planteada en mi primera intervención, está muy claro que es un impuesto silencioso,
se percibe con dificultad, menos mal que estamos los economistas para llamar la atención sobre
estas cuestiones, hombre, el sufridor es el sufridor que es el contribuyente y lo nota,
pero tiende a pasar relativamente desapercibido, entonces yo creo que es una ventaja relativa
para el político el hecho de que se está asegurando unos niveles de recaudación suculentos
sin tener que dar explicaciones sin exceso. Y para terminar con esta parte, ¿cuál sería
tu propuesta para solucionar esto? ¿Adoptar algunas de las políticas de deflactación
automática que en su momento impusieron alguno de los países que has mencionado o alguna
otra propuesta? Bueno, un gobierno valiente podría comprometerse a eso, estableciendo
un índice, pues a lo mejor no el IPC, pero a lo mejor el índice de precios subyacente,
¿no? Podría ser más estable relativamente y que recogería una parte significativa de
lo estructural. Yo esencialmente creo que sí que se podría hacer. De hecho, yo no soy
muy partidario de modificar los impuestos indirectos que recaen sobre precisamente la
energía. Ahora te quería preguntar sobre eso. Si quieres, comenta un poco. Sí, o sea,
por introducirlo, ¿no? Quiero decir, también porque a lo mejor no toda la audiencia lo
sabe, porque tenemos audiencia española, pero no sólo española, una de las recetas
que ha planteado el gobierno contra la inflación que estamos experimentando, especialmente
la inflación en la parte energética, ha sido lo que a todos los efectos o a muchos
efectos al menos se equivale a una rebaja fiscal del precio de los combustibles de 20
céntimos por litro de combustible. Básicamente el Estado absorberá ese coste, como si hubiese
bajado el impuesto especial sobre hidrocarburos, por ejemplo. Entonces, te iba a preguntar
justamente sobre esto, sobre si crees que esta es una buena medida o no, o puede generar
más problemas que beneficios. Yo te matizaría, Juan Ramón, ahí. Yo considero que la opción
de la subvención de los 20 céntimos planteada por el gobierno es una opción peor que la
de reducir los impuestos. La cosa es porque, bueno, si realmente tu pretensión, que yo
no comparto, es reducir el coste de esos consumos, pues como sigamos en esta espiral inflacionista,
esos 20 céntimos van a ser absorbidos de manera rapidísima. Y luego hay que tener en cuenta
que, al igual que hablamos los economistas del fenómeno de traslación impositiva, impuestos…
Explica un poco en qué consiste eso, porque es algo muy importante de lo que a veces mucha
gente no es consciente. Sí, bueno, pues efectivamente cuando se establece un impuesto, las leyes
en el BOE o en la normativa reguladora dicen que este impuesto va a ser pagado por el agente
A. Y resulta que cuando ese impuesto se pone en funcionamiento, resulta que lo paga el
agente B en vez del agente A. ¿Por qué? Porque hay una traslación del impuesto de
la carga impositiva desde un agente que supuestamente era el sujeto pasivo deseado por la administración
hacia otro tercero. ¿Por qué se produce esto? Esencialmente porque la capacidad de
negociación en el mercado concreto es distinta del oferente y del comprador y del vendedor,
por ejemplo, si estamos hablando de impuestos indirectos. De modo que si hay elasticidades
de oferta y demanda distintas, cuanto menos sensible se actúan al precio, más capacidad
tienes de trasladar esa carga. Y esto es lo que ha pasado. Una cosa es quién ingresa
al impuesto y otra quien lo paga de verdad. Exactamente. Lo puede capitalizar un tercer
agente. Y esta subvención de los 20 céntimos, como ya se ha apuntado y si habéis leído
las noticias en los últimos días, ese efecto anuncio hizo que determinadas, entre comillas,
sufridores del pago de la subvención, que sabéis que de los 20 céntimos 15 las tiene
que pagar el Estado y 5 las petroleras o el suministrador del carburante. Bueno, pues
ha habido cambios en el precio elevando, intentando absorber lo que se supone que iba a ser lo
que tenían que pagar ellos. Entonces, esto se produce. Esta posible traslación del subsidio
se puede producir si no se ha producido ya. Y es algo que hay que tener muy en cuenta.
Luego hay otra consideración que yo insisto siempre, sobre todo con mis alumnos, cuando
hablamos de los costes de la imposición, pues hay un coste evidente del efecto renta.
