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¿Qué autocrítica hace la izquierda por sus pésimos resultados electorales del pasado
domingo? Ninguna, que la culpa la tienen otros, y más en particular los medios de comunicación.
Veámoslo.
El resultado electoral de la izquierda en las elecciones municipales y autonómicas
del pasado domingo fue un mal resultado electoral, pero fue especialmente malo entre los partidos
a la izquierda del PSOE. Podemos, Compromís, Comuns, Más País, etc.
Y claro, este pésimo resultado electoral es en gran medida contradictorio con las premisas
ideológicas que muchos de estos partidos suelen exponer. ¿Cuántas veces hemos escuchado,
por ejemplo, a Podemos decir que ellos representan al pueblo? ¿Cómo es posible que representen
al pueblo si el pueblo les ha dado electoralmente la espalda? Una posibilidad sería decir que
ese pueblo es estúpido, es decir, que el pueblo no es capaz de reconocer sus intereses
y no es capaz de reconocer a aquellos gobernantes que defienden esos intereses. Sin embargo,
si Podemos y el resto de partidos a la izquierda del PSOE mantuvieran este discurso, que los
votantes no saben lo que votan, que los votantes son tontos, entonces claro, lo que estarían
diciendo Podemos y el resto de partidos a la izquierda del PSOE es que tienen muy poca
en la democracia, cuando ellos mismos nos han dicho que su objetivo político es ampliar
crecientemente la democracia a cada vez más espacios sociales. ¿Cómo vas a querer darle
cada vez más poder al pueblo si tú mismo estás afirmando que el pueblo no tiene dos
dedos de frente? Al contrario, si el pueblo vota sistemáticamente por pegarse tiros en
el pie, habría que quitarle poder al pueblo, no dárselo. ¿Cómo pueden, por tanto, salir
de este entuerto? Yo soy el pueblo, pero el pueblo sin ser estúpido no me está apoyando,
no me está reconociendo como el único representante legítimo de los intereses de ese pueblo.
Pues la salida argumental que han encontrado, que en gran medida les permite eximirse de
cualquier responsabilidad en el pésimo resultado electoral que tuvieron el pasado domingo,
una salida argumental que ya llevan bastantes meses practicando y ejercitando, es que el
pueblo les ha dado la espalda no porque ese pueblo sea estúpido, no porque los votantes
no sepan cómo votar, sino porque esos votantes están manipulados. ¿Pero manipulados por quién?
¿Quién está moviendo como si fueran marionetas a los votantes para que depositen un sufragio
en las urnas que no sea el de Podemos, el de más país, o el de Compromís, o el de los Comuns?
Pues los manipuladores de masas son los medios de comunicación. Los medios de comunicación
controlan a la opinión pública y, en este caso, la han dirigido a votar contra aquellos políticos
que defienden verdaderamente los intereses del pueblo. Porque han conseguido que el pueblo,
alienadamente, perciba que sus intereses son otros y que, por tanto, vote en contra de sus
intereses no dando su apoyo a aquellos partidos políticos que de verdad los defienden, Podemos
y todos los demás. Por ejemplo, desde Canal Red, el Medio de Comunicación o más bien el canal de
YouTube de Pablo Iglesias, ya han repetido en varias ocasiones la tesis de que la izquierda
del PSOE ha perdido estrepitosamente las elecciones como consecuencia de la manipulación de los medios
de comunicación. De modo que el votante en realidad no es libre porque no tiene acceso a
una buena información y, al no tener acceso a esa buena información, su voto está condicionado por
la manipulación de los medios de comunicación. Mi opinión es bastante clara. Ayer escribía esto
en Twitter. Autocrítica ni de coña. Cuando tienes a todo un sector mediático hablando de ETA,
de liberación de violadores o de Ocupa, lo normal es que la balanza se decante a postura
reaccionaria. El voto es libre, pero está condicionado. Hay que poner al poder mediático
en el centro. Yo esto de la autocrítica estoy ya un poco cansado. Autocrítica ninguna. La culpa
es de los medios de comunicación que manipulan a la población. Y es que, al final, los únicos
medios de comunicación honestos y verdaderamente libres y comprometidos de este país son dos o
tres. El propio canal red, público, la marea y poquito más. Salvo aquellos medios de comunicación
alineados con su ideología política, todos los demás son desinformadores y manipuladores.
