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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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Por primera vez en siete meses, la tasa de inflación mensual de la Argentina cae a un
dígito. Veámoslo.
La inflación mensual de la Argentina vuelve a un dígito. Concretamente, la tasa de inflación
intermensual de la Argentina en el mes de abril de este año 2024 fue del 8,8%, la tasa
intermensual más baja desde el pasado mes de octubre. Evidentemente, una tasa mensual del 8,8%
sigue siendo una tasa de inflación altísima. Si se mantuviera esta misma tasa de inflación a lo largo
de los 12 meses del año, la tasa de inflación interanual de la Argentina sería del 175%. Sin
embargo, tratándose de una tasa de inflación muy alta en comparación con la inflación que podemos
experimentar en cualquier país cuya moneda tenga un valor relativamente estabilizado, al mismo tiempo
se trata de una tasa de inflación comparativamente baja en relación con el fogonazo inflacionista que
había experimentado la Argentina durante los últimos meses. Se trata, como digo, de la tasa de inflación
intermensual más baja desde el pasado mes de octubre y de la segunda más baja desde el pasado mes de julio.
Así pues, en términos comparativos con respecto a los últimos meses, se trata de un dato indudablemente
positivo. Sin embargo, a pesar de que se trata de un dato indudablemente positivo en comparación con la
inflación de los últimos meses, son muchos los que todavía intentan restarle mérito a este claro
indicio de moderación de la inflación. El contraargumento peronista que circula por las
redes sociales para intentar aguar este claro indicio de moderación de la inflación es sostener que el 8,8%
sigue siendo un dato de inflación peor que los que tuvo masa durante buena parte del año 2023.
Como hemos visto, en el mes de octubre la tasa de inflación intermensual fue del 8,3%, en julio del
6,3%, en junio del 6% y en mayo del 7,8%. Por consiguiente, si el dato de abril del 8,8% es un
dato maravilloso, estos otros datos de inflación intermensual de masa en 2023 deberían haber sido
datos extraordinarios y superlativos. Y, sin embargo, en el momento en el que se producían
esos datos, Javier Milei y el entorno económico de Javier Milei criticaba con dureza al gobierno
peronista de Sergio Massa por tener una inflación descontrolada. En realidad, sin embargo, hay tres
importantes diferencias entre los datos de inflación intermensual del peronismo del gobierno de Sergio Massa
durante el año 2023 y los datos de inflación del gobierno de Javier Milei que estamos conociendo
durante estos primeros meses del año 2024. En primer lugar, la tendencia. Aún obviando el dato de diciembre
del año 2023, que fue el dato intermensual más elevado, y hay controversia sobre a quién hay que
imputarle ese pésimo dato de inflación de diciembre del año 2023, aún obviando ese dato y no imputándoselo
a Sergio Massa, lo que observamos con la trayectoria de la inflación intermensual bajo los gobiernos
peronistas es que era una trayectoria de inflación cada vez más acelerada. En cambio, lo que estamos
observando, al menos durante estos primeros meses de mandato con el gobierno de Javier Milei, es que se
trata de una trayectoria hacia la desaceleración inflacionaria. Es decir, que estamos en un periodo
de desinflación. No es que los precios estén cayendo, es que la tasa de variación intermensual
de los precios está cayendo. Cada vez la inflación está siendo más baja. Desde el mes de diciembre del
año 2023, la tasa de inflación intermensual ha caído de manera ininterrumpida. Cada mes, la tasa de
inflación ha sido más baja que en el mes anterior. Y esto es algo que no sucedía con los gobiernos
peronistas, de Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner y, en última instancia, Sergio Massa.
Segunda diferencia fundamental. Durante el gobierno de Sergio Massa, a pesar de que la tasa de inflación
intermensual ya era muy alta, había numerosos controles de precios. Es lo que conocemos como
inflación reprimida. Cuando hay un régimen de inflación reprimida, no es que la moneda no esté
perdiendo valor. Es que el gobierno impide que esa pérdida de valor se exprese plenamente en los
precios de los bienes, de los servicios y de los activos. Por tanto, la inflación está ahí, la pérdida
de valor de la moneda está ahí, pero no se visibiliza en forma de aumentos de todos los precios. Y eso,
estadísticamente, contribuye a ocultar la inflación real que está experimentando el país.