Tu bolsillo se hace más pequeño porque tienes que transferir el impuesto al tesoro. Luego
hay otro coste que son los costes de eficiencia, que son los costes de distorsión que genera
el impuesto en el comportamiento de los agentes económicos. Los agentes económicos no se
mueven por rentabilidades o costes económicos, sino que se mueven por rentabilidades económico-fiscales,
ya metiendo cuñas en los precios. Pero luego hay otros costes que se suelen opiar y ha
pasado incluso en el propio informe de reforma que ha planteado el comité de expertos, que
son los costes de administración y cumplimiento. Los costes de administración y cumplimiento
son muy importantes en la gestión tributaria y lo estamos viendo justamente también en
la gestión de esta subvención de los 20 céntimos. Las gasolineras, las estaciones de servicio
se han encontrado en una situación crítica que además se ha convertido crítica porque
es difícilmente administrable el subsidio tal como se ha planteado y es que además
se les ha exigido a ellos que dejen de ser suministradores del carburante y se conviertan
en bancos, financiadores de la política en concreto. Entonces, todas estas cuestiones
relacionadas. ¿Explica por qué es así? Porque a lo mejor mucha gente no lo ha leído,
es decir, ¿por qué se convierten en financiadores de la escondida? Sí, porque en este marasmo
administrativo de la gestión de este subsidio, pues en principio no estaba establecido un
mecanismo de pago inmediato. Se suponía que esos cinco céntimos de euro por cada litro
lo adelantaba la estación de servicio y luego la tienda tributaria transfería la cuantía.
Podría ser a final de la semana o al final del mes. Claro, adelantar cinco céntimos
por cada litro de cada uno de los individuos que vamos a una gasolinera, eso no tiene ni
pies ni cabeza, estás convirtiéndolo a la propia estación de servicio en un financiador
de la política. Entonces, eso puede generar problemas, porque esencialmente, además esto
es así, como no está muy claro el procedimiento administrativo, lo que dicen las estaciones
de servicio es que puede ocurrir que yo haga mal la gestión con toda mi buena voluntad
del mundo ante este marasmo administrativo y luego venga la administración tributaria
y me diga que no voy a recibir ni un solo duro de lo que he recibido porque está mal
entonces este tipo de inseguridades jurídicas de los agentes tributarios, de los contribuyentes
y de los, pues, complican mucho el planteamiento. Hubiese sido más operativo haber modificado,
como han hecho el resto de países de la Unión Europea, alterado el impuesto correspondiente
o los impuestos correspondientes. Yo de todas formas no soy partidario de eso, yo creo que
dada la situación crítica en la que estamos, yo hubiese sido mucho más generoso, por llamarlo
de alguna manera, en la reducción de los sectores económicos, los usuarios industriales
digamos del carburante. Es la forma de neutralizar que eso se pueda trasladar en una segunda
ronda y alimente el proceso inflacionalista en el resto de los sectores económicos. Yo
hubiese concentrado la intención, o sea, focalizado esa reducción de impuestos, no
de subvención, en la industria, sobre todo el transporte, sector primario y sector industrial,
y al resto de consumidores no les habría alterado el precio. Tienen que captar, nosotros
como consumidores tenemos que captar que la energía es cara, que los carburantes han
subido de precio por las razones que sean, la guerra de Ucrania o las razones que sean.
Los precios son señales de escasez de relación y eso no lo podemos alterar porque lo que
podríamos estar haciendo es alimentar la propia inflación, porque si yo no soy sensible
al precio que estoy pagando de una energía cara, pues evidentemente voy a demandarlo
como si no fuese cara. Entonces yo creo que al resto de consumidores lo que tendrían
que haber hecho es devolver, que no es reducir, es devolver esos 14.000 millones de euros
ajustando el IRPG y que luego cada consumidor se enfrentase a los precios efectivos de la
escasez relativa que tienen la energía en general, electricidad, gas, carburantes.
Me aumentas la renta después de impuestos y si yo quiero consumir los mismos carburantes
que antes, pues pago el sobrecoste y si no, pues dejo de consumir tanto carburante y lo
que no me gasto en eso, después de que me hayan bajado los impuestos me lo puedo gastar
en otras cosas que no han subido de precio. Pero ya vamos a terminar con esto porque claro
planteas una rebaja impositiva necesaria pero ambiciosa que nos devuelvan 14.000 millones
de euros ahora mismo, no es moco de pavo, tenemos capacidad presupuestaria para financiar
esa rebaja fiscal que a mi me gustaría que fuera todavía más ambiciosa, pero ya digo
14.000 millones de euros no es poca cosa, es bastante ambicioso. ¿Puede un estado que
tiene una deuda pública del 120% del PIB, que tiene un déficit público del 7% del
PIB, puede ese estado ahora mismo bajar los impuestos o el camino por el que vamos es
más bien a seguir subiéndolos? Desde mi punto de vista la situación es tan
crítica que con todos los desembolsos que se ha hecho este pues no sería uno muy distinto.
Es cierto, absolutamente cierto, que quizá si hablamos de política fiscal la prioridad
absoluta que tiene nuestro país es embarcarse en un procedimiento de consolidación presupuestaria
creíble y duradero, esto sí, vamos, ninguna duda, esto es fundamental, pero eso que supondría
estudiar seriamente el sistema fiscal y buscando una recomposición de la cesta impositiva
que desde mi punto de vista debería de ir hacia un incremento de los impuestos indirectos
y una reducción de los impuestos directos. ¿Por qué? Porque los impuestos indirectos
está demostrado que son mucho menos lesivos al crecimiento económico y los impuestos
indirectos sobre el consumo y muy particularmente el IVA, a pesar del mantra que se mantiene
sistemáticamente en muchos foros, los impuestos sobre el consumo no son ultra regresivos,
es más la evidencia empírica disponible ratifica que en España y en otros países,
pero en España los impuestos indirectos sobre el consumo son ligeramente progresivos y en
el peor de los casos con propensos a la proporcionalidad, pero jamás de los Jameses ha habido un estudio
que haya demostrado una regresividad salvaje como es el discurso que existe actualmente.
