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¿Por qué el precio de Bitcoin colapsó casi un 10% tras el ataque de Irán a Israel? ¿Es
que, en contra de lo que se nos suele decir, Bitcoin no actúa como activo refugio? Veámoslo.
Cuando ayer por la noche se confirmó el ataque del Estado de Irán contra Israel a través de
varios cientos de drones, la cotización de Bitcoin llegó a caer casi un 10%, desde alrededor de 67.500
dólares a menos de 62.000 dólares. Y conforme las tensiones geopolíticas aparentemente se fueron
relajando con posterioridad, el precio de Bitcoin rebotó y recuperó parte de esa caída. Sin embargo,
resulta pertinente plantearse por qué, cuando parecía que podíamos entrar en un conflicto
armado global, el precio de Bitcoin cayó tanto. Es verdad que no sólo el de Bitcoin, sino el de
Bitcoin y el de otros activos que popularmente conocemos como criptoactivos. Pero la reflexión
es especialmente pertinente para Bitcoin porque este activo real se nos suele decir que es un
activo que aspira a ser algo así como el oro digital. Y justamente el oro, ante tensiones
geopolíticas globales muy fuertes, lo que tiende a hacer no es a hundirse de precio, sino a revalorizarse,
a actuar como activo refugio frente a la incertidumbre que, en medio de una guerra entre
estados, necesariamente rodea al dinero que utilizamos en nuestras sociedades actuales,
que es el dinero del Estado. Es un pasivo, es una deuda del Estado. Y claro, si la guerra es entre
estados, la deuda de los estados se vuelve menos apetecible como activo en el que mantener la
liquidez, sobre todo si la moneda internacional de reserva es el dólar, es decir, un pasivo del
Estado estadounidense, y algunos de los contendientes en este conflicto armado global son
enemigos de Estados Unidos y, por tanto, de la deuda del gobierno de Estados Unidos. Por tanto,
¿por qué el oro tiende a revalorizarse en momentos de fuerte incertidumbre geopolítica? Y,
en cambio, ¿por qué ayer Bitcoin se hundió como se hundió mientras parecía que existía un riesgo
muy cierto de conflicto armado global? Lo primero que hay que entender es que todo activo, cualquier
activo, tiene una parte de demandantes, de gente que los posee, que son demandantes fundamentales. Es
decir, inversores que compran, que mantienen en su cartera ese activo por el valor que creen que
posee o por los servicios que les proporciona. Y luego hay otra parte de demandantes, de inversores
de cualquier activo, que son demandantes especulativos. Es decir, adoptan posiciones largas si creen que el
precio de ese activo va a subir a corto plazo en el mercado o adoptan posiciones cortas si consideran
que el precio de ese activo va a bajar a corto plazo en el mercado. En el caso de una acción, por ejemplo,
un demandante fundamental, un inversor fundamental, sería aquel que compra esa acción porque considera
que ahora mismo se está vendiendo a un precio mucho más bajo que su valor a largo plazo, aun cuando
quizá en el corto plazo ese precio pueda subir o pueda bajar, no le interesa tanto eso cuanto
incorporar esa acción a su cartera patrimonial a largo plazo porque cree que es una buena acción
vendiéndose a un buen precio. Y en el caso, por ejemplo, del oro, los demandantes fundamentales
serían aquellos que tienen oro en su cartera de inversión para cubrirse frente a diversos riesgos.
