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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

Javier Milei se compromete a elevar la calidad de vida de Argentina a los niveles de Francia
o de Italia en apenas 15 años. ¿Se trata de un compromiso verdaderamente factible y
alcanzable? Veámoslo.
Una de las afirmaciones más sorprendentes y polémicas de Javier Milei durante su debate
presidencial fue la siguiente.
¿Podría realmente Argentina alcanzar en renta per cápita a Italia, Francia, Alemania
o Estados Unidos? Ese es el compromiso de Javier Milei, que Argentina en 15 años tenga
un nivel de vida similar al que hoy tienen Francia o Italia, en 20 años similar al de
Alemania y en 35 parecido al de Estados Unidos. Actualmente, Argentina tiene una renta per
cápita en paridad de poder adquisitivo, es decir, ya corrigiendo por inflación, de alrededor
de 22.000 dólares internacionales. Francia e Italia tienen una renta per cápita de alrededor
de 44.000 dólares internacionales, es decir, que en 15 años Milei está proponiendo duplicar
la renta per cápita de Argentina, Alemania tiene una renta per cápita de casi 55.000
dólares internacionales, por tanto, en 20 años se está comprometiendo a multiplicar
por 2,5 la renta per cápita de Argentina y Estados Unidos tiene una renta per cápita
de 63.000 dólares internacionales. Haciendo los números algo redondos, podríamos decir
que en 35 años Javier Milei se está comprometiendo a triplicar la renta per cápita actual de
Argentina. Desde luego, el objetivo suena muy ambicioso, que Argentina, un país que
ha estado básicamente estancado durante las últimas décadas, en 15 años se ponga al
nivel de algunas de las economías a día de hoy más ricas del mundo y en 35 años
al nivel de la economía a día de hoy más rica del mundo, exceptuando algunos países
pequeños como puedan ser Suiza, Singapur, etcétera. Este objetivo desde luego es muy
ambicioso y precisamente por ser tan ambicioso podría parecer que es muy irreal. Pero en
verdad no tendría por qué ser tan irreal como de entrada suena. Duplicar la renta per
cápita de Argentina en 15 años, que sería como hemos dicho lo necesario para alcanzar
el nivel de renta per cápita actual de Francia o de Italia, implica que la renta per cápita
crece a un ritmo del 4,7% al año. Para multiplicar por 2,5 la renta per cápita en 20 años,
que sería lo necesario para alcanzar el nivel de vida actual de Alemania, es necesario crecer al
4,6%, la renta per cápita tiene que crecer al 4,6% durante esos 20 años. Y para triplicar el
nivel de renta per cápita actual en 35 años, que sería lo necesario, incluso más de lo necesario
para alcanzar el nivel de vida presente de Estados Unidos, sería necesario que la renta
per cápita argentina crezca al 3,1% durante esos 35 años. Es posible que un país como Argentina,
un país con más de 40 millones de habitantes y con una renta per cápita en paridad de poder
adquisitivo de alrededor de 22.000 dólares consiga que su renta per cápita crezca durante 15 o 20
años al 4,6-4,7%. Imposible, desde luego no es, pero lo que nos sugiere la experiencia internacional
es que resulta muy complicado. Tomemos como ejemplo dos países con una población de entre
40 y 50 millones de habitantes, por tanto, de un tamaño similar a la Argentina, que además son
dos países considerados, generalmente, como casos de éxito en desarrollo y crecimiento económico.
