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¿Luis Caputo será el próximo Ministro de Economía de Javier Milei? ¿Ha renunciado
por tanto Javier Milei a dolarizar la economía argentina y a cerrar el Banco Central del
país? Veámoslo.
Luis Caputo, ex Ministro de Finanzas con Mauricio Macri en los años 2017 y 2018, el artífice
del préstamo que solicitó el Estado Argentino al Fondo Monetario Internacional, será el
próximo Ministro de Economía de Javier Milei. Y esto ha dado pie a que mucha gente empiece
a cuestionar si Javier Milei realmente sigue comprometido con su plan para dolarizar la
economía argentina y cerrar el Banco Central.
Al fin y al cabo, Luis Caputo es un hombre del establishment político argentino y miembro
del partido de Macri, el Pro. Y el Pro, durante la campaña a las elecciones presidenciales
de mano de Patricia Bullrich, se opuso a la dolarización y al cierre del Banco Central.
De ahí, como decimos, que muchos interpreten este nombramiento de Luis Caputo como Ministro
de Economía del próximo Gabinete de Javier Milei como una renuncia de Milei a algunos
de sus objetivos maximalistas, tal como dolarizar la economía y cerrar el Banco Central. De
hecho, así lo interpreta el Financial Times, que ha dedicado un artículo a reseñar la
figura política de Luis Caputo como próximo Ministro de Economía.
Luis Caputo se convierte en Ministro de Economía durante la peor crisis de Argentina en las
últimas décadas. Y en este artículo podemos leer unos párrafos que resultan bastante
significativos para el tema que estamos tratando.
Después de describir la fuerte revalorización que ha experimentado durante los últimos
días la deuda pública argentina, el Financial Times dice,
Este repunte de los bonos públicos argentinos se ha visto favorecido según los analistas
por un giro pragmático de Milei, encarnado en su elección de políticos de la era Macri
incluido Luis Caputo, el cual no es un defensor de la controvertida promesa de Javier Milei
de dolarizar la economía argentina. Y a continuación se incluyen unas declaraciones
del presidente de JP Morgan Chase, Daniel Pinto, que dice,
Creo que las ideas extremas de Javier Milei que hemos escuchado en la campaña electoral
probablemente nunca lleguen a materializarse. Y esto creo que será positivo para el país.
Probablemente nos encontremos más bien con un gobierno de centro derecha.
Por consiguiente, las dudas sobre si Javier Milei todavía pretende dolarizar la economía
argentina y cerrar el Banco Central son unas dudas más que razonables, a vida cuenta de que
los políticos, y Javier Milei ahora mismo es un político, son mentirosos profesionales y,
por tanto, podríamos estar ante una nueva mentira de un nuevo político.
De momento, sin embargo, me parece que todavía es muy precipitado acusar a Javier Milei de
haber incumplido con sus promesas de campaña electoral, a vida cuenta, que todavía no ha
asumido formalmente el cargo de presidente de la República Argentina. No es que descarte
absolutamente que en el futuro se desdiga y no dolarice la economía argentina y no cierre
el Banco Central, pero desde luego me parece muy precipitado sacar conclusiones muy definitivas
a partir de los escasos movimientos que ha adoptado hasta el momento. Y es que,
por un lado, Javier Milei, desde la oficina del presidente electo, reiteró hace pocos días que
su compromiso de cerrar el Banco Central de la República Argentina sigue siendo un compromiso
firme e innegociable. En una nota de prensa del pasado 24 de noviembre podemos leer
«Ante los falsos rumores difundidos, deseamos aclarar que el cierre del Banco Central de la
República Argentina no es un asunto negociable». Y, por otro lado, también se está presuponiendo
con demasiada ligereza que la posición de Luis Caputo, próximo ministro de Economía en el
gobierno de Javier Milei, es una posición contraria a la dolarización y al cierre del
Banco Central. Y es que el pasado 24 de mayo de este año, 2023, antes, por tanto, del aspaso de
agosto que ganó Javier Milei, y antes, por supuesto, de la victoria de Javier Milei en
las elecciones presidenciales, la consultora de Luis Caputo, anchor Latinoamérica, emitió
un informe especial en el que tomaba posición sobre la propuesta de dolarizar la economía
argentina. Y estoy hablando de la propuesta de dolarizar la economía argentina, no de la
propuesta a la que más tarde se ad escribió el pro de Macri, de Patricia Bullrich y de Luis Caputo
de establecer un patrón bimonetario para Argentina. Peso más dólar. No. Anchor Latinoamérica,
la consultora de Luis Caputo, emite un informe sobre la idea de dolarizar Argentina. ¿Y qué
dice este informe? Pues lo siguiente. El informe se titula, ¿Es viable una dolarización? Y ya,
en el comienzo, señala. Adelantándonos a la conclusión, creemos que la dolarización es
una alternativa de difícil implementación que requiere una arquitectura legal y financiera
compleja, pero no imposible de llevar adelante, como suelen simplificar algunos medios o colegas.