Por ejemplo, frente al riesgo de inflación a largo plazo, frente al riesgo del colapso del sistema
monetario actual basado en deuda de los estados o frente al riesgo geopolítico de que estalle una
guerra y de que, por tanto, los pagos internacionales en divisa de un determinado estado queden bloqueados
o restringidos. Y además de estos demandantes, de estos inversores fundamentales, que están
presentes, insisto, en cualquier activo, tanto en acciones como en el oro, en los ejemplos que he dado,
además de estos inversores fundamentales tendremos, como he dicho, inversores especulativos, aquellos que
compran o que venden acciones u oro por su expectativa de lo que vaya a suceder con el precio
de sus activos en el corto medio plazo. Y normalmente quienes mueven el precio a corto plazo de un activo
son estos inversores especulativos. De tal manera que para entender un movimiento a corto plazo de un
precio, del precio de un determinado activo, hemos de entender cuál puede ser el catalizador que lleva
a que estos especuladores, que compran o venden en función de sus expectativas de evolución de los
precios de ese activo, hay que entender cuál es el catalizador que lleva a que sus expectativas se
muevan en una dirección o en otra. Es decir, ante qué eventos los especuladores tenderán a esperar que el
precio de un determinado activo suba y ante qué otros eventos esos especuladores tenderán a suponer,
a imaginar, a anticipar que el precio de un determinado activo baje. Por ejemplo, en el
caso de una acción, si una compañía presenta resultados mucho mejores de lo esperado, los
inversores fundamentales estarán dispuestos a pagar un mayor precio por esa acción o exigirán para
venderla un mayor precio. Y si esto lo anticipa el especulador, pues antes incluso de que lleguen al
mercado los nuevos compradores fundamentales dispuestos a pagar mayores precios, el especulador
comprará la acción para vendérsela o a otros especuladores que por los mismos motivos también
anticipan subidas de precios de la acción o para vendérsela a los inversores fundamentales que estén
dispuestos por, como consecuencia de los muy buenos resultados, a pagar mayores precios. O lo mismo
sucede en el caso del oro. ¿Qué factores pueden llevar a que el precio del oro suba? Pues uno de
ellos son los bajos tipos de interés reales. Los tipos de interés reales son el coste de oportunidad
de tener oro en tu cartera, porque el oro es un activo que no te proporciona ningún rendimiento en
forma de interés. Si tienes oro, no tienes otros activos que sí pagan tipos de interés reales. Si los
tipos de interés reales son muy altos, tener oro tiene un coste de oportunidad muy elevado. Si los tipos
de interés reales son muy bajos, tener oro en cartera no tiene un coste de oportunidad significativo
y el oro sí que te proporciona otros servicios en forma de liquidez frente a catástrofes globales.
Y el otro factor que puede contribuir a que se dispare el precio del oro son esos conflictos
geopolíticos globales, esas catástrofes globales. Con lo cual, en un contexto en el que se anticipen
caídas de los tipos de interés reales o en el que estalle un conflicto geopolítico global,
los especuladores anticiparán un progresivo incremento de la demanda fundamental de oro y
antes de que lleguen esos demandantes fundamentales dispuestos a comprar más oro a mayor precio,
lo comprarán los especuladores, ya sea para revendérselo a otros especuladores o para
revendérselo a esos demandantes fundamentales, a esos demandantes finales dispuestos a pagar
precios mayores. Y justamente aquí creo que encontramos una de las claves de la explicación
de por qué colapsó el precio de Bitcoin. ¿Qué sucedería con la demanda y por tanto con el precio
del oro en un contexto en el que estalla un conflicto geopolítico global y en el que al
mismo tiempo suben los tipos de interés reales? Porque uno de esos factores tenderá a incrementar
el precio del oro, los conflictos geopolíticos globales, pero otro, los altos tipos de interés
reales tenderán a deprimirlo. ¿Cuál de estas dos variables tendrá más peso a la hora de determinar
la demanda, tanto fundamental como especulativa, anticipando la fundamental del precio del oro? Pues
muy probablemente, en el caso del oro, el factor geopolítico. Es decir, si hay un conflicto geopolítico
muy intenso que conduce a que los tipos de interés reales aumenten, probablemente habrá gente
dispuesta a soportar el coste de oportunidad de no estar obteniendo ese alto tipo de interés real
invirtiendo en otros activos, como la bolsa o como los bonos, que a su vez también pueden ver
incrementado muy sustancialmente su riesgo, su riesgo subyacente como consecuencia de ese
conflicto geopolítico, pero aún así puede haber mucha más gente dispuesta a soportar ese alto coste de
oportunidad de altos tipos de interés reales para cubrirse frente al riesgo que les preocupa mucho
más en ese contexto de catástrofe geopolítica global, que es el riesgo de verte bloqueado a hacer
pagos, a comprar cosas, si el sistema de moneda fiat internacional se ve muy cercenado, muy restringido
por las potencias que entran en conflicto. Por consiguiente, un conflicto geopolítico global que
conduzca a que suban los tipos de interés reales probablemente sea un catalizador alcista del precio
del oro, a pesar de la subida de los tipos de interés reales. Por decirlo en términos más económicos,
ante un conflicto geopolítico global la utilidad del oro tenderá a aumentar más que su coste de
oportunidad. Ahora bien, ¿este mismo análisis es aplicable al caso de Bitcoin? Hoy por hoy diría que
no. O diría que no respecto a un número lo suficientemente elevado de personas como el que
sería necesario para que el precio de Bitcoin suba ante un conflicto geopolítico global. Bitcoin como
activo también se ve beneficiado de los bajos tipos de interés reales. De hecho, el precio de Bitcoin
lleva subiendo varios meses cuando se ha instalado en el mercado la expectativa de que los bancos
centrales van a comenzar a bajar con contundencia los tipos de interés como consecuencia de que,
en apariencia, la batalla contra la inflación ya se ha ganado o al menos está cerca de ganarse.
