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Juan Ramón Rallo

Laissez faire, laissez passer. Laissez faire, laissez passer.

Transcribed podcasts: 2280
Time transcribed: 38d 6h 22m 10s

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Viernes 26 de noviembre, Black Friday. La apoteosis del capitalismo no tan rápido. Veámoslo.
Capitalismo suele asociarse a consumismo y por eso el Black Friday y una fecha en la que masas de
ciudadanos se lanzan a las tiendas a comprar aprovechando los descuentos que les ofrecen
los diversos centros de distribución de mercancías. Ese Black Friday suele asociarse a algo así como
una de las fechas del año en las que el capitalismo muestra su verdadera cara. Y desde luego el
capitalismo no es incompatible con el consumo en masa. De hecho, uno de los grandes logros del
capitalismo ha sido incrementar tanto la productividad dentro de la economía, la productividad de los
factores productivos que se ha generado tal abundancia de bienes y servicios que el ciudadano
promedio tiene acceso, tiene a su disposición una ingente cantidad de productos como no hubiese
soñado siquiera un monarca absolutista en el pasado. El ciudadano promedio hoy dentro de una
economía capitalista tiene acceso a mayores lujos, a mayor cantidad de bienes de consumo,
que los monarcas, que los faraones o que los emperadores en el pasado. Hoy en promedio se vive
muchísimo mejor que se vivía en el pasado antes del capitalismo estando en la cima, en la cumbre de
la sociedad. Y eso es así porque efectivamente el capitalismo ha multiplicado la disponibilidad de
bienes de consumo, es decir, la disponibilidad de aquellos medios que se utilizan para satisfacer
las necesidades últimas de los ciudadanos. Ahora bien, pensar que el capitalismo es sólo eso, o
principalmente eso, es decir, un consumo masivo y desbocado de bienes y servicios, sería desenfocar
casi por entero la auténtica esencia del capitalismo. Al fin y al cabo nos deberíamos preguntar cómo es
posible que el capitalismo haya conseguido multiplicar la disponibilidad de bienes y
servicios entre las masas, porque el capitalismo ha conseguido desarrollar tan intensamente las
fuerzas productivas como para que su productividad sea tan alta como que en la actualidad una hora
de trabajo es capaz de producir muchísimo más de lo que era capaz de producir una hora de trabajo en
el pasado. ¿Cuál ha sido el mecanismo que ha permitido este cambio? Pues el propio nombre del
sistema económico lo indica capitalismo, es decir, un sistema económico basado en la acumulación
de capital. ¿Y qué es el capital? El capital es el valor monetario de aquellos medios de producción
que se utilizan para fabricar mercancías con un propósito lucrativo, es decir, con el propósito
de obtener una revalorización del valor de esos medios de producción, es decir, una revalorización
del capital. ¿Y cómo se acumula capital? ¿Cómo se acumulan nuevos medios de producción orientados
hacia la producción lucrativa de mercancías? Pues esencialmente a través de la inversión.
¿Y cómo se puede invertir más en una economía? ¿De dónde procede la financiación para incrementar
la inversión, con la cual aumentamos el capital dentro de una economía? La inversión siempre,
siempre procede del ahorro. Incluso en aquellos casos en los que una inversión esté financiada
con crédito bancario, ese crédito bancario está a su vez financiado por la emisión de deuda de
los propios bancos. ¿Y quiénes adquieren la deuda de los propios bancos que les proporcionan financiación,
como para que luego los bancos financien inversiones finales? Pues la deuda de los bancos se compra
a través del ahorro. Por tanto, sigue siendo el ahorro el que financia a los bancos que a su vez
financian a los inversores finales. Por consiguiente, el capital, que es la esencia del
capitalismo, es el motor del capitalismo, es el motor detrás del incremento continuado de la
disponibilidad de bienes de consumo, el capital procede de la inversión. Y la inversión procede
del ahorro. ¿Y de dónde procede el ahorro? El ahorro procede siempre, de hecho se define así,
de una restricción del consumo. Ahorramos cuando parte de nuestra renta disponible no la consumimos,
sino que la apartamos precisamente para que pueda ser invertida. Incluso en términos de
contabilidad nacional, estas relaciones que estoy disponiendo están clarísimas. El PIB de una
economía cerrada se puede destinar o al consumo público o al consumo privado o a la inversión.
Y a la diferencia entre el PIB y el consumo, se le denomina también ahorro. Por tanto,
por definición en una economía cerrada, el ahorro es igual a la inversión. Todo lo que
se ahorra se invierte de algún modo y todo lo que se invierte procede ha sido financiado a
través del ahorro. En una economía capitalista funcional, en una economía capitalista que
esté cerca del pleno uso de sus recursos, solo podemos invertir más si ahorramos más y solo
podemos ahorrar más si consumimos menos. Es decir, en una economía capitalista funcional,
donde no haya desempleo masivo de los recursos, existe una disyuntiva entre consumir e invertir,
entre consumir y acumular capital. Cuanto más consumamos, menos invertiremos, menos capital
acumularemos. Y si la esencia del capitalismo es acumular capital, acumular capital que
permita el desarrollo de las fuerzas productivas de tal manera que en el futuro tengamos todavía
más capacidad de la que tenemos ahora para producir bienes de consumo, entonces lo que
estamos diciendo es que el consumismo, incrementar mucho el consumo en el corto plazo,
acosta de reducir la disponibilidad de ahorro y, por tanto, acosta de disminuir la inversión y,
por tanto, acosta de disminuir el ritmo de acumulación de capital, el consumismo atenta
contra la esencia misma, contra la naturaleza misma, contra el significado mismo de capitalismo.
Dicho de otra manera, el capitalista paradigmático no es aquella persona que acude desaforada a un
centro comercial, el Black Friday, a fundirse la tarjeta de crédito para comprar todo aquello que
sea capaz de comprar con el saldo de udor de esa tarjeta de crédito. El capitalista paradigmático
es aquella persona frugal, que se abstiene, que se resiste, que se auto restringe de gastar en todo
aquello que no sea expresamente necesario, ¿para qué? Para poder ahorrar con vistas a invertir,
¿y a invertir para qué? A invertir para obtener rentas del capital con cargo a esa inversión,
rentas del capital, que en su mayor parte también serán ahorradas y reinvertidas en nuevo capital
para obtener rentas exponencialmente crecientes del capital. Por supuesto, con su dinero,
con la riqueza que él mismo ha generado, que cada cual haga lo que quiera. Si la quiere ahorrar para
invertirla y obtener rentas del capital en el futuro, fantástico. Si la quiere utilizar para
consumirla hoy, para comprar hoy bienes de consumo, bien está también. Lo único que pretendo señalar
es que entre estos dos comportamientos hay uno que se acerca más al ideal, a la naturaleza misma
del sistema capitalista, pero que cada cual viva su vida como prefiera vivirla. Así que disfrutad
tanto del capitalismo como del Black Friday.