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¿Cuál ha sido la reacción del presidente del Gobierno de España a Pedro Sánchez al
enterarse de que una de nuestras principales empresas, Ferrovial, se marcha de España?
Insultar a Ferrovial y a sus accionistas. Veámoslo.
Escuchemos al presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, valorar la decisión de una
de las principales empresas que estaban radicadas en el país, Ferrovial, de trasladar su sede
social a Países Bajos.
Creo que los empresarios también tienen una enorme responsabilidad social en la sociedad
en la que nacen y desarrollan toda su acción y creo que además en España hay ejemplos
extraordinariamente positivos de grandes empresarios comprometidos con su país. Desde
luego tras este anuncio creo que no es el caso del señor del Pino.
Es decir que cuando Pedro Sánchez conoce que una de las principales empresas del país
va a trasladar su sede social de España a Países Bajos, la decisión que toma es criticar
a esa empresa. No sólo a la empresa, sino al principal accionista de esa empresa, Rafael
del Pino, con el claro objetivo de demonizarlo para canalizar la ira de la opinión pública
hacia su persona.
Es Rafael del Pino quien por intereses espurios, vete tú a saber cuáles, decide marcharse
de España. No es que España o el gobierno de España expulse a Ferrovial, es que ese
señor malvado llamado Rafael del Pino odia o desprecia a los españoles y por eso se
marcha del país.
Rafael del Pino no está socialmente comprometido con España. Es por tanto un ser antisocial.
Es el prototipo de empresario pérfido que únicamente busca maximizar su patrimonio
a costa incluso de su país.
Creo que la patria no es solamente hacer patrimonio. La patria es ser solidario, arrimar
el hombro y ayudar sobre todo cuando tu país lo necesita. Y sobre todo teniendo en cuenta
que, en fin, que estamos hablando de la tercera o cuarta fortuna de España y que evidentemente
en buena medida esa fortuna se ha hecho gracias a nuestro país, a España y a la contribución
de los españoles.
Patria no es sólo hacer patrimonio, es ser solidario con quien lo necesita. Parecería
que Ferrovial o Rafael del Pino han hecho patrimonio únicamente recibiendo de los españoles
pero no aportando nada a los españoles. De ahí que según Sánchez tengan la obligación
de ser solidarios. España te ha convertido en alguien muy rico y ahora te toca a ti
devolverle todo lo que España te ha dado.
Pero escuchando esto parece que España le haya dado a Rafael del Pino o a Ferrovial
de manera unilateral. Te damos dinero a cambio de nada. No, se le ha dado dinero a Ferrovial
y a sus accionistas, entre ellos, claro, Rafael del Pino, a cambio de unas obras públicas
que Ferrovial ha ejecutado para España. Y en esa relación bilateral no quedan obligaciones
pendientes. Es como si una empresa contrata por un sueldazo a un trabajador, ese trabajador
cobra durante muchos años ese sueldo tan elevado y gracias a ese alto sueldo consigue
formar un patrimonio muy cuantioso, es decir, se convierte en una persona muy rica y al
cabo de los años la empresa le dice, eh, que yo te he hecho rico, que eres rico gracias
a mí, por tanto me debes cosas, tienes que ser solidario con la empresa, que gracias
a mí has amasado un patrimonio. Y lógicamente el trabajador le dirá, perdona, tú me has
pagado un salario muy elevado porque yo he estado trabajando para ti y porque tú juzgabas
que los servicios laborales profesionales que yo desempeñaba dentro de la empresa eran
muy valiosos para ti. Por tanto, tú me pagabas un salario muy alto, sí, pero yo te prestaba
servicios a ti que considerabas muy valiosos. Tú no me debes nada a mí porque me has estado
pagando un salario por esos servicios y yo tampoco te debo nada a ti porque he estado
trabajando muchos años para ti. Pues lo mismo con España y con Ferrovial. Los españoles,
de manera coactiva, eso sí, a través de los impuestos que obligatoriamente pagan al
Estado español, le han estado transfiriendo sumas de dinero a Ferrovial porque el Estado
quería contratar a Ferrovial para ejecutar obras públicas que el Estado creía necesario
desarrollar y Ferrovial, a cambio de ese dinero, ha ejecutado esas obras públicas en favor
del Estado. Nadie le debe nada a nadie. Pero claro, Sánchez necesita pintar, dibujar a
Rafael del Pino y a Ferrovial como parásitos. Habéis estado viviendo a costa de la sociedad
española durante mucho tiempo y cuando tocaba, cuando llegaba la hora de que le devolvierais
a la sociedad española lo que os ha dado durante décadas, os marcháis para no pagar.
Esa es una imagen totalmente distorsionada de la realidad. Es un argumento tan ridículo
como si ahora Ferrovial, al decidir marcharse de España a Países Bajos, le dijera al Gobierno
de España. Mira, Pedro Sánchez, yo llevo muchos años
aportando mucho a la sociedad española y ahora que me voy de la sociedad española
voy a dejar de recibir los beneficios que obtenía de la sociedad española precisamente
por lo mucho que ha aportado a ella. Por tanto, como me marcho de España y no voy a poder
seguir recibiendo de España lo que España me daba porque me lo debía en función de
lo que yo antes he aportado a España, te voy a pedir que me transfieras varios miles
de millones de euros en virtud de lo que España me debe y no me va a poder pagar porque traslado
mi sede. En este caso todos entendemos a la perfección
que sería un argumento ridículo. Claro que Ferrovial ha aportado a España en forma de
obras públicas y ha cobrado por ello. Por tanto, España no le debe absolutamente nada
a Ferrovial. Si Ferrovial se marcha de España no hay ninguna cuenta pendiente que saldar.
