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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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En el vídeo de ayer tuvimos ocasión de explicar cómo la nueva tarifa de la luz supondría
un encarecimiento efectivo de la factura eléctrica para muchos consumidores que no optarán por
reajustar sus hábitos de consumo, que no optarán por readaptar la demanda de electricidad
desde las horas ya no o desde las horas punta hacia las nuevas horas valle.
De hecho, y como ya dijimos, ese parece ser el objetivo del gobierno, que la gente cambie
sus hábitos de consumo, porque si no los cambiamos, si consumimos mal, pues tendremos que pagar más.
Si somos cuidadosos, esa reducción es más importante, y si nos descuidamos y concentramos
todos nuestros consumos en las horas más caras del día, pues probablemente esa factura es más carada.
Pues bien, en el día de hoy, 2 de junio, ya contamos con una comparativa completa entre los
últimos precios de la electricidad bajo el régimen antiguo, es decir, los precios a 31 de mayo,
y los nuevos precios de la electricidad bajo el nuevo régimen tarifario, los precios el 1 de junio.
Vamos a ver cómo han evolucionado ahora a ahora los distintos precios en ambos régimenes tarifarios.
Empecemos comparando la antigua tarifa 2.0A dentro del precio voluntario para el pequeño
consumidor con la nueva tarifa que acaba de aplicar el gobierno. Recordemos que esta tarifa 2.0A
es una tarifa que afectaba a más de 18 millones de usuarios y que consistía en que no había
discriminación horaria y cuya potencia contratada era de hasta 10 kilovatios. Pues bien, si observamos
la evolución de la tarifa 2.0A durante el 31 de mayo frente a la evolución de la nueva tarifa,
que ha aprobado para todos los consumidores el gobierno durante el 1 de junio, veremos que
efectivamente durante las horas vaya desde medianoche a las 8 de la mañana la nueva tarifa del
gobierno es apreciablemente más barata que la antigua tarifa más o menos fija 2.0A. Sin embargo,
y esto es muy llamativo, durante las horas punta, durante las horas en las que se concentran la
mayor cantidad de actividad de las empresas y de los hogares, lo que observamos es que la nueva
tarifa es muchísimo más cara que la anterior. Como vemos entre las 10 de la mañana hasta las 2
del mediodía o entre las 6 de la tarde y hasta las 10 de la noche, la nueva tarifa en horas punta
tiene un precio por kilovatio de aproximadamente 0,23, 0,24 euros. Cuando en la anterior tarifa 2.0A
sin discriminación horaria, el precio por kilovatio de hora durante esa franja horaria era de alrededor
de 0,15. Por tanto, estamos hablando de un incremento del 50% o de más del 50% en el precio del
kilovatio de hora durante esa franja horaria que, repito, concentra la mayor parte de la actividad.
Por tanto, y como ya tuvimos ocasión de explicar en el vídeo de ayer, salvo que estos consumidores
cambien una parte importante de su consumo eléctrico desde las horas punta a las horas valle,
las horas llano más o menos cuestan lo mismo, se les encarecerá muy sustancialmente el término
energía dentro de su factura de la electricidad. Con todo, hay que efectuar dos matices para
contextualizar estos datos. Recordemos que estamos hablando únicamente del término energía,
no del término potencia. Estos precios son únicamente referidos a nuestro consumo de electricidad,
a la parte variable de la factura eléctrica, no a la parte anteriormente fija. Y en el término
potencia, la nueva factura, el nuevo régimen de tarificación, es verdad que lo rebaja.
Por tanto, aunque se encarezca el término energía, habrá que ver el saldo final con el abaratamiento
del término potencia para saber si el consumidor en agregado termina pagando o no termina pagando
más que antes. Y a su vez también hay que recordar que durante los fines de semana todas las horas
son valle, con lo cual, durante los fines de semana, en teoría, también se debería producir
un ahorro en el término energía. Aun así, para los consumidores que estaban acogidos al régimen
tarifario 2.0A, salvo que haya una recolocación importante de la demanda de electricidad desde
horas punta a horas valle, va a ser complicado que termine habiendo algún ahorro, como pronosticaba
la Comisión Nacional de Mercados y Competencia, e incluso que no se termine pagando más de lo que
se pagaba antes. Pero en todo caso, y como ya explicamos también en el vídeo de ayer,
los grandes perjudicados de esta reforma del régimen tarifario no van a ser los 18 millones
de usuarios que estaban acogidos dentro del PEAG 2.0A, sino aquellos 9,6 millones de usuarios
que estaban acogidos dentro del PEAG 2.0DA, es decir, una tarifa eléctrica con discriminación
en dos tramos y con una potencia contratada de hasta 10 kilovatios. ¿Cómo han evolucionado en
este caso los precios? Pues de una manera verdaderamente terrorífica para estos consumidores.