Por tanto, si estamos hablando de impuestos que no son lesivos al crecimiento, sino que
en realidad los ayeren bastante menos que los directos y que no tienen un coste distributivo
significativo, pues yo creo que el salto es evidente. De hecho, nosotros, nuestra cesta
relativa de impuestos directos indirectos comparativamente con el resto de países europeos,
pues claramente tenemos un peso de los directos demasiado elevado con respecto a lo que tienen
otros países. Se habla de la fiscalidad verde. La fiscalidad verde no es nada más que una
llamada a grabar los consumos. Claro, claro. Con otra excusa, pero para grabar los consumos.
Grabar consumos, es decir, tránsito de impuestos en vez de grabar rentas y beneficios, grabar
las aplicaciones de esas rentas y esos beneficios. O sea, yo ahí, la tematizaría yo ahora,
por desgracia no diría en lugar de grabar ingresos y beneficios, grabar consumos, sino
además de grabar ingresos y beneficios, grabar adicionalmente consumos, porque por desgracia
no están cambiando fiscalidad directa por indirecta, sino que están subiendo la fiscalidad
por el lado indirecto y bajar la directa. Yo digo lo que creo que debería hacerse.
Sí, sí, claro, pero no es lo que está. No es lo que está, en absoluto. Yo estaría
muy a favor de una recomposición de la cesta de impuestos, reduciendo los directos y aumentando
los indirectos. Y es más, también lo digo abiertamente, yo creo que hay que recuperar
aquellas otros tributos que no son impuestos, que son tasas y contribuciones especiales,
que bueno, pues se fundamentan en el principio del beneficio. Si hay un beneficio de un servicio
público claramente identificable, lo sensato es que se pague por ese usuario.
Y que se beneficia, claro, como si fuera una pesa privada, que pagase el precio, claro.
Efectivamente, cuando se habló de los peajes, yo sinceramente pienso que es una opción
muy razonable que los peajes soporten una carga relativamente significativa. Claro,
siempre que la estructura global del sistema fiscal sea pensada en esa filosofía.
Eso te iba a decir, porque actualmente los propietarios de un vehículo y los usuarios
de un vehículo soportan ya una carga fiscal gigantesca y el traje no se plantea en sustitución
de la carga fiscal que soportan, sino que han añadido. Al final es ir añadiendo nuevos
pagos al Estado pero sin reducir ninguno, no una recomposición, sino a ver cómo apretamos
un poco más las tuercas al contribuyente.
Así es.
Pues muchísimas gracias, José Félix Sanz, por... Bueno, he estado leyendo los comentarios
y la verdad que te agradecían la claridad de la exposición porque has sido capaz de
transmitir conceptos que, hombre, para alguien que ha estudiado economía, pues más o menos
nos manejamos bien, pero para mucha gente que no ha estudiado economía son conceptos
de entrada no intuitivos y complicados. Pero en general creo que se ha entendido todo estupendamente
y como decías y me ha gustado mucho, es importante que los economistas en distintos foros estemos
trasladando estos mensajes porque al final el ciudadano le pone límites al poder político
en función de la información y del conocimiento que tiene este ciudadano. Si el ciudadano
se ve anestesiado por falta de información, por engaños, por propaganda, si no es consciente
de que le están subiendo los impuestos sin pasar por el parlamento, en unas cuantías
además escandalosas, 700 euros al año por no haber modificado el impuesto desde el año
2008, pues el ciudadano no pondrá resistencia a lo que no sabe que está sucediendo y para
eso se necesitan técnicos de verdad, no técnicos ficticios, que hagan los números, que calculen,
que estimen la cuantía, que repliquen las cuantías y que los den a conocer al gran
público. Entonces, felicidades por el trabajo que siempre haces, pero también en especial
por el que has hecho recientemente al proporcionarnos estos cálculos.
Pues muchas gracias Juan Ramón, es la primera vez que participo en tu canal, estoy a tu
disposición, me ha gustado mucho la intervención y estoy dispuesto a hablar de impuestos cuando
quieras y como quieras.
Pues seguro que te vuelvo a llamar porque ya he dicho que eres uno de los mayores expertos
de España en este campo, o sea que es un lujo tenerte por aquí. Muchas gracias José
Félix Sanz, Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid, ha
sido un placer.
Gracias, gracias a ti.
Pues nada, a todos los demás, muchísimas gracias por vuestra presencia, recordad que
estamos en un directo de la Universidad Francisco Marroquín, universidad con sede en Guatemala
y en Madrid, en Arturo Soria 245, universidad en la que algunos damos clase y donde os aconsejo
que os informéis si tenéis interés en cursar alguno de sus programas de grado o de máster.
Hasta la próxima ocasión, nos vemos.