¿Cómo vota la gente? Y la gente vota a una idea, a una construcción de la realidad. Y llevamos mucho
tiempo construyendo el miedo desde los medios de comunicación. El miedo a que te ocupen la casa,
el miedo a que venga el social comunismo, el miedo a que te van a quitar todo, el miedo y la
libertad a cambio. Eso da sus frutos. Lo que tenemos que ver es qué construcciones comunicativas
utilizamos para plantar cara a eso. Y la construcción comunicativa que hay que utilizar
para plantar cara en última instancia a ese monopolio u oligopolio de los medios de comunicación,
claro, es controlar los propios medios de comunicación. Y lo que no sé es si el mismo
Pedro Sánchez, que ante esta problemática de no controlar los medios de comunicación, no digo
controlarlos a nivel de darles un mal uso, sino no hacer frente a una política de concentración
de medios que va a hacer ante eso los próximos meses. Ya no tiene margen para modificar ninguna
jugada. Pero, oye, eso de que el poder político controle los medios de comunicación no puede ser
peligroso para las libertades e incluso para la democracia. Pues si ese poder político es de
izquierdas, no, porque la izquierda es honesta y tiende a la autocrítica,
mientras que la derecha es deshonesta, propagandista y tramposa.
Yo soy profundamente, creo profundamente, en la idea de que los medios de comunicación de
las izquierdas, los intelectuales orgánicos de las izquierdas, son considerablemente más honestos,
intelectualmente hablando, que los comunicadores y los intelectuales orgánicos de la derecha.
Yo soy un firme defensor de eso y, por tanto, considero que, mientras que los gobiernos de
las derechas, en los movimientos de las derechas, los medios de comunicación asociados tienden a
ser menos propagandistas, los medios de comunicación asociados a un hipotético movimiento popular
dentro de las coordenadas de las izquierdas, serían no sólo un difusor del mensaje del
movimiento popular, entendido no sólo como conformación de gobiernos, sino como bloque amplio,
sino que además serían una forma de autocrítica constructiva dentro del movimiento. Entonces,
sí, en el corto plazo lo que digo, amoldarse sin copiar y en el largo plazo yo creo que entender
que un movimiento popular transformador tiene que tener medios de comunicación propios vinculados
orgánicamente que sirvan como difusor o como altavoz y, al mismo tiempo, como elemento de
crítica constructiva a la interna. Los medios orgánicos de izquierdas son más honestos y tienden
a la autocrítica. ¿Podemos rescatar un fragmento que ya hemos escuchado de Canalred? Yo esto de la
autocrítica estoy ya un poco cansado. Es decir, estos señores que se acaban de pegar un batacazo
electoral monumental y que están echándole la culpa no a su partido, sino a los medios de
comunicación por ese batacazo electoral monumental, nos están diciendo que si controlaran los medios
de comunicación serían tremendamente honestos en su administración y que además los utilizarían
para hacer autocrítica, la misma autocrítica que no están haciendo ahora en absoluto. Al final,
es seguir huyendo hacia adelante. Si nosotros tenemos razón, ¿cómo puede ser que nosotros
no ganemos? Pues porque la gente no nos entiende y no nos entiende porque no controlamos los canales
de distribución de la información. Es en el propio interés de la gente que nosotros
controlemos el flujo de información que les llega para que después de mucha propaganda por
nuestra parte terminen votándonos. Es decir, terminen dándose cuenta de que teníamos razón
desde un principio. Control de la información, propaganda y poder.
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