El punto de partida del informe es constatar cuál ha sido el problema económico-financiero principal
de Argentina durante las últimas décadas. Y ese problema, como también hemos destacado en
numerosas ocasiones en este canal, consiste en un desequilibrio presupuestario estructural,
se gasta mucho más de lo que se ingresa y en la monetización de ese déficit a través del
Banco Central. Así, en este informe de Anchor Latinoamérica, la consultora de Luis Caputo,
La columna vertebral del próximo programa económico, del próximo gobierno de Argentina,
debe ser el equilibrio fiscal. Es importante entender que los problemas económicos que
sufre el país desde hace décadas tienen su origen en el hecho de que el Estado consistentemente
gasta más de lo que recauda. La inflación, el dólar o las crisis de deuda son las consecuencias
de la forma en que se financia el déficit. El financiamiento monetario genera inflación y
suba del dólar. El financiamiento con deuda genera crisis de repago de dicha deuda. La política
típicamente opta por buscar culpables y soluciones populistas a estas consecuencias en lugar de
resolver la raíz del problema. Entonces, para frenar la inflación se culpa a empresarios y se
implementan controles de precios. Para frenar la suba del dólar se ponen cepos y se reestructura
la deuda para producir algún ahorro de corto plazo. Estas medidas, reiteradas por décadas,
han erosionado la credibilidad del país y, con ello, las herramientas tradicionales del policy
making con las que cuentan la gran mayoría de los países que no han cometido estas torpezas,
lo que hace aún más difícil la resolución de nuestros problemas.
Y uno podría pensar, bueno, pues si Anker Latinoamérica, si Luis Caputo está diciendo
que el problema central de Argentina es el desequilibrio presupuestario, entonces lo único
que tiene que hacer el próximo gobierno y el próximo ministro de Economía, es decir,
Luis Caputo, es cuadrar las cuentas del gobierno argentino. No hace falta dolarizar la economía,
basta con cuadrar las cuentas y, si se cuadran las cuentas, el peso podrá seguir circulando
sin inflación. Sin embargo, el propio informe a continuación nos dice que esto no es tan sencillo.
Y así prosigue este informe. Si bien la consolidación de las cuentas fiscales debe
ser la columna vertebral de cualquier programa de estabilización de un próximo gobierno,
el abuso de financiamiento del déficit fiscal vía emisión monetaria ocurrido durante la
administración actual, la de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, ha resultado
en la acumulación de un stock de pasivos remunerados en el balance del Banco Central,
Lelix y Pases, que representa una amenaza para la estabilidad económica. La opción de volcar esos
pesos en el mercado podría sumergir al país en una hiperinflación, pero mantenerlos en el balance
del Banco Central de la República Argentina representa un costo cuasi fiscal de más de un
billón de dólares por mes. Para los europeos se está refiriendo a un billón estadounidense,
es decir, un millardo europeo o mil millones de dólares al mes. Por eso es esencial implementar
un esquema monetario que sea consistente con el esfuerzo fiscal requerido y que ayude a mitigar
la amenaza candente del excedente de pesos. Es decir, llegar en el corto plazo a equilibrio
fiscal-financiero es una condición necesaria, aunque ya no suficiente, para evitar una crisis
que sumerja al país aún más en la pobreza e indigencia. Por lo tanto, un programa monetario
que atienda a las implicaciones negativas de esta sobreabundancia de pesos se convierte en una
pieza fundamental para determinar el éxito o el fracaso de un futuro plan de estabilización.
