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Principio de revelación. ¿Qué creen que es más grave para Pedro Sánchez? ¿Llamar
corrupta a su esposa o tiranizar a millones de venezolanos? Veámoslo.
Hace poco más de dos meses, el gobierno de España de PSOE y Sumar decidió retirar
definitivamente a su embajadora en Argentina. La razón detrás de esta decisión fue que
Javier Milei, presidente de Argentina, en una visita a España llamó públicamente
corrupta a la esposa del presidente del gobierno, a Begoña Gómez. Y según el gobierno de España,
esto constituía un ataque frontal a la democracia y a las instituciones españolas.
Ha respondido con un ataque frontal a nuestra democracia, a nuestras instituciones y a España.
No sabemos muy bien qué institución española es Doña Begoña Gómez, pero en cualquier caso,
el gobierno de PSOE y Sumar consideró que este agravio era tan desproporcionado que justificaba,
como digo, la retirada definitiva de la embajadora española en Buenos Aires. Más de dos meses después
de tomada esta decisión, la embajadora todavía no ha regresado a Buenos Aires. Es decir, que Argentina
sigue sin embajadora española. Y cabe suponer que esto es así porque el gobierno de España considere
que la afrenta de estos ataques de Javier Milei a Begoña Gómez, es decir, a la democracia y a las
instituciones españolas, todavía perdura a día de hoy. Pues bien, ahora comparemos la magnitud de esta
reacción de esta reacción, de esta respuesta diplomática ejecutada por el gobierno de España
en contra del Estado argentino por los ataques, repito, de Javier Milei a esa institución española
llamada Begoña Gómez. Comparemos la magnitud de esta reacción diplomática contra Argentina con la
reacción que ha tenido el gobierno español contra la tiranía chavista en Venezuela. La oligarquía
chavista en Venezuela lleva lustros parasitando y empobreciendo a su población. La oligarquía
chavista ha inhabilitado políticamente a los candidatos que fueron democráticamente escogidos
por la oposición. La oligarquía chavista ha aprobado una ley, bajo el nombre capcioso de
ley antifascista, por la cual pretende censurar y encarcelar a todo aquel que exprese opiniones
públicas contrarias al chavismo. La oligarquía chavista ha perpetrado un fraude electoral masivo
y obsceno para perpetuarse en el poder. Y la oligarquía chavista está persiguiendo, reprimiendo
y deteniendo a las fuerzas opositoras que se rebelan contra ese fraude electoral masivo y obsceno.
¿Y cuál ha sido la respuesta oficial del gobierno de España a este ataque sin cuartel?
¿Contra la libertad? ¿Contra la prosperidad? ¿Contra la democracia y contra el Estado de
Derecho en Venezuela? ¿Ha llamado a consultas el gobierno de España a su embajador en Venezuela?
¿Lo ha retirado, definitivamente, como hizo en el caso de la Argentina? No. La única reacción oficial
frente a la represión de la tiranía chavista contra los venezolanos han sido estas escuetas palabras
de Pedro Sánchez. No. Las únicas reacciones oficiales del gobierno de España frente a la represión de la
tiranía chavista en contra de los venezolanos han sido, primero, estas escuetas declaraciones de Pedro Sánchez.
Y ahora, evidentemente, seguimos con preocupación los acontecimientos que se están viviendo en Venezuela.
Y es necesario recordar lo que hemos venido diciendo desde que se celebraron las elecciones.
Y es imperativa esa transparencia en el recuento electoral. Para poder reconocer los resultados hay que poder verificar las actas de todas las mesas.
Y, por tanto, hago un llamamiento firme a la calma, al civismo y a la garantía de los derechos fundamentales de todos los venezolanos y venezolanas.
Y, segundo, este comunicado oficial junto a otros seis países europeos que reproduce de manera casi textual las palabras que acabamos de escuchar por boca de Pedro Sánchez.
Expresamos nuestra gran preocupación por la situación en Venezuela tras las elecciones presidenciales del pasado domingo.
