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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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Podemos amenaza con no investigar a Pedro Sánchez si no se les garantiza un sillón
ministerial para Irene Montero. Veámoslo.
Sumar no es propiamente un partido político. Es una coalición de partidos políticos,
algunos de ellos muy mal avenidos entre sí. Este es el caso especialmente de Podemos.
Podemos sí es un partido político y es un partido político que se adhirió a última
hora y a regañadientes a la coalición política de Sumar. ¿Y por qué se adhirió a última hora
y a regañadientes? Pues porque la líder de esa coalición, Yolanda Díaz, así como el resto de
partidos que la integran, les han propinado puñalada en la espalda tras puñalada en la
espalda durante los últimos meses. Es decir, que el resto de partidos políticos que integran la
coalición de Sumar buscaban arrinconar, anular, incluso podríamos decir destruir y fagocitar a
Podemos. Y eso desde Podemos lo sabían perfectamente. Pero la alternativa a adherirse a la coalición de
Sumar era ir en solitario, dividir el voto de la izquierda y, si la izquierda no obtenía mayoría
para revalidar el gobierno, soportar que todos acusaran a Podemos de haber concurrido en solitario,
dividiendo el voto de la izquierda y, por tanto, encaramando al poder a Pepe y a Vox, es decir,
a lo que ellos llaman la ultraderecha. Por eso Podemos se tragó toda la retahíla de traiciones,
de descalificaciones, de discriminaciones e incluso de humillaciones perpetradas por
sus socios de coalición. La última de estas humillaciones claramente fue vetar a determinados
miembros destacados de Podemos, como Pablo Echenique, como Rafael Mayoral y, sobre todo,
como Irene Montero, de las listas al Congreso en las elecciones del 23 de julio. Pero se tragó
todas esas traiciones, descalificaciones, discriminaciones y humillaciones porque o
pasaban por el aro o se los podría terminar acusando de que, por su culpa, gobernaba la
ultraderecha. Finalmente Pepe y Vox no obtuvieron mayoría suficiente en el Congreso en las elecciones
del 23 de julio, de tal manera que el gobierno de coalición de izquierdas, pese a Sumar,
tiene opciones de repetir en esta legislatura. Pero para que Sánchez salga nuevamente investido
presidente del gobierno y, por tanto, pueda conformar gobierno, es necesario que todos
los diputados de Sumar voten a favor de Sánchez. Y dentro de Sumar hay 5 diputados de Podemos que
acaban de condicionar el voto favorable a Sánchez a que cumpla una serie de condiciones. La primera
de las cuales es que Irene Montero siga siendo ministra de Igualdad. Pensamos que es imprescindible
que Irene Montero y su equipo sigan al frente del Ministerio de Igualdad y lo propongo formalmente.
