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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

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Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.

El gobierno argentino de Javier Milei ha conseguido esta semana renovar el swap con China.
¿Pero qué es exactamente eso del swap con China y por qué es tan importante esta renovación?
Veámoslo.
En medio de la euforia nacional, tanto por la histórica aprobación de la Ley de Bases
y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos, como por la reducción de la tasa
de inflación intermensual del país a su nivel más bajo desde enero del año 2022,
ha pasado desapercibida esta semana otra noticia que también reviste una enorme importancia,
la renovación del swap con China.
El swap con China es un acuerdo entre el Banco Central de la República Argentina y el Banco
Central de China, en virtud del cual ambos bancos centrales intercambian divisas.
El Banco Central de China le da a la Argentina una determinada cantidad de yuanes
y el Banco Central de la República Argentina le da a China una determinada cantidad de pesos.
Y al cabo de un cierto periodo de tiempo, uno, dos o tres años, la operación se tiene que revertir.
Es decir, el Banco Central de la República Argentina le tiene que devolver al Banco Central de China
los yuanes que le ha entregado más un cierto tipo de interés
y el Banco Central de China le tiene que devolver al Banco Central de la República Argentina
los pesos que recibió.
En la práctica, y dado la fuerte depreciación que experimenta el peso al cabo de unos pocos años,
el swap con China equivale, de facto, a un préstamo en yuanes del Banco Central de China
al Banco Central de la República Argentina.
Un préstamo dentro de una línea de crédito más amplia
que se puede activar en mayor o menor medida en función de las necesidades financieras de la Argentina.
Pero ¿por qué la Argentina puede necesitar yuanes?
¿Qué sentido tiene que la Argentina le pida prestados yuanes al Banco Central de China?
Pues, teóricamente, la función del swap era que el Banco Central de China le prestara yuanes
a la República Argentina, al Banco Central de la República Argentina,
para pagar las mercancías que Argentina importe desde China.
Dado que los exportadores chinos a la Argentina cobran en yuanes,
el Banco Central de China le presta al Banco Central de la República Argentina yuanes,
el Banco Central de la República Argentina entrega esos yuanes a los importadores argentinos
y los importadores argentinos pagan con esos yuanes a los exportadores de China.
De esa manera, el Banco Central de la República Argentina se evitaba tener que liquidar
parte de sus reservas en dólares para comprar yuanes al mercado
y entregar esos yuanes a los importadores argentinos.
Y evitando que el Banco Central de la República Argentina tenga que liquidar dólares para comprar yuanes,
se conseguía reforzar la posición de reservas internacionales del Banco Central de la República Argentina.
Este tenía más dólares de los que, alternativamente, habría sido capaz de conservar
de no haber tenido acceso al swap con China, de no haber recibido prestados yuanes.
Esta era la finalidad originaria del swap con China.
Sin embargo, en la práctica, lo que hizo el gobierno peronista de Alberto Fernández,
de Cristina Fernández de Kirchner y de Sergio Massa,
fue pedir prestados yuanes a China, en virtud de esta línea de crédito, en virtud de este swap,
utilizar los yuanes para comprar dólares en el mercado
y utilizar los dólares que ha comprado en el mercado
para pagar vencimientos de deuda en dólares que tuviera el Banco Central de la República Argentina.
Sea como fuere, el Estado argentino, durante los últimos años,
le había pedido prestado al Banco Central de China el equivalente a 5.000 millones de dólares.
5.000 millones de dólares que tenían que ser repagados,
que tenían que ser reembolsados al Banco Central de China,
en este mes de junio y en el próximo mes de julio.
En junio, el Banco Central de la República Argentina tenía que pagarle al Banco Central de China
el equivalente, en yuanes, a 2.900 millones de dólares
y en julio el equivalente a más de 1.900 millones de dólares.
Y claro, estos vencimientos de deuda con China eran un problema financiero bastante grave,
porque ahora mismo la situación financiera del Estado argentino en general
y del Banco Central de la República Argentina en particular no es demasiado holgada.
Es verdad que durante los últimos meses ha mejorado mucho,
pero sigue siendo una situación financiera muy delicada.