Pedimos a las autoridades venezolanas que hagan públicas cuanto antes todas las actas con el fin de garantizar la total transparencia e integridad del proceso electoral.
Esta verificación es esencial para reconocer la voluntad del pueblo venezolano.
Los derechos de todos los venezolanos y venezolanas, especialmente de los dirigentes políticos, deben ser respetados durante este proceso.
Condenamos enérgicamente cualquier detención o amenaza contra ellos.
Esto es todo.
Seguimos con preocupación los acontecimientos en Venezuela.
Hace falta transparencia electoral en esa farsa de comicios amañados por el chavismo.
Y, obviamente, hay que respetar los derechos humanos de todos los venezolanos y venezolanas.
Esa es toda la reacción oficial del presidente del gobierno, como jefe del gobierno de España,
frente al secuestro del Estado de Derecho y de la democracia en Venezuela
y frente a la represión de la tiranía venezolana contra sus ciudadanos.
A ver, que podría haber sido peor.
Al menos reclama transparencia en el recuento electoral para reconocer los resultados.
No sabemos muy bien cuáles son sus estándares de transparencia en el recuento electoral.
Si, por ejemplo, a Pedro Sánchez le valdrá que el Tribunal Supremo de Justicia venezolano
diga que las elecciones han sido perfectamente limpias
y que, por tanto, aunque el chavismo no muestre las actas,
como el Tribunal Supremo de Justicia, controlado por el chavismo, sí ha visto supuestamente esas actas,
entonces los datos amañados que ha ofrecido la autoridad electoral venezolana
son legítimos, son válidos.
No sabemos si a Sánchez le valdrá con ese bajísimo estándar para seguir legitimando la tiranía chavista,
pero es verdad que, al menos, ha pedido transparencia como condición para el reconocimiento de los resultados.
Podría haber sido peor.
Podría haber hecho como su vicepresidenta segunda del gobierno, como Yolanda Díaz,
que a las pocas horas de perpetrada la farsa electoral en Venezuela
ya estaba reclamando, sin ningún argumento de peso, el reconocimiento de esos resultados amañados.
En primer lugar, lo primero, hay que reconocer los resultados electorales.
Esto es lo que hacemos los demócratas en el mundo.
Y en segundo lugar, pues, sencillamente, ante las dudas, transparencia, transparencia, transparencia.
Y ahí lo dejo.
Y ahí lo dejo.
¿Para qué decir algo más?
¿Para qué decir una palabra más alta que otra en contra de la tiranía chavista en Venezuela?
¿Para qué protestar por el ataque frontal del chavismo contra el Estado de Derecho y contra la democracia en Venezuela?
Fijaos en qué reacción tan tibia, tan agazapada, del gobierno de España,
de Pedro Sánchez, presidente del gobierno,
de Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del gobierno,
frente a los desmanes de la oligarquía chavista.
Y contrastad esa nulidad de reacción con la que tuvo ese mismo gobierno
frente a los ataques de Javier Milei a esa institución española llamada Begoña Gómez.
Al primer caso le dedicamos apenas 20 segundos dentro de una rueda de prensa mucho más amplia
para hablar genéricamente de transparencia y de respeto a los derechos humanos.
Y en el segundo caso retiramos definitivamente a la embajadora española en Argentina.
Vamos que el presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez,
considera muchísimo más grave que el presidente de un Estado extranjero,
en este caso el presidente de Argentina,
llame corrupta a su esposa,
que está siendo en estos momentos investigada por corrupción dentro de los tribunales españoles,
considera eso mucho más grave que el hecho de que el presidente de otra potencia extranjera,
en este caso de Venezuela,
se comporte como el tirano que es,
cometiendo un fraude electoral masivo y obsceno
y reprimiendo a la oposición política.
Porque claro, para Pedro Sánchez, él es el primero.
Él es muchísimo más importante que la libertad de millones de venezolanos.
a visitar la venezolanos.
Un funciso
a visitar la venezolanos
de Argentina
y en el bol
de Rusia
es el primero.
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de España
y
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