Pero el Gobierno intenta hacernos creer que a la inversa este argumento sí es válido.
España le ha dado mucho a Ferrovial y Ferrovial todavía no le ha devuelto a España todo
lo que España le ha dado. Por tanto, si se va, Ferrovial no podrá saldar su deuda
con España. De ahí que sea tan insolidaria y tan parasitaria.
Aquí en realidad lo que sucede es algo muy sencillo. Ferrovial ha decidido trasladar
su sede social de España a Países Bajos. Los motivos los ha expuesto la propia empresa.
Insuficiente seguridad jurídica en España no por el momento actual, no por la coyuntura
política actual, sino por lo que ha ocurrido en este país durante los últimos años o
durante las últimas décadas, y también los superiores costes de financiación a los
que se tiene que enfrentar Ferrovial por estar radicada en España, país hiperendeudado,
en lugar de estar radicada en otro país más austero y con una deuda pública más baja,
como pueden ser los Países Bajos. Que Ferrovial se marche de España es un
tortazo a toda la clase política española que ha gobernado este país, porque todos
ellos son corresponsables de este fracaso político. Sin embargo, a efectos mediáticos
y a efectos electorales, es obvio que quien se va a llevar la mayor parte de este tortazo,
mereciéndolo o no mereciéndolo, simplemente estoy constatando lo que va a ocurrir a efectos
mediáticos, quien se va a llevar la mayor parte de este tortazo es el actual gobierno,
porque es bajo el actual gobierno bajo el cual Ferrovial ha decidido marcharse. Y este
tortazo lo reciben a tres meses de unas elecciones autonómicas y municipales y a menos de un
año de unas elecciones generales que son decisivas para que toda esta tropa se mantenga
o pierda el poder. Y a esto se reduce absolutamente todo lo que estamos escuchando. Todas las
valoraciones políticas que estamos oyendo respecto a la decisión empresarial de Ferrovial
de trasladar su sede social a Países Bajos desde España, todo se reduce a esto, un control
de daños frente a las próximas citas electorales. Nuestra clase gobernante está culpabilizando
a Ferrovial por haber sido echada de España para así vender ante la opinión pública
que ellos no tienen absolutamente ninguna responsabilidad en todo esto. De nuevo, por
tanto, ¿sacrificamos el largo plazo que hemos hecho mal durante las últimas décadas para
que una de las mayores empresas españolas decida marcharse del país? ¿Quizá debamos
cambiar de rumbo? ¿Por qué nunca una gran empresa extranjera ha decidido trasladar su
sede social a España y, en cambio, si estamos viendo empresas españolas que deciden trasladar
su sede social al extranjero? ¿Por qué no examinamos, por qué no reflexionamos sobre
el marco institucional que hemos establecido en España durante las últimas décadas para
ver si es el marco más adecuado para retener y atraer talento? Y atrayendo y reteniendo
talento, ser capaces de generar riqueza socialmente para todos.
En lugar de tratar de responder a estas preguntas, por lo único, por lo que nos preocupamos
es saber si, criticando a Rafael del Pino y a Ferrovial por el hecho de marcharse, consigo
retener o atraer dos o tres votos más que me permitan incrementar la probabilidad de
mantenerme en el sillón a lo largo de los próximos cuatro años. Eso es todo. El discurso
de Pedro Sánchez contra Rafael del Pino o contra Ferrovial es un discurso electoral,
no es un discurso ni ideológico ni económico, es un discurso cuya única finalidad es manipular
al electorado nada más. Porque para esta gente, y no digo solo para el Partido Socialista
o para Podemos, también para el Partido Popular o para Vox, para esta gente lo que cuenta
es su interés político, no el interés del resto de ciudadanos.
Al resto de ciudadanos, claro que nos interesa que las grandes empresas no se marchen del
país porque eso permite generar más riqueza de la cual nos beneficiamos. A la casta política
todo esto se la trae más o menos al pyro siempre y cuando ellos sean capaces de retener
el poder. Y de lo que se trata por tanto ahora, como decía, es de hacer control de daños,
que esta decisión de Ferrovial no nos salpique electoralmente demasiado. Una vez pasado el
trámite electoral, si hemos retenido el poder, que se vaya a Ferrovial. ¿Qué más nos da?
¿Qué nos importa realmente todo esto? Ahora, antes de unas elecciones, esto no puede suceder
porque el elector podría terminar pensando que no estamos gobernando bien. Y si piensa
que no gobernamos bien, igual vota a otros y nosotros perdemos el poder. Y nuestra prioridad
no es enriquecer al elector, nuestra prioridad es conservar el poder para enriquecernos a
nosotros mismos. Pero ese tipo de enfoque político solo nos interesa ganar las elecciones
en el corto plazo, aún sacrificando el país a largo plazo. Y si hace falta para ganar
las elecciones a corto plazo, ¿me voy a poner a insultar a los empresarios españoles o
a los empresarios extranjeros que puedan venir a España? Les insulto. Que sí, que eso a
largo plazo no facilita, no favorece, no incentiva que muchas empresas quieran establecer su
sede social en España. Pero es que en largo plazo me da igual. Lo que me interesa es que
en el corto plazo la ira de la ciudadanía se canalice hacia esos empresarios malvados
en lugar de hacia mí y hacia los míos. Porque lo que quiero son los votos, no la prosperidad
del país a largo plazo. Y por eso Ferrovial se marcha, porque con esta banda el país es
irreformable.