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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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Capitalismo, ahorro y trabajo duro. No lo dice el profesor Miguel Anshobastos, lo dice Javier
Millet. Veámoslo. En el año 2012, el profesor Miguel Anshobastos
dio una conferencia en la Universidad de San Carlos de Guatemala, donde comparaba el socialismo
con el capitalismo y donde, además, reflexionaba sobre cuál era el camino a través del cual las
sociedades abandonaban la pobreza. Y fue en esa conferencia donde pronunció una de sus frases
más célebres y reconocidas. Esta es la solución a la pobreza y no hay otra solución a la pobreza.
Capitalismo, ahorro y trabajo duro. No hay otra cosa. Pues bien, en una reciente entrevista para
la nación, el presidente de Argentina, Javier Millet, apeló a esta sintética enseñanza del
profesor Miguel Anshobastos para explicar cuál es el camino por el que tiene que transitar Argentina
para volver a levantar cabeza y regresar a la prosperidad.
Mucha gente está diciendo, cuando la entrevista en C5N dice, bueno, pero ¿hay una luz?
Sí, la única forma que se sale, Miguel Anshobastos te diría, capitalismo, ahorro y trabajo duro.
Pero claro, como digo, esto de capitalismo, ahorro y trabajo duro no deja de ser una enseñanza muy
sintetizada. Y no todo el mundo que la escuche tiene por qué comprender rápidamente las razones
que explican por qué, efectivamente, el camino hacia la riqueza, el camino hacia el abandono de
la pobreza pasa por capitalismo, ahorro y trabajo duro. Desagreguemos, por tanto, los términos.
En primer lugar, capitalismo. El capitalismo es un sistema económico basado en la propiedad
privada de los medios de producción cuyo objetivo es la revalorización continuada del capital.
Y el capital no es más que una estimación del valor neto, del bienestar neto que vamos a generar
a través de nuestros medios de producción para terceros. Esa estimación monetaria del valor neto
que generamos a través de nuestros medios de producción para terceros se consigue,
lógicamente, mediante el sistema de precios. Y los precios son señales que contienen y
transmiten información. Información sobre las preferencias de los agentes económicos,
prefiero esto o prefiero lo otro, e información también sobre las combinaciones más eficientes
para producir. Usando este factor de producción, este otro factor de producción y aquel otro factor
de producción, soy capaz de producir este bien de consumo minimizando el coste. Es decir,
minimizando los sacrificios que tengo que asumir para producir ese bien de consumo.
Por tanto, el capitalismo es un sistema económico que, a través del sistema de precios, busca
optimizar las decisiones productivas dentro de la sociedad para maximizar la satisfacción de las
necesidades de todos aquellos que participan en ese proceso social de producción. Esto lo explica
muy bien el profesor Miguel Ángel Sobastos en la ya mencionada conferencia. Capitalismo es el único
sistema, por tanto, que puede calcular. Tiene un sistema de establecer precios y, sobre todo,
tiene un sistema de beneficios. Los precios y los beneficios son como luces que nos orientan,
son como faros en la noche. Nos dicen, el beneficio alto nos inviertan aquí. Su capital tiene que
quitarse donde gana menos hacia donde gana más. Y así está. Es un proceso de perpetua evolución.
El capital está siempre invertido de la mejor forma posible si no hay restricción. Siempre está
invertido de la mejor forma posible. Y los precios siempre reflejan toda esa enorme cantidad de
información que hay detrás. Todos los precios nos dicen que hay que producir. ¿Cuánto hay que
producir? ¿Cómo hay que producirlo? ¿Dónde hay que producirlo? ¿De qué calidad? ¿Quién debe
producirlo? ¿Obreros muy cualificados y de poco salario o obreros muy cualificados y de alto
salario? Eso todo nos lo dicen los precios. Por tanto, se permite el cálculo y se permite un
sistema racional de producción. El único sistema racional de producción. La alternativa es que
dan en manos de un dictador que decida así los recursos de unos para otros. Y también lo explica
muy bien Javier Milei en la ya mencionada entrevista. Capitalismo, o sea, un sistema que respeta la vida,
la libertad y la propiedad, donde el eje central es la propiedad privada, como un mecanismo por el
cual funciona el sistema de precios, que es el mecanismo de coordinación. Segundo término,
ahorro. Por ahorro nos referimos a la restricción del gasto en consumo para posibilitar la
financiación de la inversión. Invertir consiste en crear medios de producción para incrementar
nuestra capacidad de producción de bienes de consumo en el futuro. Por tanto, cuando ahorramos,
renunciamos a consumir en el presente a cambio de expandir nuestra capacidad de producir mucho más