Pero si el próximo gobierno argentino cuadra las cuentas y deja muy claro que no va a haber
nueva monetización de déficits públicos en el futuro, ¿por qué no cabe pensar que los argentinos
estarán dispuestos a mantener en su saldo de tesorería, estarán dispuestos a atesorar,
a demandar todos estos nuevos pesos, tanto la base monetaria del Banco Central como las
LELIX y los PASES, sin venderlos a descuento en el mercado generando una hiperinflación?
Es decir, ¿por qué no cabe pensar que si el gobierno argentino hace bien las cosas,
el problema de las LELIX y de los PASES se resolverá solo a través de una mayor
demanda de dinero en forma de pesos por parte de los ciudadanos argentinos?
Pues bien, Anker Latinoamérica no confía demasiado en esa solución. No es que la descarten por
entero, no es que nieguen que pueda llegar a darse, pero no consideran responsable fundamentar la
viabilidad de un plan de estabilización macroeconómica en esa improbable expectativa.
Y así podemos leer. El alto stock de pasivos remunerados puede reducirse por las buenas
o por las malas. Por las malas, mediante una licuación inflacionaria o la ruptura de contratos,
por ejemplo, plan BONEX. Por las buenas, si la sociedad recuperara la confianza en un programa
económico que se tradujera en un aumento significativo de la demanda de dinero capaz
de convertir pasivos remunerados en base monetaria. Ahora bien, basar el éxito de un futuro programa
económico en la recuperación acelerada de una variable que depende del comportamiento de la
sociedad, como es la demanda de dinero en pesos, puede resultar riesgoso. ¿Es posible anticipar
cuánta confianza se necesita para aumentar la demanda de dinero? A modo de ejemplo,
si la propuesta en un futuro plan económico fuese que el déficit fiscal primario se eliminara
y que el Banco Central de la República Argentina no proveyera más financiamiento al tesoro,
¿alcanzaría eso para generar confianza en la sociedad como para que se demandara suficiente
dinero y se redujera la presión cambiaria e inflacionaria? Aunque algunos podrían pensar
que sí, la realidad muestra que la demanda de dinero en nuestro país es muy volátil,
difícil de predecir y de controlar. A modo de ejemplo, el programa con el Fondo Monetario
Internacional entre 2018 y 2019, a pesar de apuntalar el problema central del déficit fiscal,
de terminar con el financiamiento monetario al tesoro, de no haber emitido pesos desde junio de
2018 y de haber mantenido constante el circulante en poder del público hasta casi el final del
mandato, debió soportar los dos años de mayor inflación de la administración del presidente Macri,
48% y 54% respectivamente. Esto se debió a una fuerte caída de la demanda de dinero que
se comportó de manera exactamente contraria a lo esperado por el Fondo Monetario Internacional.
En consecuencia, creemos que un programa que apunte al equilibrio fiscal, libre flotación
cambiaria con liberalización del cepo y metas de inflación es una alternativa sumamente riesgosa
a la que no suscribimos. No estamos diciendo que no pueda funcionar, sino que puede no funcionar.