Y con esta condición van a quedar absolutamente todos retratados. De entrada, quien sin duda
queda retratado es el propio Podemos. Podemos se integró en la coalición de Sumar no de buena fe,
sino esperando el momento adecuado para traicionar a la coalición de Sumar, que previamente ya lo
hemos dicho había traicionado, mentido, engañado, vituperado a Podemos, buscando traicionar a la
coalición de Sumar de la que forman parte para obtener ventajas que no son ventajas para la
coalición de Sumar, sino para su partido político y más en concreto para determinadas personas de
ese partido político, como Irene Montero. Y en segundo lugar, Podemos nos aseguraba que
se integró en la coalición de Sumar por responsabilidad social, para no dividir el
voto de la izquierda posibilitando que gobernara la ultraderecha. ¿Pero qué sucede con estas
condiciones? Que si nos las creemos, si nos creemos de verdad que si Sánchez no cumple con
estas condiciones, que si Sánchez no mantiene como ministra de Igualdad a Irene Montero los
cinco diputados de Podemos votarán en contra de Pedro Sánchez, ¿entonces qué nos quiere decir
Podemos? ¿Que prefiere abocarnos a una repetición electoral de la que podría salir vencedora la
derecha y la ultraderecha antes que un gobierno de izquierdas entre PSOE y Sumar dentro del que no
esté Irene Montero? Desde la perspectiva de Podemos el mullido sillón ministerial de Irene
Montero ¿bien vale el riesgo de un gobierno de ultraderecha? Pues entonces una de dos. ¿O el
peligro de ese gobierno de ultraderecha no es tan grande como se nos suele repetir? ¿O si el peligro
de ese gobierno de ultraderecha es tan sumamente letal para los españoles? Desde Podemos serían
puros psicópatas. Si usted no nombra a ministra de Igualdad a Irene Montero que caigan las siete
plagas de Egipto sobre España, pues hombre, qué poquita empatía y conciencia social con los
españoles. Pero bueno, ante estas exigencias no solo se va a retratar Podemos, también se van a
tener que retratar PSOE y sobre todo el resto de los socios de la coalición de Sumar. Primero
porque con esto se demuestra que Yolanda Díaz no es la líder de toda la coalición de Sumar,
desde luego no es la líder de Podemos. Podemos no reconoce autoridad a Yolanda Díaz para que
Yolanda Díaz les obligue a retirar esas condiciones. Y en segundo lugar, si Yolanda Díaz termina
tragándose el sapo de aceptar a Irene Montero como ministra de Igualdad, ¿con qué cara va a
justificar esa tragadura de sapo ante los ciudadanos españoles? Si Yolanda Díaz vetó a Irene Montero de
las listas al Congreso fue porque consideraba que no era una adecuada candidata para representar a
los españoles. Por tanto, ¿una persona a la que tú no consideras apta para representar a los
españoles va a ser una persona que tú aceptes como ministra? ¿Su ineptitud como legisladora se
torna en óptima aptitud como ejecutora? O más bien, lo que está sucediendo aquí es que se está
destapando el teatrillo que supone la política. Se nos dice, se nos repite continuamente que los
políticos se sacrifican a sí mismos buscando el interés general, el bien común, que anteponen
lo colectivo a lo individual, a su interés particular. Pero lo que estamos viendo aquí
es que la política es, ante todo, una lucha descarnada por el poder. Yolanda Díaz vetó,
en primer lugar, a Irene Montero para decapitar políticamente la influencia que pudiese tener
sobre su mar Pablo Iglesias. Porque fue Pablo Iglesias quien escogió a Yolanda Díaz como líder
de la coalición de partidos a la izquierda del PSOE. Y, por tanto, para que su padre político
no le haga sombra en el ejercicio de su nuevo liderazgo, Yolanda Díaz sí o sí tenía que
matar a ese padre político. Y la forma de matar a ese padre político era vetando a su esposa,
a la líder real de Podemos en ausencia de Pablo Iglesias. Y, a su vez, Podemos está chantajeando,
tanto a Pedro Sánchez como a Yolanda Díaz, de hacerlo explotar todo, de que no gobiernen,
de que pierdan sus sillones, a un arriesgo de que lleguen los malos malísimos de la ultraderecha,
todo eso les da igual, está amenazando a Yolanda Díaz y a Pedro Sánchez con hacerles perder sus
sillones si no le entregan a su vez un mullido sillón a Irene Montero. Primero de todo,
las cuotas de poder, porque esto de lo que va en realidad es de cuotas de poder. Y cuanto más poder
tenga Podemos, menos tiene Yolanda Díaz y menos tiene Pedro Sánchez. La cuestión es si esa pérdida
de cuota de poder que les quiere imponer Podemos les compensará o no a Yolanda Díaz y a Pedro
Sánchez arriesgarse a una repetición electoral para salir de ella con plenos poderes. No vamos
a tener una legislatura brillante por delante, pero puede que sí tengamos una legislatura
entretenida viendo cómo políticos sin escrúpulos se despellejan entre sí.