en el futuro. En el capitalismo, ese ahorro, esa capacidad para financiar la inversión en medios
de producción, se canaliza a través del capital. Es decir, el ahorro y la inversión se dirigen a
incrementar no cualquier capacidad de producción futura de bienes de consumo,
sino a incrementar las capacidades de producción futuras que a día de hoy juzgamos más valiosas,
juzgamos prioritarias. Así pues, la inversión racional y eficiente del ahorro se convierte
en acumulación de capital y esa acumulación de capital sostenida en el tiempo es lo que
explica la multiplicación de nuestra capacidad de producción y, por tanto,
la multiplicación de nuestro bienestar. Este, justamente, es uno de los extractos más brillantes
de la conferencia del profesor Bastos. Lo que diferencia un país rico de un país pobre es
básicamente la dotación de capital por capital. ¿Qué diferencia a un campesino suizo de un
campesino, por ejemplo, Banja Mulengue, de las montañas mulengue del Congo, que son de las
más pobres de la tierra? ¿Qué es lo que los diferencia? Porque en el Suiza no hay pobreza
y en el Congo sí, porque en Suiza el trabajador suizo trabaja con un tractor más e inferno,
son de 500 caballos. Su fuerza de trabajo, sus músculos se multiplican por mil o por 10 mil
y en un día hace el trabajo de 200 hombres de antes. Por tanto, produce trigo por como 200 veces
lo que se producía antes. El trabajador mulengue de las montañas mulengue sigue trabajando como se
trabajó siempre, o sea, de una forma no capitalista, no capitalizada. Se trabaja con un buey flaco,
con las manos o con un grado de madera. Por tanto, su productividad es 100 veces menor. Entonces digo,
en algunos países de Europa se empezó a trabajar con capitales. Eran países enormemente ahorradores,
enormemente frugales, enormemente capitalistas. Capitalizaban, ahorraban y compraban máquinas.
Empezaron a trabajar, en vez de con las manos, empezaron a trabajar con máquinas de vapor. En
vez de transportar las mercancías con bueyes, empezaron a transportarlas en ferrocarriles. Eso
multiplicó su productividad y fue que poco a poco cada trabajador fuera siendo más rico. Y eso se
fue expandiendo como una mancha de aceite. O sea, lo que hay que explicar es la riqueza, no la pobreza.
La pobreza fue siempre la condición de la humanidad. Y también es un concepto que mi
ley resume de manera muy adecuada. El ahorro, o sea, la única forma, la única forma que vos vas a
salir es si tenés salarios más altos. Ahora, para tener salarios más altos tenés que tener
más productividad. Pero para tener más productividad tenés que invertir. Y para invertir, ¿cómo vas a
financiarlo? El aire, no. Lo financiás con ahorro. Y por último, trabajo duro. ¿A qué se refiere
exactamente el profesor Bastos cuando afirma que el trabajo duro es una de las condiciones para que
una sociedad prospere? Pues en la conferencia anterior, el profesor Bastos no lo explicita,
no lo aclara. Pero en el primer directo que tuvimos en este canal con el profesor Miguel
Anxo Bastos, allá por el año 2021, se tuve ocasión de preguntarle al respecto y esta fue su respuesta.
Un trabajo duro, que es una cosa que muchas veces no se recuerda. Un pueblo, puede ser
libre y de mercado. Pero un pueblo, por ejemplo, de borrachos. Dicen que hay algunos pueblos en
África que están todo el día comiendo una cosa que se llama cat. O algo así, una especie de cosa que
mastican o así una cosa. Como dormidos, así como... Sí, derogados, vamos. De ahí poco capitalismo vamos a sacar.
Porque capitalismo también requiere de un trabajo de calidad bien hecho, de puntualidad, de seriedad en los
tratos, de hacer las cosas bien, de diligencia, de cierta actividad, de ser proactividad. Claro que es un pueblo que está todo el día
dormido, borracho, todo el día de fiesta. Puede ser que tampoco te lo van a acogetar en el sentido libertario,
pero si quieres ser capitalista sí vas mal. No parece ser el ideal. Incido mucho en eso porque no se incide
mucho en eso. Solo se piensa que es el comercio. Lo que está diciendo aquí el profesor Miguel
Ancho Bastos es que la eficiencia del capitalismo también depende de ciertos valores culturales
subyacentes que pueden contribuir a acelerar o a frenar y obstaculizar el desarrollo de las
fuerzas productivas, es decir, la productividad y, por tanto, la elevación de los estándares de vida
de la sociedad. Una sociedad más proactiva, más diligente, más esforzada, más dedicada, más responsable,
más austera, más innovadora, más confiable, es una sociedad que a través de su actividad creará
más riqueza que una sociedad que no posea todos estos valores culturales subyacentes.
La medida que la gente trabaje duro, ahorre e invierta, vamos a tener más productividad y vamos a salir.
Libertad económica, inversión y esfuerzo. Ojalá esas condiciones terminen dándose en Argentina.