This graph shows how many times the word ______ has been mentioned throughout the history of the program.
El PSOE expulsa al histórico dirigente socialista Nicolás Redondo Terreros y, con esta decisión,
nos recuerda que los partidos políticos españoles se comportan como sectas.
Veámoslo.
Hace unos días, el PSOE de Pedro Sánchez expulsó del partido al histórico dirigente
del PSOE vasco Nicolás Redondo Terreros por haber criticado en público la posible amnistía
a los dirigentes políticos catalanes que participaron en el Prusés del año 2017,
una amnistía que podría terminar aprobando el PSOE de Pedro Sánchez para conseguir
la investidura y revalidar el gobierno.
El objetivo de este vídeo no es reflexionar sobre si Redondo Terreros tiene razón o no
tiene razón en sus críticas.
El objetivo de este vídeo no es reflexionar sobre la amnistía que tal vez terminé aprobando
el PSOE.
El objetivo de este vídeo es otro distinto, es reflexionar sobre el comportamiento absolutamente
sectario y contrario a cualquier tipo de disidencia interna que exhiben los partidos
políticos españoles y, en este caso particular, el Partido Socialista Obrero Español.
Y es que, a raíz de esta expulsión, el director de comunicación del PSOE de Pedro Sánchez,
Juan Antolin, tuvo que salir en público a justificar por qué era razonable, por qué
era absolutamente legítimo que el PSOE echara del partido rompiera la militancia de Nicolás
Redondo Terreros.
Y lo hizo mostrándonos tres preceptos de los estatutos del Partido Popular, no del Partido
Socialista Obrero Español, sino del Partido Popular, que son verdaderamente terroríficos
para cualquier organización que pretenda de alguna manera acoger cierta discrepancia
y cierta pluralidad de opiniones en su seno, y que desde luego habrían permitido al Partido
Popular expulsar a Nicolás Redondo Terreros de haber sido militante del PP en términos
idénticos a los que lo hizo el PSOE.
¿Y cuáles son estos tres preceptos terroríficos de los estatutos del Partido Popular que mandatan
una obediencia ciega de los dirigentes y de los militantes al partido?
Pues son los siguientes.
Artículo 13 de los estatutos del Partido Popular.
Comete en infracción muy grave quienes incurran en alguno de los siguientes supuestos.
Supuesto de, por manifiesta deslealtad al partido a sus órganos de gobierno y representación,
entendida esta, la deslealtad, como toda acción u omisión voluntaria encaminada a perjudicar
el interés general del partido.
Es decir, que si hablas o callas de alguna manera que el partido pueda interpretar como
desleal al partido y a sus dirigentes más elevados, te pueden echar del Partido Popular,
o la letra E.
La desobediencia a las instrucciones o directrices que emanen de los órganos de gobierno y representación
del partido, así como de los grupos institucionales del mismo.
Es decir, que eres un peón al servicio del partido.
Si quieres seguir siendo militante, tienes que ser una correa de transmisión de las
órdenes y de las directrices que te manda el partido en todos los ámbitos de tu vida.
Y si no lo haces, fuera del partido.
Y letra F.
Toda manifestación o declaración hecha con publicidad que incite al incumplimiento o
descalificación de las decisiones válidas y democráticamente adoptadas por los órganos
de gobierno y representación del partido o de los grupos institucionales del mismo.
Es decir, que si criticas en público algunas de las decisiones que hayan tomado los más
altos dirigentes del partido, estás fuera.
El Partido Popular no quiere ningún tipo de disidencia interna frente a los que mandan.
Y de hecho, la letra H, que no destaca a John Antolin en su tuit, ahonda justamente en esta
dirección.
También constituye para el PP falta muy grave, letra H, crear o inducir a la creación de
corrientes de opinión contrarias a los intereses del partido, organizadas en su seno, así
como participar en ellas.
Es decir, que dentro del partido no pueda haber corrientes de opinión distintas a la
opinión única que marque la directiva.
Esto es el Partido Popular.