Así las cosas, uno de los principales mecanismos de inflación reprimida que había implementado el
gobierno peronista de Sergio Massa era un tipo de cambio oficial entre el peso y el dólar muy por
debajo del tipo de cambio real en el mercado. La brecha cambiaria, la diferencia relativa entre el
tipo de cambio oficial del peso y su tipo de cambio real, llegó a máximos en el mes de diciembre,
justo antes de que asumiera la presidencia Javier Milei. Y una de las primeras decisiones que toma
Javier Milei justamente es eliminar muchos, no todos, pero sí muchos de esos controles de precios.
Entre ellos, ajustar el tipo de cambio oficial al tipo de cambio real para suprimir, en su práctica
totalidad, la brecha cambiaria. Esa eliminación de controles de precios es muy necesaria para que
la economía pueda volver a funcionar de manera saludable a medio plazo. Pero claro, en el corto
plazo, si tú levantas los controles de precios, si tú dejas de reprimir regulatoriamente la inflación,
toda la pérdida de valor del peso que se había acumulado hasta el momento y que no se había
dejado emerger, emerge en ese momento con fuerza. Y esa es una segunda diferencia fundamental entre
las tasas de inflación de Sergio Massa y las tasas de inflación de Javier Milei. Que las tasas
crecientes de inflación de Sergio Massa contenían mucha inflación reprimida. Y por tanto, aún siendo
tasas de inflación crecientes, eran tasas artificialmente bajas. En cambio, las tasas
de inflación decrecientes de Javier Milei apenas contienen inflación reprimida. Por tanto, son una
adecuada medida del valor real del peso en relación con el resto de bienes, servicios y activos. Es una
medida de inflación no adulterada regulatoriamente, como sí lo eran las tasas de inflación de Sergio Massa.
Y la tercera gran diferencia entre las tasas de inflación de Sergio Massa y las tasas de
inflación de Javier Milei, probablemente la más importante de todas, es que ahora mismo, con el
gobierno de Javier Milei, sí existe un ancla, veremos cuán sólida es, pero sí existe un ancla que
posibilita estabilizar el valor del peso y, por tanto, acabar con la inflación. Y, en cambio,
con el gobierno de Sergio Massa no existía tal ancla que apuntalara el valor del peso. El valor
del peso iba como un barco a la deriva sin rumbo. Y ese mecanismo que, con el gobierno de Javier
Milei y no con el gobierno de Sergio Massa, está permitiendo anclar el valor del peso es la llamada
ancla fiscal. Es decir, el superávit presupuestario que alcanzó Javier Milei nada más llegar al gobierno.
Como ya hemos explicado en otras ocasiones, el superávit fiscal es el mecanismo que permite
estabilizar el valor del peso y, por tanto, acabar con la inflación. Porque el superávit fiscal reduce
la expectativa de nueva emisión de pesos futuros e incrementa la demanda por los pesos presentes.
Menor oferta futura y mayor demanda presente, mayor valor del peso. Y mayor valor del peso significa
estabilidad de precios. Pero, como también hemos explicado en otras ocasiones, se trata de un
ancla potencialmente frágil. Porque si durante los próximos meses el superávit se convirtiera en
déficit y ese déficit volviera a financiarse con nueva emisión de pesos, pues todo el camino que se
han dado hasta el momento se desandaría. Pero hoy por hoy, con el superávit presupuestario,
esta tendencia a la baja del ritmo de aumento de los precios sin inflación regulatoria reprimida
es una tendencia sólida, avalada, posibilitada por ese superávit fiscal. En cambio, la tendencia
al alza de la inflación, incluso con inflación reprimida bajo el gobierno de Sergio Massa,
era una tendencia explosiva al alza cuyo final no estaba marcado porque no existía ninguna ancla
que sostuviera el valor del peso. Es decir, que aquí estamos viendo una tendencia desinflacionaria
con pleno sentido económico y bajo el gobierno de Sergio Massa estábamos presenciando una tendencia
aceleradamente inflacionista que exteriorizaba el sinsentido económico del gobierno peronista de la
Argentina. En definitiva, aún tratándose de un dato de inflación intermensual muy alto,
inaceptablemente alto, se trata de un dato que constata la tendencia desinflacionaria del peso
bajo el gobierno de Javier Milei gracias al ancla fiscal lograda por ese gobierno desde el mes de enero
y a pesar de haber levantado todos los controles de precios y, por tanto, de haber eliminado la
inflación reprimida que caracterizó al gobierno peronista de Sergio Massa. Así las cosas, si Javier
Milei es capaz de cuidar el superávit presupuestario, esta tendencia a la baja de la inflación se consolidará
durante los próximos meses y, de esta manera, se solventará uno de los principales problemas y
desequilibrios económicos que han marcado la historia reciente de la Argentina. Su inflación galopante.