Son dos países que además se ubican en dos continentes distintos y que, por tanto,
tienen una casuística geopolítica diferente. Uno de esos países es Corea del Sur y el otro es
Polonia. Comencemos con Corea del Sur. En el año 2000, Corea del Sur tenía una renta per cápita
de 22.900 dólares internacionales. Muy similar, muy parecida a la que tiene Argentina hoy. Pues bien,
15 años después, la renta per cápita de Corea del Sur ascendía a alrededor de 39.000 dólares
internacionales. Es decir, que tras 15 años de intenso crecimiento económico no llegó a alcanzar
la cifra de 44.000 dólares internacionales, que es el nivel que actualmente tiene en Francia o Italia,
y por tanto, aquel que debería alcanzar Argentina, partiendo de sus 22.000 dólares internacionales a
día de hoy, para que en 15 años el nivel de vida de Argentina se equipare con el de Francia o Italia
hoy. Es verdad que el de Italia es algo más bajo, 42.000, y por tanto, no haría falta crecer tanto,
pero en cualquier caso, Corea del Sur, caso internacional de éxito en materia de desarrollo
y de crecimiento, durante 15 años consiguió elevar su renta per cápita hasta 39.000 dólares
internacionales. Ni 42.000, ni 44.000. De hecho, como podemos ver en el gráfico, Corea del Sur no
alcanza la cifra de 44.000 dólares internacionales de renta per cápita hasta el año 2021. Es decir,
que en realidad, y exceptuando el año de pandemia, que fue un año perdido, Corea del Sur
necesitó no 15, sino 20 años para alcanzar la renta per cápita de Italia o de Francia. El nivel
de renta per cápita que Milei se compromete a alcanzar para Argentina, partiendo de una
renta per cápita similar a la de Corea del Sur en el año 2000, que Milei se compromete a alcanzar
en 15 años. Vayamos ahora con el caso de Polonia. En el año 2008, Polonia tenía una renta per
cápita de nuevo muy parecida a la que hoy tiene Argentina, 22.300 dólares internacionales. Argentina,
recordemos, tiene 22.000. Pues bien, en el año 2019, dejo fuera los últimos años de pandemia
por introducir distorsiones en el ritmo normal de crecimiento, en el año 2019, Polonia tenía una
renta per cápita superior a 33.000 dólares internacionales. Haber pasado de 22.000 dólares
internacionales a 33.000 dólares internacionales en 11 años equivale de nuevo, como en el caso de
Corea del Sur, a un crecimiento promedio anual de la renta per cápita del 3,6%. De mantener
ese ritmo de crecimiento, por consiguiente, Polonia solo alcanzaría el nivel de renta per
cápita de Italia o de Francia, alrededor de 44.000 dólares internacionales en 20 años. Al igual que
lo ha hecho Corea del Sur. ¿Con esto qué quiero decir? Pues lo que quiero decir es que se antoja,
en principio, muy complicado que Argentina, en 15 años, pueda alcanzar un nivel de vida similar
al que tienen hoy Italia o Francia. Sin embargo, siendo quizá exagerado el plazo de 15 años,
no lo sería tanto un plazo de 20 años. Si Millet hubiese dicho que en 20 años se compromete a que
Argentina tenga un nivel de vida similar al de Francia o Italia, y en 25 años similar al de
Alemania, su afirmación habría sonado igual de contundente, igual de impresionante, y en esos
casos sí podríamos encontrar referencias internacionales, Corea del Sur o Polonia,
que nos permitirían pensar que el objetivo al menos es alcanzable. Y desde luego, si las reformas
económicas que acaso termine implantando Millet consiguieran colocar a Argentina al nivel de Francia
o Italia en 20 años, o al nivel de Alemania en 25 años, sería un éxito histórico con precedentes,
pero con escasos precedentes. Es decir, nadie le afearía en absoluto haberse equivocado en 5 años
en el compromiso que asumió frente a la población argentina. Por tanto, extendiendo un poco el plazo
temporal de 15 a 20 años y de 20 a 25, se trata de un compromiso muy complicado, pero a la vez,
muy ambicioso. Tan ambicioso como debería serlo una sociedad que aspire a desarrollarse y a
progresar en el largo plazo. Pero como digo, seamos realistas, es un objetivo muy complicado
de alcanzar. ¿Por qué es complicado de alcanzar si ya lo han logrado países de un tamaño similar
a la Argentina como Corea del Sur o Polonia? Pues de entrada, porque cuando esos países tenían