Estos son los estatutos del Partido Popular, unos estatutos que posibilitan un comportamiento
absolutamente sectario por parte del Partido Popular.
Pero no pensemos que el Partido Socialista Obrero Español anda muy lejos de este mismo
comportamiento sectario.
Al fin y al cabo, no olvidemos que quien ha expulsado a un histórico dirigente del PSOE
por haber osado criticar en público y de manera reiterada una posible decisión del
actual grupo dirigente del PSOE, no olvidemos que quien ha expulsado a alguien del partido
por crítico ha sido el PSOE.
Que su director de comunicación, John Antolin, quiere desviar el blanco de las críticas
hacia el PP diciendo que tienen unos estatutos propios de una secta.
Correcto, tienen unos estatutos propios de una secta.
Pero el PSOE también.
Artículo octavo de los estatutos del Partido Socialista Obrero Español.
El afiliado o afiliada que observe mala conducta cívica o ética, falte al programa o a los
acuerdos o resoluciones del partido, exprese públicamente sus opiniones en términos irresponsables
o con deslealtad al partido o a sus afiliados y afiliadas, cometa actos de indisciplina,
como júrie o calumnie a alguna persona afiliada o de cualquier otra forma, viole las obligaciones
que a todos los afiliados o afiliadas del partido imponen los presentes estatutos,
será sancionado previos los trámites reglamentarios y mediante decisión de los órganos competentes
con medidas que podrán llegar hasta la expulsión en aplicación de las normas internas vigentes.
Vamos, que si eres desleal o indisciplinado con el partido, es decir, con los que mandan en ese
momento en el partido, es decir, que si eres desleal e indisciplinado con Pedro Sánchez en
estos momentos, te pueden expulsar del partido, que es justamente lo que han hecho con Nicolás
Redondo-Terreros. Y cuidado, todas estas normas tienen su lógica si el propósito esencial de
los partidos políticos es la conquista del poder político. Si en un ejército cada soldado hace lo
que quiere con indisciplina y con deslealtad hacia el propio ejército, pues ese ejército
saldrá derrotado. El ejército se tiene que someter a una jerarquía de órdenes y todos
han de acatar escrupulosamente esas órdenes, hasta el punto de que no acatarlas supone una
deserción y puede llegar a estar castigado, en algunos casos extremos, con la pena capital.
Por tanto, para que un grupo gane batallas, para que un grupo conquiste el poder,
ha de estar cohesionado, disciplinado y subordinado a la estrategia que marquen desde arriba. Las
normas, desde luego, son lógicas para ese objetivo. Pero no dejan de ser normas terroríficas para una
organización que, con posterioridad, aspira a gobernar un Estado, que es una máquina de
coacción institucionalizada contra los ciudadanos. Si esta gente tiene esta visión sobre cómo ha de
gobernarse un partido para alcanzar el poder, ¿cómo creéis que esta misma gente, que se ha criado
bajo estas normas, que ha mamado este tipo de comportamientos y de prácticas, cómo pensáis
que esta gente va a administrar el Estado para retener el poder? Pues exactamente de la misma
manera en la que gobiernan el partido, con absoluto sectarismo, tratando de expulsar de
los ámbitos privados y de los ámbitos públicos a aquellos que no les muestren absoluta lealtad,
silenciando a la disidencia, castigando la indisciplina. Y no solo de sus militantes,
sino que, estando al frente del Estado, tratarán de aplicar este régimen a todo ciudadano. Porque
esa vía es la única que ellos conocen para conseguir el poder y para retener el poder.
Y los partidos políticos son máquinas concebidas para conquistar y para retener el poder. No buscan
alcanzar el interés general que florezca la pluralidad interna o que vivamos en una sociedad
armoniosa. No, lo que buscan es conquistar el poder a una costa de imponer coactivamente su interés
partidista, de suprimir la pluralidad y de romper cualquier armonía interna de intereses.
Así se autogobiernan los partidos y así nos quieren gobernar a todos los demás.