Si nos fijamos, en este caso no hay ningún tipo de ahorro en las horas valle. Se paga prácticamente
lo mismo con la nueva tarifa que ha impuesto el Gobierno, que con la antigua tarifa 2.0DA.
En el 31 de mayo los precios durante las horas valle estaban aproximadamente en 0,11 euros por
kilovatio hora, lo mismo que durante el 1 de junio. Lo inquietante empieza cuando terminan las horas
valle a las 8 de la mañana. Como vemos en este caso, la nueva tarifa empieza a aumentar hasta
0,15 euros el kilovatio hora cuando en el antiguo régimen tarifario se mantenía estable en torno
a 0,11. Pero es que conforme entramos en las horas punta a partir de las 10 de la mañana, el precio
por kilovatio hora se le va hasta casi 0,25 euros el kilovatio hora, en realidad 0,24 o 0,23. Pero
es que en el antiguo régimen tarifario se mantenía el precio de 0,11. Por tanto, estamos hablando en
ese tramo horario de más que duplicar el precio del kilovatio hora. Luego es verdad que durante
las horas llanas de la tarde, entre las 2 y las 6 de la tarde, hay una cierta rebaja en la nueva
tarifa frente a la tarifa anterior. Pero nuevamente, cuando entramos en las horas punta de la noche,
se vuelve a incrementar de una manera bastante sustancial el precio. Pasamos en la antigua
tarifa de un precio de 0,17, casi 0,18 euros el kilovatio hora, a en este caso 0,24 o 0,25.
Por tanto, de nuevo, en este caso estamos hablando de un incremento de casi el 50%.
O dicho de otra manera, en las horas valle no hay ahorro, en las horas llanas hay un cierto ahorro
y en las horas punta hay un encarecimiento muy importante, especialmente durante las horas
punta del mediodía, cuando el precio del kilovatio hora llega a más que duplicarse.
Para estos 9,6 millones de familias, que no son familias ricas de renta muy alta porque
estamos hablando de potencias contratadas de hasta 10 kilovatios, por tanto, en muchos casos
serán familias de renta media, de renta media baja, incluso de renta baja, para estos 9,6 millones
de usuarios, 9,6 millones de familias, no existe redención posible dentro del nuevo régimen tarifario.
¿Les va a tocar pagar más? Sí o sí. Incluso las simulaciones de la Comisión Nacional de Mercados
y Competencia pronostican que van a pagar más, que van a pagar prácticamente un 10% más. Incluso
considerando la rebaja en el término potencia, incluso considerando el efecto del fin de semana,
la Comisión Nacional de Mercados y Competencia anticipa un encarecimiento del 10%. Estimaciones
quizá más realistas nos aproximarían a un incremento que es más bien del 15%. Recordemos
en este sentido cómo se indignaba Irene Montero cuando la luz iba a subir un 4% en el año 2018.
Cuando la gente se imagina en sus cabezas que para que la factura de la luz no vuelva a subir un 4%
como nos están anunciando ahora, hay que reunirse con las eléctricas. Si al otro lado de la mesa
se imaginan a Pedro Sánchez y por otro lado se imaginan a Pablo Iglesias o a Yolanda Díaz,
es que no hay color. Creo que la ciudadanía no hace falta que yo le explique nada. Ya sabe lo que
va a salir de una reunión en la que esté Pedro Sánchez con las eléctricas y sabe lo que va a
salir de una reunión en la que Pablo Iglesias se reúna con las eléctricas. Se indignará ahora
del mismo modo cuando, como consecuencia de una reforma regulatoria, de una reforma tarifaria
que acaba de aprobar su propio gobierno, no por dinámicas del mercado sino por decisión de su
gobierno, la luz va a subir entre un 10 y un 15% para casi 10 millones de familias de renta media,
de renta media baja o de renta baja. Se indignará ante esto Irene Montero del mismo modo en que se
indignaba por una subida del 4% en el año 2018. Hagan sus apuestas.