la renta per cápita que hoy tiene Argentina, Corea del Sur en el año 2000, Polonia en el año 2008,
eran países estables desde un punto de vista institucional y sin estar sumidos en una inflación
que va camino de convertirse en hiperinflación. Lo primero que va a tener que hacer Millet,
y si llega la Presidencia de Argentina, es parar la hemorragia, es frenar la inflación,
es estabilizar el valor de la moneda y recuperar la credibilidad y la estabilidad de las instituciones
políticas y económicas del país. Y esto no es algo que vaya a lograrlo de la noche a la mañana,
y esto no es algo que vaya a lograrse sin dificultades económicas, incluso con una
caída de la actividad económica, por no hablar de los potenciales desórdenes sociales que se
pueden desatar cuando adopte muchas de las medidas duras, pero necesarias, para alcanzar
este objetivo inicial, que la economía deje de desangrarse. Solo con esto y siendo optimistas,
Millet ya perderá varios años, y esos son años en los que la economía no está creciendo o al
menos no crece todo lo que sería necesario para, en 20 años o en 25 años, duplicar sus niveles
actuales de renta per cápita. Por tanto, el plazo de 20 o 25 años debería empezar a correr
una vez se haya estabilizado el país, algo que puede suceder en un año, en dos o en tres,
de modo que ya no estamos hablando de 20 o de 25 años, sino más bien de 23 o 28 años,
unos plazos que casi duplican los 15 años iniciales de los que habló Millet.
Aun así, si Millet consiguiera, en unos pocos años, estabilizar el valor de la moneda argentina
y que dejara de haber inflación, y a partir de ese momento, encadenar un crecimiento de la
renta per cápita del país de entre el 3,5%, 3,6% o 3,7% al año durante más de dos décadas,
desde luego seguiríamos estando ante un absoluto éxito económico.
Pero de nuevo, otra posible desventaja de Argentina frente a Corea del Sur o frente a
Polonia es que tanto Polonia como Corea del Sur son países con unas instituciones serias,
bastante estables. No ha habido grandes cambios bruscos en el sistema institucional de estos
países durante los últimos 15 o 20 años, de manera que han podido acumular ese impresionante
crecimiento económico anual. El problema de Argentina es que si Javier Millet implementa
reformas muy buenas, reformas que potencien mucho el crecimiento, pero luego, al cabo de 5, 6, 7,
8 o 10 años, llega alguien al poder que revierte por entero esas reformas y que provoca que
Argentina vuelva a las andadas peronistas, pues entonces no habrá manera de acumular un crecimiento
económico alto durante 10, 15, 20, 25 o 30 años. De modo que será muy complicado que Argentina,
sin la misma estabilidad institucional que Polonia o Corea del Sur, consiga alcanzar niveles de
renta per cápita de algunos de los países más ricos de Europa. En definitiva, es imposible que
en 15 años Argentina tenga un nivel de vida similar al que hoy tiene en Francia o Italia.
Imposible no es, pero sí es muy complicado. ¿Es factible que lo alcance no en 15, sino en 20 años?
Es bastante más factible, dado que hay países de un tamaño similar al de Argentina, Polonia o Corea
del Sur, que lo han logrado o van camino de lograrlo. Aún así, tiene Argentina muchas
papeletas para conseguirlo en el caso de que Javier Millet alcanzara la presidencia del país
y aprobara su programa económico. No demasiadas, porque esas reformas económicas que quiere aplicar
Millet deberían persistir durante un prolongado periodo de tiempo. Y Argentina no es un país que,
desgraciadamente, se haya caracterizado a lo largo de su historia por la estabilidad institucional.
Y si las buenas reformas económicas que pretende aplicar Millet son frustradas por los poderes
fácticos actuales o son revertidas en el futuro por el poder político, pues entonces Argentina no
podrá encadenar ese crecimiento sostenido que la acerque en 20 años a Italia o a Francia.
Ojalá la victoria de Millet no sea sólo una victoria política, sino sobre todo una victoria
cultural y Argentina pueda abrazar las ideas liberales durante varias décadas y, a través
de ellas, desarrollarse por encima de Francia, de Italia, de Alemania y, por qué no, de Estados Unidos.