Paradójicamente, un lujo que un próximo gobierno no puede darse si el objetivo es convencer a la
población de que ese es el camino correcto. Entonces, el desafío está en encontrar un
esquema monetario que ayude a resolver el problema de la sobreemisión de pesos y el
stock resultante de pasivos remunerados, LELEX y PASES, sin correr el riesgo de basar el modelo
de equilibrio general en una recuperación acelerada de la demanda de dinero que podría
no materializarse. Y aquí, en este punto, es donde Anker Latinoamérica, es decir,
Luis Caputo, es decir, el próximo ministro de Economía de Javier Milei, considera que encaja
la dolarización. Es aquí donde surge la dolarización, como un esquema monetario
cambiario alternativo que busca eliminar dicha dependencia en la recomposición de la demanda
de pesos. Vale aclarar que no es el único régimen que obedece a este objetivo, pero es el que nos
toca analizar en este informe dado el carácter público que ha tomado el debate sobre la
dolarización. ¿Pero en qué sentido dolarizar la economía argentina y cerrar el Banco Central
ayudaría a solventar el problema de las LELEX y de los PASES y, por tanto, a estabilizar
macroeconómicamente el país de la mano del irrenunciable equilibrio presupuestario? Pues
el mismo informe de Anker Latinoamérica nos lo aclara. Al eliminar la moneda, es decir,
al eliminar el peso y, por tanto, cerrar el Banco Central de la República Argentina,
porque si el Banco Central ya no emite pesos a efectos prácticos, ya no juega, ya no desempeña
ningún papel, al eliminar la moneda, los desequilibrios entre la oferta y la demanda de
pesos dejan de tener impacto en el nivel de inflación. En economías donde el dólar cumple
la función de reserva de valor y de unidad de cuenta, esquemas de shocks como la dolarización
o la convertibilidad tienen la ventaja de bajar la inflación en forma más rápida que otras
alternativas de política monetaria. Ecuador, partiendo de una inflación del 61% el año previo
a la dolarización y del 91% el año mismo de la dolarización, 2001, logró llevar la inflación
a un dígito en apenas dos años y logró mantenerla en menos de dos dígitos durante los siguientes
20 años, aún atravesando dos defaults de su deuda soberana, 2008 y 2020. En Argentina,
la convertibilidad permitió bajar la inflación desde tres dígitos a un dígito en poco más de
dos años. Lograr una desaceleración de esta magnitud en la inflación resulta muy difícil
con otros esquemas de política monetaria, incluso cuando son parte de un programa de
estabilización creíble. Insistimos en algo, la dolarización no es una solución mágica a
los problemas del país, no viene a resolver la raíz del problema, que es el déficit fiscal,
sino a anular una de sus fuentes de financiamiento y motor de la inflación, el financiamiento
monetario. Incluso, implementar hoy una dolarización eliminaría la posibilidad de utilizar el tipo de
cambio nominal como amortiguador de shocks externos. Lejos de ser una solución mágica,
renunciar a tener moneda propia es la consecuencia de haber perdido toda credibilidad para cumplir con
programas económicos serios debido a la constante y degradante subordinación de nuestras políticas
económicas a las prioridades políticas. ¿Qué está diciendo, por tanto, Luis Caputo,
próximo ministro de Economía de Javier Milei, en este informe acerca de la dolarización?
Primero, puede que en la teoría la dolarización no sea el esquema monetario óptimo para Argentina.
Segundo, y sin embargo, en la práctica política argentina, la dolarización es la alternativa más
rápida y más confiable para conseguir rebajar la inflación. Y tercero, esto es así, porque los
políticos argentinos, la casta política argentina ha deteriorado, ha degradado la confianza en las
instituciones del país, en el peso, de tal manera que a corto y medio plazo es irrecuperable. Y,
por tanto, la eliminación del peso es una consecuencia inevitable de las decisiones,
de las actuaciones, de las irresponsabilidades que la casta política argentina tomó en el pasado.
Por consiguiente, en este informe, publicado en mayo de este año, de 2023, no me parece en absoluto
que Luis Caputo, próximo ministro de Economía en el gobierno de Javier Milei, tenga una posición
anti-dolarización. Al contrario, tiene una postura bastante pro-dolarización. Y repito,
este no es un informe que haya escrito Luis Caputo en preparación de convertirse en ministro de
Economía de Javier Milei, porque en mayo de 2023 la expectativa, la probabilidad de que Javier Milei
fuese a convertirse en próximo presidente de Argentina era bastante baja. En definitiva,
si tenemos a un presidente electo, Javier Milei, que sigue repitiendo que su objetivo
innegociable es cerrar el Banco Central de la República Argentina y, al mismo tiempo,
tenemos a un nuevo ministro de Economía, Luis Caputo, que hace poco más de medio año expresó
en un informe que dolarizar era una de las alternativas que había que contemplar para acabar
con la inflación en Argentina, incluso que era la alternativa que mejor resultado podía dar
contra la inflación en el corto plazo, si tenemos estos dos hechos, como poco sería prudente de
momento a la hora de concluir que Javier Milei ya ha abandonado su objetivo de cerrar el Banco
Central y de dolarizar la economía argentina, que quizá en el futuro se desdiga, pero al menos de
momento no ha adoptado ninguna decisión que en esa materia sea irreversible. De la misma manera
que no hay que vender la piel del oso antes de cazarla, no hay que renunciar a vender la piel
del oso antes de salir a cazar.
No hay que vender la piel del oso antes de cazarla.