Fijémonos si no en este gráfico.
Las reservas internacionales netas del Banco Central de la República Argentina,
es decir, la diferencia entre los dólares o derechos a corto plazo cobrables en dólares
que posee el Banco Central de la República Argentina
y los pagos a corto plazo que tiene que efectuar en moneda extranjera,
normalmente dólares, pero también en yuanes a través del swap con China,
es ahora mismo de prácticamente cero.
Es decir, que el Banco Central de la República Argentina está en tablas.
La moneda extranjera que posee o que va a recibir en menos de un año
va a ser consumida íntegramente en los pagos que tiene que efectuar
en menos de un año en moneda extranjera.
¿Esto qué significa?
Pues que ahora mismo, si la situación patrimonial actual no cambia,
si Argentina en los próximos meses tiene que hacer frente a un pago extraordinario en dólares,
simplemente no tiene, no cuenta con los dólares necesarios para hacerlo.
Está caminando, por tanto, encima del filo de la navaja.
Y como ya he señalado, la situación ha mejorado mucho
desde que Javier Milley accedió a la presidencia de la República.
Fijémonos en que las reservas internacionales netas de la Argentina,
del Banco Central de la República Argentina,
justo antes de que Milley llegara al poder,
es decir, a comienzos de diciembre de 2023,
las reservas internacionales netas de la Argentina eran de menos 12.000 millones de dólares.
Argentina debía 12.000 millones de dólares más a corto plazo
de los dólares que tenía o que iba a recibir a corto plazo.
Afortunadamente, Javier Milley ha sido capaz de elevar de manera muy sustancial
las reservas brutas en dólares y ahora mismo el saldo neto es igual a cero.
Pero el margen de maniobra con un saldo financiero igual a cero
en términos de cobros y pagos en dólares es un margen de maniobra tremendamente escaso.
De ahí que todo diferimiento de los pagos,
es decir, de ahí que toda refinanciación de la deuda argentina a medio o largo plazo,
sea una buena noticia.
Porque contribuye a alejar el escenario de suspensión de pagos a corto plazo.
Le da más tiempo a la economía argentina para que levante cabeza,
para que pueda reestructurarse económicamente
y, por tanto, para que pueda terminar pagando sus deudas.
Pues bien, en esto consiste exactamente la renovación del swap con China.
Como he mencionado, Argentina tenía que pagarle a China
en junio el equivalente a 2.900 millones de dólares
y en julio el equivalente a 1.900 millones de dólares.
En total, alrededor de 5.000 millones de dólares.
Pero ahora, tras el reciente acuerdo alcanzado entre el gobierno argentino,
encabezado en estas negociaciones por la canciller Diana Mondino,
y el gobierno chino,
se ha accedido a una reestructuración del calendario de pagos del swap con China.
Durante los próximos 12 meses,
la Argentina va a tener un año de gracia.
Es decir, no va a tener que devolverle al gobierno chino
ni uno solo de los yuanes que le había pedido prestados.
Y durante los siguientes 12 meses,
es decir, aproximadamente desde mediados de 2025 a mediados de 2026,
tendrá que ir amortizando progresivamente,
no de golpe, sino mes tras mes,
esa deuda de 5.000 millones de dólares.
Por consiguiente,
menores presiones sobre las reservas internacionales de la Argentina,
menores presiones sobre el tipo de cambio entre el peso y el dólar,
y, en definitiva,
mayores incentivos a levantar el cepo cambiario,
que es ahora mismo una de las mayores restricciones
que está estrangulando el crecimiento económico de la Argentina.
Por tanto,
la renovación del swap con China,
que no es más que una aceptación por parte del gobierno chino
de un retraso en el calendario de pagos,
es una muy buena,
muy positiva noticia
para las finanzas del Estado argentino.
Pero, eso sí,
a medio y largo plazo,
el rumbo que ha de seguir la economía argentina
no es el de continuar sobreendeudándose,
retrasando cada vez más la amortización de la deuda,
sino el de pagar las deudas que estaban pendientes
y, sobre todo,
dejar de sobreendeudarse.
¡Gracias!
¡Gracias!
¡Gracias!