Ahora bien, si estalla un conflicto geopolítico global, una tercera guerra mundial, entonces la
inflación volvería a dispararse y los bancos centrales no sólo no bajarían los tipos de
interés sino que probablemente los subirían. Es decir, los bancos centrales para contrarrestar
la alta inflación intentarían establecer tipos de interés reales elevados. Y ese factor, el riesgo de
que los tipos de interés no vayan a bajar sino que vayan a subir, es un factor bajista para el precio
de Bitcoin. Lo es para el precio del oro y lo es para el precio de Bitcoin. La diferencia está en que,
en el caso del oro, el riesgo geopolítico global es un factor muy alcista sobre su precio. Y en el
caso de Bitcoin, probablemente no tanto. No porque Bitcoin no proporcione la misma utilidad o incluso
una mayor utilidad frente a un riesgo geopolítico global que el oro, sino porque el oro es el activo
que tradicionalmente se ha utilizado para esto, es el activo al que instintivamente todo el mundo
recurriría para esto y Bitcoin todavía es un activo en proceso de descubrimiento, de comprensión o de
adopción. Y eso significa que, ante un estallido de un conflicto geopolítico global, probablemente la
demanda fundamental de Bitcoin en el muy corto plazo no se dispare, a diferencia de lo que sí
sucedería con el oro y, por tanto, pesa más en la expectativa de los especuladores el riesgo bajista
de que suban los tipos de interés reales como consecuencia de la inflación que se daría en un
contexto de conflicto geopolítico global. Pesa más esa expectativa que el precio de Bitcoin se ve
sacudido negativamente por la perspectiva de que los tipos de interés reales no bajen, sino que
suban. Pesa más eso que no la posibilidad de que, a raíz de este conflicto geopolítico global,
aumente muchísimo la demanda fundamental de Bitcoin. Y si el especulador teme que los factores
bajistas pesan a corto plazo más que los factores alcistas, porque el conflicto geopolítico global puede
ser un factor alcista a medio o largo plazo para Bitcoin, pero no necesariamente en el muy corto
plazo. Y si el especulador considera que, a corto plazo, pesan más los factores bajistas que los
alcistas, pues el propio especulador se pone bajista y eso lleva a que el precio de Bitcoin y de otros
activos colapse ante la posibilidad de una catástrofe geopolítica global. De hecho, como podéis observar en
este gráfico, la fuerte caída del precio se debió a que en ese momento se liquidaron 256 millones de
posiciones largas en Bitcoin. Es decir, los especuladores que habían comprado Bitcoin endeudándose
ante la perspectiva de que su precio siguiera subiendo, cuando se produjo el ataque de Irán a
Israel, que les llevó a temer que quizá el precio de Bitcoin ya no iba a subir, porque esa guerra podía
generar inflación global y, por tanto, subidas de tipos de interés reales y, por tanto, caídas en
los precios esperados de Bitcoin, para cubrirse frente a ese riesgo, lo que hicieron fue liquidar,
liquidar aún con pérdidas. Y eso provocó el fuerte hundimiento de precios que hemos constatado al
principio de este vídeo. En definitiva, ¿por qué un ataque de Irán a Israel, por qué un conflicto
geopolítico global, en lugar de elevar el precio de Bitcoin, como sucede en el caso del oro,
ha contribuido a que caiga con intensidad en el corto plazo? Pues, en esencia, porque Bitcoin todavía
no es un activo históricamente maduro. Todavía no es un activo cuya adopción se haya generalizado y
un activo al que, instintivamente, la mayor parte de la población recurra para cubrirse frente a riesgos
geopolíticos globales. No es que no haya nadie que lo haga. No es que no haya nadie que demande
Bitcoin como forma de protegerse frente a esos riesgos geopolíticos globales, pero la masa crítica
todavía es mucho más pequeña que en el caso del oro. Y, por tanto, en las expectativas de los
especuladores, pesó más ayer el riesgo de subida de tipos de interés reales como consecuencia de la
guerra que el posible incremento de la demanda fundamental de Bitcoin justamente para protegerte
frente a ese riesgo geopolítico global. Hoy por hoy esto es así, pero si la adopción y el
conocimiento de Bitcoin siguen extendiéndose, en el futuro, ante hechos como este, Bitcoin podría
o debería comportarse como lo hace el oro.